lunes, 28 de febrero de 2011

INCREÌBLEMENTE ESTO ME SUCEDIÒ.

Increíblemente, esto me sucedió.

Fue  no hace mucho, estaba caminando por el Boulevard de mi ciudad mientras mis pensamientos vagaban muy lejos de allí.
 El caminar es mi ejercicio preferido así que lo hago cada vez que puedo, aunque eso no me impide hacer un”stop”, en por lo menos dos panaderías, para “cargar mis pilas”.
Ese día era diáfano, sin ser caluroso, mi ritmo era constante y mis imágenes mentales se sucedían veloces e hilvanadas una con otras, en mi mano derecha sostenía una bolsa de papel hecha bollo esperando encontrar un cesto donde arrojarla.
En mi recorrido había frondosos árboles que se mecían al compás de un viento suave y esporádico, vendedores ambulantes, niños en los semáforos que hacían malabares y de repente soltaban todo para arrojarse,  encima de los conductores, esperando una moneda.
También ajetreados trabajadores que hablaban por sus celulares mientras con la otra mano sostenían maletines o carpetas.
Cuando estaba por cruzar una de las numerosas calles que lo atraviesan siento el inconfundible llamado:¡mamá, mami, mamá!, en un instante pensé “pero mis nenas están en el colegio”, aún así sentí que era la destinataria del llamado.
Todo sucedió en apenas un instante.
No tendría más de cuatro años, los ojos brillaban entre incrédulos y felices, se soltó de un tirón del atónito señor que la llevaba de la mano y corrió a abrazarme.
Instintivamente me coloqué a su altura y con fuerza la estreché entre mis brazos.
Él se acercó rápidamente, era el padre, confuso me pidió disculpas y los bracitos gordos intentó soltar de mi cuello, mientras yo colmaba de besos esas mejillas rosadas y suaves.
Por fín la nena se apartó un poquito para mirarme de frente,_¿vos sos  mi mamá?, ¿ me ibas a buscar al jardín? No me gusta “ese” perfume_. Con sus enormes ojos me hacía mil preguntas más, mi asombro e incredulidad seguramente se reflejaron en mi rostro cuándo escruté el del padre.
_Mi esposa falleció hace casi seis meses, todavía de alguna manera ella la espera, de lejos tenía un estilo parecido al tuyo y las ganas de abrazarla supongo que hicieron el resto con su imaginación_ los ojos cansados de él me decían que también la extrañaba.
_ No mi cielo, no soy tu mamá, aunque me encantaría_ ¿cómo consolarla y darle esperanza cuando lo que ella había sufrido era un “cuco” para mí?¿ si el miedo a los brazos vacíos tanto de madres como de hijos era un fantasma que invariablemente rondaba mi mente inquieta?. Mis labios se negaron a hablar y mis manos a soltar las suyas, así como el desencanto se instaló en su carita linda y redonda.
_Vamos, vamos mi amor, que la abuela te espera, hoy te hacía milanesas con papas fritas, ¿te acordás?_ la levantó y le habló con mucha ternura, la nena lloriqueaba, quería a su mamá.
Con un distraído “disculpame” él comenzó a alejarse hacia un coche estacionado, sin pensarlo lo llamé.
_Esperá, no sé ni qué decir ni como ayudar_ él me miraba con una mezcla de resignación e impaciencia_ tengo hijas, una, la chiquita, más o menos de la edad de la tuya, si querés te doy el teléfono de mi casa, los fines de semana mi marido y yo las llevamos a los juegos o a la playa a lo mejor para ella es un distracción, una alegría y para vos…_ dejé la frase sin terminar.
Él apenas esbozó una sonrisa, titubeó como diciendo que no había solución para tamaño dolor, pero miró a la gorda que apoyada en su hombro me observaba y lentamente me ofreció una tarjeta de su billetera.
_Generalmente estamos los dos a la tardecita, si logran dibujarle una sonrisa durante toda una tarde va a ser mucho más de lo que familia y amigos han conseguido en meses_ la acomodó en el asiento trasero del coche, la saludé prometiendo que iba a llamar para invitarla a jugar.
Se alejaron, emprendí mi regreso, quería volver a mi hogar, hablarle por teléfono a mi amor, esperar a mis nenas con la mesa tendida y el puchero de pollo que tanto les gusta.
Ese mismo fin de semana la buscaríamos para jugar, le ofreceríamos música y colores, algo para esperar, una esperanza,  la sorpresa de un llamado para jugar… y con el tiempo, mi perfume, terminaría por gustarle.


