viernes, 28 de diciembre de 2012

Siete Mujeres... versiòn televisiva.

LA CASA DE LAS SIETE MUJERES.

LA VERSIÒN TELEVISIVA, SI BIEN NO RESPETA EN ALGUNOS ASPECTOS A LA HISTORIA ORIGINAL, ESTA HECHA DE UNA MANERA, ABSOLUTAMENTE CREÌBLE, ÀGIL, EMOTIVA Y CON CUADROS CINEMATOGRÀFICOS DIGNOS DE DISFRUTARSE.
LAS DIFERENCIAS NO HACEN A LA HISTORIA, LA HUMANIZAN AÙN MÀS Y REFLEJA SIN LUGAR A DUDAS TODAS LAS VICISITUDES DE UNA GUERRA NO SÒLO A NIVEL PAÌS SINO A NIVEL FAMILIAR.

http://www.youtube.com/watch?v=NJsVJfTY43Q

EXCELENTE.

 Patricia Figura

jueves, 27 de diciembre de 2012

Lo Intentamos... ( seg parte de "como en las novelas"


LO  INTENTAMOS  ( seg parte de “Como en las Novelas”)

Después de la conversación de locos y la propuesta de su ¿ex? amigo, quedó atrapada en un mutismo involuntario, no le salían las palabras, sus músculos se negaban a obedecer.
Mientras se preparaba para ir a cenar, intentaba imaginarse en un noviazgo con él, vestirse para que la vea, elegir lo que mejor le quedara y no al descuido… en algún momento tendría que responderle y la verdad es que a medida de que pasaran las horas la idea le parecía menos descabellada.
“¿Te querès casar conmigo?” como si la hubiera invitado a tomar un trago, o si le hubiese ofrecido el coche prestado, sinceramente no lo tuvo en cuenta y siguió parloteando sobre su mala suerte y sus deseos de formar un hogar.
Con su manera despreocupada, divertida y con un dejo de caballerosidad permanente, él dejó la propuesta en firme, no confiaba en los grandes amores con sus grandes locuras… creía más en una buena amistad con buena piel… había confianza, compartían  momentos que no eran forzados… en fin, él no confiaba demasiado en esos amores jurados, prefería cimientos más sólidos y a buen amigo nadie le ganaba.
A ella le pareció de lo más absurdo y ridículo que había escuchado.
Por unas horas, claro.
Después la idea fue tomando forma y en definitiva… no era tan tan tan loca.
Muchos comenzaban con menos.
Solo una atracción física con fecha de vencimiento.
Otros creyendo en que su vida era reflejo de una  gran pasión… pasaban al conformismo y la cotidianeidad, disfrazando en stress la falta de interés uno por otro.
A ellos siempre les había gustado estar juntos.
Se reían de las mismas cosas.
Las diferencias los complementaban.
Al principio de la cena ella continuaba con su inevitable mudez.
La idea de que si todo fallaba perdía a su compañero, la frenaba en tirarse de cabeza al intento.
Se supone que en la madurez uno elige bien.
Tampoco eran tan maduros.
Eran grandes, y no habían vivido en un huevo.
Decidió que sí.
Pero las palabras se le atragantaban… no sabía cómo hacérselo saber.
Él bromeaba, le pedía un beso distinto, la abrazaba, la miraba con más insistencia, en una palabra, se  divertía a costa de ella que parecía tener tres años.
Pero cuando ella por fin pudo hablar, fue clara, sin dudas… y él no se rió.
Lo vio serio como nunca...ni un pestañeo, levantó su copa y brindó por los dos.
Durante un par de semanas las cosas estuvieron tensas.
No daba saludarse diferente, y por otro lado en pleno siglo XXI , con varios años a cuesta y con la suficiente confianza no daba ser tan complicados.
Una de las siestas en que la pasó a buscar para ir a la playa, trajo helado y por cuestiones obvias lo tomaron antes de salir.
_ Mmmm que rico, estoy sin almorzar, me entretuve ordenando la ropa de invierno que no uso y preparé tres bolzadas para regalar_ mientras servía con la cuchara  especial que armaba las bochitas y las repartía en tazones, él abrió la puerta que daba al patio y le llevó una hoja de lechuga al canario … hacía años que no veía un pajarito en jaula.
_Pobre… no sabe la parte del mundo que le corresponde y le estás negando_
_Bueno, tiene casa, seguridad, comida, bebida…. No tiene que salir a conseguirlo._ le contestó mientras guardaba el resto del pote en el freezer y se repatingaba en el sillón frente al aire acondicionado _ cerrà la puerta que acá está hermoso_
Con su tazón se recostó al lado de ella a disfrutar del postre… afuera el asfalto temblaba del calor, no se escuchaba ningún ruido, solo la música suave del equipo que ella tenía en su dormitorio, llegaba  sin alterar la paz de esa tórrida siesta de verano.
_ Qué visión tan parcial de la vida_
_Qué ganas de filosofar con 48 º a la sombra…._
_La verdad es que no dan muchas ganas de salir otra vez al infierno_ se acomodó un poco más y entrecerró los ojos…recostó la cabeza sobre el brazo de ella y continuó comiendo del pote ajeno.
La modorra, si bien es contagiosa, a ella le ganó el alerta más que el sueño.
Le proponía un descanso? Una siesta antes de ir a la playa? O simplemente era un comentario?.
