lunes, 30 de septiembre de 2013

MIRADAS DIFERENTES....

Miradas Diferentes.
A veces le parecía que su vida en lugar de ser un sendero, era un abanico desplegado.
Si bien, cada vara salía del mismo soporte, la distancia entre una y otra se ampliaba cada vez más hacia el otro extremo.
Cada uno de esos espacios era un aspecto diferente de ella misma.
Y de las decisiones que tomó y seguiría tomando.
Su carrera, relegada, casi sin interés….solo en el aspecto financiero…. pero apenas.
Su aspecto personal, juvenil, descontracturado, libre, limpio, nada producido, sin artificios.
Sus metas, algunas cumplidas, otras anestesiadas  otras pendientes… replanteos permanentes, ruegos, pesares, consecuencias de actos ajenos que invaden vidas que rodean a tal decisión.
Esperas…. las más densas, pesadas, las que generan inquietud, incertidumbre…. Las que no se pueden acelerar por propia voluntad.
Angustias por el futuro, el propio, el de su familia, el de los viejitos que todavía la seguían peleando de este lado, el de los hijos tan chicos todavía.
Todo dependía del estado de ánimo preponderante en el momento en que se hacía cargo del balance.
Tal vez en un lapso de tiempo breve las miradas diferentes sobre un mismo aspecto la dejaban confusa, insegura, divertida, optimista….todo variaba de acuerdo a como se sentía.
Si se levantaba con su mejor costado, el alegre, esperanzador, renovado, confiado… todo tenía solución, incluso lo que no dependía enteramente de ella….parecía capaz de enfrentar cualquier contratiempo o problema bajo la protección de la Divina Providencia.
En cambio si su ánimo estaba oscuro, nublado, triste…. Todo se hacía cuesta arriba… insoslayable, impostergable….con abismos demasiado cercanos….y en esos días arrastraba a quién se le cruzara a su desazón, angustia, desasosiego….no había manera de tenderle una mano…..el velo negro era más grueso que cualquier haz de luz que quisiera atravesarlo.
No siempre era cíclico.
Pero los días nublados no eran buenos.
Las discusiones con sus hijos la agotaban.
Más allá de que no fueran frecuentes, la debilitaban, la angustiaban.
Cuando volvía la calma, se sentía capaz de todo… de atravesar cualquier problema saliendo airosa.
Con los años se iba sintiendo más cansada…le parecía que había mucho que modificar, pero por otro lado se sentía incapaz de ser diferente, su esencia primaba en cualquier campo, no podía ir contra ella, aunque la razón le indicara que estaba equivocada.
Y había cuestiones que ya no se podrían revertir…. lo que no se hace en un determinado momento…. con los años es más difícil… se puede intentar, pero el mundo siguió su curso también, con sus elecciones colectivas e individuales…. Nada quedó extático esperando su cambio, su giro, sus ciento ochenta grados de vuelta.
A veces miraba los abanicos ajenos y se preguntaba si en realidad lo eran….algunas vidas parecían solo un gran rectángulo interminable…. Otras un camino, sinuoso, pero de una sola mano, en un solo sentido, sin bifurcaciones ni paralelos.
¿Quién era dueño de la verdad de la milanesa?
¿Alguien lo era simplemente de “su” verdad o era empecinamiento y orgullo solamente?
¿Había personas tan valientes como para replantearse su transcurrir y hacer un jaque sólo por sentirse vivo?
O había que seguir tapando fisuras….caminando, sin volverse para no convertirse en estatua de sal?????
Realmente la respuesta estaría al final?
Existiría en el último minuto, la lucidez como para conocer con el corazón en la mano si se honró la vida o sólo se sobrevivió?
Por lo pronto…. cerraría su abanico por hoy.
Haría su parte con el corazón…. Dios se encargaría del resto.
Nunca tuvo la bendición del avestruz.
Ni del autoengaño.
Ni del enmudecimiento de  las vocecitas molestas que le soplaban al oído.
Se sacudió del ensimismamiento, cerró la ventana que daba al jardín interno, tomó la lista de la librería, realmente era un presupuesto con tres chicos en edad escolar.
Buscó las lleves del auto, ya que estaba iba a pasar por la verdulería y el súper… la vida la llamaba, al menos la real, la tangible…. Con la otra seguiría sus replanteos en otro momento….
 De todas maneras, jamás se encontraban muy lejos una de la otra.


