viernes, 28 de enero de 2011

Otra conversación...ajena.

Otra conversación… ajena.

El lugar era un oasis realmente.
Piletas amplias, cómodas, nada atiborradas….
Reposeras, buena música, servicio de buffet y vestuario completo.
Acostumbraba a pasar algunas tardes de verano en ese lugar puesto que me resultaba cómodo llegar, era cerca de casa, tenía estacionamiento, y mis hijas se encontraban con amigas o las llevábamos nosotras.
Un atardecer… siempre fuimos casi las últimas en irnos, mientras descansaba del sol… tomaba unos ricos mates sentada en el borde de la pile habitual,  mis hijas jugaban un poco más lejos a hacer piruetas acuáticas, dos chicas de las cuales una se había hecho “notar” toda la tarde y dos chicos jóvenes en la mitad de la veintena… son presentados por uno de los conserjes del lugar que es el solárium de un hotel céntrico.
El viento suave traía claramente su conversación… ninguno hablaba en vos baja… y las risas eran estridentes.
Pude escuchar que la “diosa”…algo mayor que los otros tres… dirigía la “batuta” de la conversación… así me enteré que estaban todos alojados hasta el otro día y que provenían de la misma ciudad… Rosario,  el motivo era coincidente… representaban a sus empresas, era una reunión que ambas parejas tenían con la gente de la “capital”.
Al principio la charla fue más liviana… luego la “directora” dejó pautas bien claras de cómo era su vida en su ciudad, las comodidades de las que disfrutaba… ajenas y puestas a su disposición… “a mis amigos les encanta llevarme de un lado a otro si necesito algo” “jamás compraría un coche para encadenarme a gastos que no me interesan… mirame bien… quien se negaría a hacerme favores?”.
Los chicos le dieron educadamente la razón, incluso se ofrecieron a llevarlas al otro día de regreso a Rosario… después de todo iban al mismo lugar.
“volvemos en el auto del gerente como vinimos”….”pero si quieren hoy podemos dar una vuelta antes de la fiesta para conocer un poco esto”.
A mí me había llegado el momento de  emprender la retirada… llamar a las chicas para que salgan de la pile, se cambien, juntar las cosas y emprender el regreso a mi casa para bañarnos y encaminar la cena.
Cambié la  yerba al mate,  tomé un par de bizcochos de la bolsita y me acomodé un poco mejor.
Ya se habían puesto de acuerdo adonde se iban a encontrar, pasarían por el Puente Colgante, irían a  la Costanera Este, darían una vuelta y cada uno retornaría a la fiesta de su empresa para encontrarse después,  a la hora de los boliches para ir a conocer alguno.
La “batuta”…luego de suavizar su tono un tanto despótico y preguntar educadamente a los chicos por sus ocupaciones laborales (eran diseñadores gráficos y encargados de marketing) más jóvenes que ella y mayores que la compañera que cada tanto metía un bocado también, los indagó por sus vidas amorosas.
Respondieron tipo cuestionario… noviazgos finalizados, alguna amiga más cariñosa que otra y poco más…. Por supuesto ellos inquirieron a su vez.
“ En cambio yo…. estoy en un momento terrible en mi vida…. en ese aspecto, claro” se acomodó su largo cabello… que si bien era un nido de resortes… había tenido la astucia y la paciencia de dejarlo crecer lo suficiente como para que caiga hacia un lado, dándole un toque sexi.
“Después de cinco años de novia con un chico divino… nos dejamos… en etapas… pero nos dejamos”… mis hijas me llamaron con señas… les hice un gesto de que no gritaran y luego de cerciorarme de que ninguna se ahogaba, volví a prestar atención a la conversación.
“Empecé a salir con un vago… que es …no se`… me vuelve loca… estoy con él y te juro que nunca en mi vida sentí lo que siento…pasamos horas enteras en la cama sin salir”… los chicos, con la boca abierta y algunas moscas rondando alrededor… no osaron interrumpirla… “ nos vemos una o dos veces a la semana, el juega al futbol  y está…buenísimo”
“¿Y cuál es el problema pregunta el encargado de marketing.
“¿cuál va a ser?... vamos muchachos arriesguen….”…_tiene novia_ quise agregar yo, pero no entraba en el juego así que mordisquee mi bizcocho y le hice señas con el pulgar hacia arriba a mi hija menor que me mostraba  cómo hay que tirarse de trompo.
“Tiene novia…desde hace mil y la quiere….dice que yo lo vuelvo loco en la cama pero que a ella la quiere cualquier cantidad”…murmullos de asentimiento, algún comentario entre la amiga y uno de ellos…y la “batuta” volvió a la carga…”pero no todo termina ahí… estoy dividida en realidad porque en una de las peleas con él porque se fue de viaje con … bueno, con ella… conocí un chico re simpático, amoroso, que se desvive por mí… regalos, me invita a todos lados, me llama veinte veces al día por teléfono… pero es feo, petiso..pesa el doble que el otro….no se`… no sé qué hacer”…suspiró y quedó un rato en silencio….
Los chicos defendieron al “petiso” de una… los dos coincidieron que el otro era…nada… que el que se jugaba por ella y le daba “su lugar” ( me extrañó escuchar eso) era el petiso, el otro la tenía atrás de una puerta.
Ella más animada se ofreció a mostrárselos  y fue  hasta su bolso a buscar la cámara digital.
Según los comentarios… el futbolero no era nada del otro mundo y el petiso tenía aspecto de “hombre”…el voto general fue para el petiso… no obstante uno de los chicos le aconsejó que deje de verlos a los dos durante un tiempo y que se tome el trabajo de ver a cuál extraña o qué extraña de cada uno… recién ahí podría tomar una decisión.
Muy alegres y con un problema en vía de resolución… volvieron a acordar donde encontrarse y sintiéndose amigos de toda la vida juntaron sus cosas y se fueron al hotel colindante a bañarse y ponerse “lindos” para el paseo prometido.
Mis hijas más que satisfechas por el largo remojón del día… no discutieron cuando las llamé para irnos… se había hecho bastante tarde… pero el calor había cedido, estaba fresquito, lindo para unos lisos… tenía decidido invitarlo a mi marido a tomar unos en el club del barrio, con sus picadas gigantescas y el patio antiguo donde hemos jugado generaciones enteras…donde otras historias se habrían gestado, seguramente, y otras estarían por florecer.