 Se levantó para llevar los cuencos sucios a la pileta cuando él la tomó de la mano y la sentó a su lado.
Siempre que la miraba fijo, lograba ponerla incómoda, más allá de que le diera rabia, plantó bandera y no se movió del lugar, ni bajó los ojos, ni ( al menos eso esperaba) se puso colorada.
El beso fue suave, firme, y … revelador.
No pensó en él como su amigo de décadas, tampoco en el resto del grupo que cada tanto se reunía y se iban a quedar helados al verlos llegar como algo más que amigos.
Sintió que le gustaba muchísimo lo que estaba pasando, que estaba cómoda con él y le gustaba que fuera en su departamento el lugar en el que estarían juntos por primera vez.
Ni siquiera se molestaron en ir hasta el dormitorio,  se disfrutaron ahí mismo, en el fresco de su salita donde sólo cabía el sillón y una mesita ratona, con el tele colgando tipo cuadro y donde ningún ruido externo les llegaba.
Le hubiera gustado dejarse llevar completamente, abandonarse a lo que sentía, pero no podía acallar las voces de su cabeza, era tan raro, no malo, sino…no le encontraba explicación
Por supuesto que la pasaron bárbaro y jamás fueron a la playa.
Esa siesta se hizo muy larga y sabrosa.
Si bien cuando quedaron satisfechos por primera vez, él la miró más que divertido y ella medio en broma y medio en serio se tapó la cara con su remera que había volado por ahí, la sonrisa estaba plasmada en los dos.
_Estuvo re bueno_ le dijo mientras le alcanzaba la parte de abajo de la bikini.
_No pienso hablar de esto_
_Dale…¿por qué no vamos a hablar?... somos amigos, nos vamos a casar…vamos a tener hijos alguna vez…_
_Todo planeado… ya sabes si vamos a ir de vacaciones o si me voy a quebrar una pata en el futuro?_ se cambió con movimientos rápidos y fue a la heladera a servir sendos vasos de jugo helado, le alcanzó uno y se preparó un sándwich de jamón, le preguntó si quería uno.
_ Tengo el helado en la garganta… cómo podes comer encima?_
_Siempre necesito comer después de… de.. bueno ya sabes._
_Mirà lo que vengo a saber… no, yo necesito seguir … ya sabes, es como una droga, una vez que arranco…_ella le hizo un gesto de no creerle y se dedicó a mirar hacia otro lado porque al parecer él no tenía intenciones de cambiarse.
Su ¿amigo? Se levantó, la abrazó y le demostró que no estaba bromeando… se lo tomaron con más calma, con menos urgencia… se dedicaron a conocerse de una manera distinta, se complementaron….
Durante un par de meses se visitaron, a veces uno en casa del otro, otras buscaban refugios ajenos a ambos, cabañas medio perdidas, en lugares no muy populares pero frescos, cómodos y por lo general atendidos por sus propios dueños, lugareños amables y campechanos.
Los horarios laborales de cada uno al fin de las vacaciones no coincidían demasiado, los fines de semana eran sagrados.
Ella le contó a sus amigas y ellas al resto del grupo.
Se quedaron helados.
Ninguno los hubiera asociado jamás como pareja.
Llegado el caso ellos tampoco.
Se reunieron, intercambiaron anécdotas entre las que no faltò el beso y breve noviazgo con la otra amiga.
Ninguno habló de convivir.
Hasta que el test de embarazo dio positivo.
Diez meses después de esa primera tarde juntos.
Èl volvió a proponerle casamiento.
Las familias se conocían pero no se trataban demasiado, no eran de los domingos en patota, ellos pasaban y visitaban… eran celosos de sus escasos momentos libres.
Entre los amigos armaron una fiesta informal en la quinta de una de las chicas, mucha música, bebida y comida fría.
La luna de miel sería un par de meses después, en el verano, las cosas estaban resultando… y eso que no se amaban ni estaban locamente enamorados.
¿o sì?.
Indudablemente algo había, ¿qué era el amor sino tanto compromiso por el bienestar del otro?¿conocer sus gustos, sus sueños, sus necesidades e intentar brindárselas?
Se suponían fieles.
De cualquier manera no necesitaban de nada ni de nadie.
Ella comenzaba a darle la razón… a veces se puede confiar más en una buena amistad que en un gran amor.
No volvió a pensar en su novio eterno sino para intercambiar anécdotas con su “actual esposo”, tampoco lloró más por ese amor no correspondido del todo….estaba tranquila, en paz… tenía trabajo, un marido compañero y atento, un amante que la hacía sentir fantástica… y un bebé.
¿Qué más podía pedir?.
Un año atrás el panorama era totalmente distinto, un futuro abierto e incierto, nadie en especial para abrazarla y acompañarla, nadie que esperara sus llamadas o sus caricias, la tía de los hijos ajenos, la cuñada soltera, la amiga que no “embocaba” en el amor.
Que la burbuja no se pinche, que las cosas sigan su curso para bien.
Lo intentaron y salieron airosos.
El tiempo se encargaría del resto.
Por suerte había mucho, pero mucho tiempo.