Patricia, noviembre de 2007














LA AMIGA

LA AMIGA

El  espejo oval las reflejaba.
Un merengue de encaje  chantilly, alborozado y feliz…por un lado.
Un strapless  con todos los colores del arco iris sobre piel de seda…por el otro.
_Estás radiante! ¿No es eso lo que se dice de las novias?_
_Sólo los que usan frases hechas, de las mejores amigas se espera algo más personal_ rieron como siempre, formaban un hermoso cuadro las dos, jóvenes, bronceadas, clásicas, ¿seguras?.
Los ojos de la amiga recorrieron a la novia, mientras ésta abstraída en sus propios pensamientos, acomodaba el ramillete de flores que anudaba a su cintura.
Recordó cuando se conocieron en cuarto grado, la seño presentó a “la nueva”,
que apenas esbozó una sonrisa con ortodoncia, ella inmediatamente se le acercó,
le ofreció una de sus “manón” en el recreo y la invitó a caminar por el patio, a recorrer el “cole”.
Nunca se separaron, hubo infinidad de discusiones, días sin dirigirse la palabra sufriendo cada una en su casa, celos cada vez que alguien amenazaba invadir la cofradía que ambas formaban.
¿Cuándo comenzaron a cambiar sus propios sentimientos?.
¿En mitad del secundario? ¿Cuándo los chicos comenzaron a invitarlas a salir?.
Tantas noches pasadas juntas, hablando en susurros para que no las obliguen a dormir.
Risas ahogadas bajo las sábanas…secretos compartidos.
Hasta que el nudo en el estómago llegó a hacerse casi insoportable.
Cada vez que ella en su inocencia la abrazaba espontáneamente, o le daba un sonoro beso en la mejilla riendo por alguna broma, sentía que le iba a costar contenerse, no confesarse.
Al verla dormida a su lado, respirando suave o acurrucándose en las noches más frías, moría por ceder a la tentación de rozarla, deslizar la yema de sus dedos por la piel delicada, tibia que descansaba a su lado.
Pero nada fue peor que cuándo lo conoció a él.
Llegó a los gritos, como loca, jurando que estaba enamorada del chico más lindo que existía sobre la tierra.
Con un nudo en la garganta y una sonrisa valiente en los labios fue siguiendo la historia de amor entre ellos… que destruía cualquier fantasía que pudiera haber alimentado.
¿Y si hablo?...se preguntó más de una vez en que el dolor se hacía insoportable.
¿Qué voy a conseguir? ¿Horrorizarla? ¿Alejarla inevitablemente? ¿Su lástima? ¿Que me esquive aún inconscientemente?... no tiene sentido… ante su insistente pregunta casamentera sólo puedo responder  “Ya me va a tocar a mí”.
Suspiró y su amiga extrañada y sonriente la miró_¿Nostálgica?_ la abrazó con ternura y disfrutó de la imagen que se reflejaba frente a ambas_¿No somos el colmo de la belleza?_ se rió feliz mientras le daba un beso a su amiga de la infancia.
_Eso es poco decir_ le entregó el ramo, acomodó el ruedo del vestido que llevaría a su amor al encuentro de su alegría y futuro.
Le tomó la manos un segundo y suavecito le dijo_ Tengo que decirte algo…_
Interrogante la miró.
_Te amo con toda mi alma_ los ojos le brillaban de alivio y emoción
_¿Acaso pensás que no lo sé?_la abrazó muy fuerte y luego despacio la alejó_ tonta…vamos mi Dama de Honor._ se enjugaron los ojos, partieron, el espejo ya no las reflejaba.

                                   Patricia, julio de 2008

jueves, 24 de febrero de 2011

MISIÒN CUMPLIDA!

MISIÒN CUMPLIDA.

Por  primera vez no tuvo problema de sacar sus ansiadas vacaciones en enero.
Claro que serían las últimas que solicitaría, no habría regreso al escritorio que con paciencia y nostalgia estaba despejando.
Cuarenta años de trabajo en esas paredes?. Increíble, toda una sucesión de acontecimientos personales volvieron a su cabeza.
Mientras hacía malabares para ser padre, esposo, amigo, hijo, hermano, suegro,  transcurría su vida laboral, con broncas, injusticias, pedidos denegados, compañeros inolvidables, clientes, personajes, amigos que se escapaban de su rutina para invitarlo a un cafecito a mitad de la mañana.
Ahora los días de tormenta no tendría que salir sì o sì a la calle.
Los actos escolares perdieron su turno en el tiempo, tal vez ahora sería el momento de disfrutar los logros de los hijos de otra manera.
Cómo sería una mañana en casa? Estorbaría, seguro, no estaban acostumbrados a que esté dando vueltas mientras se realizaban los quehaceres hogareños.
Una vueltita por el club, un cafecito en la peatonal, más tiempo para compartir  y si se aburría siempre estaba la posibilidad de realizar trámites a otros, incluso podría armar una pequeña gestoría… con tantos contactos de cuarenta años de trabajo!!!!!!!!!!.
Pero ya estaba pensando en trabajar y todavía no termina su última jornada, se rió sólo mientras guardaba lápices, gomas, bandas elásticas y biromes para su sucesor.
Eran muchos los compañeros que se fueron retirando.
Gente trabajadora, cansada…y otros que siempre fueron becados.
Cada vez, las caras nuevas, irían invadiendo el querido lugar, generaciones nuevas que cuando necesitase un trámite debería explicar…” esto es así, trabajé cuarenta años antes que vos acá, mira si sabré lo que te digo”.