Patricia Figura, enero de 2011

domingo, 23 de enero de 2011

MAÑANA EMPIEZO....


Mañana empiezo….
Abrió la heladera por nonagésima vez… como que algún alimento hubiese podido surgir por generación espontánea en los últimos quince minutos.
Observó el interior con desgano… movió algunas cosas para ver mejor  si no había quedado algo rico tapado por las mermeladas dietéticas y los postrecitos de las nenas.
Nada.
Cerró la heladera y prendió la compu….recorrió el facebook… cambió el estado donde hablaba de sus recientes vacaciones en el mar por un “mañana comienzo la dieta sí o sí”….pero no le dio más ánimo ni calmó su desasosiego, era como que al acercarse el día señalado más ansiedad generaba su sistema nervioso.
Aburrida recorrió las fotos nuevas una y otra vez… se miraba en bikini… no estaba mal… tampoco era la de cinco años atrás….pero la llevaba dignamente….aparte… quién con cuatro hijos gestados durante nueve meses en su cuerpo podía llevar un dos piezas sin  que éste abunde en carnes?... una operada, la portada del National Geografhic… o una privilegiada.
No era ninguna de las tres cosas… tampoco era ya talle 2…su ropa le entraba… apretadita… pero le entraba….aunque se sentía un matambre, entonces usaba cosas sueltas, amplias cómodas, hindúes… pero no se encontraba… nunca fue su estilo.
Apagó la compu… prendió el tele y buscó una película romántica… esas que el final dibujan una sonrisa y te hacen sentir que todo puede ser…. Pero sólo encontró los eternos cuestionamientos sobre la sexualidad del mediático millonario dulce, los amantes de las faranduleras…(muertas de hambre… seguro que por eso pelean tanto), ciencia ficción y poco más en los ciento ochenta canales incluido el de la monjita que enseña a cocinar y los chef internacionales que de acuerdo a la geografía del lugar te aconsejan a aprovechar sus bondades a la hora de llevar la comida a la mesa.
Sonó el gong! En realidad el teléfono, una de sus amigas le preguntaba si iba a estar porque pasaba a tomar unos mates… listo, matar el tiempo, no tenía ganas de ponerse a hacer nada provechoso… la casa estaba en orden, los chicos más chicos durmiendo la siesta, los dos mayores en el club, el marido  en una reunión para ponerse al día después de tanto tiempo  afuera.
La amiga en cuestión la saludó con un _¡¿`como andas???????? Vi tus fotos! Se ve que la pasaron genial!!!!!!!!, te traje tus facturitas de la panadería  del centro… tu  debilidad… se nota que te extrañé …no?
Después de todo a la dieta la iba a comenzar al día siguiente… así que…..
Charlaron, intercambiaron chismes, novedades, anécdotas…se despertaron los chicos, lograron rescatar algo de las delicias traídas por la amiga, y poco más.
A la noche salieron a tomar unos lisos refrescantes para apalear el calor sofocante del verano que no  daba  tregua, propuso ir caminando hasta el patio cervecero… todos protestaron, se subieron a la camioneta familiar y disfrutaron de una rica picada charlando, peleando por hablar cada uno contando como había sido su día, y no dejaron de notar que en otras mesas había parejas que estaban sentadas sin conversar, recostadas en sus sillas, mirando con desgano alrededor…en otra un viejito que era un habitué del lugar, pedía su infaltable “milanesa a caballo” y la disfrutaba como si fuese la primera que probaba en su vida.
Los más chiquitos jugaban entre las mesas y cada tanto volvían a su lugar a “cargar combustible”…se sentía mejor… no tan inquieta ni desasosegada…ya no estaba fastidiada….al contrario, se dio cuenta de que era una privilegiada… tenía una familia fantástica que disfrutaba de los momentos compartidos, todavía los mayores salían con ellos, a veces acarreando amigos, primos, compañeros de escuela, pero iban,  su mesa era larga y abundante, le daba alegría,  de la misma manera que un mate con torta o facturas amenizado por una buena charla con gente querida, el asado en el club los fines de semana, los helados a la salida del cine… y las cenas a solas con su esposo… regadas de buena charla y buen  vino.
Era un placer…no era gula, no estaba todo el día engullendo o masticando porque sí… pero el solo hecho de querer volver a ser lo que los años vividos habían modificado… era un absurdo, así como la experiencia y madurez para resolver distintos contratiempos era innegable… su físico un poco más “contundente” tampoco… fue donde se formaron sus hijos…los amamantó y disfrutó haciéndolo…creció… como persona, como esposa como mamá… y si ese crecimiento iba acompañado por un talle más… cuál era el problema???
Vio el amor y también el deseo en su esposo esa noche cuando la casa dormía y comenzaba la diversión para ellos… y entre risas le comentó…”mañana empezaba la dieta”
_Porqué empezaba? Te arrepentiste?._ le daba un chirlo tal como era su costumbre desde hacía más de quince años_ las colas flacas no me gustan….eh?.
_Dije empezabaaaaaaaaaa… no pienso someterme a algo que me angustia, me cambia el humor… ni me voy a abandonar ni voy a flagelarme con la balanza… trataré de cuidarme para mantenerme…y cuando se presente la oportunidad de disfrutar de algo rico y compartido… lo voy a hacer SIN CULPASSSSSSS._ se acomodó en el hueco de su brazo y aspiró el after shave que le encantaba.
_Mientras te puedas seguir poniendo la ropa que me gusta….y no la cambies por batones…._
Lo miró seria, él se rió como siempre que la hacía dudar de si una broma realmente lo era o no…le dio un beso suave…_ Recién llegamos y ya extraño las horas que pasábamos todos juntos en la playa… con el horizonte por delante y horas de ocio sin nada importante que hacer_
_Me pasó lo mismo….bueno, haremos lo posible por poder volver el año que viene_
_Seguro… espero que no tengas que comprarte una enteriza!...pensà que los añ…._ ella lo pellizcó en el costado, se taparon la boca con las manos… ninguno quería que los chicos se sumaran … apagaron la tele…se demoraron en las caricias… se conocían… se disfrutaban… cada uno sabía qué le gustaba al otro …no apagaron las luces… el espejo del vestidor los reflejaba a ambos en penumbras…la dieta  que nunca comenzó… fue historia.

