jueves, 28 de octubre de 2010

A VECES SE SIENTE SOLA....

A VECES SE SIENTE SOLA


A veces se siente sola...y quién no?.
Existe la compañía eterna, fuera de la interior?
Es estar acaso acompañado el tener un proyecto en común?
Es acaso conocerse el andar y desandar un trayecto cotidiano?
O acaso el mismo ámbito compartido por un número tal o cual de personas durante un tiempo prolongado, hace que sean compañías entre sí?
No, creo que no.
Supongo que todos en algún momento nos sentimos solos, con la mochila muy pesada a cuesta, con el desencanto de lo soñado y que no fue.
Supongo que todos en algún momento nos sentimos invadidos, por compromisos ajenos pero que nos involucran, por horarios que no son los propios pero que debemos respetar, por decisiones tomadas en aras de la paz, ya sea del hogar...del trabajo,...del amor.
A veces se siente sola, su alma no tiene un álbum propio de miradas, sonrisas, silencios, secretos, besos, olores, sabores, oscuridades y soles.
Entonces...¿dónde buscar en ésos momentos?, ¿con qué llenarlos? ¿qué revivir una y otra vez intentando sentir la emoción de la primera?.
Seguramente se irá marchitando.
Seguramente se irá ajando.
Seguramente sus gestos se tornarán más hoscos aún.
Seguramente será cada vez más prejuiciosa.
Y la vida por sorpresa tal vez le enseñará otra cosa.
Que alguien puede “verla” por primera vez.
Que no le permitirá cerrar sus puertas ...casi blindadas a lo nuevo, cercano , desconocido.
Puede ser que deje escapar un suspiro, se relaje, y no afrente contra lo bueno, lo sorprendente, lo excitante.
Que vea el sol por primera vez...como nunca antes lo vió...pero...
¿Se dejará encandilar por él?.
¿Permitirá que se derrita su coraza?
¿Dejará que sus rayos penetren en su carne blanda, lisa, asexuada?
Sinceramente...espero que sí.
Entonces ya no habrá oscuridad en su alma, ira en su mirada, frío en su piel.
Habrá ajetreo, colores, corridas, cines, paseos...música.
Añorará un momento de soledad, de silencio...pero para endulzarlo reviviendo cada flor recibida, cada chocolate disfrutado, cada libro leído hasta el cansancio...
Y suspirará, y dirá “después”, “más tarde”, pondrá música, se duchará, no usará el uniforme de “estar adentro”, por que abrió su caparazón y saldrá a lo que la vida esté dispuesta a darle, para tal vez no arrepentirse jamás.

. Patricia. Junio de 2005

TODO LO QUE SIEMPRE NECESITÈ SABER...(IGNORO AUTOR)

Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi Madre:

-Mi madre me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO:
            "Si se van a matar, háganlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!"
-Mi madre me enseñó RELIGIÓN:
            
"Rezá para que esta mancha salga de la alfombra."
-Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO:
            
"Porque yo lo digo, por eso... y punto!!!!"
-Mi madre me enseñó PREVISIÓN:
            
"Asegurate de llevar ropa interior limpia, por si tenés un accidente.."
-Mi madre me enseñó IRONÍA:
            
"Vos seguí llorando, y vas a ver como te doy una razón para que llores de verdad."
-Mi madre me enseñó a ser AHORRATIVO:
            
"Guardate las lágrimas para cuando yo me muera!!!"
-Mi madre me enseñó OSMOSIS:
            
"Cerrá la boca y comé!!!!!"
-Mi madre me enseñó CONTORSIONISMO:
            
"¡Mira la suciedad que tenés en la nuca, date vuelta!"
-Mi madre me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD:
            
"Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo."
-Mi madre me enseño METEOROLOGÍA:
            
"Parece que ha pasado un huracán por tu cuarto."
-Mi madre me enseñó VERACIDAD:
            
"¡¡Te he dicho un millón de veces que no seas exagerado!!"
-Mi madre me enseñó MODIFICACIÓN DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO:
            
"Dejá de actuar como tu padre!!!!!"
-Mi madre me enseñó habilidades como VENTRILOQUIA:
            
"No me rezongues, callate y contestame: ¿por qué lo hiciste?"
-Mi madre me enseñó LENGUAJE ENCRIPTADO
           "No me, no me....        que te, que te....."
-Mi madre me enseñó técnicas de ODONTOLOGÍA:
            
"Me volvés a contestar y te estampo los dientes contra la pared!!!"
-Mi madre me enseñó GEOGRAFÍA:
            
"¡Como sigan así los voy a mandar uno a Jujuy y al otro a La Antártida!"
-Mi madre me enseñó BIOLOGÍA:
            
"¡Tenés menos cerebro que un mosquito!"
-Mi madre me enseñó LÓGICA:
            
"Mamá, ¿qué hay de comer?"" ¡COMIDA!"
-Mi madre me enseñó RECTITUD:
            
"Te voy a enderezar de un tortazo!!!"
                                 
                                      ¡¡¡GRACIAS MAMA!!!....
Madre hay una sola....


LA IMAGEN DE MAMÁ

A los 4 años: "¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!"

A los 8 años: "¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!"

A los 12 años: "Mi mamá realmente no lo sabe todo...."

A los 14 años: "Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto"

A los 16 años: "¿Mi madre? ¡Pero qué sabrá ella!"

A los 18 años: "¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!"

A los 25 años: "Bueno, puede que mamá sepa algo del tema..."

A los 35 años: "Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá."

A los 45 años: "Seguro que mi madre me puede orientar"

A los 55 años: "Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?"

A los 65 años: "¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!"

  IGNORO DE QUIÈN ES... PERO ME DIVIRTIÒ MUCHÌSIMO Y LO COMPARTO.

lunes, 25 de octubre de 2010

NO TE ENCUENTRO...