 Tal vez recibiría una sonrisa de respeto, o tal vez no, sólo indiferencia hacia alguien que ya no está produciendo, dependería de lo que la nueva camada lleve en su interior.
El por su parte siempre intentó ayudar… a los jóvenes e inexpertos, a los mayores ya cansados y confundidos con tantas firmas y papeles.
Cosecharás tu siembra dice el refrán popular.
Ojalá fuera verdad.
Los ruidos típicos del lugar llegaban a sus oídos, mientras los ojos acuosos recorrían arcadas y molduras.
Clientes y amigos al enterarse de su retiro confesaron que lo iban a extrañar.
Ahora sabía que iba a ser mutuo.
El trabajo le quitó muchas cosas…pero le brindó otras.
Cerró los cajones, miró si no quedaba nada personal, y comenzó a caminar lento hacia la salida del costado, la principal estaba cerrada a los clientes.
De todas maneras volvería todos los meses a cobrar.
De a poco se fueron acercando los compañeros, palmadas, buenos deseos, “Venì a visitarnos”. “ tenès suerte, yo en quince días tengo que volver a esta locura”. “disfrutà de tu familia” los que todavía estaban de otra época y los que él ayudó a formar, todos ofrecían sus saludos y buenos augurios.
Su sonrisa franca y emocionada lo acompañó hasta la planta baja, levantó su mano en un saludo de “hasta pronto”.
Misión Cumplida.
Salió a la calle, a pesar de la lluvia intermitente, hacía un calor sofocante.
Se iba en taxi.
Ya tendría tiempo de ser jubilado.
Ahora iba a dormir la siesta y después tal vez un  rato al club.
Sin apuro… total,…mañana no se madruga.

Patricia Figura. enero de 2010

Al Señor Berràz, una cara amiga que voy a extrañar, cuando vaya a hacer trámites al ..”banco de mami”.

sábado, 19 de febrero de 2011

quien te quiere como yo.... video de c.b.

http://www.youtube.com/watch?v=mME-URRbak8
guardo este video porque me parece sumamente romàntico y encantador... quiero perpetuarlo en mi  blog para estar segura de que cada vez que quiera voy a poder disfrutarlo y compartirlo.

jueves, 17 de febrero de 2011

CAMILLE CLAUDEL...BIOGRAFÌA...(extraìda de google)

Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos...". Estas palabras fueron escritas por Camille Claudel al cumplirse el séptimo año de lo que ella misma calificaba como "penitencia", su internamiento en un manicomio.
Lo que desconocía entonces es que el final de sus días, 23 años después, la encontraría en el mismo lugar, el sanatorio mental de Montdevergues, y del mismo modo, encerrada.

