domingo, 28 de octubre de 2012

¿HASTA CUÀNDO?...


¿Hasta Cuándo?

Reclinada sobre el respaldo de su coche, disfrutaba del recorrido hacia la casa paterna.
La autopista nueva, impecable, sin animales sueltos, carros y con un tráfico tranquilo… le permitía una velocidad crucero….el CD que terminaba de comprar le hacía compañía a sus pensamientos.
¿Hasta Cuándo?
 Con esa pregunta tan simple y tan cargada de significados que no estaba preparada para analizar profundamente, la había despedido su analista en la última sesión.
No podía contestar eso, porque no sabía lo que la mantenía a su lado.
¿O lo sabía demasiado bien?.
Le gustaba su vida tal como estaba, los mejores colegios para sus hijos, estudios paralelos, deportes, vacaciones de invierno a lugares de elite, vacaciones de verano en el paraíso… literalmente.
Si bien dirigía su hogar para que todo estuviese perfecto, la ropa, los uniformes, la limpieza, el orden, las alacenas bien provistas con las dietas de cada uno, y la infaltable colección de jugos naturales bien helados… hacía mucho que materialmente no hacía ningún quehacer, y lo disfrutaba, no siempre había sido así, pero más allá de los primeros diez años de matrimonio donde ambos forjaban el bienestar familiar, la bonanza llegó y se afianzó en cada uno de sus poros.
Su aspecto cuidado y engañosamente sencillo, si bien parecía absolutamente natural, costaba una pequeña fortuna anual, pero lo valía, nadie le daría un minuto más de treinta años y ya casi rozaba los cuarenta y cinco.
Siempre atenta, sonriente, logró despojarse de sus celos paranoicos y con ellos de las peleas continuas que minaron su matrimonio en los primeros años, sabía con quien se casaba, atractivo, caballero, centro de grupo, pero también con su pequeña coraza interna… nada lo afectaba y si lo hacía no lo demostraba, vivía a su modo, era eso o nada.
La última no había sido una crisis como las anteriores.
Por el retrovisor vio una todoterreno que se acercaba a la velocidad de la luz.
Puso el guiñe y pasó al carril derecho, tenía toda la intención de llegar entera al almuerzo familiar, sus hijos estaban desde el día anterior con sus primos, él no iría.
Por supuesto su ausencia se haría notar, pero su familia había aprendido a disimular, a mirar sin ver, se limitarían a preguntarle cómo estaba y a mandarles saludos, excepto su hermana… ella buscaría el momento apropiado mientras tomaran sol o salieran a caminar, era tan poco hiriente, tan justa, jamás juzgaba…. con ella era fácil hablar.
Fue su primer amor de verdad.
Su único amor, el padre de sus hijos, su marido, su amante infiel marido.
¿Hasta cuándo? Le había preguntado el analista cuando ella en una crisis de llanto planteo su agotamiento, su falta de dignidad disfrazada de excusa en el bienestar de sus hijos.
No tenía una respuesta.
O tal vez la tenía desde siempre. Jamás se iba a divorciar. Tal vez con otro sería exactamente igual, solo que no sería el padre de sus chicos, ni le ofrecería el oro y el moro, no tendrían los amigos en común, un lugar en el álbum familiar de casi treinta años juntos.
Vio la villa miseria al costado de la autopista, estaba llegando a la ciudad… el sol reverberaba sobre las chapas e imaginarse en ese horno la hizo estremecerse… el aire acondicionado la mantenía totalmente alejada del asfalto que se derretía en ese día pleno de calor.
El no se esforzaba por ocultar el brillo de su mirada cuando una mujer merecía admiración.
Los ojos acariciaban la piel de quien fuera la portadora de su atención en el momento…se mostraba obsequioso, multiplicaba sus atenciones, contaba anécdotas mundanas que divertían a la interlocutora y por un momento, una tarde o una noche, la hacía sentir en un pedestal.
Hasta que la saboreaba.
Eso llegaba tarde o temprano.
