lunes, 23 de agosto de 2010

CUANDO UNO MENOS LO ESPERA...

       Cuando uno menos lo espera…

¿Cuándo volveré a hacer este recorrido?. Se preguntó mentalmente mientras el larga distancia pasaba uno a uno los familiares carteles y edificios que tan sólo un par de días atrás había visto en sentido inverso.
Los ojos grandes, claros y acuosos reflejaban la salida de la provincia…iba camino a                                                                                                                                                                                                                                                                 casa por fín.                                                                                           
A recibir el abrazo fuerte de sus amores, el consuelo del mate con amigas, la descarga verbal de contar una y otra vez lo sucedido hasta quedar sin voz y que todo se haga un poco confuso, los momentos buenos serían maravillosos y los amargos doblemente dolorosos.                                                                                                                                                                           
El agua que se escurre entre las manos sin poder retenerla.
Es una pesadilla…pero cierta, estaba despierta, el dolor se lo recordaba permanentemente.
¿Cómo soportar todo el viaje de regreso?.
No porque los demás importen, o lo que puedan pensar estos acompañantes fortuitos y circunstanciales de tan amargo trayecto, pero… ¿si se hace inevitable gritar de furia e impotencia? ¿Si la ventanilla no alcanza para inundarla de aire que llenen sus pulmones?¿Cómo hacer para no llevarse a donde uno vaya?.
Da lo mismo estar sentada que acostada, pero no debería viajar con tanta gente cerca.
¿Alguno se imaginaría que pocas horas antes era un par?.
¿Qué tenía una mitad grande, amorosa, protectora dispuesta a brindarle paz y sosiego?
¿Qué sabía mantener viejos fantasmas a raya y también provocarle placer?
¿Qué esa mitad ya no estaba y que sus brazos fuertes ya no la iban a mecer?.
Seguramente no, ni lo sabían, ni probablemente les importara.
Cada uno sumido en sus propias historias.¿A quién se le ocurre un viaje tan largo con criaturas lloronas?. Atravesar medio colectivo para ir al baño requiere un esfuerzo del que por el momento no es capaz.
“Seguramente va a pasar mucho tiempo hasta que pueda volver a recorrer todo esto”.
Pero no contaba con su férrea voluntad, con su fuerza, con sus años de hablarse y responderse sola porque en pocos podía confiar.
Un pie delante de otro, obligaciones ajenas la hicieron caminar, un día, una noche, de a poco una parte se fue anestesiando, los bastones ayudan si te dejás ayudar, no gana el olvido pero ayuda la necesidad.
Un poco queriendo y otro poco …¿por casualidad? Muchos meses después ese mismo trayecto hubo de realizar.
¿Quién puede contener las emociones?¿alguien puede entenderlas de verdad?
Jamás quienes pasaron por su vida fueron azar, nunca de lo vivido iba  a renegar, no se trata de parches, ni de afirmar olvidos que no vendrán, simplemente que para el que sigue vivo, obviamente todo es más difícil de llevar.
“Mientras hay vida hay esperanza” es más que un refrán, no tengo idea de cómo sigue esta historia, me gustaría pensar que de a dos, con risas, dificultades compartidas, emociones que vienen de la mano del amor y del compañerismo…y si esta vez no es así seguramente la próxima será.

A mi Adri, guerrera natural, que la marea de la vida siempre te arrime a un puerto en el que encuentres tu forma de felicidad.


                                Patricia, abril de 2008.

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