Reportaje

Titulo: Retrato de Camille Claudel. N° de inventario:Fotografía 527. Fotografo: César. Tecnica: Papel albúmina. Dimensiones: 15,5 x 10,3 cm. Proviene de:Museo Rodin, París.
La suya es una historia donde se entremezcla el talento con el amor y la locura con el arte. El nombre de Camille Claudel (Villeneuve-sur-Fère, 1864) ha trascendido al tiempo, muy a su pesar, más por ser musa y amante del escultor Auguste Rodin que por su talento artístico. Pero a diferencia de otros dúos musa-artista (Gala y Dalí, Modigliani y Jeanne Hébuterne), éste contaba con un ingrediente que lo hacía más apasionado si cabe: ambos eran creadores.
Hasta no hace mucho las sombras oscurecían las razones por las que Camille, tiempo después de romper con el gran amor de su vida y tras un periodo de enfermedad y encierro, pasó los últimos 30 años de su existencia internada y aislada del mundo a petición de su propia madre.
Recientemente han salido a la luz unos documentos que, aunque encontrados en el sótano de un asilo de París en 1995 por Philippe Versapuech, investigador en historia psiquiátrica, no se han hecho públicos hasta resolverse la batalla legal desencadenada por su propiedad. En ellos consta el diagnóstico realizado en su día por los doctores que observaron en la paciente delirios paranoicos. Pero entre esos papeles también se encuentran cartas de la propia Claudel que denuncian con extraordinaria lucidez la dureza de su confinamiento, su soledad y el odio creciente hacia quien fue su maestro y amante.
Auguste y Camille se encontraron por primera vez en 1883 cuando el escultor, entonces con 43 años, visitó el taller donde ella, de 19, trabajaba. A la joven le había costado mucho esfuerzo que sus padres, de origen modesto, aceptaran su vocación en un tiempo en que las cosas no eran fáciles para una mujer, menos si pretendía ser artista y aún peor si se decantaba por la escultura. Rodin (París, 1840) era un escultor de cierto renombre que ya había parido El pensador y tenía el encargo de crear Las puertas del infierno, inspiradas en la Divina comedia de Dante, para un museo de artes decorativas que nunca se llegó a abrir. El realismo de su trabajo contrastaba hasta tal punto con lo que críticos y artistas estaban acostumbrados que incluso le acusaron de haber moldeado la figura de una de sus obras, La edad de bronce, directamente sobre el cuerpo del soldado que había posado para él.
Su devoción por el arte le llevó a matricularse a los 14 años en la Petite École, una escuela pública donde estudió Dibujo y Matemáticas. En tres ocasiones pidió ser admitido en la Escuela de Bellas Artes y otras tantas fue rechazado. Destrozado por la muerte de su hermana mayor, Marie, había decidido en 1862 ingresar en la orden de los Padres del Santísimo Sacramento, fundada por el padre Eymard. Fue éste quien alentó su vena artística y pronto su falsa vocación le devolvió a la vida laica. Poco después, en 1864, el mismo año del nacimiento de Camille, conocería a Rose Beuret, una costurera que se convertiría en su compañera para toda la vida, madre de su único hijo y vértice de un triángulo donde Camille Claudel era quien más tenía que perder.


Almas gemelas. Aquel primer encuentro en el taller, rodeada de figuras a medio terminar, el polvo flotando en el aire, vestida con el amplio jubón que utilizaba para esculpir, fue impactante para el ya maduro artista de barba rojiza y ojos miopes. Camille le deslumbró. "Una frente espléndida sobre unos magníficos ojos de un azul tan extraño que difícilmente se encuentra fuera de las portadas de las novelas", diría de ella su hermano, el escritor Paul Claudel, en 1951. Pero no sólo fue su belleza, le fascinó su obra. Nada más ver sus yesos descubrió en ella un alma gemela, alguien que como él vivía por y para los perfiles. Alguien que, como él, se zafaba del academicismo para liberar las figuras, dotarlas de movimiento y emoción, transformando poses clásicas en nuevas formas de poderosa vitalidad.No pasó mucho tiempo antes de que Rodin le propusiera trabajar en su taller. La única mujer entre sus alumnos, rápidamente convertida en objeto de guiños y sonrisas, desde que se hizo evidente el magnetismo que ejercía sobre el maestro. Su rostro, su talle, sus formas, pronto fueron reconocibles en sus esculturas, para escándalo de su familia. Antes musa que modelo y amante.
"Mi muy querida, caído sobre ambas rodillas ante tu precioso cuerpo que abrazo", le escribió Rodin a finales de 1884, principios de 1885. La pasión por el arte y por sus propios cuerpos les unió e inspiró obras como El eterno ídolo, El beso, La aurora y El pensamiento, firmadas por él, y Sakountala o el abandono, La edad madura y los bustos de Rodin, por ella. Robaban tiempo a sus vidas, quedándose un poco más tarde que los demás en el taller para poder estar solos hasta que en 1886 Rodin alquiló la casa conocida como Le Clos Payen o La Folie Neubourg. Allí establecieron un taller privado que, sin embargo, no fue un hogar común. Él nunca abandonó, quién sabe si obedeciendo a la ternura, al amor o a la culpabilidad, a quien fue su paciente y fiel compañera, Rose.