NO TE ENCUENTRO.
“No te encuentro,  no sos vos…” pensaba la mujer mientras observaba a la enferma.
Estaba inmóvil, pálida, la piel desprovista del rubor que provoca la agitación o el movimiento.
Llevaba meses  así…las enfermeras no acusaban ningún cambio y el médico que pasaba a diario por el exclusivo lugar para ancianos solo se detenía a tomar su signos vitales.
“No puedo verte así… no quiero volver”… silenciosamente repetía la negación como si ese simple acto de rebeldía pudiera alejarla del olor a deterioro, a remedios, desinfectante… algo de talco y crema para escaras.
No pudo acercarse a besar esa piel fría y algo seca… los ojos perdidos, entrecerrados, respiración regular…. Se recostó contra la puerta cerrada de la pulcra habitación, no había otra cama ocupada, estaban solas… pagaba para que la atiendan, para que la alimenten y la cuiden.
Su mente cansada por la suma de responsabilidades y pendientes que ahora agradecería poder atender,  el pesar por no aceptar lo irremediable, no poder evitar el rechazo de ver a alguien tan querido en semejante estado de letargo …tan ausente…tan consumidas sus fuerzas.
No eran familiares sanguíneas… no había un lazo biológico entre las dos… pero los recuerdos más lindos de su infancia estaban ligados a ella….a lo que ella fue, una inmigrante enérgica, fuerte, divertida, llena de colores, canciones y juegos sorpresas aún en las tardes de lluvia.
Cuando ella era una nena tímida, delgadita y con la boquita a punto de hacer “pucheros” porque todo la superaba, le daba vergüenza o temor… el refugio amado y seguro eran esos brazos morenos, regordetes, firmes… el pecho amplio con olor a ropa secada al sol.
Era la cocinera de la casa, la encargada de que la ropa blanca y la de color no se mezclaran, la que zurcía las medias mientras escuchaba el radioteatro de la tarde, la que siempre tenía tiempo para desenredarle el cabello sin tironearlo, la que le contaba las historias de su tierra mientras le enseñaba los secretos de una buena salsa… o a preparar el verdadero puchero… remojando garbanzos casi al amanecer.
Ella la amaba… jamás se había planteado que pudiera irse a otra casa, a otra provincia, mucho menos que se casara y formara un hogar lejos de ella, hubiera podido prescindir de sus propios padres, siempre lejanos, viajando incansablemente de un lado al otro, sus noches itinerantes de fiestas en fiestas, teatros…el hogar era sólo un… “pied a terre”….
Ella fue la que le habló claro cuando se fue haciendo “señorita”… de los hombres acerca de los cuales parecía saber mucho… aunque nunca se le conoció uno.
Se secó una lágrima, debía volver a su vida…su refugio, su excusa…. No soportaba verla postrada, entregada, no escuchar esa voz tan querida…hubiera podido decir que no toleraba verla sufrir, pero no podía engañarse a sí misma… lo que no soportaba era su propio dolor, su incapacidad para encontrar en ese cuerpo reducido a quien fuera su más grande fortaleza.
Le envió un beso con la punta de los dedos… cuadrò los hombros algo caídos y silenciosamente dejó la habitación… saludó a las enfermeras al pasar, se encaminó al estacionamiento, desactivó la alarma de su confortable último modelo, maquinalmente dejó su bolso en el asiento del acompañante, se bajó los lentes oscuros y sin poner música ni bajar las ventanillas partió del doloroso lugar… no tenía a nadie allí, entregaba sus fuerzas, su entereza y toda su energía… saliendo débil, agotada  y vencida.
“No te encuentro… Nana… esa no sos vos.”.


Patricia Figura, octubre de 2010

domingo, 24 de octubre de 2010

VEINTE AÑOS DESPUÈS....