Patricia Figura, septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿QUÈ QUERES QUE TE CONTESTE?????

¿Qué querès que te conteste?

Al mejor estilo autómata puso la cafetera para cuatro cafés.
Sacó la lecherita de la heladera y la puso en la mesa.
Anotó mentalmente que era la última manteca que quedaba y la mermelada de frutillas estaba casi en el final.
La pava silbó.
Puso el saquito de té en su taza personal y vertió el contenido cuidando de que al salir el agua hervida no saltara  hacia su otra mano.
 Mientras tomaba color y fuerza, lo dejó en la mesa y fue a despertar a los chicos que jamás hacían caso al despertador que les ponía cuidadosamente todas las noches.
Escuchó a su marido en la ducha, tan estructurado, tan práctico, tan meticuloso….su hijo mayor se le parecía más de lo que ellos mismos creían.
Paso por la habitación de los varones, los llamó desde la puerta, siempre a las corridas, apurándolos, con el reloj en contra.
Pasó por la de la nena, todo un mundo rosa, de peluches y muñecas con disfraces colgando desafiando la gravedad…¿alguna vez estaría ordenada esa habitación?.
Le dio un beso, era su bebota, la fue  despertando…. Su hija estiró los brazos y con los ojos cerrados la abrazó fuerte…. se permitió unos segundos de demora, oliendo su cabellito limpio, su piel fresquita….”¿qué querès que te conteste?” es lo que había escrito en el chat la noche anterior, en su refugio, su mundo privado, su catarsis, su esparcimiento y evasión.
La conversación volvía una y otra vez a su mente.
No podía evitar la sonrisa en su rostro, pero tampoco la preocupación en sus ojos.
“¿Por qué debería preocuparme?, a esto lo manejo yo, es un juego, una pavada…. No es nada…. Es para matizar la rutina, los interminables días laborales bajo presión”
Cuando todos se fueron por fin al colegio y a cumplir con sus obligaciones, se dispuso a ir ordenando todo despacio, ella ese día tenía horario cambiado, iba de tarde, anotó mentalmente algo más, llamar a la niñera para que de camino pase a buscar los jeans del mayor que dejó de la modista frente a su casa.
Se sentó disfrutando del silencio de casa vacía, miró los lugares que ocupaban cada uno, tan típicos, tan conocidos...la taza de su hijo, el del medio, siempre con restos “no tomo la borrita mami”, la de la nena, limpia hasta el final acompañada de tostadas rebosantes de dulce, el mayor….la dosis idéntica a la de su papá, sus mismos gestos….con sus rituales a cuesta.
Su mente una vez más viajó a esa ventanita de chat que le aceleraba el pulso aunque lo negara mil veces.
Todo comenzó unos meses atrás, cuando por face la invitaron a formar parte de un grupo de colegas.
Por lo general no aceptaba a nadie fuera de su entorno inmediato, pero el grupo estaba formado y ella accedía sólo si quería, le pareció bueno estar más en contacto con gente de su profesión así que aceptó  y después de leer los primeros post se dio cuenta que de lo último que se conversaba era de lo laboral.
Era como el refugio ajeno a todo lo problemático, lo pesado, las mochilas quedaban a un lado, se compartían debates de lo más absurdos, intercambiaban opiniones sobre temas de actualidad, dándoles cada uno una visión ridiculizada, no eran más de veinte personas, pero podían parecer mil por la velocidad en que interactuaban, por lo general ponía en “silencio” la compu porque el sonido de entrada de mensajes era permanente y ya a nadie en su casa escapaba a reconocer cuando ella se “sumergía” en el chat privado.
Al poco tiempo de unirse ella, un nuevo nombre se agregó a dicho grupo.
Y sus entrañas saltaron….literalmente.
Toda una cornucopia de recuerdos, dulces y amargos invadieron su mente en cuestión de segundos.
Ese nombre había significado su mundo durante varios años de su época de estudiante.
Desde el primer momento en que lo vio entrar a la misma comisión que ella codeó a su amiga y revoleó los ojos….”ya tenes un incentivo para venir a dormir a esta cátedra” le contestó su compañera.