Patricia Figura… enero de 2011

viernes, 21 de enero de 2011

NO ES TRAICIÒN.

NO ES TRAICIÒN.
En la ciudad hacía un calor infernal, el asfalto parecía derretirse y los edificios temblaban bajo un sol encandilante.
Nadie en su sano juicio saldría a esa hora de la siesta  a la calle.
Ella sí.
El también.
Si bien el auto tenía aire,  no alcanzaba a enfriar en la corta distancia a recorrer, apenas unas pocas manzanas de la casa de ambos… en realidad la casa de  su padre, un departamento en un quinto piso, con ascensores antiguos que funcionaban cuando se les daba la gana.
Se encontraban en una esquina poco concurrida, ella subía rápido al vehículo y recién se tomaban de las manos cuando estaban por llegar a su refugio… una pieza de pensión  aún más calurosa que el lugar donde vivían.
La urgencia los mantenía deseosos y torpes al ir por el pasillo del oscuro lugar hasta llegar a la habitación de techos altos, donde el ventilador apenas si removía el aire, la celosía de hendijas, como las de las casas de  los abuelos dejaba entrever rectangulitos de claridad en toda la penumbra que mantenían para amarse en secreto.
Se besaban mucho, muchísimo, ella necesitaba hundir sus uñas en la carne firme y fuerte de él, recorría los músculos de sus brazos jóvenes y deportistas, buscaba el perfume de su cuello, y se pegaba a su cuerpo como si jamás fuera a encontrar reposo o sosiego.
Él tan ávido como ella cuando sentía su carne arder, sujetaba sus muñecas para frenar ese instinto de aferrarse como si fuera la última vez, como si después de ese encuentro todo quedara al descubierto para no volver a encontrarse a solas y  disfrutarse durante horas arrugando las suaves sábanas de algodón.
Cuando la paz los inundaba y la sed los agobiaba, él buscaba la jarra de agua helada que era una de las pocas cosas que tenía la pequeña heladerita, algo de fruta y helado que uno de los dos llevaba.
Conversaban, se reían, planeaban el nuevo encuentro, se tocaban despacio, con la yema de los dedos, se besaban más lentamente, se sabían de memoria… pero jamás se cansaban uno del otro…, como con desgano dos horas después se preparaban para la partida, una ducha rápida, cargar la jarra con agua, chequear qué cosas debían comprar para la próxima visita….y la nostalgia de que cerraban la puerta de su mundo prohibido.
Ella acudía a su trabajo, una tienda de ropa mayorista a la cual hacían tours de compras los del interior, no cerraba al mediodía pero hacía años que ella trabajaba a la mañana temprano y a la tarde hasta cerrar… era la esposa del jefe… el padre de su amor…. su dueño.
A los diecisiete años salió de su pobre ciudad en el norte del país con muy poco dinero, menos ropa de la que se necesitaba en un invierno crudo y con la esperanza de que si atravesaba las pruebas que el destino le marcaba iba a poder comer todos los días y dormir en una cama que no fuera compartida por  tres o cuatro hermanos más.
Lo conoció en un bar donde entró a comprarse un bocado que engulló más que saboreó, le preguntó al encargado del lugar por un sitio barato en el que pudiera pasar la noche y donde podía buscar trabajo..
El hombre ni lerdo ni perezoso le ofreció el catre que tenía en el depósito de mercaderías, desayuno, almuerzo y cena a cambio de que atendiera las mesas en los horarios picos que era cuando los viajantes hacían un alto para comer algo  y descansar, y la limpieza del lugar al final del día.
Acostumbrada a la casi miseria de su hogar, le pareció un arreglo más que satisfactorio y agradeció su buena suerte.
Todos los mediodías un hombre muchos años mayor que ella acostumbraba a pedir un plato de pastas con una jarrita de tinto de la casa, era limpio, educado y muy amable cuando ella comenzó a atenderlo diariamente.
Le contó que tenía varios negocios de prendas cerca de ahí y que vivía solo, era divorciado desde hacía muchos años y tenía dos hijos que eran estudiosos y “buenos pibes”.
Una de esas veces le entregó una bolsa plástica, grande con un “espero que sea tu talle”… era delgada, armoniosa, de piel cetrina, cabello largo y brillante… sus dientes blancos e inusualmente parejos  asomaron en una sonrisa de incredulidad.
Jamás había recibido un regalo y menos prendas nuevas, que no habían pertenecido a nadie antes, con movimientos lentos sacó una campera abrigada, suave como si acariciara la mejilla de un bebé, era de un azul intenso… como los cielos de verano de su hogar, también había un pullover de tonos alegres y corte moderno, un par de jeans y dos remeras de mangas largas con la cara de una artista a la cual no le conocía el nombre.