Veinte años después

El parque estaba adornado con luces escondidas entre los arbustos.
Bancos de hierro forjado y puf por doquier.
La noche era primaveral, brisa suave y perfume de azahares y jazmines.
El salón abierto de par en par mostraba una larga mesa de mantel blanco.
Arreglo floral en el centro, platitos con exquisiteces acá y allá.
Música de los ochenta y risas, voces exaltadas y algunos susurros.
La secundaria reunida, aunque no toda, veinte años después.
Había mucha expectativa, unos pocos nos habíamos visto…
una que otra vez.
Los mismos de siempre organizando todo…
Los mismos de siempre dejándose invitar…
Los mismos de siempre nos volvieron a fallar.
La cadena comenzó dos meses atrás.
Se repartieron los teléfonos de a quienes se debía ubicar.
Después de idas y venidas, lugar y fecha se confirmaron una vez más.
Cuando se disponía a llamarlo,
con una sonrisa evocó ese rostro pícaro y aniñado de años a.
La sorprendió mientras esperaba, una voz grave y cordial.
Gratamente charlaron y recordaron su paso escolar.
_Cómo te fue en la vida? quiso saber él.
_No me puedo quejar, aunque estoy sola, decisión mía,
y nada más.
_Increíble!! más unidos no podían estar… o eso pretendían mostrar.
_Lo que te seduce a los veinte a los treinta no te lo bancás.
_Que lástima que nos ganó de mano, algunos te hubiésemos sabido conservar.
_Siempre el mismo pavo, entre amigos no nos vamos a engañar-
_Nunca me tomaste en serio pero yo hablaba de verdad.
_Bariloche ya fue hace rato y de la secundaria en sus comienzos ni hablar.
El rubor cubría su rostro, como hace tantos años atrás,
Por suerte él no podía verla y ella sabía disimular.
Repasaron la lista y quedaron en volverse a llamar.
Dos o tres veces por semana lo hicieron, se divertían tanto charlando,
que ninguno quería cortar.
Sólo otra de las compañeras sabía de este tête a tête…
Escuchaba a ella y por otro lado también a él.
La única testigo de lo que en el viaje de egresados…
pudo llegar a suceder.
_Será que el clima de la secundaria nos estará envolviendo?
_¿ No por Diós no quiero nuevamente adolecer. contestó su amiga
_Permitite volver al ruedo, o te acobarda su viudez?
_Siempre fue un peligro, no le tengo confianza, qué gano con ceder? Si pude frenar hace años,¿ porqué ahora no lo he de hacer?
_Vamos nena, pasaron veinte años, algo de cancha debés tener, permitite un recreo y si no amigos otra vez.
Eran nuevamente colegialas susurrando, sufriendo y riendo a más no poder, esperaban la fiesta para al compañero volver a ver.
Todo transcurría con alegría, unos a otros se abrazaban felices,
de reunirse una nueva vez
Las fotos cambiaban de manos, se mezclaban las actuales con las del ayer.
Bebidas frescas, perfumes suaves y sorpresas, todo en ese dulce anochecer
Los grupos circulaban, hasta el de las que no podíamos ni ver.
Parejas sólidas y felices, parejas que seguían porque otra cosa no sabían hacer.
Solas “casadas” con sus trabajos y solteros que nunca lo dejarían de ser.
Tres viudos, un par de separados y los que no se sabe bien “qué”.
El la buscaba con la mirada,  ¿o esperaba a su compañera del ayer?
Vió a su compinche y la abrazó con alegría _¿y? ¿no va a aparecer?.
_ Si!!! Está de espaldas, tiene el mismo traste que a los dieciséis.
_ Ah, entonces seguro la voy a reconocer… quién te dice, a lo mejor esa velada en Bariloche revivamos otra vez..
_Hmm esperemos que no se te escape, veinte años más y no sé en que estado
 nos volvemos a ver._ se rieron como siempre, como en los recreos del ayer.
Como presintiendo su llegada, ella giró sonriente y a su encuentro fue.
Cruzó el sendero que los separaba, con firmeza y algo de altivez.
Nada quedaba del rostro infantil que su mente evocaba a gusto y placer.
Mientras se acercaba percibía la mirada aguda y apreciativa que él le enviaba sin poderse contener.
“Ya no es un crío, antes no usaba chivita ni su cabello era tan corto, no irradiaba sexo como lo hace esta vez”.
Sin duda sabía como borrar de un plumazo al nene caprichoso y mimado que fue ayer.
Estaba “churrísimo” tenía que ser justa con él, su amiga con una sonrisa parecía decirle: “no te va a ser tan fácil esta vez”.
Extendió ambos brazos riendo, él la estrechó demorándose.
_Estás jugando sucio, no era así como estabas la última vez. _su gesto desafiante le decía lo que él quería saber.
_Los años no te pasaron en vano, estás mucho más mujer. La mirada era inequívoca los dos sabían lo que podía suceder.
“y porqué no?” “ambos somos libres” pensaba una y otra vez y una voz maliciosa
murmuraba “ él realmente lo es?” continuaron charlando,  con otros grupos alternaron y como danza tribal, sin perderse de vista giraban , se buscaban una que otra vez..
La compinche de ambos se acercó riendo conspirativa…
_y? te decidiste?. Mirá que me estoy tentando y yo no tengo problemas en disfrutar mientras la cosa dé.
_Así? Y qué pensás decirle a tu marido cuando te escapes con él.
_ Tonta, no pensaba escaparme, estoy bromeando, aunque me encantaría estar con él.
La miró entre extrañada y divertida ¿le debería creer?
_ No dejes que se enfríe, hoy lo tenés pendiente  y entregado pero mañana si lo dejás ir… no sé, vuelta a su mundo y vos al tuyo difícil que por casualidad se vuelvan a ver, jugate el todo por el todo ya que a nadie nada le debés, viví tu fantasía tranquila si total igual él ya sabe que la tenés.
_Si acepto tomar esa copa fuera de acá ambos sabemos lo que va a suceder, ahí gano un amante temporario pero al amigo pierdo sin posibilidades de retener.
Fuimos compinches toda la secundaria, jamás en serio sus indirectas tomé, fue sólo esa vez en Bariloche que nos besamos hasta el amanecer_
_ ¿Y en los últimos veinte años de qué te sirvió su amiga ser? Jamás se vieron ni se hablaron ¿qué amigo vas a perder?.
Un mudo interrogante le envió él con sus ojos seductores y pícaros, la hizo reir aunque no sabía bién porqué, ella asintió con un gesto y a despedirse de los grupos comenzaron a la vez.
Se encontraron en la calle, en la penumbra él se acercó con mucha suavidad y la espalda desnuda le recorrió con apenas las yemas de los dedos, la acercó sin hablar y su cuello rozó apenas con los labios sorprendiéndola de placer.
_Exquisito perfume_ murmuró, con un gesto la condujo hacia el coche, le abrió la puerta y con gentileza la cerró.
Una vez adentro la miró de reojo y sonrió “se sonroja como una nena” “¿cómo voy a poder apartarme esta vez?”
Música suave, las luces del tablero hacían íntima la previa de lo que podía suceder.
_Nena, ¿adónde querés ir?_ preguntó mientras  la noche se cerraba a sus espaldas.
_Sinceramente no sé, no es igual a que si te acabara de conocer, por un lado me muero de ganas de tenerte y por otro siento que un incesto voy a cometer.
_ Jamás podría ser tu hermano, me gustás ahora mucho más que aquella vez, te propongo un champagne en la playa y besarnos  hasta más no poder.
_No te prometo nada, no estoy segura de hasta dónde llegaré esta vez, pero hay algo que sí quiero tener: volver a encontrar a mi compinche ése que fuiste alguna vez, los amigos no traicionan ni lastiman como los amantes suelen hacer.
_ Con que ésa tenemos!!,¿es una garantía lo que buscás para a tus deseos y los míos entregarte de una vez?_ estacionó despacio y hacia él la atrajo sin poderse contener.
La calle era silenciosa y oscura, la luna gigante y plateada.
La besó despacio, con más urgencia lo hizo después, sus manos nada tenían que ver con el adolescente que la acariciara la última vez.
Ella tampoco podía frenarse, a todos borró de su mente y su corazón como no fuera a él.
_Seguìs viéndome como a tu hermano? Le susurró con voz ronca _aunque me lo jures no te voy a creer._ sujetándola por las muñecas la miraba fijo, sus ojos brillaban y se oscurecían también.
Por toda respuesta ella gimiò y con urgencia se entregó a él..
Mañana será otro día, el de hoy seria recordado como en su momento lo fue el del ayer.
Se estaban devorando con tremenda avidez, él  le susurraba con voz apretada por la pasión y podía jurar que había algo de ternura también.
Jamás había amado en un coche, ni de novia, ni de esposa y mucho menos aùn después, esta experiencia la inquietaba y deleitaba a la vez.
Cuando la respiración se fue calmando, y recuperaron el ritmo también, su compañero de secundaria de besos tiernos la cubrió una y otra vez.
_ No sabés las veces que me imaginé hacer esto con vos_ le dijo luego de un momento de silencio y placidez, ella sonrió, no podía mirarlo, no estaba segura de con quién había estado haciendo el amor dentro de un auto, si con un hombre encantador que la seducía y provocaba o con su compañero de la niñez.
Las cartas estaban sobre la mesa, eran grandes, aunque apenas entraban en la madurez, no podían reclamar nada, ni decir que no sabían lo que podía suceder, habían disfrutado uno del otro, seguramente con semejante comienzo no sería la última vez.
Sea como fuere valió la pena intentarlo, aunque sea veinte años después.