En su primer día de ingreso, el doctor truelle le diagnosticó "manía persecutoria" y "delirios de grandeza". se creía víctima de "los ataques criminales de un famoso escultor", como consta en los documentos recientemente hechos públicos
En su pequeño reducto de creación, ambos trabajaban de igual a igual. Pero fuera de esas cuatro paredes, ella era sólo la alumna de Rodin, o peor, su amante. Cada vez que exponía llegaban a sus oídos los comentarios de quienes veían detrás de esos desnudos la mano del maestro, no la creían capaz de crear por sí misma, pese a las palabras del artista: "Le he enseñado dónde encontrar oro, pero el oro que encuentre le pertenece a ella". En general, las críticas fueron positivas pero no vendía, no recibía encargos. Todo lo contrario que Rodin: en su taller los cinceles de sus ayudantes no descansan, es nombrado caballero de la Legión de Honor, expone junto a Monet, le piden un monumento a Victor Hugo y otro a Balzac...
Camille se sentía humillada, oscurecida por el genio de su mentor; quería demostrarse a sí misma y a los demás que era una mujer, sí, pero también una gran escultora. En 1894 se inicia un progresivo distanciamiento de la pareja que se convierte en una ruptura definitiva a finales de 1898. Ella era presa de los celos, artísticos y amorosos. Era consciente de que Rose siempre se interpondría entre ellos porque Rodin ni siquiera se planteó dejarla cuando estuvo embarazada de un hijo que nunca llegó a nacer.
Se estableció por su cuenta. "Se me reprocha (¡espantoso crimen!) haber vivido sola", escribiría en 1917. Pasó así unos años de febril dedicación a la escultura en los que apenas salía de casa, abandonada de sí misma y sufriendo penurias económicas. Finalmente cayó enferma, tanto que en diciembre de 1905 se organizó en París una última gran exposición con 13 de sus esculturas. Pero la muerte se volvió esquiva. Comenzó a sentir miedo, apenas comía por temor a ser envenenada y destruyó a martillazos sus propias obras. Eran los primeros síntomas de una demencia que tenía como eje de sus iras a Auguste Rodin, al que tanto amara.
El 3 de marzo de 1913 moría su padre, Louis-Prosper Claudel, la única persona de su familia en la que Camille encontró algo de comprensión. Una semana después, el 10 de marzo, fue arrastrada fuera de su apartamento e introducida en una ambulancia. Su madre, Louise, había firmado los papeles para su internamiento en el sanatorio de Ville-Evrard ante la opinión médica de que sufría severos trastornos mentales que la hacían peligrosa para sí misma y para los demás. "Triste sorpesa para una artista; eso fue lo que obtuve en lugar de una recompensa, suelen ocurrirme semejantes cosas", escribiría ella después.
Hoy se sabe que, en su primer día de ingreso, el doctor Truelle le diagnosticó "una sistemática manía persecutoria" y "delirios de grandeza" por los que se creía víctima de "los ataques criminales de un famoso escultor", como consta en los documentos recientemente hechos públicos, desmintiendo así la idea, en cierto modo romántica, de que su encierro fue ordenado por su familia para evitar el escándalo. "En el fondo, todo eso surge del cerebro diabólico de Rodin. Tenía una sola obsesión: que, una vez muerto, yo progresara como artista y lo superara; necesitaba creer que, después de muerto, seguiría teniéndome entre sus garras igual que hizo en vida", llegó a escribir, en un ejemplo de cómo la pasión se tornó en odio.
Rodin continuó con su labor creativa y cedió gran parte de su obra al Estado, donación con la que se creó el Museo Rodin que abriría sus puertas en 1919 y que en la actualidad conserva la mayor colección de las obras de Camille Claudel, 15 esculturas. El 29 de enero de 1917, Rose y Rodin se casaban después de compartir 53 años de sus vidas. Ella murió 16 días después de la boda y él, en noviembre de ese mismo año. Reposan juntos en Meudon (Francia), coronada su tumba por El pensador.
Camille vivió en la más extrema soledad ("Necesito ver a alguna persona que sea amiga"), ya que su madre solicitó que no se le permitiera recibir visitas ni mantener correspondencia. Así, en total abandono, con la mayor parte de su obra destruida por sus propias manos, olvidada por todos, murió en el sanatorio de Montdevergues (al que había sido trasladada en 1914) el 19 de octubre de 1943. "No he hecho todo lo que he hecho para terminar mi vida engrosando el número de recluidos en un sanatorio, merecía algo más".

miércoles, 16 de febrero de 2011

UN NUEVO HOGAR...

