miércoles, 26 de febrero de 2014

DE UN LADO A OTRO...

De un lado a otro.

Parecía siempre un poco cansado.
Su rostro, serio, enjuto, cambiaba radicalmente cuando sonreía.
Delgado a pesar de los años transcurridos desde la lejana adolescencia, comentaba con orgullo que todavía le entraba el traje de su graduación.
Esperaba con ansias las vacaciones veraniegas, aunque invariablemente volvía más cansado que antes de subir las valijas al coche.
No es que hubiera “horarios para divertirse”.
 Pero los días nunca alcanzaban, su familia nunca optaba por ir a la playa más cercana a la casa que hubieran alquilado, llevando solo la heladerita y algunos juegos de arena, sino que para no aburrirse había que organizar una pequeña mudanza cada día, cargando y descargando el coche antes de salir a “buscar el destino del momento”, bajar todo en el lugar elegido, cuya geografía era idéntica a las anteriores, preparar el almuerzo con algo de arena, la merienda, entretener a los chicos, explicarle cincuenta veces a su esposa que no le pasaba nada, solo quería descansar un rato a la siesta ya que durante el año era imposible, “no vamos a venir hasta acá para dormir”…. así que con la comida en la garganta, se preparaba el tejo,  el freezbe, la pelota, los baldecitos con sus moldes para el más chico y el gran campamento gitano cobraba vida.
Al atardecer llegaban los mates, las facturas,  la chocolatada, alguna “oportunidad” de esas que los vendedores ambulantes anuncian como ganga y que solo se pueden usar una vez al año y de turista.
Como corolario final, y luego de cargar nuevamente en el auto, sombrilla, juegos, toallones mojados, toneladas de arena, y todos los restos en la heladera, la familia salía a caminar un poco “para hacer ejercicio…. Un poco de vida sana” como decía su mujer.
Al llegar al hogar provisorio, y luego de descargar todo una vez más para intentar limpiar un poco todo lo trasladado, había que organizar la cena, a dónde irían, si a un burguer o una pizzería, cumplir turnos para bañarse todos, secarse, cambiarse, protestar porque las toallas no daban a basto, seguían medio húmedas las del día anterior, lo arrugado seguiría así, “no vine hasta acá para seguir planchando”.
Tres horas después, estaban todos sentados esperando a que les trajeran la cena, él aún en la cabeza con algunos problemas que había dejado en su ciudad, le costaba desenchufarse los primeros días, es como que su cuerpo podía estar en el mar o la montaña, pero su mente seguía en el trabajo, en los medicamentos de “la vieja”, en las cuentas que cada vez parecían más abultadas.
¿Y ahora qué hacemos? Ante la pregunta coral, se encogía de hombros, cerca de la medianoche y después de estar de un lado a otro todo el día, lo único que quería era poder dormir cinco horas seguidas, como premio, como descanso, como novedad.
Entonces surgían las propuestas, cine, la  última función del teatro, el ciber, caminar por la peatonal, la heladería, los profiteroles con capuccino, los artesanos, artistas callejeros, uno de los shoppings….cada día se elegía algo diferente, hasta que a las tres de la mañana y con los chicos dormidos en la parte de atrás del auto, llegaban una vez más al hogar temporal a DESCANSAR.
La vuelta a casa luego de interminables rutas, implicaba, desmantelar el coche y horas de aspiradora, mientras su esposa cargaba toneladas de ropa en el lavarropas, los chicos desaparecían en el facebook para ponerse al día con los amigos, pasar a ver a los padres, los hermanos, saber cómo había andado todo, buscar la mascota, regar un poco las plantas.
_Vos sí que venís renovado!!!!! Que color!! Y sí, diez días en el mar…._ era más o menos el comentario general al llegar al trabajo.
Todavía tenía el sonido del mar en sus oídos, el olor a arena, sal, algas… el viento… demasiado real, le parecía encontrarse en las ondulantes avenidas que lo llevaban a esa espuma blanca donde le encantaba barrenar.
_Cómo te fue???....me imagino que te habrás puesto al día, ¿no? O tu señora es de las que tiene dolor de cabeza seguido?_ le preguntó uno de sus compañeros sin hijos.
Le respondió con una media sonrisa y siguió controlando su trabajo.
Evidentemente no sabía lo que era irse de vacaciones familiares…recordó cuando se iban los dos, hacía tantos años atrás, las caminatas a cualquier hora, los helados en la cama, solos, las horas haciendo el amor, a menudo mientras ella dormía hasta tarde él bajaba y nadaba en playas desiertas, después volvía con medialunas y el café listo para despertarla…salían casi con lo puesto e iban viendo como los sorprendía el día.
Amaba a sus hijos, eran casi una obsesión para él, una mochila que no podía dejar al costado….luchaba por su bienestar y futuro, necesitaba saber que cubría todas sus necesidades, su esposa era de diez, compañera, trabajadora, exigente con todos, el No puedo no existía….si algo quería, eso se lograba.
Tenía todo…después de quince años de matrimonio el saldo era positivo…por qué ese agobio entonces?
Algo se había perdido en el camino, las miradas ya no estaban fijas en la pareja, durante las vacaciones sólo habían hecho el amor un par de veces, medio dormidos y a las apuradas para poder dormir un poco antes de que comiencen las actividades del nuevo día.
Le hubiera gustado compartir un momento con ella de manera distinta, una siesta prolongada, un detalle especial, tener tiempo para el abrazo y algo de juego, no tan mecánico y contra reloj.
Suspiró, no se puede todo, eso es un engaño, por otro lado esa necesidad, sí o sí tiene que ser de a dos para poder vencer el cansancio, los chicos y la rutina, y aparentemente su esposa estaba más que satisfecha con su vida, su marido, sus hijos y las ansiadas vacaciones veraniegas para “descansar en familia”.