Para sus encantos no existía el “no” si estaba dispuesto  a conseguir la presa.
La victima elegida, llegaba a convencerse de que el mundo de él giraba en torno a ella, que jamás había experimentado algo así… aunque se cuidara muy bien de expresarlo con palabras y nunca pero nunca ninguna pudiera afirmar que él les había prometido algo, sus actitudes las convencían de ser una debilidad para el galante seductor que las tenía bajo la mira.
Ella conocía demasiado bien los “síntomas”…estaba inquieto, verborràgico, “pesado” le decían los chicos, sexualmente más activo, no era cuestión de reservarse para la ninfa en espera, las ganas iban en continuo recambio a medida que su cabeza explotaba esperando el momento final.
Eso podía llevarle una semana, o poco más.
Cuando todo había pasado, cinco minutos después de que su marido se retirara del cuerpo elegido, instantáneamente el interés caía con la misma velocidad con que se había gestado.
Ella podía experimentarlo en el momento en que llegaba a casa más tranquilo, reposado, la abrazaba fuerte, le decía que estaba linda, ¿había cambiado el corte de cabello? ¿ el perfume?... volvía a verla, era otra vez ella, su amor, su cotidiana elección a través de los años.
Ella sabía que él nunca se permitiría enamorarse de otra.
Huiría de eso siempre, ella significaba hogar, familia, hijos bajo el mismo techo, las finanzas a buen resguardo, un estilo de vida que no se derrumbaría.
Casi desde el principio había sido así.
No iba a cambiar a menos que ella pusiera distancia.
Tomó la salida que la llevaría a la avenida de sus padres, el barullo de su familia siempre la reconfortaba, sus sobrinos zambulléndose en la pile, su padre en el asador, la madre con las ensaladas…. El canto de los pájaros en el viejo paraíso del fondo.
El celular sonó, le había entrado un mensaje que leyó en el semáforo “Linda, llegaste bien?”, siempre atento y protector…¿en brazos de quién estaría? ¿o había aprovechado mientras la diosa de turno se daba una ducha?, vio nublado por las lágrimas, el conocido nudo en la garganta amenazaba con derrumbar su tan cuidada vida.
Dio la vuelta a la esquina y estacionó frente al viejo y querido hogar, después le contestaría, tenía práctica en reponerse rápido y poner rostro de retrato feliz…cerca de la otra esquina, en la sombra un coche muy parecido al de su esposo estaba estacionado, no alcanzaba a ver bien, pero lo distinguió al instante.
Y el corazón volvió a latirle fuerte.
Bajó con su andar elástico y su sonrisa pronta, con el celu en la mano junto a su oreja, la estaba llamando.
Con una sonrisa atendió.
_Sorpresa! _ le dijo él mientras caminaba a su encuentro_ al final la reunión se postergó hasta el próximo sábado …vamos a volver en autos separados pero …acá estoy _ estaban muy cerca, cortaron, se encontraron una vez más uno en brazos del otro, ella se fundió y respiró hondo contra su pecho y él la apretó muy fuerte, se aferró a su lealtad, a su paciencia, a su amor…. una escaramuza, apenas una batalla ganada a sus más bajos instintos, una miga de pan.
¿Hasta cuándo? La voz del analista resonaba en la cabeza de ella mientras caminaban hacia la casa de sus padres de la mano.
“No lo sè….mientras siga habiendo golpes bajos no voy a poder alejarme…es mi cruz…pero no me la mandó Dios… la elijo día a día, mes tras mes, año tras año y así creo que va a ser hasta el último día de mi vida….de alguna manera me prostituyo con mi propio marido….”
Los chicos los abrazaron felices, enseguida la conversación se hizo de locos, todos hablando a la vez, sirviendo las bebidas, poniéndose cómodos, fueron a cambiarse por ropa de baño, un par de zambullidas antes de comer para aplacar el calor del viejo patio familiar, mientras los de la casa ponían la mesa bajo el frondoso árbol y el viento suave los envolvía una vez más en la “instantánea familiar”.