No daba crédito a sus ojos…él se divirtió de su expresión de arrobamiento… era adorable y agradecida…más adelante le regaló un par de zapatos de salir, botas altas “como las de las modelos”, y zapatillas para sus pies cansados de trajinar….bien alimentada y sintiéndose más segura de su aspecto el cambio era notable… no era un gorrioncito pardo, deslucido, era una chica preciosa y con una sonrisa cautivante.
Un sábado la invitó a pasear, después de terminar su jornada, fueron a un parque de diversiones que se le antojó lo máximo que podía existir en placeres terrenales… la llevó a un restaurante de verdad… donde la sirvieron A ELLA  y tomaron helado de chocolate de postre.
La invitó a conocer su casa y a ella le pareció natural, no se ofendió ni lo tomó como un pago a las atenciones recibidas,  recorrió el lugar con ojos interesados en cada detalle, el televisor, gigantesco, el equipo de música que sonaba con los lentos de la época… cuadros en las paredes bien pintadas… la cama gigante con inmensos veladores sobre cada mesita de luz.
La tomó con naturalidad y ella que no había estado nunca con nadie lo dejó hacer, sin resistirse pero tampoco sin disfrutar…volvió a su trabajo y habló con su empleador… se ofreció a quedarse hasta el final del mes … hacía casi un año que trabajaba y le debía esa atención.
Le pareció bien mudarse con este hombre mayor que la trataba con ternura, trabajaba con él y recibía un sueldo, se dedicó a aprender el manejo de las tiendas, de los proveedores, a detectar ladrones ocasionales, a  vigilar que nadie cargara sus bolsos de compras con mercadería que no estaba paga.
Cuatro años después, en la vuelta de uno de los viajes de él a l interior a visitar a sus hijos, llega con la noticia de que el mayor habiendo terminado sus estudios quería probar en la capital un trabajo que le ofrecieran en una multinacional… iba a vivir con ellos hasta que se acomodara por su cuenta.
Se vieron  y a ninguno de los dos les salió una sola palabra… los ojos claros y divertidos de él, se clavaron en los dulces de ella…ninguno articuló  una frase… el padre los presentó, ambos sabían de sus existencias pero jamás se habían visto.
Luego de pasar por todas las etapas de evitarse, tratarse siempre en presencia de alguien más, evitar coincidir en el departamento a solas… lo inevitable llegó y ninguno de los dos pudo contra eso, cayeron  uno en brazos del otro y toda la pasión reprimida… la que existía sólo en las películas o novelas de amor los  golpeó dejándolos atontados y deseosos… eran cobardes, no querían lastimar al padre, que si bien no la amaba, confiaba en ella, empezaron a encontrarse en el dormitorio de él, a media noche cuando el hombre dormía desmayado por sus infaltables pastillas nocturnas, pasaban horas haciendo el amor, se buscaban con desesperación, con ganas, ella no podía frenar su deseo de tenerlo cerca… alquilaron una habitación en una casa de pensión, les costaba mantener la distancia frente al padre, ella buscaba excusas para que su benefactor no la tocase… no soportaba que sus manos la desvistieran, le sacaran su ropa interior… apretaba los labios y contenía las lágrimas en la oscuridad.
“No es traición” se decían… es amor, es para no hacerlo sufrir… el viejo no se lo merece…”, “Claro que me joroba que te toque… que se acueste y con derecho… pero… te conocí así…el intruso soy yo no él” “Pero tenemos que hablar… buscar otro trabajo e irme a la piecita…sería nuestro lugar… va a entender… con el tiempo va a entender”
“No le puedo hacer eso, es mi viejo… aguanta un poco más… ya lo vamos a arreglar” y dando una palmada en las nalgas jóvenes de ella se levantaba a duchar para partir a su trabajo…había una compañera nueva, ingeniera como él, altiva, bilingüe… la había sorprendido observándolo de reojo…interesante…. Muy interesante.
La situación le estaba pesando…. Sus ardores más calmados, veía  todo bajo una óptica diferente… estaban a tiempo de dejar las cosas como habían sido o como DEBÌAN haber sido en un principio…. Se alquilaría él un mono ambiente cerca de la multi, para poder invitar a quien quisiera, ahorrar un poco, viajar, era joven, tenía un buen futuro por delante… así como estaban las cosas… iba a terminar encadenando a una relación que desde el comienzo tuvo punto final.