Patricia Figura, diciembre de 2013.

sábado, 22 de diciembre de 2012

COMO EN LAS NOVELAS...


COMO EN LAS NOVELAS.
Pero sucedió, en realidad pasó y tal vez basado en una historia irreal…ocurrió porque ellos quisieron, lo buscaron, o la egolatría de ambos no les permitía vivir un amor convencional…enamorarse de un compañero que los complemente.
La sensual frialdad de él disfrazada en buena onda y entrega total por el tiempo en que su fastidio interno se lo permitiese…la comodidad de ella camuflada en desinterés, su seguridad cifrada en cientos de cabezas girando a su paso… no eran hermosos … pero aceleraban el pulso, tenían ese algo que para el sexo opuesto es sumamente atractivo.
Seguramente fue la combinación de esos factores, sumados a las circunstancias…¿al hecho de saber que no iban a amar a quien les hiciera sombra?.
Una cuenta pendiente de la adolescencia?
Si se hubieran permitido algo más en su momento…¿se hubiese dado ese matrimonio después?....
Eran amigos.
Incluso él fue el novio feliz de la amiga más íntima de ella….por dos semanas, donde se concretó ese beso que nunca se olvidó y que fue el corolario de interminables meses de idas y vueltas.
Horas de confesiones teenagers  donde el “no me llama”, “lo vi”, “no me mira” ,“al final para qué nos arreglamos”, “ahora no me gusta tanto”, “la nueva está buenísima” ,“la quiero, pero como amiga”, “vos también sos linda y eso que tiene que ver”, “ me sacó a bailar apenas largaron”, “lo vi tomando un helado con cara de mongo con la rulienta”, “ viste el auto que tiene el padre????”, “ no, que te haga pata otro, con esa no bailo” y un millón más iban y venían en el grupo que invariablemente se encontraban en los cumples de quince, los bailes en casa de los que tenían patio grande, club, playa y donde eligieran pasar las tardes  o noches un grupo heterogéneo y compañero.
Ellos siempre estaban juntos, se reían de las mismas cosas, tenían onda, él le tiraba abajo cualquier posible pretendiente, ella lo quería para su amiga
Después todo se fue disolviendo, cada uno fue buscando su lugar, su futuro, su estudio, trabajo, geográficamente,  salvo cuatro o cinco del clan, se dispersaron.
Hasta que varios años después, se cruzaron casi por casualidad en el boulevard de la ciudad testigo de la lejana etapa vivida en común.
Ellos dos.
A solas.
Con sus mismas sonrisas, con alegría, se tomaron de las manos, se besaron, abrazaron y no se separaron en toda la tarde.
La mesita del bar fue testigo de doce años de anécdotas, novedades, desencantos, matrimonios fallidos, solterías, enamoramientos y viajes que salían a borbotones por las bocas de ambos.
Con el intercambio de celulares, llegaron los mensajes, llamados, pero por algún motivo ninguno de los dos incluyó a los otros.
Ella se sentía en la “obligación” de avisar que había vuelto a verlo…daba vueltas, justificaba su silencio, minimizaba la cuestión y disfrutaba a su amigo todo lo que podía.
Él por su parte jamás se sintió en deuda con nada ni con nadie.
Caballero a morir, después de los primeros encuentros no le contó más nada de lo que parecía una activa vida sexual, ya su plan estaba en marcha.
Ella venía de un amor tan intenso como doloroso… no quería saber nada de nada con nadie.
_Sos loca nena, mira si te vas a retirar en la mejor edad por un estúpido, no era para vos, punto… hay miles de tipos más_ estaban en la playa tomando sol, ninguno tocaba el agua barrosa donde los pies no se veían… disfrutaban del viento suave y la música de los paradores.