UN NUEVO HOGAR…

Despacio fue recorriendo por última vez las habitaciones.
Las paredes desnudas, despojadas de los adornos personales, recién pintadas.
Los pisos sucios, opacos por el trajín de llevar muebles y enceres hacia el camión de la mudanza.
Fue hasta la habitación de sus hijas…ya no estaban las camitas gemelas, el velador que al girar hacía bailar a Mickey en las paredes, el roperito, los cuentos y el baúl de los juguetes…. Por la ventana el sol entraba a raudales… no había cortinas que mengüen su brillo e intensidad…. se podía ver la galería exterior, el asador donde “se armaba la fiesta los domingos”…. la hamaca se mecía solitaria con la suave brisa otoñal.
Salió como lo hacía siempre, echando un último vistazo y cerró la puerta.
Por el corredor fue al que fuera su cuarto, amplio, cómodo, con vista al pequeño parquecito, el níspero gigante velaba sus sueños…también había un bananero, y el pino que acostumbraban a  adornar en navidad…. Abrió el amplio ventanal y aspiró una vez más el conocido perfume de la tierra algo húmeda… las flores… se despidió en silencio.
Pasó por el escritorio… sin rastros del refugio que fuera en realidad… no encontró los libros apilados por doquier, los cuadros de su querida amiga, el piano, los dibujos enmarcados de sus hijos…pero esas cosas que hacían a su vida cotidiana estaban celosamente guardadas…irían rumbo a su nuevo destino, su nuevo hogar, y cada una ocuparía un sitio especial… la harían sentir cómoda… “en casa” otra vez.
Pasó por la cocina…casi su “recinto”… donde corregías las tareas escolares, cosía, organizaba las comidas, tomaba mate con sus amigas…donde pasaba horas al teléfono.
Con una sonrisa abrió el amoblamiento de cocina… su orgullo, soñado y a medida… en el interior encontró un “stikers” de barbie… lo dejó…si venía una nena a vivir…era como una bienvenida.
Cerró con llave la puerta que llevaba al patio, y al parque… clausuró  las llaves de gas… fue hasta el living y probó que la luz estuviese cortada, acarició el marco de la puerta y “espió” por la ventana una última vez.. las imágenes familiares de su vecina barriendo… los chicos jugando en el jardín de enfrente, el carnicero y su mujer con el mate sentados a la sombra del paraíso… el almacén siempre abarrotado de gente….les envió un beso a todos mentalmente…por eso había querido ir sola a cerrar el que fuera su hogar… para despedirse tranquila y a su tiempo.
No estaba triste…era nostalgia…soltar lo viejo para poder construir algo nuevo, fue feliz en ese hogar… no como esperaba serlo cuando  cinco años atrás lo compraron pensando en lo cómodo que resultaría criar las nenas en un lugar tan espacioso y con verde, árboles, hamacas….y mucho sol entrando por las ventanas.
Pero lo fue….luego del dolor de aceptar que la pareja no tenía salida…. se encontró a sí misma…se sintió segura y fuerte… podía llegar a donde quisiera porque la tristeza no la tenía atada, adormecida…trató de hacer todo lo menos doloroso posible para las gorditas…no fue fácil… pero recibió muchísimo amor y ayuda… los amigos nunca fueron tan amigos y su familia nunca estuvo tan cerca.
Era hora de partir… de despedirse…un nuevo hogar la esperaba junto a sus nenas…ellas ahora mucho más tranquilas habían disfrutado de recorrer el departamento, descubrir su “piecita”… eligieron como iban a acomodar sus muebles… el color de las paredes…y si bien la vista desde su ventana no iba a ser la misma… esta también formaría parte de su niñez… de la previa a sus sueños…de las charlas mirando un punto fijo hasta quedar dormidas.
Cuando buscaba el que sería su nuevo lugar entre las condiciones “sine qua non” estaba la primordial…”ventanas amplias”… luminosas…mucha luz.
Estaba tranquila…tenían un nuevo hogar… chiquito, sencillo… pero lo harían tan suyo como lo fuera este… cerró la puerta de entrada…caminó por el jardincito hasta las rejas y con una sonrisa subió  a su coche, saludó con un gesto a los vecinos que agitaron las manos y con una sonrisa gigante fue a acomodar sus cosas a la “casita nueva”… seguramente su amiga ya estaría allí organizándolo todo y su mamá llevaría las nenas  hasta el anochecer para que al regresar cansadas pudieran disfrutar de un sueño tranquilo en su hogar… más ordenado…y en paz.


Patricia Figura… febrero de 2011.

viernes, 11 de febrero de 2011

el marido perfecto...