Patricia, enero de 2011

jueves, 20 de enero de 2011

BATALLA SILENCIOSA ENTRE MADRE E HIJA

BATALLA SILENCIOSA ENTRE MADRE E HIJA

La madre se esforzó durante años para que su hija la adorara por siempre. Naturalmente, no se daba cuenta de aquel deseo íntimo, egoísta e inconfesable. Bajo la coartada de querer lo mejor para su hija, criarla en felicidad, prepararla para la vida, atenderla día y noche, bajo el lema de ser -como todas- la mejor madre del mundo, ella cocinaba a lo largo de décadas la droga infalible: ser adorada, ser todo y mucho más para esa pequeña mujer que tanto se le parecía. A medida que la hija fue creciendo -como todas- comenzó a rebelarse contra su madre y a tratar de diferenciarse para hacer su propio camino. Hubo varias etapas tormentosas. Primero la madre se sintió ignorada por esa hija adolescente que apenas le dirigía la palabra; luego tuvo discusiones violentas por salidas y materias y ropas mínimas y chicos. Más tarde hubo una disputa monumental por la carrera universitaria que había encarado: le costó muchísimo a la madre entender que la hija tenía algunos derechos, como la intimidad y la vocación. Le dolió terriblemente descubrir que su hija ya no la obedecía. Aunque, por supuesto, no se trataba de un problema de autoridad, sino de adoración. Su hija ya no la adoraba, la droga se había terminado. Entonces, sin tener conciencia de lo que hacía, inspirada solamente en las abnegaciones de madre, comenzó a agredirla. Obviamente, tampoco sabía que la estaba agrediendo: para la madre sólo se trataba de correctivos cariñosos, críticas al paso, señalamientos permanentes por el bien de su hija. Como había perdido la facultad de retenerla con el dinero y de colonizarla, la madre utilizaba la guerra de guerrillas. Cada vez que estaba cerca, cada vez que la llamaba por teléfono, aprovechaba para clavarle algún aguijón. Ese terrorismo doméstico volvía loca a la hija, a veces incluso la devastaba, y de hecho la iba alejando cada vez más. La lejanía apenó a la madre, después la enfureció. Los hijos son desagradecidos, empezó a murmurar la deidad caída. La relación de dominio y libertad continuó envuelta en cariño y amor filial, en solidaridades mutuas y conmovedoras, también en momentos de calma y mucho afecto. Como la hija se casó con un muchacho de buena posición económica a la madre -que todo le había costado tanto- le brotó instintivamente la bronca. "¡Qué fácil que les salen las cosas a ustedes! -le recriminó un día-. Cuánto derroche." La primera frase llevaba la etiqueta inadmisible de la envidia. La segunda era una admonición: no sean tan felices porque pueden perderlo todo. Esa admonición no se cumplió. La hija siguió adelante, vivió próspera y dichosa, y tuvo hijos. La madre se encargó de hacerle saber que a esos chicos los malcriaba, que elegía mal sus colegios, y que era demasiado dura o permisiva. Esto se combinaba con opiniones adversas que la madre dejaba caer sobre la casa, la decoración, la alfombra, el peinado de su hija y los hobbies de su yerno.

Cuando la hija cumplió cuarenta y entró en la crisis de la mediana edad, resolvió recurrir al psicoanálisis. Allí descubrió con horrorosa claridad todas estas pujas indecibles con su madre. Vino entonces un período de frialdad que no hacía más que calentar las cosas. Cinco años después, la hija, magnánima y ceñuda frente a una enfermedad de la madre, empezó a amnistiarla. Sobrevinieron largas temporadas de indulto y de decadencia. Hasta que la hija pasó a ser la madre de su madre, y todo fue olvidado y perdonado.

En ese instante justo, la hija de la hija dejó de dirigirle la palabra a su madre, y ésta supo por primera vez que ya nunca más sería adorada y que no valía la pena vivir sin esa droga. La batalla de su hija contra su nieta resultó aún más violenta que la suya propia, y aunque la abuela no metía baza una tarde en que la más chica de las tres se marchó dando un portazo la vieja dama largó una carajada larga y lúgubre. "¿De qué te reís, mamá?", le preguntó su hija hecha una furia. La abuela se puso seria de repente, se limpió las lagrimitas de la risa con un pañuelo y dijo: "De todas nosotras".


JORGE FERNANDEZ DIAZ

lunes, 17 de enero de 2011

QUERÈS ESTAR CONMIGO?