_No era estúpido, no se enamoró de mí, la pasábamos bárbaro…era el tipo ideal… pero nunca dudó… yo le gustaba muchísimo pero no sentía nada más_ suspiró y una mueca de tristeza le cruzó el rostro, cinco meses después no podía sacarlo de su cabeza.
_No existe el tipo o la mina ideal… uno los idealiza, los inventa, fantasea…. Pero después a la larga o a la corta la realidad gana, te gusta, te llevas bien, buena cama y punto._ cual estatua asándose al sol, con su eterno cinismo a flor de piel y dejando en claro que nadie es imprescindible habló de los sentimientos de ella como si fueran masa para modelar a gusto.
_Por favor! ¿nunca te enamoraste?  Nunca sentiste latir “esa vena que pasa por el cuello”? ¿Que se te paralice el corazón? Que tengas que mirar el reloj veinte veces cuando faltan diez minutos para ver al otro?_ se incorporó sobre un codo y le corrió los lentes de sol para mirarlo a los ojos… igual él nunca los abrió.
_Uhh estás mirando muchas novelas…las cosas no son así… te gusta, estás cómodo y punto, yo viví diez años con una chica macanuda, divina, mil puntos, tuvimos como te conté un hijo que adoro y cuido, disfruto todo lo que quieras, pero jamás en esos años le fui fiel con el cuerpo…nunca, y no sentía que le estuviera haciendo algo “a ella” jamás la privé de nada, pero … bueno… llegó un punto en que las discusiones ganaron y yo en ese momento sabía que no iba a cambiar, así que antes de odiarnos… nos separamos_
_Entonces? No te entiendo cuál es el mensaje… qué me querès decir?.... o te conformas con lo que el otro tiene para darte o quedate solo?_ le tironeó despacio la nariz para que abra los ojos y la mire, ella le ocultaba el sol con su propio rostro.
Bajo las largas pestañas de él aparecieron los ojos siempre traviesos y divertidos, sobre todo cuando ella se sentía en desventaja.
_Exactamente querida….jamás le pidas peras a un olmo._
_No le pido peras al olmo, simplemente no me gusta que se las vaya a buscar a otro lado_ le volvió a calzar los lentes no muy suavemente y se recostó a su lado.
Quedaron en silencio un rato, ella medio enojada, él con su inalterable cara de póker.
La gente comenzaba a levantar sus cosas, el sol se estaba ocultando en el otro lado del río detrás de los edificios tradicionales de la avenida costanera.
Riéndose como siempre la abrazó y le dio un sonoro beso en la mejilla, con un codazo lo apartó y si bien no estaba muy segura del motivo de su enojo, la decepcionaba la manera de pensar de él.
La idea de no poder confiar en nadie, de no poder formar una familia, un hogar, saber que la traición está a la vuelta de la esquina le provocaba un nudo en el estómago…quería tener hijos,  una casa, un marido, siempre se había visto como esposa “de”, finalmente en eso también le había ido mal…años de noviazgo para descubrir que su novio en realidad le daba seguridad pero nada de emoción.
y cuando por fin se sentía bien con alguien, él no se moría por ella.
_La verdad es que estoy cansada_
_De mí? _ se estaba sacudiendo la arena del short para ponerse boca abajo y poder mirarla mejor.
_Pero no!!, de la situación en general, me embola tener la edad que tengo y estar a las vueltas, me gustaría que por arte de magia mañana amaneciera con un lugar propio, un marido que trabaje bien, me proteja, terminar el día charlando, comiendo algo, esperarlo y que me espere, saber que si tengo fiebre me va a ofrecer un té, salidas en parejas los fines de semana, sol y asado los domingos…no se, lo que siempre perseguí y nunca se me dio con la persona justa._  no lo estaba mirando a los ojos, por lo tanto no vio su sonrisa comprensiva, su gesto.