EL MARIDO PERFECTO

El marido perfecto, nadie lo podía negar.
Atento, fiel, caballero y con un amor incondicional.
Excelente padre.
Un hijo sin igual.
Pero como esposo…
nadie lo podía superar.
Pero claro, era humano, eso no se puede negar.
Y tenía un defecto, que por momentos….
eclipsaba cualquier cualidad.
Celoso al extremo, casi irracional,
Hasta el punto de querer atrapar al viento,
Por a su amor atreverse a rozar.
Ella no se lo hacía fácil, como era de esperar.
El la conoció atrevida e inquieta.
¡Ahora a no chillar!
Jaula de oro, carrozas sin igual,
Vacaciones en familia, ella era la reina de su hogar.
Larga lista de pactos, convenios y tratos…
que ninguno osaba desafiar,
a medida que pasaban los años…
determinadas reglas no se planteaban más
Salidas con parejas, en lo posible después de cenar.
¿Para qué comer afuera si en casa lo podemos hacer igual?
Era una broma que todos gastábamos una y otra vez más.
Pero a no negarlo…
el tenía una debilidad.
Una vez al mes, una sola y nada más.
A la peña con los del cole jamás iba a faltar.
Un asadito en el medio del campo….
pescado a la parrilla en casa de tal o cuál.
Pero a media noche a volver rapidito….
porque su “reina” se le podía escapar.
Pasados muchos años, maduro él y ella en la flor de la edad,
el marido perfecto, un desliz se permitió disfrutar.
Pasada la medianoche…no regresó al querido hogar.
Con una parte reducida de sus compañeros de peña,
a un conocido y candente boliche se fue a instalar.
Shows eróticos en vivo,
piernas que parecían no tener final,
todo animado por una sensual voz masculina,
y rociado con abundante champagne.
Cuando juzgó que la adrenalina era suficiente,
partió del conocido lugar.
Entró tan sigilosamente… que ni la gata lo fue a saludar.
Su reina dormía placidamente…
Vaya a  saber uno con  quién habría de soñar.
Amanecieron juntitos y sonrientes como era lo habitual.
Pero parece que algo lo inquietaba,
a este marido ideal.
Así que como quién no quiere la cosa…
su “escapadita” optó por comentar.
Le restó importancia, al cumpleañero había que acompañar.
Como la mayoría volvía a su casa….
él no lo iba a abandonar.
El lugar estaba casi vacío, según nuestro héroe.
Aunque unos buenos mangos les costó conseguir un par de butacas más.
Ella lo escuchó tranquila, mientras continuaba con los quehaceres del hogar.
Pero una divertida sonrisa se dibujaba en su boca sensual.
“ Así?  Fuiste alpiste mi querido, piedra libre a no dudar,
a partir del mes que viene salgo yo en tu lugar”.


                                       Patricia, julio de 2007

miércoles, 9 de febrero de 2011

EN HONOR A LO QUE FUE...