QUERÈS ESTAR CONMIGO?.
Hablaba por el inalámbrico mientras caminaba sobre la alfombra artesanal que cubría el rústico piso de la cabaña esteña.
Su cabello aún húmedo y alegremente desordenado le daba un aire infantil al igual que su físico menudo y firme… ya estaba en la treintena, no lo aparentaba en absoluto, pero el tiempo que se había escurrido entre sus manos, pasó dejándola más sabia en algunas cosas… absolutamente ingenua en otras.
Con la yema de los dedos acariciaba distraídamente los lomos de los libros del estante de tronco, los diminutos floreros con cactus y piedras, las tazas hechas en horno algo desparejas, y los escasos vasos y platos que se apilaban casi al borde del único sostén que hacía las veces de alacena, biblioteca y demás.
Por momentos esbozaba una sonrisa que le llegaba hasta los ojos, en otros su risa auténtica y sonora bailaba por el recinto…. Los rayos del atardecer reflejaban oro y miel en su piel bronceada producto del descanso al sol o de sus momentos de jardinería.
_Me estás tomando el pelo…. No seas tonto y hablà en serio… te va a salir una fortuna la comunicación como para que digas tantas pavadas juntas_ su voz si bien quería que sonara liviana y como restando importancia a la propuesta escuchada, dejaba entrever un cierto nerviosismo… una leve…. Incomodidad?
_Es que  estoy hablando en serio…totalmente en serio….me escondo atrás de un teléfono si querès… pero hablo seguro de lo que te digo_ su voz era grave, sonaba cascosa, pero era firme, no se reía como cuando le hacía bromas para divertirla.
_Es un absurdo lo que me estás planteando…ridículo… ninguno de los dos podría._ la suya no sonaba tan segura…parecía dudosa y expectante…como esperando que él se riera como siempre y saliera hablando de cualquier cosa… pero en realidad quería que eso pasara?...cuando lo escuchó, sintió un nudo en el estómago.
_Ninguno de los dos podría?.... habla por vos…pero te aseguro que ni siquiera te lo crees… vamos, somos grandes y nos conocemos desde hace mucho…me vas a decir que nunca te lo imaginaste?_ otra vez la picardía en el tono, ella agradeció mentalmente que él se encontrara del otro lado del charco… que no pudiera verla porque se hubiera reído de  su rostro rojo como un tomate ._Estás  ahí?... bueno…. Lo único que falta, con la confianza que nos tenemos, que te quedès muda…. Te comieron la len.._
_Basta!. No seas pavo, esta conversación no tiene sentido, hace media hora que estamos hablndo sin decirnos nada…  mejor te llamo más tarde… no te entiendo_ parecía acorralada, y le dio vergüenza su propia reacción… por qué se enojaba?.
_Bueno, bueno, a ver… calmate, soy yo, estás hablando conmigo… porqué te pones tan incómoda?...no te propuse ni casamiento ni que matemos a una carmelita… te propuse una tarde de amor…o una noche… bah… lo que prefieras_ agregó lo último en su tono bromista habitual, el que ella conocía y con el que se sentía cómoda.
El tenía unos dos o tres años más que ella, habían sido compinches en la primaria, iban y venían juntos del cole que quedaba a pocas cuadras de sus respectivos hogares, en la secundaria ella se fue a otro colegio, donde supuestamente “la educación era mejor” y él a una técnica, antes que ella pero ocasionalmente se encontraban en algunos negocios del barrio y charlaban.
Durante un tiempo, en la adolescencia, la cosa no fue tan fluida, tenían grupos distintos, se pusieron de novios él con una chica de un pueblo al que solía ir a bailar, ella con uno de los amigos de su hermano.
Ninguno de los dos tuvo hijos ni matrimonios muy largos, de casualidad se volvieron a encontrar en una oficina pública donde ella tenía papeles que no “salìan nunca” y él  pasaba  a saludar a un compañero de estudios con el que cada tanto se reunía a paletear.
En ese primer encuentro la notó contrariada y molesta, le ofreció su ayuda con el amigo en cuestión e intercambiaron teléfonos.
Hablaron dos o tres veces por asuntos burocráticos y después lo siguieron haciendo por el solo hecho de que encontraban una buena “oreja” uno en el otro.
Llegaron a tener una rutina… y se “esperaban”… al final del día, comentaban sus novedades, pesares, decisiones, ella lo aconsejó  sobre un regalo de bodas que tenía que hacer a la hija del jefe, él la ayudó a encontrar la manera de terminar una relación estancada de hacía meses, ella lo acompañó a buscar el coche nuevo , él le hizo ver que su trabajo la tenía estancada y aburrida…discutieron interminablemente hasta que ella aceptó una propuesta que la obligaba a viajar por lo menos una semana al mes…ahí los llamados ascendían hasta a dos por días.
Estaba en uno de esos viajes, con mucho tiempo libre porque “enganchó” con las vacaciones…aún así continuaron con su rutina, se divertían con comentarios tontos y también comentando temas ajenos a ellos, películas, libros….si uno de los dos no llamaba o contestaba el teléfono era motivo de preocupación.
Esa tarde cuando conversaba confiadamente con su amigo, escuchó la propuesta de él: “querès estar conmigo”?...me parece que los dos tenemos ganas…es como que nos falta algo, cuando vamos a cenar o pasas por casa… es como que hay una cierta “tensión”…no es incomodidad, es como que tendríamos que conocernos más íntimamente, pasar una tarde juntos, horas haciendo el amor…después la comodidad sería total…qué me decís?.
Cuando ella se negó a tomarlo en serio y le dijo de cortar la comunicación, èl cambiò su tono  negociador por otro más cálido, le habló como ella estaba acostumbrada a escucharlo, aunque era la primera vez que le planteaba algo tan descabellado como “hacer el amor para eliminar tensiones”.
_Cómo no me voy a poner incómoda?...no acostumbro a acostarme con mis amigos, menos para que no haya  ¿tensión? entre nosotros… te escuchaste?...que me estás planteando?...encontrarnos, pasar horas juntos haciendo el amor como que fuera una actividad para compartir tipo juego de mesa, deporte?... entonces después ya no hay ningún tipo de inhibición, soy un “amigo” más?
_No… un amigo no…. Una amiga a la que quiero mucho, inteligente y divertida… pero que  inevitablemente llega un momento de incomodidad cuando estamos juntos… si estamos en casa viendo una peli, se hace tarde, tenemos sueño… igual te llevo porque “no está bien que te quedes a dormir”, si te paso a buscar a la salida de tu laburo para que me acompañes a la quinta a cortar el pasto… te pone incómoda irte a duchar o quedarte  en remera, fresca y liviana” …y como esas pavadas te podría enumerar mil… en cambio si nos “internamos” juntos hasta que ya no nos queden secretos… listo, vamos a disfrutar mucho más cada una de las actividades compartidas.
_Te escucho y no se si reírme o llorar_ una risa nerviosa le brotó naturalmente… es cierto lo que decía, no era lo mismo que quedarse a dormir de alguien de su mismo sexo, por momentos un fin de semana en la casa de campo… presentaba cierta  vergüenza en el instante de separarse para irse a dormir… por lo general lo hacía él primero, recostado en el sillón mientras ella acomodaba algunas cosas para el día siguiente.
Pero la solución que èl planteaba…
No estaban enamorados… la pasaban bien juntos, se entendían y preferían su compañía a la de otros… incluso salían con amigos o en grupo también…pero no era para una relación de pareja… o sí? Igual no era eso lo que él proponía…era simplemente –“sacarse las ganas” y siendo sincera… más de una vez se imaginó como sería hacer el amor con él, sobre todo cuando lo veía ejecutivo resolviendo detalles que a ella se le escapaban, o cuando lo observaba trabajar con sus manos, hábiles, rápidas, o cuando fingía no darse cuenta que él la miraba como algo más que una amiga para conversar…se mordía los labios y se despedía aludiendo cansancio.
_Voy a estar un par de días más en la cabaña… sabes donde queda_ lo sorprendió diciendo… si hubiese podido verlo se habría reído de su cara de asombro con los ojos abiertos sin poder creerlo.
_Estás segura?_
_No… me parece una locura…y no prometo nada…pero por lo pronto si querès venir te espero… igual las puestas de sol son espectaculares.
_Tengo el bolso listo…te puedo asegurar que me vas a decir que cómo no  te lo propuse antes_
_Basta!_ se reía pero se sentía con más vergüenza que la primera vez que estuvo con un hombre…jamás había hecho el amor con un amigo…con su compinche… con la persona que más la divertía y entendía…_dejo la llave abajo del felpudo… por si salí a caminar._
_Mañana temprano estoy _ y con un tono más serio agregó_ No sabes el tiempo que hace que me muero por poder hacerte el amor…nos lo debemos desde hace tiempo.
Cuando cortaron, los dos tenían una sonrisa de anticipación dibujada en los labios…

