lunes, 30 de agosto de 2010

CASAMIENTO POR CONVENIENCIA

Casamiento por conveniencia


_¿Entonces  estás de acuerdo?, me parece lo más práctico para ambos, vos ganás tu ciudadanía y yo cumplo con esa cláusula de contrato donde todos debemos tener “familia perfectamente conformada”- le preguntó él con tono alegre y despreocupado.
_ A mí me viene fantástico, necesito  un cambio urgente, pero no sé en que les puede influir  a tus poderosos patrones que tengas prole o no_ estaba echada boca abajo en su cama de soltera, mientras charlaba telefónicamente y enredaba el cable en su índice.
_ Ellos funcionan así, casado, se supone que tenés otros compromisos, gastos, hasta hipoteca, en fin no sos ya el espíritu libre que vuela rápidamente a una oferta mejor, si estás condicionado con gastos hay cosas que las pensás más de una vez antes de protestar_ mientras conversaba, preparaba una omelet de hongos frescos  que era su especialidad en comidas rápidas.
_Pero ése no va a ser tu caso, sólo seré tu esposa nominalmente, tendré mi propio empleo y ellos una vez pasado el tiempo no pueden despedirte por divorciarte_
_Veremos, veremos_ le contestó sonriendo y sin aclarar a qué se refería.
Se habían conocido de muy chicos, los abuelos de ambos eran vecinos y en las vacaciones escolares jugaban juntos alternando la pelota, con los muñecos, la pileta y los helados después de cenar.
En plena adolescencia la familia de él se mudó al extranjero, mantuvieron cierta correspondencia durante un tiempo y luego por años sólo tuvieron noticias esporádicas surgidas de comentarios de los abuelos, muchos más grandes pero casi tan vitales como siempre.
Pero un tiempo atrás él volvió por pocos días a recorrer su antiguo lugar, disfrutó de los viejitos, buscó algún compañero escolar, tomó mucho mate y a ella la encontró casi igual.
Salieron a bailar en grupo, a cenar, contaron uno a otro sus idas y venidas amorosas y planearon mantenerse en contacto por chat.
Cierta noche mientras estaban conectados, una propuesta él se atrevió a deslizar, le ofrecían un empleo más que tentador, abogado de una gran corporación, pero algunas “seguridades” él debía ofrecer, ella ya le había comentado de sus ganas de conseguir la ciudadanía y su rumbo aburrido cambiar de una vez.
Un poco en broma y mucho en serio la idea comenzó a tomar cuerpo, no era una nena precisamente, aunque su aspecto era más que bueno, nunca le interesó el estudio, cambió de trabajo no menos de un par e veces por año, sus amigas casadas y con hijos ya no podían seguir su ritmo un poco alocado.
En pocos meses todo quedó organizado, vivirían en el departamento de él, se casarían allá con la familia política y nada más.
Los últimos días fueron febriles, si bien mucho no iba a llevar todo se acumulaba y el equipaje pesaba una calamidad, la madre lloraba por los rincones y el padre un poco de alivio se atrevía a mostrar, por fin había “ubicado” a la nena, si no es que se la “devolvían” una vez más.
Las chicas del grupo no dejaron escapar la oportunidad, si bien ella repetía incansablemente que el matrimonio iba a ser una farsa, de la despedida de soltera no se podía escapar.
Disfraces, palabras emotivas, fotos para recordar, un stripper flaco y arruinado, más no habían podido pagar.
_Están todas locas_ se reía casi sin parar_ no es un casamiento de verdad, ayudo a un amigo y obtengo la doble nacionalidad!!_
Cuando el largo y tedioso viaje  llegó a su fin, se alegró infinitamente de ver su rostro alegre y bronceado que le sonreía, hacía señas con las manos indicándole que a su encuentro iba ya.
Se abrazaron con familiaridad y  él un “estás preciosa” dejó deslizar.
Ella no hizo comentario alguno, no quería entrar en un terreno demasiado familiar.
Con frases triviales terminaron los trámites y al departamento se encaminaron sin dejar de observar los puntos importantes de la gran ciudad, ella de pronto se sentía cohibida, desconocía todo, casi hasta el idioma, se podría agregar, ¿y si de verdad estaba loca?
¿y si tenían razón los demás?.
“A lo hecho pecho, mi querida, si estás en el baile vas a bailar”.
Amontonaron todo el equipaje, que finalmente se redujo a una valija gigante, un bolso de considerable tamaño y una mochila que llevaba ella en la mano con sus documentos y efectos personales.
Le mostró la estancia no muy amplia que hacía de living-comedor, con grandes ventanales blancos que daban a un colorido balcón con más plantas de las que parecía capaz de soportar, la cocina, bien provista de modernos artefactos algunos sin estrenar,