 _ Te querès casar conmigo?_ si bien lo dijo en tono divertido y ligero, algo le decía que no era una broma.
Le hizo un gesto de “dejate de jorobar” y como había comenzado con su idea la siguió desarrollando hasta el punto de lo absurdo.
-Sabes qué más me gustaría? Haber nacido doscientos años atrás_
_Estarías re vieja_ la interrumpió él – y no te quedaría la bikini  como te queda ahora, ni esos jeans que tenías anoche,  ni el escote para sumergirse qu…ay, me hiciste mal_ se pasó la mano por el costado en que ella riendo lo había pellizcado.
_ Me refiero a esa época en que los padres te elegían el mejor partido posible y listo, chau, te dedicabas  a vivir y punto_
_Ah, bueno, la ley del menor esfuerzo, aparte te contradecís continuamente, en ese entonces la promiscuidad era la bandera y la mujer no decía ni pio, menos separarse o trabajar fuera del hogar….mmmm no, no te veo, quedate en tu época nomás que hacer un bolso no cuesta nada._ ella se encogió de hombros y se sentó como chinito.
_No me contestaste, te pregunté si te querías casar conmigo…te cumplo tu deseo de abrir los ojos y tener un lugar, un marido, un hogar… lo de los hijos lo podemos hablar más adelante.
_ Porqué te querrías casar conmigo? – lo dijo en un tono como si fuera portadora de alguna peste o algo así.
_Porque yo también quiero esas cosas y vos sos mi amiga, sos divina, nos divertimos…si nos va mal no nos vamos a sacar los ojos, es cierto que los años pasan y ya no me interesa tanto la calle, la joda, amanecer con piernas diferentes en mi cama todos los fines de semana…no necesitas padres que te hagan un buen arreglo… te vengo como anillo al dedo._ era increíble que estuviese hablando en serio.
_Es 28 de diciembre?_
_No, estamos en noviembre_
_Me suena de lo más incestuoso…. Por lo menos uno “debería creerse enamorado”…algo… no se, cómo me voy a casar con un amigo?...¿Porqué casarse?..._
_Ves que te contradecís continuamente… aparte, ¿qué incesto?.
 Poneme entre cuatro paredes con vos y te demuestro que no hay ningún parentesco_ más allá del rubor disimulado por las horas de sol, los dos se rieron.
_Te lo propongo en serio, de verdad, no te digo que estoy loco por vos, pero queremos lo mismo, me gustaste siempre y ahora más y nosotros nos tenemos confianza, creo más en una buena amistad con mucha atracción sexual que en un gran amor_
Ella siguió muda.
A la noche cuando salieron a tomar algo, ella seguía sin hablar, no podía dejar de pensar, él estaba más que divertido y exigía un “adelanto” a su contrato matrimonial.
Era de novela, de película, por otro lado la practicidad del asunto le daba miedo.
Una vez que se acostaran las cosas iban a cambiar por fuerza, nadie amanece en el mismo colchón que su amigo sin que las cosas sean diferentes.
Estaba dispuesta a intentarlo…tal vez sea cierto eso de que el amor llega con el tiempo, con los momentos compartidos, con los proyectos y los hijos… de cualquier manera no se iba a quedar con la intriga, le gustaba la idea de un marido tan atractivo, sexy y divertido como él…ni que hablar cuando se enteraran los del grupo!!!!!!.
Pero eso ya era parte de otra historia.
Y a su manera muy particular, se querìan, no se amaban, es cierto, pero tenìan màs que muchos para comenzar.
_Si, me quiero casar con vos_ le dijo mientras cenaban, él no pestañeo, tampoco se rió como hacía siempre, simplemente levantó su copa y brindando dijo… “por nosotros”.