Patricia Figura, enero de 2011


QUERÈS ESTAR CONMIGO?

QUERÈS ESTAR CONMIGO?.
Hablaba por el inalámbrico mientras caminaba sobre la alfombra artesanal que cubría el rústico piso de la cabaña esteña.
Su cabello aún húmedo y alegremente desordenado le daba un aire infantil al igual que su físico menudo y firme… ya estaba en la treintena, no lo aparentaba en absoluto, pero el tiempo que se había escurrido entre sus manos, pasó dejándola más sabia en algunas cosas… absolutamente ingenua en otras.
Con la yema de los dedos acariciaba distraídamente los lomos de los libros del estante de tronco, los diminutos floreros con cactus y piedras, las tazas hechas en horno algo desparejas, y los escasos vasos y platos que se apilaban casi al borde del único sostén que hacía las veces de alacena, biblioteca y demás.
Por momentos esbozaba una sonrisa que le llegaba hasta los ojos, en otros su risa auténtica y sonora bailaba por el recinto…. Los rayos del atardecer reflejaban oro y miel en su piel bronceada producto del descanso al sol o de sus momentos de jardinería.
_Me estás tomando el pelo…. No seas tonto y hablà en serio… te va a salir una fortuna la comunicación como para que digas tantas pavadas juntas_ su voz si bien quería que sonara liviana y como restando importancia a la propuesta escuchada, dejaba entrever un cierto nerviosismo… una leve…. Incomodidad?
_Es que  estoy hablando en serio…totalmente en serio….me escondo atrás de un teléfono si querès… pero hablo seguro de lo que te digo_ su voz era grave, sonaba cascosa, pero era firme, no se reía como cuando le hacía bromas para divertirla.
_Es un absurdo lo que me estás planteando…ridículo… ninguno de los dos podría._ la suya no sonaba tan segura…parecía dudosa y expectante…como esperando que él se riera como siempre y saliera hablando de cualquier cosa… pero en realidad quería que eso pasara?...cuando lo escuchó, sintió un nudo en el estómago.
_Ninguno de los dos podría?.... habla por vos…pero te aseguro que ni siquiera te lo crees… vamos, somos grandes y nos conocemos desde hace mucho…me vas a decir que nunca te lo imaginaste?_ otra vez la picardía en el tono, ella agradeció mentalmente que él se encontrara del otro lado del charco… que no pudiera verla porque se hubiera reído de  su rostro rojo como un tomate ._Estás  ahí?... bueno…. Lo único que falta, con la confianza que nos tenemos, que te quedès muda…. Te comieron la len.._
_Basta!. No seas pavo, esta conversación no tiene sentido, hace media hora que estamos hablndo sin decirnos nada…  mejor te llamo más tarde… no te entiendo_ parecía acorralada, y le dio vergüenza su propia reacción… por qué se enojaba?.
_Bueno, bueno, a ver… calmate, soy yo, estás hablando conmigo… porqué te pones tan incómoda?...no te propuse ni casamiento ni que matemos a una carmelita… te propuse una tarde de amor…o una noche… bah… lo que prefieras_ agregó lo último en su tono bromista habitual, el que ella conocía y con el que se sentía cómoda.
El tenía unos dos o tres años más que ella, habían sido compinches en la primaria, iban y venían juntos del cole que quedaba a pocas cuadras de sus respectivos hogares, en la secundaria ella se fue a otro colegio, donde supuestamente “la educación era mejor” y él a una técnica, antes que ella pero ocasionalmente se encontraban en algunos negocios del barrio y charlaban.
Durante un tiempo, en la adolescencia, la cosa no fue tan fluida, tenían grupos distintos, se pusieron de novios él con una chica de un pueblo al que solía ir a bailar, ella con uno de los amigos de su hermano.
Ninguno de los dos tuvo hijos ni matrimonios muy largos, de casualidad se volvieron a encontrar en una oficina pública donde ella tenía papeles que no “salìan nunca” y él  pasaba  a saludar a un compañero de estudios con el que cada tanto se reunía a paletear.
En ese primer encuentro la notó contrariada y molesta, le ofreció su ayuda con el amigo en cuestión e intercambiaron teléfonos.
Hablaron dos o tres veces por asuntos burocráticos y después lo siguieron haciendo por el solo hecho de que encontraban una buena “oreja” uno en el otro.
Llegaron a tener una rutina… y se “esperaban”… al final del día, comentaban sus novedades, pesares, decisiones, ella lo aconsejó  sobre un regalo de bodas que tenía que hacer a la hija del jefe, él la ayudó a encontrar la manera de terminar una relación estancada de hacía meses, ella lo acompañó a buscar el coche nuevo , él le hizo ver que su trabajo la tenía estancada y aburrida…discutieron interminablemente hasta que ella aceptó una propuesta que la obligaba a viajar por lo menos una semana al mes…ahí los llamados ascendían hasta a dos por días.
Estaba en uno de esos viajes, con mucho tiempo libre porque “enganchó” con las vacaciones…aún así continuaron con su rutina, se divertían con comentarios tontos y también comentando temas ajenos a ellos, películas, libros….si uno de los dos no llamaba o contestaba el teléfono era motivo de preocupación.
Esa tarde cuando conversaba confiadamente con su amigo, escuchó la propuesta de él: “querès estar conmigo”?...me parece que los dos tenemos ganas…es como que nos falta algo, cuando vamos a cenar o pasas por casa… es como que hay una cierta “tensión”…no es incomodidad, es como que tendríamos que conocernos más íntimamente, pasar una tarde juntos, horas haciendo el amor…después la comodidad sería total…qué me decís?.