el baño antiguo y de techo altísimo, con encanto casi colonial y…el único dormitorio que por lo visto poseía el luminoso lugar.
Juntos lo observaron desde el marco de la puerta, somier gigante, cinco almohadas espumosas alcanzó a contar, placard del suelo al techo y moquete color lavanda al igual que las cortinas del gran ventanal.
_Espero que todo te resulte cómodo y alegre, estoy impaciente por llevarte a pasear_ la rodeó por los hombros y a la cocina se fueron a sentar.
Dispuso los individuales, la vajilla azul, copas para el agua fresca mientras conversaba y daba un golpe de horno al pastel de carne que para ella se había esmerado en preparar.
Ella respondió distraídamente a las entusiastas preguntas, todos le enviaban regalos y la abuela pretendía que viajara con la mouse de chocolate, que a él deseaba obsequiar.
Lavó los utensilios, mientras su amigo los acomodaba en sus respectivos lugares, cuando todo quedó limpio y ordenado, se sentaron a tomar un café,  recién en ese momento formuló la pregunta que le había estado  dando vueltas desde que llegó.
_¿Y  yo dónde voy a dormir????, no veo ningún sofá cama, ni espacio para colocar uno_ miraba a su alrededor tratando de descubrir algún moderno armatoste que se transformara en algo parecido a un lecho.
_Ah! Cierto, me olvidé de decirte que por un par de noches vas a dormir de mis padres, ellos te están esperando, luego de la boda por supuesto vendrás aquí conmigo_ buscó los abrigos y las llaves mientras le extendía su mochila de viaje_ no les pareció “decoroso” que pasaras tus últimas noches de soltera bajo mi techo, así que se sienten un poco responsables por vos ya que por razones lógicas tus padres no están.
“La boda”,  jamás había pensado en esos términos para lo que estaban por hacer, era un convenio, un acuerdo casi comercial, cada uno sacaba su tajada y a otra cosa, supuso que por una cuestión de costos vivirían en un mismo lugar hasta que ella pudiera mantenerse o se aburriera de la situación, pero nada la había hecho pensar en una cama que ocupaba casi toda la habitación, llena de almohadas y sin otro lugar al parecer donde dormir decentemente.
Sus “suegros” la recibieron con grandes muestras de entusiasmo, le preguntaron algo acerca del vestido de novia, o lo que pensara ponerse para la ceremonia, él no colaboraba demasiado para ayudarla a salir de esa incómoda charla, al parecer estaba tan intrigado como ellos en cuanto a lo que ella se iba a poner.
Por lo visto su “amigo” no había informado de la realidad a sus padres, éstos estaban convencidos de que se habían “enamorado” en la escapada de él a su tierra natal.
_¿ Cómo  les iba a romper el corazón diciéndoles que su único hijo se casaba para conseguir un empleo mejor?_ le contestó risueñamente cuando se quedaron solos para “despedirse”_ no sé que te imaginaste, linda, pero no es una firma de papeles mientras secretarias distraídas los sellan y listo, debemos hacer nuestros votos, y cumplir con la ceremonia habitual… ¿ de verdad no te trajiste un vestido?.
Lo hubiese ahorcado en ese instante, ¿qué lo divertía tanto?
_Jamás uso vestidos, me hacen parecer una nena de mamá, sólo uso jeans o algún traje si la ocasión lo requiere_ su tono era áspero, estaba cansada y  nada se parecía a la aventura que imaginara al planearlo todo
_Pues deberías usarlos, si mal no recuerdo, el verano pasado en la playa, tenías unas piernas fantásticas_ antes que ella pudiera contestarle se inclinó le dio un rápido beso y la dejó a merced de las atenciones de sus “ padres políticos”.
Los días siguientes pasaron como en una nube,  papeleo, amigos que querían saludarla, la visita al hotel donde harían una pequeña recepción para veinte personas, entre las cuales estarían los nuevos jefes con sus respectivas esposas, por supuesto.
Muchos brazos la estrecharon luego de la ceremonia, aún sentía el calor  en los labios del fugaz beso que su flamante “marido” le prodigara, hubo brindis y expresiones de buenos deseos, fotos tradicionales y comentarios con doble sentido.
Ella le dirigía miradas atónitas, él circulaba de grupo en grupo llevándola distraídamente del hombro, la sortija parecía tener el doble del peso normal, jamás había imaginado nada igual,¡ parecía que se casaba de verdad! , en un momento dado una carcajada nerviosa escapó de su garganta y ya no pudo parar…era todo tan ridículo, que las  lágrimas se le escapaban sin cesar, su risa resonaba  en el íntimo salón del hotel internacional.