Patricia, junio de 2007


viernes, 22 de octubre de 2010

LA CASA VACÌA

La Casa Vacía
Ocupaba toda la esquina… y más.
Recuerdos imborrables de la adolescencia, la estrenamos para un baile en su garaje, los albañiles apuraron el baño y si bien faltaban detalles, la fiesta se hizo igual.
Muchísimo terreno, grandes canteros en el frente, una habitación para la mayor de las hijas, las otras dos compartían la misma vista al patio que pronto se convirtió en el amado jardín de la señora de la “casa linda”.
Fui casi una más, su mesa me era familiar tanto o más que la mía, más de una noche me cobijó cuando había ganas de dormir en casa de una amiga y charlar hasta tarde.
Los domingos siempre eran una fiesta de pastas caseras y salsa de pollo a la que le he hecho honor para alegría de la amada reina del hogar.
Los años fueron pasando, hubo épocas difíciles en el trabajo del hombre de la casa, la mayor se casó con su novio de toda la vida y se fueron a vivir al viejo continente, tuvo una hija que nació un día y medio antes que la mía, que por estar acá disfrutaron como si fuese nieta de ellos.
La más chica se fue a vivir sola.
La del medio, mi puente y ventana del querido lugar, nunca se decidió a terminar la facultad, en cambio trabajó desde chica y continuó en su hogar, cuidada, mimada, protegida y sí, porqué no malcriada también.
Las navidades eran a mesa vestida, con tíos, primos, parientes desamparados, amigos y quién no tuviera un abrazo seguro para fundirse en una fecha tan especial.
Al otro día se continuaba el festejo, con los manjares de la noche anterior y los adornos que la elegante señora de la esquina se afanaba en realizar.
Sus tortas de cumpleaños eran legendarias, su marido nada le negaba, no siempre fueron felices, había sombras en el techo, pero fue un buen hogar.
Incluso cuando el monstruo llegó, la enfermedad lo postró primero a él, años de arduo trabajo y dolor, aún así, madre e hijas se unieron para sobrellevar una situación difícil y compleja, donde cada uno debía colaborar para que todo no se derrumbara en un abrir y cerrar de ojos.
La de ella fue mucho más rápida y letal, en un año de frustración, enojo y desazón la vida se le escurrió de las manos y nosotros aún decimos por qué?, tan joven y con tantos proyectos,… por qué?
Pensamos que al poco tiempo él se iría también, pero los cuidados, amorosos, cansados, fastidiados y continuos de sus dos hijas menores lograron la increíble posibilidad de que conociera y disfrutara de una nietita más, chiquita, argentina, que vivió en una casita al fondo del que fuera antes “el jardín de mamá”.
La casa de la esquina sufrió algunos cambios, ya no hay un gran patio de tierra donde “dormía el camión” con portón de rejas y ladrillos vistos, ahora en su lugar hay un galpón donde los del barrio guardamos nuestros vehículos, muy pegada y unida a la casa está la vivienda de la menor y su familia reciente, las habitaciones siempre pequeñas ahora están abarrotadas de testimonios de ambas enfermedades, ayudas que en su momento sirvieron para hacerles un poco más fácil la vida a los dueños del hogar.
Sólo la del medio continúa viviendo entre sus paredes tan concienzudamente diseñadas en los ochenta.
En sus placares empotrados de vez en cuando busca una prenda, un perfume, una caricia que ya no es posible responder.
Ahora la casa está vacía por primera vez, los años y la casualidad quisieron que mi propia casa quede en diagonal a la que fui tan feliz, y no me gusta pensar que aquellos que amé ya no están.
Sus múltiples ventanas con barrotes de madera están oscuras, la luz del porche no se enciende al atardecer y como no es necesario que nadie acompañe el deterioro de sus habitantes mayores, no es el lugar donde “siempre hay alguien”, donde acostumbrábamos a dejar llaves o recados.
Igual, no es así como la veo en mi mente, para mí es aquella de la noche del baile, iluminada, fresca y con el olor a pintura reciente.
O la que me cobijó después, con la mesa de los domingos y el sonido de las carreras de auto en el tele, con las voces de sus habitantes que me abrieron sus puertas durante más de treinta años.
Los canteros del frente, altos, amplios y podados, aún guardan secretos adolescentes de nenas que ya no lo volverán a ser.
Pero tengo fe, que pronto todo comience otra vez, que la familia se agrande, que los chicos jueguen en el patio aunque ya no sea tan grande como antes, que el garaje cobre vida con largas mesas de cumpleaños y la música suene fuerte, la cocina bulla de actividad y la risa tan escasa en los últimos años se haga presente para los que encuentren entre sus muros la posibilidad de un momento compartido, ahí, donde mis amigas y yo fuimos tan queridas, en la casa linda de la esquina.

Patricia, junio de 2009

jueves, 21 de octubre de 2010

A MIS CAMINATAS....

A mis caminatas.


Caminaba y caminaba, incansablemente...
¿Qué buscaba?, ¿acaso lo sabía? ¿creía saberlo?.
En la imaginación todo se solucionaba tan lineal y tan fácil.
Bastaba con que la providencia acatara sus designios y no que los hechos fueran mera consecuencia de erradas decisiones.
Había un espejo no demasiado fiel, no partía de la misma imagen, pero los paralelos existían.
En ocasiones era divertido verse reflejada de tal manera, pero proyectándolo a futuro solo daba estupor.
Abría las rejas de la que por el momento era su hogar, casi su fortaleza inviolable y salía libre a caminar, una cuadra tras otra, cruzaba avenidas, cambiaba de barrios, observaba a veces una que otra construcción imaginándose tal vez un futuro felíz allí.
Futuro felíz... jamás sería tan absurda de pensar que sería un final felíz... la cosa no debía terminar cuando comenzaba a marchar.
De la misma manera había lugares que recorrió cientos de veces y ni siquiera registró, es que era en esos momentos en que su ser, su consciencia, su capacidad de discernir se hallaban enajenados protegiéndola, acunándola, acorazándola para todo lo que aún faltaba.
Invariablemente volvía, saciada e inquieta a la vez.
Agotada pero con más energía que horas antes.
Sus pilas eran sus piernas, tensas, satisfechas, reclamando el reposo.
Así un día y otro, meses, el espejo de enfrente ya casi no reflejaba su imagen, o estaba muy distorsionada, no aceptaba esa imagen para sí, y ciertamente que no lo fué.
De a poco, contra su impaciencia, e invocando a la divina providencia...las cosas se fueron acomodando.
Cambió la fortaleza por un hogar, aunque fuese más vulnerable.
Cambiaron los espejos...sólo existe el propio, o casi.
Cambiaron las largas horas tristemente libres por el ajetreo felíz y casi organizado.
Cambiaron ciertamente las largas caminatas... y confieso, ya que en realidad hablaba de mì misma…. que a veces las extraño, mis piernas, mis músculos y por qué no, mi cabeza, también las extrañan un poco.
Llegará el momento de poder retomarlas, pero no será una lucha inquieta y febril el recorrido, será un descanso a las obligaciones cotidianas, un desenchufe a las tareas rutinarias, ¿ y por qué no? Será el premio merecido de compartir un trayecto bendecido acompañada a tu lado y con mi mano en tu mano.


Patricia, junio de 2005.

martes, 19 de octubre de 2010

Los Sordos.... sàtira.