Patricia Figura, diciembre de 2012

viernes, 7 de diciembre de 2012

Otra Vez Sopa...


OTRA VEZ SOPA…

Daba vueltas, la fiaca le ganaba casi siempre la partida.
Se sentía fuera del ruedo laboral, las cosas ya no eran como antes.
El negocio había cambiado, ahora estaba manejado casi por adolescentes, ellos ponían música, alquilaban los equipos, armaban las cajas de resonancia, concesionaban las barras, estaban al día con las egresadas y las quinceañeras, la publicidad era el boca en boca o las fiestas que entre todos compartían.
Había changas, no todas tenían que ver con su rubro, pero se iba sosteniendo.
Cuando estaban juntos la pasaba mejor, ella tenía buen ingreso, mesa bien provista, heladera con algo para “pellizcar”, generosa, el tanque siempre lleno… pero su peor defecto los alejaba una y otra vez….los celos.
Justificados?
Si fueran justificados, no pasarían a ser indignación?.
Ahora estaban distanciados.
Le encontró un mensaje en el celular que no le gustó.
En realidad nada le gustaba porque no le tenía confianza.
De naturaleza histriónica, lo que no veía se lo inventaba, se “hacía la cabeza”, maquinaba mil historias de una sola frase.
Hasta que no podía más y enfurecida lo echaba, a empujones, con recriminaciones,  ( algunas válidas, otras no), llantos, depresiones y mil angustias.
Era una rueda, un círculo que iban repitiendo cuatro o cinco veces al año y ya llevaban casi un lustro juntos.
Las amigas le dejaban mensajitos en su correo, en el face, frases sacadas de internet, la llamaban por teléfono veinte veces al dìa para que ella diera rienda suelta a su tristeza, su karma, su desazón…. “otra vez sopa” le decía siempre su hija.
Los síntomas eran reconocibles desde que la batalla se iba gestando.
Él también se daba cuenta cuando todo estaba por explotar.
Se aseguraba antes algunas diligencias urgentes que su magra economía no le permitía solventar.
En esos días de “recreo”, las indirectas volaban por msj privado y por la red social, claro que también se aseguraba un poco de relax y esparcimiento, siempre había alguna “amiga” en la mala dispuesta a dejarse  consolar y alivianar las penas mutuamente, disfrutar de otra voz, otro tono, otro cuerpo, otras bromas….
Cuando el período de enojo, cumplía su ciclo, nunca más de diez días, el ritual del acercamiento se ponía en marcha….los llamados comenzaban a responderse, los encuentros casi casuales, los que “hacían pata” y el universo confabulaba a favor de la parejita en cuestión y después de largas charlas donde las promesas y las acusaciones corrían por igual, aparecían bajo el cielo azul de la mano y a los besos como quinceañeros.
Entonces se retomaban las salidas de los sábados donde la mayoría de las veces “ella invitaba”, para desenchufarse de una semana de oficina y para lucir  todo lo que había comprado a las innumerables vendedoras ambulantes que la visitaban en los horarios laborales.
Las cervecitas se iban acomodando en el cuerpo, las cinturas a través de los años iban engrosando el talle, pero la sonrisa brillaba diáfana en el rostro de ambos en esos períodos de enamoramiento y reconciliación.
Se quedaban a dormir uno en casa del otro, un finde en la costa, los mates en la ciudad vecina, las bailantas del fin de semana, los motes cariñosos y los ojos desbordantes de amor.
Por unos quince días…después “otra vez sopa”, que la miraste, que le sonreíste, que para qué le contestas, que yo te vi, que nadie me llena la cabeza, que no podes con tu genio, que sos siempre el mismo… y así una y otra vez hasta que sobrevenía el período de “divorcio” temporal.
Pero él ya estaba cansado.
La falta de tranquilidad económica, los años que se venían encima, la familia desmembrada, las idas y vueltas….al final la única que lo entendía bien era la vieja.
Cuando lo veía llegar de capas caídas, ya sabía que estaba en la mala, preparaba el mate, lo retaba un poco mientras él se sentaba en el patio y le pedía unos bizcochitos, de esos que ella siempre compraba… revisaba el celular, nunca se sabía quién podía mandarle un mensaje sorpresa y le levantaba el ánimo hasta que “ella” recapacitara que él la quería de verdad, que los celos enfermizos arruinaban todo… él no hacía nada, era la imaginación de ella nada más