Patricia Figura, octubre de 2012.

miércoles, 24 de octubre de 2012

TODO LO QUE QUIERO (video youtube)

En este video va una etapa de amor adolescente, de sueños, de làgrimas dulces, secretos compartidos y la complicidad de una abuela que me adoraba y siempre me acercaba la mùsica que me hacìa felìz, tambièn està la mejor parte de mi papà, la que me hizo disfrutar de parques de diversiones y la posibilidad de entrar al estadio justo cuando sonaba esta canciòn.
En este video sin duda hay mucho de mi.... aunque no sea màs que un tema comercial propio de su època.

lo comparto.

http://www.youtube.com/watch?v=cIHaru6ha40

domingo, 14 de octubre de 2012

QUE EL PASADO NO ME ALCANCE...


Que el pasado no me alcance…

Se revolvía inquieta entre las sábanas.
Blancas, arrugadas después de un sueño nada reparador.
Se sentía sofocada, solo que no se daba cuenta, estaba dormida…no podía salir de las garras invisibles que la tenían atrapada.
Colocó una almohada gigantesca entre sus brazos…apoyó su cabeza y sus piernas.
Por un momento su respiración se volvió tranquila, regular.
Los rostros iban y venían.
Amigos de la infancia que le ofrecían una medialuna, una chocolatada al salir de la pileta de lona que ocupaba todo el patio de la casa familiar.
Quien fuera su pareja durante tanto tiempo sonreía, perversamente, sádicamente, estiraba los brazos y sus dedos parecían tentáculos que se adherían a su cabello mientras ella corría.
Corría incansablemente.
Estaba a punto de huir.
Paradójica mente cuando lograba poner distancia…èl aparecía delante de ella.
Saltó
O esos creyó, se movió espasmódica mente y despertó.
No se había caído, estaba en la cama, en su gran cama revuelta… el calor de la siesta se filtraba por la celosía , había un ulular de viento que presagiaba tormenta, aunque el sol inclemente parecía a punto de derretir el juego de jardín antiguo que había pertenecido a sus tías abuelas.
Espió por las hendijas.
Aumentó la velocidad del ventilador de techo… fue hasta la heladera, tomó el pote de helado y disfrutó un par de cucharadas refrescantes.
Volvió a acostarse…el cielorraso parecía más cercano que de costumbre.
Soñar la agotaba.
Era como volver a la cárcel de la que había escapado.
Era imposible que eso sucediera.
Para lo onírico nada era imposible.
Dio vueltas para un lado, para el otro, trepó nuevamente a la almohada…quedó mirando fijamente hacia la ventana y el reflejo de la sombra del árbol que se balanceaba con el viento.
Era el viento de  “los locos”… ese que le dicen “norte”….cuando soplaba, sus pesadillas eran aún peores…sabiendo eso trataba de pensar cosas placenteras antes de dormirse.
No siempre daba resultado.
Los demonios internos difíciles de exorcizar….tomó un libro del mueble antiguo que había a un costado de su amplísima habitación.
Una historia rosa con final feliz, leyó un par de capítulos cuando escuchó la campanita de la puerta de entrada, ¿quién podía ir a visitarla en una siesta semejante? Sólo una iguana.