LOS SORDOS
Ejercicio Cómico Anónimo
PERSONAJES
El Pasajero
El Chacarero
La Patrona
La Sordita

EL PASAJERO
(APARECIENDO A ESPALDAS DEL CHACARERO) ¡Eh, buen hombre!... ¡Buen hombre! (COMO EL CHACARERO NO LE ATIENDE) ¡Ni que fuera sordo como yo! (LE TOCA UN HOMBRO) ¡Oiga!
EL CHACARERO
¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué desea?
EL PASAJERO
Usted, que ha de conocer estos pagos...
EL CHACARERO
Sí, señor, Rudecindo Lagos, para servirle.
EL PASAJERO
Hágame el favor de hablar más alto, porque soy bastante sordo.
EL CHACARERO
¡Si no grita más no podré entenderle porque soy un poco torpe de oído!
EL PASAJERO
¿Podría indicarme dónde queda la estancia "Los Leones"?
EL CHACARERO
¡Claro que tienen fragancia mis melones! Es que son muy buenos; le haré traer al algunos para que los pruebe.
EL PASAJERO
¿Nueve? ¿Nueve qué? ¿Nueve leguas? ¿Tanto? ¡No puede ser!
EL CHACARERO
(POR LA PATRONA QUE APARECE EN ESTE MOMENTO EN LA PUERTA DEL RANCHO) Sí, ésa es mi mujer. (A LA PATRONA). Oye, tráele a este hombre una docena de melones, para que elija algunos.
LA PATRONA
¡Ahá, muy bien! ¿Así que este caballero quiere tener relaciones con nuestra hija? Tanto gusto, señor. En seguida se la presentaremos. (GRITANDO HACIA EL INTERIOR DE LA CASA). ¡Mariquita!... ¡Mariquita!... Esa chica es más sorda que yo, todavía... Un momentito, siéntese... (SE INTRODUCE EN LA CASA).
EL PASAJERO
¿De modo que usted dice que la estancia "Los Leones" queda a nueve leguas de aquí?
EL CHACARERO
Sí, señor; se lo he dicho y se lo repito. La fragancia de mis melones es exquisita...
(APARECE LA PATRONA CON LA SORDITA)
LA PATRONA
No grites, hombre; aquí está Mariquita. (A SU HIJA) Bueno, hija, aquí tienes a tu pretendiente...
LA SORDITA
¡Ay, mama! ¿Cuántas veces quiere que le diga que no me duelen los dientes ni nada?
LA PATRONA
¿Que no tiene nada? ¿Y tú qué sabes? A lo mejor resulta que es rentista.
LA SORDITA
¡Mamá, por favor! ¿Para qué quiero un dentista si yo no tengo enferma la boca?
LA PATRONA
Ya sabes que tu madre pocas veces se equivoca: ha de ser rentista nomás.
EL CHACARERO
¿Y los melones, mujer?
LA PATRONA
Es lo que yo le digo, ¿por qué te pones así, hija?
EL CHACARERO
Pero, si no le traes ninguno, ¿cómo quieres que elija?
LA PATRONA
Es que tú ya sabes cómo es esta niña; ella quiere salir siempre con la suya. (AL PASAJERO). Esta es mi hija, se llama Mariquita.
EL PASAJERO
¿Cómo cerquita, si su esposo me ha dicho que faltan nueve leguas?
LA PATRONA
(AL CHACARERO) ¿Qué dice este hombre de las yeguas?
EL PASAJERO
Sí, y como ya quedan pocas horas de luz.
LA SORDITA
No, todavía no soy señora.
EL PASAJERO
No se ni siquiera si es bueno el camino.
LA SORDITA
¡Ah, yo no pretendo que usted sea adivino; me he limitado a hacerle saber que a la fecha sigo soltera!...
EL PASAJERO
¡Ah!, ya entiendo: ¿llegando a la tranquera, sigo hacia la derecha?¿Y de ahí, a "Los Leones"?
EL CHACARERO
¡Ah, como buenos, le aseguro que son buenos! Y puedo mandarle todos los que quiera...
EL PASAJERO
Sí, ya me dijo la señorita: de la tranquera a la derecha.
LA PATRONA
Yo no digo que usted no la quiera a la chica, pero convendría que fijara fecha...
EL PASAJERO
(DESAPARECIENDO) Hasta otra vez, y perdonen la molestia.
LA PATRONA
¡Oiga, oiga! ¡Más bestia será usted, atrevido!
EL CHACARERO
¿Qué? ¡Tiene razón!, ¿o iba a esperar hasta mañana a que le trajeras los melones?
LA PATRONA
No y no. Jamás consentiré que nuestra hija tenga relaciones con semejante gente.
LA SORDITA
Déjelo que se vaya; total aquí a nadie le duelen los dientes...
EL CHACARERO
No es que te lo reproche, pero hubiera comprado tres o cuatro...
LA SORDITA
¡Ay, qué bueno eres, papá! ¿Oyes, mamá? Díce que esta noche nos llevará al teatro a ver las comedias.
LA PATRONA
¡Cierto!, ya me había olvidado de que tenía que zurcirle las medias. ¿Sabes dónde he dejado la lana azul?
LA SORDITA
¡No me digas! ¿La comedia de Barba Azul? ¡Qué bonito título! ¡Ay, qué contenta estoy madre mía!
LA PATRONA
Es lo que le digo siempre a tu padre; ¡que Dios nos conserve esta armonía!, porque el día que no nos entendamos, esta casa será un infierno...
TELON

viernes, 15 de octubre de 2010

oda a las madres...

Oda a las madres.

A veces me siento inquieta, me aburro, me desasosiego....
Quiero tener un tiempo mío sólo mío aunque no sé bien para qué.
Quiero poder abrir la puerta y salir, sin tener que organizar todo primero, tareas, cuidados, demandas eternas de mis hijas que nunca cesan.
No quiero pasar más de un día sin ellas, paradoja completa.
Me gustaría un ingreso personal para estar tranquila y en esta vida dedicarme a ser mamá y mujer, como descanso al final del día una caminata de a dos, el cine, un paseo liviano como para charlar sin interrupciones, sabiendo que al regresar las nenas estarán comidas y dormidas...¿ qué tal?.
Seguramente no es algo ni loco ni irreal, es tan sólo la imposibilidad de ganarme la vida siendo mamá.
Me encantaría  tener la posibilidad de asegurar de por vida un sueldo real, a todas las que como yo, eligen  con alma y vida el oficio de ser mamá.      
Eso no existe en nuestra realidad social, ser el ama de tu casa, para muchos es sinónimo de no trabajar, cuando muy por el contrario es una labor de nunca acabar.
Por supuesto tiene sus ventajas...¿quién lo ha de ignorar?.
Cuando esos días de tormenta, en el nido te podes quedar, aunque claro hay veces en que preferís el ojo de un huracán.
Es jornada completa, incluso a la hora de reposar, cuando alguna tos repentina  a la madrugada te intenta desvelar.
Pero es lo que hemos elegido, así que sin chistar: no hay horario de entrada ni salida porque no se termina jamás.
Ahora y vamos a la verdad...¿hay alegría más grande que la que un hijo te puede dar?
Aunque tengas la puerta siempre cerca...¿ no te elegís quedar?.
Porque esas manitos gordas que saben acariciar, con torpeza e impaciencia todo lo quieren ya, son las que te brindan el consuelo a la hora de esperar que los chicos crezcan rápido, aunque...qué apuro hay?
Vaya mi saludo, fuerza y energía, a todas las madres que hay, ¡arriba!, a no claudicar que si no renunció la mía , nosotras también podemos avanzar.
No  tenemos sueldo fijo, pensiones o jubilaciones por antigüedad, pero es seguro que vamos a elegir hasta el último día de nuestra vida... El oficio de ser mamá.