Lamentablemente cursaban solo tres materias juntos… bah, junto a otras cincuenta personas, pero la alegría que le provocaba verlo entrar, siempre un poco tarde…la dejaba asombrada a ella misma.
Divirtiéndose con su compañera con mil estrategias distintas, logró hacerse “casi” amiga, sentarse relativamente “a mano” para intercambiar apuntes, datos, etc.
Simpatiquísimo, amable, sonriente pero muy chinchudo también, pronto aprendió a reconocer los días en que era mejor tenerlo a mil km de distancia.
Pero tenía un defecto… que podía llegar a ser muy grave: novia.
Jamás se iba a olvidar del día en que salían conversando de la última materia de la semana y vio la sonrisa gigante que se dibujaba en el rostro de él mientras agitaba su mano en dirección a alguien.
Casi la deja hablando sola y fue caminando rápido a su encuentro, la abrazó y le dio un beso que pareció durar no menos de cuarenta minutos.
_¿Será la hermana?_ le preguntó a su amiga, casi en estado de petrificación.
_¿Vos sos estúpida?. A la hermana le va a dar tremendo pico?_
_Hay personas que son así, incluso madres e hijos._
_Bueno, nena abrí los ojos porque esta no es la madre ni la hermana._
Después supo que era su novia desde hacía ya más de dos años, que vivía en un pueblo y venía los viernes a la capital a quedarse con él hasta el domingo a la noche.
Eso echaba por tierra toda la fantasía que había construido con él, irse juntos de alguna fiesta de la facu, encontrarlo en algún boliche, besarlo durante quince horas seguidas, casarse, tener media docena de hijos con él… en fin… toda la vida perfecta que se había armado y que sentía al alcance de su mano.
Por algún motivo no lo pudo arrancar totalmente de su mente a través de toda la carrera, tenían amigos en común y se mantenían en contacto permanente, prepararon un par de materias juntos, pero la ilusión de que la distancia semanal con “esa” hiciera un socavón en la relación, quedó sólo en eso… antes de obtener el título se casaron y ella ante lo evidente tomó nuevos rumbos.
Durante años no supo más nada de él.
Era como si se lo hubiera tragado la tierra.
Ella se casó, formó la familia tipo Ingalls, mantuvo su rutina durante años, el mundo perfecto con el marido atento y trabajador, los hijos buenos y su trabajo que si bien no le encantaba, era lo que había elegido.
Hasta que su nombre “ese nombre” pasó a engrosar su lista de “amigos conectados” y a partir de ahí, fue como si todo volviera atrás, evidentemente el sabor dulce del primer amor no correspondido pero que despertaba sus ansias de verlo, conversar, compartir, estaba vivo en algún lugar de su corazón.
Hasta la última conversación, cuando él la invitó a encontrarse, a tomar un café y charlar tranquilos sin tanta mezcla de frases combinadas con otros veinte, tenía muy grato recuerdo de ella y su época de estudiante.
Quedó tildada…no es que no fuera usual compartir un café entre colegas, pero él no era de los de su ciudad, no era un habitué….venía una vez al mes y para eso faltaban diez días.
La tomó de sorpresa…¿qué querès que te conteste?.... fue todo lo ingenioso que se le ocurrió poner en el chat (no en el grupal, como msj privado).
“_Si podès o no_” fue la sencilla respuesta de él.
“Debe pensar que soy una caída del catre”….finalmente y dejando una puerta abierta le puso: “ok, te confirmo el día anterior, acá con los chicos y mi marido nunca se sabe si no surge algo…bs.”.
_Dale, recordemos viejos tiempos._ y se desconectó.
Suspirando con la inevitable sonrisa dibujada en su rostro fue levantando los restos del desayuno, miró la hora,  prendió la compu…. Quería releer la conversación, marcó el número de teléfono de su amiga y compañera desde aquellos días juveniles donde era tan romántico sufrir por amor.
_Hola…. Gorda??? ¿A que no sabes quién me invitó a tomar un café para recordar “viejos” tiempos????_ y los últimos años adolescentes volvieron a cobrar vida una vez más.


Patricia Figura, septiembre de 2013