Se levantó entre fastidiada y curiosa, caminó por el largo corredor y a través de los cristales esmerilados de la puerta de madera del frente vio una imagen que se movía, consultaba el reloj y volvía a hacer sonar la campana.
En el instante en que abrió la puerta él en persona, puso un pie adentro y de un tirón se hizo espacio para entrar.
Esa risa odiosa y sardónica.
Ella miró la luz encandilante que atravesaba el cristal y calculó los veinte metros que debía correr hasta llegar a las rejas del frente…” que alguien la ayude, que alguien lo saque… que se lo lleven por favor”.
_Qué hacès acá?.... qué querès? No podes venir y meterte en mi casa…. es mí casa, no hay lugar para vos._ le hizo frente con furia.
Ignorándola, caminó por el vestíbulo, con paso largo y antipático… sobrador, ostentosamente se sentó en el amplio sillón colonial, heredado por ella de sus tías también, cruzó las  piernas con gestos exagerados y con la sonrisa idiota sin moverse de sus labios.
Ella sintió la furia crecer dentro suyo, la ira le brotaba entre los dedos… le ganó al miedo y al dolor de todas las vejaciones sufridas a lo largo de tantos años.
_Salì de acà!!!!!...Basta, terminala!!!!!!!! Olvidate de mí, no existo más para vos… enfermo, perverso, bestia…._se enfrentó a él con toda la bronca de años acumulados…quiso tomarlo de la ropa y arrastrarlo hasta la calle, se sentía con la fuerza de una topadora y la risa de él era el combustible perfecto.
Al tironear con todo su vigor la camisa de él se desgarró y ella cayó al piso golpeándose contra la mesita ratona.
La caída provocó la sensación de sobresalto y al aferrarse al piso de madera, este se arrugó convirtiéndose una vez más en las ajadas sábanas que le indicaron que era víctima de su propio sueño.
Estaba sofocada, transpirada, agitada….aliviada también.
“Hasta cuando Dios mío… hasta cuando”, mil veces se dijo que no iba a dormir más su siesta cuando soplara el viento caliente y pegajoso del norte.
Después el sueño la vencía  y con él la bestia despertaba nuevamente.
“No puede hacerme nada más….no puede acercarse  a mí…todo terminó hace años”.
Miró el reloj, eran las cinco de la tarde de un sábado de primavera… fue a bañarse, se demoró bajo una ducha fuerte y caliente, se lavó el cabello también…. la toalla esponjosa la envolvió, abrió las ventanas, entró el sol pero ya no de lleno, la sombra del árbol le permitía un poco de reparo… puso música, llamó por teléfono a su amiga, arregló para ir a tomar algo fresco, se encontraría con las otras más tarde, si no llovía.
Eligió una solera fresca y sandalias bajas, tomó las llaves del auto… por un momento cuando giró hacia el corredor y las puertas de madera y cristal estuvieron frente a ella, la pesadilla la golpeó nuevamente… agitó la cabeza con un gesto de “fuera” y con paso determinado y firme, salió al amplio jardín,  entró a la cochera que era un anexo relativamente nuevo y luego de chequear que todo estuviera bien cerrado, aceleró y dobló la esquina sin mirar atrás.
No tenía sentido temerle a la casa, a las sombras o al viento… los fantasmas aún vivían dentro de ella.
Pero poco a poco había conseguido que la visiten menos asiduamente.