                  Patricia, Septiembre de 2005



miércoles, 13 de octubre de 2010

EL COACH

EL COACH
_ Vamos a dejar las cosas en claro de entrada_ le dijo ella la primera vez que se encontraron en el gym… su aire displicente y autoritario, ponía una barrera que nadie dio a entender que necesitara.
Él sin mover un sólo músculo de la cara y cruzado de brazos la miraba sin pestañear ni dando atisbo de buscar una respuesta para darle.
_Te lo digo porque vamos a pasar muchas horas juntos… en… bueno, ya sabes en contacto….y no quiero problemas ni malos entendidos…._ se paseaba de un lado a otro, con sus pantys de gimnasia, la malla enteriza negra y las zapatillas de baile, impecable, el larguísimo cabello brilloso y tirante en una cola de caballo, los ojos refulgían de autoridad y distancia.
_ Si estamos acá es porque somos lo mejor cada uno en su “género” aunque está  mal dicho es para expresarlo de alguna manera….este concurso es muy importante para mí, hay mucho en juego tanto para mi carrera como para mi matrimonio… mi marido… bueno, él no tiene nada que ver con esto y … te darás cuenta que para él no es fácil que yo me vaya a vivir a otra provincia casi un mes, me conoció como estudiante de ballet que nada tiene que ver con todos estos ritmos contemporáneos_ titubeaba, se fastidiaba, recitaba… se sentía ridícula con el “no me toquès” antes de que él siquiera haya dado muestras de tener algún interés más allá del profesional.
Él  recostado sobre una de las columnas espejadas del gran espacio, `la seguía con gesto pétreo, inmutable, ella le hizo un ademán con los brazos como preguntando si entendía o le hablaba a la pared.
_ Terminaste?... porque hace 20 minutos que estoy escuchando gansadas y vine a trabajar…esto sí      te tiene que quedar claro… yo acá vengo a trabajar, mi tiempo vale… y te recuerdo que mucho, no soy tu “partenaire”… somos uno… sino lo entendès así volvè al lago de los cisnes con tus compañeritos afeminados y dejale el lugar a una mina que sepa de laburo y no se crea que uno toca el cielo con las manos cuando ella está cerca…NO ES CIERTO._ dicho eso y sin dirigirle una mirada de zanjar la cuestión amistosamente se dirigió al equipo de música y puso un ritmo intermedio como para calentar los músculos, estirar, elongar , ella sobre la barra delante del gigantesco espejo de cristal comenzó con su rutina.
Él bailó toda su vida, con pasión, dedicación  y toda la adrenalina capaz de producir sus suprarrenales, ganó concursos interprovinciales en casi todos los ritmos… su fuerte eran los más calientes y se caracterizaba por ser un coach muy exigente… no aceptaba que otro dirigiera su baile, estudiaba incansablemente nuevas variantes, observaba como un gato en la oscuridad mientras otros ensayaban, discutía con los mejores, no se molestaba en hablar con los demás.
Ahora peleaba por el nacional, y sabía que no había otro mejor que él, en cuanto a la chica … era insoportable en su altanería,  excelente en su técnica, pero sus prejuicios y estructura no le permitían dejar “las tripas” en el escenario, y eso para él era imperdonable… tenía que cambiar sí o sí… o sencillamente quedarían afuera de lo que tanto costó conseguir.
Le dirigió un “estás lista? poco amable luego del precalentamiento. Ella asintió y comenzaron con los primeros compases de la coreo que ambos habían estado de acuerdo en esquematizar, la base sobre la que modificarían hasta lograr la excelencia.
El tema era potente, fuerte, con un ritmo que permitía jugar con las emociones del espectador, ávido de pasión y desenfreno… estaban acostumbrados a ver “correr sangre” en los shows y en una final nacional no podían ir con una sucesión de acrobacias vistas hasta el cansancio.
Se colocó detrás de ella, pegado a su cuerpo, bajó su rostro hacia el cuello de la chica, ella por encima de su cabeza levantó su brazo en una curva perfecta y rodeó el cuello de él, separó ligeramente sus muslos trabajadísimos y firmes colocando la punta de uno de sus pies por detrás de uno de él… contaron los cuatro tiempos del compás de espera y comenzaron una danza sugestiva y audaz.
_ No, no, no, no… no, basta, así no_ cortó él, furioso e impaciente_ no es una danza infantil, es la final de baile nacional de ritmos latinos… te suena?... son ritmos excitantes, atrevidos, calientes, osados… siento que bailo con mi hermana_ se agarraba sus cabellos algo largos y despeinados, sus ojos grandes y claros echaban chispas de frustración ante la limitación ajena.
_Estoy siguiendo la coreo tal como la marcaste, mis brazos y piernas están en línea y no hubo movimientos sucios…toda mi vida controlé los ángulos de mis articulaciones,  de un vistazo al espejo ya se qué corregir y te aseguro que la mayoría de las veces el mirarme es obsoleto… tengo totalmente incorporadas mis posiciones a la imagen visual._
_Vos lo dijiste… ahora por el amor de Dios…deja de seguir tan “al pie de la letra” tus pazos y PONELE SENTIMIENTO!... vibrà, entregate!_
Retomaron una vez más y la imagen era bellísima, hermosos y malhumorados los dos, con fuego en los ojos y los cuerpos tensos, él la rozaba descaradamente, la tomaba por los lugares menos ortodoxos y la llevaba al límite de lo permitido… para tratarse de un baile.
 _Basta!_ le dijo con lágrimas de indignación. _ quién te pensàs que soy?... estás acostumbrado a bailar con callejeras … pareces un, un, un… alzado o … _ no tenía palabras para insultarlo, se sentía manoseada y sucia, eso no era baile, no era arte, era una demostración vulgar de sexo.
_Evidentemente…esto no es para vos… sos un pedazo de carne sin vida, puro aprendizaje, nada de estremecimiento, pasión, … pensàs que es a vos a quien toco cuando te acaricio en el baile?... crees que disfruto de tu piel… por suave que sea?... me tenès muy sin cuidado… y particularmente no te elegiría como mujer… no me gustan las reprimidas… PERO EL PÙBLICO Y LOS JUECES TIENE QUE CONVENCERSE DE QUE TE ESTOY HACIENDO EL AMOR EN LA PISTA… sos capaz de entender eso y dejar tus pasitos convencionales  y perfectitos para algún marica del bolshoi o vas a renunciar y no hacerme perder tiempo  que como te dije vale… y mucho._ estaban enfrentados  y furiosos, respiraban agitados pero no por el ejercicio… ella acallaba lo que el nudo en el estómago le gritaba cada vez que él descaradamente rozaba sus pechos o tomaba su  generoso trasero con ambas manos  en medio de la danza, él intuía que si ella se dejaba llevar…mandaría a sus prejuicios, estructuras y al aburrido marido al diablo.