Cuando ella se negó a tomarlo en serio y le dijo de cortar la comunicación, èl cambiò su tono  negociador por otro más cálido, le habló como ella estaba acostumbrada a escucharlo, aunque era la primera vez que le planteaba algo tan descabellado como “hacer el amor para eliminar tensiones”.
_Cómo no me voy a poner incómoda?...no acostumbro a acostarme con mis amigos, menos para que no haya  ¿tensión? entre nosotros… te escuchaste?...que me estás planteando?...encontrarnos, pasar horas juntos haciendo el amor como que fuera una actividad para compartir tipo juego de mesa, deporte?... entonces después ya no hay ningún tipo de inhibición, soy un “amigo” más?
_No… un amigo no…. Una amiga a la que quiero mucho, inteligente y divertida… pero que  inevitablemente llega un momento de incomodidad cuando estamos juntos… si estamos en casa viendo una peli, se hace tarde, tenemos sueño… igual te llevo porque “no está bien que te quedes a dormir”, si te paso a buscar a la salida de tu laburo para que me acompañes a la quinta a cortar el pasto… te pone incómoda irte a duchar o quedarte  en remera, fresca y liviana” …y como esas pavadas te podría enumerar mil… en cambio si nos “internamos” juntos hasta que ya no nos queden secretos… listo, vamos a disfrutar mucho más cada una de las actividades compartidas.
_Te escucho y no se si reírme o llorar_ una risa nerviosa le brotó naturalmente… es cierto lo que decía, no era lo mismo que quedarse a dormir de alguien de su mismo sexo, por momentos un fin de semana en la casa de campo… presentaba cierta  vergüenza en el instante de separarse para irse a dormir… por lo general lo hacía él primero, recostado en el sillón mientras ella acomodaba algunas cosas para el día siguiente.
Pero la solución que èl planteaba…
No estaban enamorados… la pasaban bien juntos, se entendían y preferían su compañía a la de otros… incluso salían con amigos o en grupo también…pero no era para una relación de pareja… o sí? Igual no era eso lo que él proponía…era simplemente –“sacarse las ganas” y siendo sincera… más de una vez se imaginó como sería hacer el amor con él, sobre todo cuando lo veía ejecutivo resolviendo detalles que a ella se le escapaban, o cuando lo observaba trabajar con sus manos, hábiles, rápidas, o cuando fingía no darse cuenta que él la miraba como algo más que una amiga para conversar…se mordía los labios y se despedía aludiendo cansancio.
_Voy a estar un par de días más en la cabaña… sabes donde queda_ lo sorprendió diciendo… si hubiese podido verlo se habría reído de su cara de asombro con los ojos abiertos sin poder creerlo.
_Estás segura?_
_No… me parece una locura…y no prometo nada…pero por lo pronto si querès venir te espero… igual las puestas de sol son espectaculares.
_Tengo el bolso listo…te puedo asegurar que me vas a decir que cómo no  te lo propuse antes_
_Basta!_ se reía pero se sentía con más vergüenza que la primera vez que estuvo con un hombre…jamás había hecho el amor con un amigo…con su compinche… con la persona que más la divertía y entendía…_dejo la llave abajo del felpudo… por si salí a caminar._
_Mañana temprano estoy _ y con un tono más serio agregó_ No sabes el tiempo que hace que me muero por poder hacerte el amor…nos lo debemos desde hace tiempo.
Cuando cortaron, los dos tenían una sonrisa de anticipación dibujada en los labios…

Patricia Figura, enero de 2011


miércoles, 12 de enero de 2011

CARTA DE AMOR PREMIADA

CARTA DE AMOR PREMIADA
Estimada Consuelo:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial.
A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes. www.humormdq.com
Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.
Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
· La sensación de piel de gallina en mis antebrazos cuandote vi por primera vez en la oficina.
· El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
· El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
· La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
· La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
· El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
· Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
· Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:
· Los silencios.
· Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
· El sabor acre de los insultos y reproches.. www.humormdq.com
· La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
· Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
· El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
· Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
· Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) quiero comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:.. objetos.

Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (...) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto. www.humormdq.com
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NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor (Argentina )... Si deseas reenviarlo, no modifiques ni borres, hazlo tal cual lo recibes. Gracias.