Patricia Figura, octubre de 2012

lunes, 8 de octubre de 2012

AL FINAL...JUNTOS OTRA VEZ...


Al final…juntos otra vez.

Era tarde, no tenía sueño, lo suyo era cansancio emocional, físico también, pero eso se iba después de algunas horas de sueño… el otro no.
Su diminuto living donde el mullido sillón de tres cuerpos ocupaba casi todo el espacio, la cobijaba en la penumbra de las luces bajas, a través  de las cortinas delgadas y claras, las luces de la calle enviaban un suave resplandor que caía sobre la mesita de los portarretratos.
Se recostó con un suspiro.
El día había sido largo.
Sus hijos habían estado junto a sus respectivas familias, los más chiquitos eran la nota feliz de la postal que quedaría grabada en su retina.
Un acontecimiento familiar había obrado el milagro de estar todos juntos, sin que por una vez nadie estuviera ausente.
Hasta él compartió el almuerzo y el brindis.
Todos los caminos de su vida pareciera que convergieron en su persona… era como el delta que desemboca en un ancho río para unirse después al mar.
Comenzaron su historia juntos cuando apenas eran adolescentes.
Dos criaturas representando obras teatrales confundiendo papeles escénicos con las emociones reales.
Se enamoraron.
Indudablemente.
Estudiaron, se casaron, progresaron.
Todo era vivido como a través de una cámara filmadora, se veían protagonistas de su propio argumento… histriónicos, seductores, sensuales, provocativos, celosos, apasionados…. Jugaban con fuego.
El dolor los golpeó… donde más puede doler a un padre.
El castillo no era de naipes, no se vino abajo, todo lo contrario, familia sólida, pareja sólida.
Pasada la treintena los encontró inquietos, ya llevaban la mitad de su vida juntos, la catarsis vino por el lado laboral, el progreso para poder sostener un hogar con chicos que iban creciendo demasiado rápido, los puso a prueba teniendo que vivir en países diferentes gran parte del mes.
Eso aligeró la carga y renovó la fantasía.
Cuando él regresaba con grandes bolsas de garotos para los niños y lencería fina para ella, la casa se convertía en una fiesta y los abuelos recibían los nietos a dormir más de una noche.
Los negocios finalmente no resultaron tan buenos.
Llegó una separación temporaria.
La angustia de soltar la mano de quien te la ha tomado toda tu vida puede llegar a remontar a la persona como a un barrilete… o sumirla en la tristeza y la desesperación.
Cuando volvieron a encontrarse ella parecía veinte años menor, muy delgada, casi sin maquillaje, con su piel acaramelada como en un bronceado permanente, sus hermosos ojos con pestañas oscuras y curvas lo miraban con esa melancolía eterna.
El la invitó a salir.
Fueron novios después de haber sido esposos.
Volvieron a vivir juntos, la familia y los chicos festejaron con ellos.
Para los parientes era inimaginable que uno esté sin el otro, los amigos eran comunes a ambos desde siempre, del secundario…eran casi simbióticos.
Hasta que la rutina los invadió.
Estaba todo controlado, pero él quería exactamente lo contrario, descontrol y adrenalina, a los cuarenta largos, necesitaba sentir emociones fuertes.
Comenzó a hacer gimnasia, quería ver sus abdominales marcados y los brazos fuertes…repartía piropos, trataba de mostrarse canchero y entrador.
Ella lo observaba con su media sonrisa cansada.
Se separaron, esta vez de manera definitiva.
Él dejó su provincia de siempre para tomar nuevos aires.
Cambió su grupo de amigos por nuevos compañeros de andanzas, de salidas y peñas de solos, una vez al mes iba a visitar a los chicos que ya estaban muy grandes y comenzaban a transitar sus propios senderos.
Ella lloró hasta quedar sin lágrimas.
Se encontraban todos para navidad y fin de año, ninguno formó pareja.
Ella se encontró con el famoso “nido vacío” después de haber hecho malabares para atender a tantos, cocinar para una mesa desbordante de charlas, anécdotas, jugos derramados, sifones vacíos y postres que duraban solo segundos, se encontró con que la vivienda familiar quedaba demasiado grande.
La conservó igual porque los chicos vivían lejos, tenía nietos que podían quedarse en la habitación que fueran de sus padres, comenzó a salir con sus compañeras de trabajo, con un par de amigas que también se habían divorciado.
Le encontró el gusto.
Viajó, renovó su guardarropa, arregló el living, su lugar preferido, dio de baja al viejo sillón raído de tantos pies que se treparon a él.
Retomó las clases de música de la infancia.
Aprendió a ser feliz y disfrutar de su libertad.
Recibió un llamado telefónico…él pedía volver al departamento  provisoriamente, hasta que se organizara en su nuevo trabajo.
No iba a molestarla, apenas pudiera se buscaba un lugar.
Aceptó… y la savia comenzó a retirarse …se sintió marchitar…al poco tiempo descubrieron que él estaba muy enfermo, realmente muy enfermo.
Poco quedaba de ese eterno muchacho de buen humor, caballero, bromista, seductor.
La necesitaba, buscaba sus ojos tristes, sus manos siempre prontas… la vida se le escurría como agua entre las manos.
Suspiró, se obligó a levantarse del cómodo sofá, cerró la persiana, llevó el jarrito de café a la cocina, invadida por la comida nutricional destinada a alargar lo inevitable.
Se asomó a la habitación donde él dormía agotado por los dolores, encontrando el descanso en fuertes calmantes.
Fue a su propia habitación, encendió su velador, era tardísimo, al otro día la esperaba una larga jornada laboral.
El círculo se estaba cerrando, eran jóvenes todavía, comenzaron la vida adulta de la mano y al parecer así la terminarían.
La vida los ponía a prueba una vez más.
“Fue un gran amor”, pensó para sí misma….”Todavía lo es” le pareció escuchar que susurraba él.



Dedicada a alguien muy presente en mi memoria, recuerdos de la niñez, cuando todos nos reuníamos en casa de mis abuelos paternos



Patricia Figura, octubre de 2012

sábado, 6 de octubre de 2012

NI A LOS TALONES...