En silencio volvieron al ruedo, de a ratos la cosa iba mejorando, tomando forma, cuando ella estaba a punto de protestar por la manera en que él pegaba su pelvis a la de ella mientras con los ojos le juraba mil obscenidades, se acordaba de que la trató de reprimida… de las hirientes palabras donde dejaba más que claro que no era el tipo de mujer que elegiría.
Se despidieron  cuatro horas más tarde… apenas un saludo cortante mientras se ponían de acuerdo para el día siguiente.
Cuando lo llamó  a su marido estaba más que irritada y él se lo comentó, formuló excusas más o menos creíbles acerca de la distancia, el cansancio, el stress de cambiar de almohada y colchón.
Esa noche soñó con su coach  y compañero… claro que estaba convencida de que no era un sueño así que no luchaba por despertarse… `le exigía más entrega, pero no para el baile,   la iba despojando de cada prenda en los giros y movimientos unísonos…las manos grandes y calientes de él la acariciaban sin ningún tipo de freno y ella era incapaz de separarse o protestar… se despertó transpirada, agotada, tenía sed…. Eran las tres de la mañana pero no logró conciliar el sueño nuevamente… deambuló por el minúsculo departamento, se sentó en el descanso de la ventana de la buhardilla que es lo que en realidad era, y miró el desierto boulevard hasta que los primeros rayos solares comenzaron a asomar por los techos vecinos.
Cuando él entró ella estaba hacía rato en precalentamiento, ya había caminado, trotado y desayunado,  lo miró de reojo y no pudo evitar evocar todo lo que habían echo durante su letargo…se sintió culpable porque el recuerdo le despertaba oleadas de placer, le cerraba la garganta, la hacía sentirse vulnerable, nada que ver a como era ella en realidad, eficiente, parca, ejecutiva… apagó su celular, no quería que su marido acostumbrado a darle los buenos días la llamara en pleno ensayo.
El parecía estar de mejor humor… casi alegre, se demoró estirando y extendió una mano hacia ella para invitarla a comenzar con la coreo… era una tregua no declarada abiertamente.
Cerró sus ojos y su mente a todo lo aprendido durante siglos… simplemente se dejó llevar, pero no pudo evitar un ligero temblor cuando el rozó con el dorso de su mano todo el costado de su cuerpo antes de arrancar con el  giro que los desplazaría varios metros uno de otro.
El final del segundo día los encontró mejor… considerablemente rápido teniendo en cuenta las chispas y remilgos de la previa.
 Al cabo de una semana la coreo era fantástica en cuanto  a diseño y performance, ella evitaba hablar con su esposo, sabía que algo estaba pasando en su interior, lejos de molestarla los avances de él en los ensayos…los ansiaba, los esperaba… ella misma evitó sus propios frenos, y sin ningún tipo de pudor pasaba las palmas de sus manos sobre el pecho de él, clavaba sus ojos en los claros y acerados de su coach, pegaba su cuerpo como si estuvieran adheridos realmente por  algo más que la fuerza del ritmo.
Tuvo que reconocer que él tenía razón, el resultado era provocativo, excitante pero impecable artísticamente, hasta último momento le exigió más de lo que podía dar… y se lo agradecería siempre.
No sólo descubrió una bailarina insospechada sino que como mujer ya no era igual… se debía una charla sincera y extensa con su esposo, no podría soportar la aburrida rutina que los invadía en las pocas actividades compartidas.
Pulieron el final donde quedaban en la misma posición inicial y con los labios a escasos milímetros uno del otro.
El día de la presentación se sentía eufórica pero tranquila y respaldada… sabía que confiaba plenamente en él y él en ella, eran uno… realmente lo sentía así, se intuían, se adivinaban, conocían sus movimientos.
Los cuatro tiempos del compás los encontró adheridos y con el corazón más que palpitante… ella no quería que fuera la última vez, no iba a soportar no estar más entre sus brazos, con sus directivas y exigencias, si pensaba que era una despedida la vista se le iba a nublar y no podría continuar con lo que tanto habían preparado.
_Qué te pasa?_ le susurró él mientras la inclinaba y sostenía casi como si ella desafiara a la gravedad_ estás descompuesta? Mareada?.- su gesto preocupado, que sabía sincero la conmovió,  una lágrima rodó y ella con un movimiento rápido y gracioso la disimuló.
Para el público y los jueces… no para él.
_Decime qué te pasa o paro todo y quedamos descalificados_ le habló con la urgencia del temor,  estaba pálida y vio que los ojos se le anegaron en llanto… no entendía qué le pasaba pero intuía que era algo que la lastimaba… y mucho.
La bajó de la prueba más difícil, donde la sostenía sólo con una mano, quedaron enfrentados, pegados, ella estaba ciega de dolor … de frustración porque en un minuto todo terminaría para ellos…. _ te amo… eso me pasa…. Me enamoré de vos_  fijó los ojos en los de ella incrédulo, era como que no entendía lo que le estaba diciendo… con un salto unísono que aplaudió todo el público volvieron a encontrarse en la posición que marcaba el final.
_Estás segura?... ella asintió y como si la coreo así estuviese  pautada él extendió el movimiento final y tomándola de la nuca la besó… con todas las ganas acumuladas tras horas de ensayos, de discusiones, de pactos, de risas, de charla…el aplauso cerrado los volvió a la realidad.
El acorde final se perdía resonando entre los jueces e invitados, la calificación excelente, se abrazaron felices… quedaba un largo camino por recorrer… lejos de ser el último baile como creyó tres minutos atrás… comenzaba uno nuevo, el más importante…la coreografía de su vida juntos… y no solo en el escenario.