Se aprovechó el momento de alegría, de esta novia tan particular, que no llevaba vestido de cola ni flores de azahar, y con un último brindis la pareja se retiró a su propio hogar.
_Decidí postergar el viaje de novios para cuando te aburras de este lugar, igual ya saben todos que por una semana no deben ni llamar_ bromeó él cuando en una parodia la levantó en brazos para cruzar el  umbral.
_Basta ya de juegos, no hay nadie adelante, no es necesario fingir más_ le contestó irritada, por primera vez en toda su vida, nada lograba controlar.
_ Yo no estoy fingiendo nada, mi querida, es el día de nuestra boda, nos acabamos de casar_ apoyado contra la mesa y con los brazos cruzados la observaba divertido ir de acá para allá, mientras ella protestaba que todo eso no tenía sentido, él no la podía dejar de mirar.
_ Bueno, vení, no seas tonta_ le dijo riendo mientras le extendía una mano que ella dudó en  tomar_ a ver decime, ¿porqué estás tan enojada, qué es lo que no encaja en tu realidad?
_Toda esta parodia del casamiento, pensé que era un trámite y nada más, un arreglo entre nosotros, mi manera de obtener la green card_  parecía una nena desolada a punto de llorar, por una vez sus arrebatos parecían no tener el final habitual_ en cambio me encuentro con un montón de gente involucrada, parientes y amigos que nos desean felicidad … y para colmo vos no sos el mismo amigo de siempre, el que me ofrecía un acuerdo legal y nada más._cuando se cansó de gesticular se recostó en el pecho que él divertido le ofrecía, le había llevado años sacarla de su despótica seguridad, ahora descolocada y sin llevar la “batuta”, parecía más vulnerable y su ternura le quería dar.
_ Yo, nunca hablé de un “acuerdo comercial”, esas fueron siempre palabras tuyas, tu manera de ver mi propuesta matrimonial, acepto que la presenté como una tentadora oferta, pero nunca pensé en vos como una esposa en los papeles y nada más_ sus brazos se hicieron más firmes cuando ella intentó poner distancia una vez más.
_ Me mentiste_ lo acusó indignada, su genio altanero estaba siempre acostumbrado a ganar, no tenía la seguridad de si estaba furiosa con la tranquilidad de él, o con ella misma, porque la idea de vivir como su esposa no la dejaba de tentar.
­ _Nunca te mentí, si te hubiese pedido casamiento de la manera habitual, todavía te estarías riendo, buscando excusas, como que los amigos no se casan jamás, o lo que es peor estarías con alergia  de tan sólo imaginarte que el matrimonio puede ser tu realidad._  la giró para poder mirarla a los ojos mientras hablaba con total solemnidad.                        _Repetiste mil veces que jamás te ibas a casar, que tus amigas no eran como antes, que ya casi no se veían más, que llevaban una vida monótona a la que no te podrías acostumbrar… _ después de un suspiro y con esas chispitas doradas en los ojos que ella siempre encontró dulces y de una confianza total, agregó firme y seguro de sí mismo_ te ofrecí una aventura, porque era la única forma de que aceptes mi propuesta matrimonial, pero no soy ni un loco, ni un sádico y por supuesto no te voy a violar, elegí correr un riesgo podía salir bien o mal, sos libre de hacer lo que quieras, una cama no te va a condicionar, no voy a ponerte una mano encima, aunque me muera de ganas  y esto es verdad,  hasta que encuentres un empleo te podés quedar en este lugar que para vivir con vos preparé con ansias de disfrutar…pero si decidís a este matrimonio dar una oportunidad espero que te entregues por entero, ni medias tintas, ni  un pasatiempo más, nada de idas y venidas ni histeriqueos, quiero a mi lado una mujer de verdad, la que estoy seguro de que sos capaz .
Ambos quedaron en silencio, no eran palabras las que se debían agregar, a ella la excitaba terriblemente, que toda esa argucia él haya podido desplegar.
Solita había caído en la trampa, que este atractivo “marido” supo tan bien planear, el evidente deseo en la mirada de él, a ella no tardó en contagiar, todavía podía salir a flote y su orgullo de alguna manera salvar, demostrarle que la caprichosa e inconstante amiga había dado paso a una mujer como él merecía, con deseos de que este “casamiento por conveniencia” no sólo se pudiera consumar, sino que para ambos se transforme en una promesa de amor y felicidad.




                               Patricia, julio de 2007








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