NI A LOS TALONES

_Pero no!, ese chico no es para vos, por favor…_ una y otra vez la famosa frase fue escuchada a través de los años y las décadas.
Desde la adolescencia, cuando el entusiasmo le  brillaba en las pupilas, corría cuadras enteras para tocar el timbre en la casa de su amiga y contarle una novedad mínima, zonza, pero que a ella le dibujaba una sonrisa….casi invariablemente se encontraba con un gesto burlón y un balde de agua fría.
Ese escepticismo, mezcla de incredulidad y desconfianza era volcado hacia cualquier muestra de interés por el sexo opuesto.
En las reuniones de adolescentes, cuando las cuatro o cinco del grupo se juntaban a tomar mate y a cambiar opiniones sobre los chicos del barrio, del cole, del club…. todo era risa, diversión, imitaciones, rubores y emoción… hasta que con su fría lógica echaba todo por tierra…. Parecía que nadie les “haría justicia” nunca….la famosa frase “no te llega ni a los talones” era su muletilla habitual.
_Pero por favor! No puede no gustarte, “está buenísimo”…. ¿viste los ojos que tiene?_ una y otra de la troupe trataba de derrumbar el muro que había construido a su alrededor… cada vez que uno de los chicos se mostraba interesado en ella, se permitía un cierto brillo es sus ojos claros que podían ser muy cálidos y muy fríos otras veces.
Podía llegar a aceptar que le gustaba.
El chico en cuestión tenía tales o cuales atributos…pero… ¿y si lo único que quería era acostarse con ella? ¿ Y si era solo una apuesta con los amigos? ¿ y si ella se “metía” y él después la dejaba por otra?... todos los prejuicios de los ochenta y más.
Le daba tantas vueltas al asunto que quedaba satisfecha solo con el aprouche…cero intento de conocerlo al muchacho de turno en cuestión.
Mientras tanto las amigas acostumbradas a sus sabotajes hacían oídos sordos.
Durante los primeros años, más de una dejó sus parejas o intentos de serlo, por los razonamientos fríos y exactos de la amiga, pero después el sentido común, la curiosidad y las ganas de compartir las etapas con alguien especial, aunque para la otra “no le llegara a los talones” pudo más y de a poco se fueron poniendo de novias… se “arreglaron” como se decía entonces.
Mientras las otras organizaban las bodas, los hijos, pañales, separaciones, divorcios, viudez, peloteros, escuelas, actividades especiales, nuevas nupcias, etc. ella cambió su risa por un gesto más seco, más adusto…la eterna diatriba entre el entregarse a una relación o ponerse a resguardo de lo que pudiera lastimarla, la dejaba agotada, marchita, ajada.
Hasta que un día…como pasa siempre, cuando la guardia estaba baja, porque ante semejante espécimen no era necesario tener guardia, se encontró con unos ojos oscuros, picaros, sobradores, que la miraban desde un adulto a otro, sin disfrazar lo que realmente quería hacer con ella.
La curiosidad mató al gato y pudo con ella.
Sin necesidad de protegerse emocionalmente porque era “seguro” que no se iba a enamorar de él, aceptó algunos encuentros a cenar o a tomar algo y conversar.
Se sentía halagada y divertida  pero la relación estaba fuera de discusión.
Mucho mayor que ella.
Profesión conocida por su promiscuidad.
Divorciado dos veces.
Sin hijos propios.
No usaba eufemismos para hacerle saber lo que le despertaba, daba lujos de detalles que provocaban un enrojecimiento furioso en el rostro de ella e inevitablemente terminaba riendo, divertida y con su autoestima por las nubes.
Pasaron un fin de semana juntos en un pequeño velero, inmaculado y con todas las comodidades, capricho de él, comprado luego de su último divorcio.
A una reina no la hubiese atendido con mayores honores.
Se brindó por entero a ella, a su placer, a su tiempo, a sus gustos…no faltaron los mimos, la declaración de amor, los chocolates suizos y el champagne auténticamente francés.
Muy a su pesar sintió que la coraza cuidadosamente elaborada a lo largo de tantos años tenía fisuras… estaba asustada, solo Dios sabía lo que podía pasar con sus cuidadas emociones una vez que las compuertas se abrieran.