Patricia Figura, octubre de 2010

domingo, 10 de octubre de 2010

CONVERSACIÒN AJENA

Conversación  Ajena.
Volvía caminando de hacer mil diligencias de norte a sur y de este a oeste, luego de una entrenadìsima clase de Pilates, salpicada de conversaciones personales y generales.
Como los músculos estaban aún calientes, no sentía el cansancio y podía seguir hasta la china… pero “el tiempo es tirano”, las nenas llegarían del colegio en un rato y debía todavía pasar a consultar por un par de cocheras para alquilar.
Así que tomé rumbo a mi calle que es muy transitada y en eso estaba cuando una voz fuerte delante mío me llama la atención.
No gritaba, pero era enfático, iba caminando  a pasos rápidos, firmes, como queriendo hacer hincapié a lo que decía… vestía con ese tipo de tela calurosa, acetato creo que le dicen, pantalones anchos, tenía una de esas cintas de algodón que ponen en las tarjetas de promotores o grupos de viajeros y la enredaba en su mano mientras hablaba por el celular.
_Pero claro que entiendo… ya sé negra lo que decís…_ eso escuché un poco porque lo traía el viento y otro poco porque inconscientemente comencé a prestar atención_ claro que tenès razón… yo si pudiera robaría.._ un par de autos entorpecieron el final de la frase pero apuré el paso y me fui acercando.
Mientras tanto pensaba que era muy raro que yo escuchara una conversación ajena ya que no es algo característico en mí, todo lo contrario siempre sostuve que el que espía por lo general no obtiene buenos resultados para sí mismo.
_Pero voy en cana negra… yo tengo los pibes por eso no lo hago… ya sé que necesitas… ya…_ otro auto… moto y un colectivo que no pasa nunca, pero…
Estaba convencida que él se iba a dar cuenta de que mi sombra se acercaba y que me iba a encarar con un “qué escuchas vos “… pero no, lo malo es que yo tenía que doblar y este muchacho seguía derecho, tomé la decisión de continuar una cuadra más… como un juego, total todavía estaba en camino hacia mi casa… después retomaría el de las cocheras.
_Yo nunca me voy a olvidar de lo que hiciste por mí… gracias a vos yo tengo los pibes… vos los criaste negra mientras yo estaba en cana_ ahí no interrumpió nada pero tenía  la sensación de que escuchó mi exclamación, así que hice como que me había torcido un pie y me detuve un momento para masajearme… pero como nadie me miraba ni dio acuse de recibo, “troté” unos pasitos y retomé mi marcha… en lugar de doblar para el mismo lado que tenía que ir yo, siguió en la misma línea…titubee un momento pero seguí su rumbo.
_Negra todos necesitamos unos mangos… yo no tengo laburo…vos sabes lo que pasó… los del lavadero se avivaron y …._bajó el volumen y fue imposible saber qué decía… me fui acercando un poquito más… un paso más largo que otro… mi sombra se estiraba sobre la vereda bañada de un sol de casi medio día y ya que había llegado hasta ahí…          quería saber bien de qué se trataba todo, así que aumenté mi ritmo justo cuando él en medio de una exclamación de fastidio se clava con los dos pies paralelos y yo me voy de nariz contra su espalda gigante y con un fuerte olor a transpiración y colonia “alternativa”.
Me quedé petrificada en lo que me pareció una eternidad… se dio vuelta con cara de “sacado”, enfocó los ojos a través de sus lentes oscuros y soltó un _disculpame…_
Yo tenía mis lentes clavados a mi nariz que me toqué como zombi para saber si no estaba quebrada y en lo que normalmente lo hubiera defenestrado, sólo balbucee un “ no es nada” y seguí caminando.
El  se quedó parado y lo oí discutir… supuestamente con “la negra”… llegué a la esquina y esta vez sí doblé para mi casa, me quedé sin saber el final, el porqué de su “estadía en la cárcel”, si finalmente volver  al ruedo era una opción para conseguir dinero, si la negra era una flor de mina que lo había bancado con los chicos en la mala y ahora quería un poco de ayuda…en fin, era otra  vida con sus idas y venidas que se cruzó en un momento dado con la mía, en una mañana plena de sol y con el sonido de autos,  pregones callejeros, ladridos de perros  perdidos  y pasos apresurados de otras personas, otras historias que jamás conoceré y que por un momento transitaron el mismo camino que yo.

Patricia Figura, octubre de 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

NOCHE FRÌA

Noche Fría

Y sin embargo muy cálida.
El invierno parecía que no iba a abandonarlos jamás en aquel pueblito costero.
Tan diferente en época veraniega, típico de las zonas turísticas, con flores en las plazas y los canteros, los negocios ofreciendo un abanico de colores estridentes con sus juegos de playa, sillones y planchitas para barrenar.
La gente caminado las suaves pendientes del terreno con sus ropas livianas, sombreros de paja y la infaltable filmadora a cuestas.
Y ellos, todos, desde el más chico hasta el jefe del hogar corriendo de un lugar a otro tratando de ofrecer alegría y comodidad al huésped.
Vivían en una pequeña hostería de madera, sobre una colina desde la que por una estrecha escalera de piedras del lugar, se descendía a una lejana y tranquila playa.
Durante la temporada alta, casi ni conversaban unos con otros, jamás tenían tiempo de una cena o desayuno familiar.
Mientras uno ventilaba los cuartos, otro extendía las blancas sábanas de algodón para que el sol y el viento las perfumaran y secaran.
Una sonrisa amable detrás del antiguo mostrador  estaba siempre dispuesta para ofrecer los placeres del lugar y si alguien asomaba su nariz en la cocina a cualquier hora del día podía ver las ocho hornallas rebosante de manjares y un sin fin de vajillas azul y blanca pulcramente ordenada en el armario de madera de pino.
Era importante que cada uno cumpliera con su trabajo, ya que del producto de esos pocos meses se viviría prácticamente el resto del año.
La gente se despedía satisfecha, feliz, diciendo una y mil veces que en verano no había mejor lugar para pasarlo,
Todos llevaban un souvenir del lugar, los licores de menta de la abuela, los llaveritos de tronco y flores disecadas que armaban durante el invierno  y  por supuesto la foto con toda la trouppe en el jardín de la  vivienda.
“Este lugar está hecho para el verano debe ser tan solitario en el invierno” era invariablemente la frase de todos los pasajeros.
Ellos reían y murmuraban algo como al pasar mientras se despedían.
Pero cuando terminaba la temporada y gran parte se cerraba y acomodaba para el año siguiente todos respiraban tranquilos  y satisfechos, como una gran familia de osos se retiraban a hibernar.
Volvían las charlas hasta altas horas, los juegos de mesa donde al abuelo era difícil de ganar, la cocina calentita los cobijaba a todos.
Y cuando la noche era más fría, más juntos y felices se sentían.


            Patricia Figura, octubre de 2007