EN HONOR A LO QUE FUE…
Alguna vez los unió una pasión desbordante.
De esas que conocen unos pocos.
Sin poses, sin coreografía previa, sin ambagues, sin engaños ni subterfugios.
Se escondían en algún rincón…ahogaban sus expresiones de placer cuando sentían los pasos cansados de la vieja empleada del hogar, llevaba la ropa blanca  a guardar, inspeccionaba que los dormitorios estuvieran en orden, los  baños limpios, espejos relucientes… ellos escondidos furtivos y anhelantes por seguir gozándose uno a otro.
La casa era una L gigante, con jardín y fuente en el centro, sus puertas francesas daban salida en cada habitación a el…. Ellos tenían un escondite perfecto….eran novios de siempre, del jardín de infantes… héroe y princesa primero….amor pasional después.
En la casa estaban habituados a verlos juntos, èl….era uno más.
Cada uno eligió una carrera, la estudió, ninguno quiso alejarse optando por algo lejos de su ciudad, se casaron para alegría de todos… ya no había que esconderse, no era prohibido… al contrario, era lo que se esperaba…”que se amen mucho”.
Aprovecharon a viajar, disfrutaron de amigos en común, salidas nocturnas que cuando cursaban la facu se les hacía imposible, fueron progresando… despacio, con ayuda de los padres de ambos pero con mucho esfuerzo.
Los hijos no llegaron, se buscaron con alma y vida…. hasta que la cama como se dice comúnmente se convirtió en un laboratorio… pruebas, horarios, termómetros….igualmente el vientre de ella continúo plano como siempre había sido.
Obvio… la pasión desbordante….ya no era tal…. No había urgencia, había momentos programados, obligación aunque no fuera el momento adecuado….no era lo mismo, tampoco era lo natural… no era el proceso lógico de una pareja con los años…era desgaste y frustración.
Lo hablaron entre ellos, el amor no estaba en tela de discusión….pero el deseo sì y ellos eran una pareja, no hermanos… y teniendo el comienzo que tuvieron… costaba conformarse con menos…. No era calmar una necesidad fisiológica con quien lo indicara la moral o la ley… eran “ellos”… los que no podían estar cerca porque las manos los llevaban a cualquier lugar, los que inventaban situaciones, los que se besaban hasta que dar acalorados y tensos… tenían que conformarse con esto?.
No, y no lo hicieron… visitaron terapeutas, les aconsejaron adoptar…ninguno quiso… fueron egoístas, no necesitaban volcar amor paterno… querían el corolario perfecto para su historia de amor… un hijo de ambos.
Las familias no tocaban el tema, los amigos dejaron de hacerlo, pero eran un recordatorio viviente de etapas que ellos no cumplìan… el primer hijo, su crecimiento, las fotos que se mostraban en las reuniones…elegir colegios, comentarlos, aconsejar.
Llegaron a enojarse uno con el otro.
Se veían  y el fastidio les ganaba… centraron todo su mundo en lo único que no pudieron lograr…la tristeza de no tener un hijo propio, el dolor común no los unió…los alejó…irremediablemente…nunca sobrepasaron el límite verbal…no llegaron a ofenderse con palabras imborrables…. Pero así el milagro de un bebé les hubiera sido concedido…no había como… ellos hacia tiempo que no se tocaban… ninguno respondía al intento del otro… era como tocar un árbol seco.
_En honor a lo que fue alguna vez…me parece que no es saludable seguir juntos compartiendo solo gastos  tipo empresa o frustraciones como personas sin horizontes _le dijo él una noche, acercándose a la punta de la cama donde ella recostada miraba la tele.
Las lágrimas asomaron a los ojos de los dos.
_Así termina todo?... treinta años de amor?...sos mi primer recuerdo…siempre conmigo_
_y hasta cuándo los recuerdos van a sostener la tristeza de hoy… no quiero odiarte ni odiarme cuando inevitablemente nos traicionemos…fuimos increíbles… pero también lo peor que llegamos a vivir…la misma intensidad para la gloria como para la frustración… y somos jóvenes… demasiado para que esto sea una vida  para siempre_
Ella lo abrazó tranquila y despacio… por primera vez en mucho tiempo…no estaba tensa ni en guardia…compartía lo que  él planteaba…pero no se sentía fuerte para soltarse… no todavía.
No imaginaba otro hogar…otro hombre…menos la idea de él con otra mujer.
_No me querès más?...estás enamorado de otra?
_No quiero dejar de quererte… por eso no soporto lo que somos juntos…nunca vas a ser cualquier persona para mí… ni yo para vos… pero quiero salvar algo de todo esto…y no me enamoré de otra…pero no creo que estemos enamorados, ya no, …tuvimos una sola prueba difícil… y no la superamos linda…nos hicimos miserables y arruinamos todo lo que fuimos armando en años._
_Si, es cierto… pero no puedo imaginarme otra vida…otra cosa…somos como un combo_
_No, no es así… escuchate… jamás hubieras planteado ser un apéndice de alguien…no te encontràs… el enojo y la frustración lo único que  logran es llevarte a medir todo en si algo se salió de lo planeado o no… la pareja perfecta con la vida perfecta y el hijo perfecto… basta, yo también quería un hijo nuestro…lo soñamos mil veces… pero convengamos que a otros les ha tocado superar cosas terribles, incluso perder esos hijos…y no se convierten casi en enemigos._
Se quedaron en silencio… lo impensable  estaba planteado…. Se había dicho… no se podía hacer como si nada y continuar.
Cada uno quedó sumido en sus propios pensamientos.
Tendrían que decidir cuidadosamente como iba a terminar esta historia que comenzó una mañana de sol otoñal, mientras pisaban hojitas secas en el patio del jardín y compartían un alfajor de chocolate bajo la mirada de la señorita .

Patricia Figura, febrero de 2011

martes, 1 de febrero de 2011

cuando los hijos se van....

CUANDO LOS HIJOS SE VAN...
Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van... es que la vida se los lleva.
Ya no eres su centro.
Ya no eres propietario, eres consejero.
No diriges, aceptas. No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas.
Ya les crecieron alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya les pasó las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón.
Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado, para vivirla por su cuenta. 
Ya saben que son capaces de las mayores aventuras, y de la más completa realización. Ya buscarán un amor, que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.
Y si esa primera experiencia fue equivocada, tendrán la sabiduría y las fuerzas para soltarlas, así, otro amor les llegará para compartir sus vidas en armonía. 
Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir. Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, al sombro del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.
Que la rienda sea con responsabilidad, y la formación, llena de luz.Tú quedas adentro. En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón. Tu quedas atrás.
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que les mandas.
En el pañuelo que los despide.
En la oración que los sigue.
En la lágrima que los acompaña! 
Tú quedas siempre en su interior aunque cambies de lugar

Ani