Se encontró pensando en él cuando se despertaba, cuando iba a correr, cuando trabajaba, revisaba su correo doscientas veces al día,  el contestador automático, el celular…si no tenía noticias en varias horas después del plan de asedio al que él la había sometido, su mente atribulada y boicoteada tantas veces por ella misma comenzaba con los interminables soliloquios del “como yo decía”… hasta que un sobrecito amarillo le indicaba que tenía un mensaje y el corazón comenzaba a latirle ferozmente.
Otro fin de semana fueron a pasarlo a un importante centro turístico, estaba deslumbrada, mimada, feliz…y a la vez se sentía desamparada, asustada, padecía la relación casi con la misma intensidad con que la disfrutaba.
_No te voy a pedir que nos casemos… al menos no por ahora, yo ya lo intenté dos veces y si bien eran dos minas excelentes…les ganó la rutina, lo cotidiano, el famoso “asentamiento”… yo soy medio nómade, nunca quise la familia tradicional, hijos, llegar a casa del trabajo y ponerme las pantuflas_ estaban en un cálido salón de té,  de madera y piedras, ventanales fijos donde el paisaje nevado contrastaba con la intimidad de las luces bajas y el perfume del chocolate caliente._ Sé que no te llego ni a los talones…
Ella dio un respingo de sorpresa al escuchar su frase, pero no quería perderse ni una sola de sus palabras, así que saboreando el humeante líquido, no apartó los ojos de él.
_Me gustaría iniciar algo…que se yo como plantearlo… se que no me tenès confianza, que no me tomàs en serio, pero yo cuando estoy con alguien que de verdad me interesa… ESTOY y no me muevo de ahí, sino hubiera seguido casado y  alternado con cuanta mujer me llevara el apunte… pero no me interesa, puedo ser muy compañero y todo lo que me gusta como viajar, esquiar, navegar  lo disfruto si lo comparto con quien me mueve el piso…sino pierdo interés.
_¿Qué me estás diciendo en realidad?_ le preguntó ella sin poder evitar el dejo de inseguridad.
_No me la hagas más difícil! Si vos me entendès…te propongo eso, estar juntos, confiando uno en el otro….sin firmar un pagaré o una hipoteca…cuando las cosas cambien para uno de los dos “ SI CAMBIAN” no tiene porqué pasar… somos adultos y no necesitamos ni el engaño ni la mentira o subestimar la inteligencia del otro… lo hablaremos, llorará el que tenga que llorar o quien te dice, nos entierran juntos de viejitos_
No pudo evitar reírse ante semejante discurso.
_ Puede ser….puede ser…no estoy acostumbrada a tener una relación de pareja… a los horarios de otro, las costumbres…. menos que menos compartir mi departamento, mi cama o mi baño permanentemente_
_ bueno, me llevo mi cama y mi inodoro_
_jajaj que tonto… no, no es eso…en parte aunque no lo creas, me agarras de sorpresa, pero me gustaría intentarlo…de a poco, ni yo irme a tu casa  ni vos a la mía… algunos días juntos y otros cada uno en su refugio… es lo más sincero que te puedo ofrecer._
_y… si no me queda otra….ahora ¿cómo se que me tengo que ir? ¿o que ya estuviste mucho en “mí lugar” y necesitas de tu soledad? ¿cómo sé cuántos días estás dispuesta a ceder? No me gustaría arreglar días fijos….capaz que justo me toca estar con vos cuando quiero estar sollll_ ella lo interrumpió con un beso, la hacía reír, la ridiculizaba con todas sus reglas y prejuicios… le demostraba de una manera cómica y descontracturada que veía fantasmas donde no los había.
_Piano piano_ le dijo ella.
Siguieron de la mano, conversando y riendo hasta que afuera fue oscureciendo y las luces de las pistas de ski se fueron encendiendo, el futuro se presentaba tentador, ya no eran adolescentes, ella salía de los treinta, él era un hombre maduro, encantador, vital y confiaba en que iba a terminar ganándose su confianza y llegarle a algo más que a los talones.

Patricia Figura, octubre de 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

It`s All Coming Back to me now

Como en una novela gòtica.... plagado de misterio, largos corredores, espejos borrosos a la luz de los candelabros, bailes de màscaras y todo el misterio.

http://www.youtube.com/watch?v=MtsWW5NdrVI&feature=related

I`d lie for you. meat loaf.

Otro de los excelentes trabajos de Meat Loaf, siempre acompañado por figuras femeninas que se caracterizan por voces de alto registro, bocas generosas y piernas larguìsimas... repite el mismo patròn en todos sus videos que se asemejan a pequeñas operetas.


http://www.youtube.com/watch?v=RbdpXx-PHuM