Patricia Figura diciembre de 2012.


lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Patricia, de dònde salen tus cuentos?

¿Patricia, de dónde salen tus cuentos?, me preguntó hace unos días Monica Ivulich, una escritora con todo un bagaje de experiencias, conocimientos y formación cosmopolita que me honra con su lectura a mis cuentos, como tantos otros escritores de los diferentes grupos literarios.
En su momento le respondí en el sitio al cual pertenecemos, pero tengo que agregar otras preguntas, que me las hacen las personas que me son muy significativas, es decir, conversando con familia, amigas, compañeros, más de una vez surgió el tema de que "si en realidad son cuentos" , si los protagonistas son tal o cual persona, si reflejè la vida de fulano o de mengano... si tal cosa me sucedió o no y asì durante estos últimos cinco años traté de dar una respuesta que tal vez no me dejó satisfecha a mí.
Lo cierto es que son cuentos, no tengo ni idea porqué mis personajes no tienen nombres, ni apellidos ni edad certera, a lo sumo una década... tal vez sea porque detesto atentar contra la imaginación ajena, como no me gusta que atenten contra la mía ( soy muy lectora pero a los personajes me los imagino como se me "aparecen" no como los describe el escritor).
Es cierto que muchas veces una conversación me dispara una idea, o muchas veces ( la mayoría) una mirada de alguien, un gesto, una actitud, hacen que yo me invente una realidad de la persona que tal vez difiera totalmente de la real, pero de ahí también se desprenden cuentos para adultos y van a vivir a mi blog.
No puedo verme en protagonista, no puedo ser parte real de todas las historias que escribo, como me lo han planteado, seria imposible, necesitaría varias vidas más, pero sí es verdad, que si bien no retengo datos fehacientes de todos mis conocidos, amigos y parientes, en mi colador mental me quedan "sensaciones", tal vez dormidas, guardadas, escondidas... pero cuando me siento y digo "voy a escribir", generalmente no tengo idea de qué voy a relatar, ni el tema y mucho menos el final, pero esas sensaciones se ve que "dictan" a mis manos y las historias que resultan me sorprenden más de una vez.
En tren de sinceridades, tengo que aclarar que sì hay cuentos que puntualmente son referidos a alguien o a algo, incluso "a pedido", pero más de una vez eso està aclarado al final, o le envío un mensaje privado a la persona en cuestión con un "ahì va tu cuento"...
Aprovecho para disculparme si alguna persona se sintiò "tocada" especialmente ya que hay historias difíciles de vivirlas en carne propia.
Jamás juzgaría las decisiones ajenas...nadie tiene una vida para ensayar y otra para vivir.... se va pintando el cuadro con los elementos que se van combinando al transitar esta bendición que si bien muchas veces cuesta no deja de ser maravillosa: la vida propia.
De todos uds me queda algo, muchas veces no se bien en qué lugar trabajan y eso que somos amigos desde hace más de treinta años, o què fueron sus padres laboral mente, no retengo los lugares en que viven si son contactos de face, pero siempre algo hace "click" y sin rostro, sin identidad pero con todas las emociones a full, sin querer se transforman en mis hijos del corazón.... mis cuentos.

Patricia, diciembre de 2012