Patricia Figura, febrero de 2014

sábado, 22 de febrero de 2014

Amistades...¿Peligrosas?.

Amistades…¿Peligrosas?
No podía contener la sonrisa que se dibujaba en su rostro.
Era más fuerte que ella.
Involuntaria.
Recorría el departamento ordenando como cada mañana de sábado, cambiando las sábanas de la cama grande, poniendo la carga de ropa diaria, mientras iba de un lado a otro con el mate en la mano.
Su marido había salido a trabajar como siempre, hasta entrada la siesta, su único hijo amanecía de los abuelos paternos, como era habitual en las mañanas de feriado, eso no solo le daba un respiro, sino que valoraba la experiencia que significaba tener abuelos presentes, dedicados a mimar y malcriar una vez a la semana.
Si bien la noche anterior se había quedado levantada hasta tarde acomodando los restos de la cena compartida, todavía quedaban vestigios…. Sobre todo en su mente, en su corazón.
Se habían reunido a cenar con una pareja bastante despareja.
O tal vez no lo fueran tanto.
Lo que sí era seguro es que de convencionales no tenían nada, aunque ambos venían de familias muy tradicionales.
Divorciados los dos, hacía casi medio año que salían juntos.
Ella tenía cuatro hijos de su primer matrimonio.
Él también.
En realidad no hacia mucho que los conocía, él tenía temas laborales con su marido desde poco más de un año atrás y desde la primera vez que llegó a su casa invitado por su esposo, algo hizo “click” en ella.
No llegaba a discernir qué era lo que le provocaba.
Tampoco estaba segura de dónde provenía su alegría cada vez que por algún motivo se veían.
Ella era macanuda, pero era incomprensible como teniendo cuatro hijos tenía tiempo para estar siempre con un brushing impecable, las uñas de manicure, físico de gym, bronceada de enero a enero y quejarse permanentemente de NO TENER UNA SOLA MONEDA…. “Yo alguna vez tuve todo lo que vos tenès ahora, la seguridad, el marido que sostiene la casa, niñera, la chica que limpiaba….pero el divorcio te da vuelta todo”.
¿Cómo hacia para seguirle el tren a él que salía de jueves a domingo?.
Tanto su marido como estos amigos eran varios años mayores que ella.
Cada vez que se reunían sentía que había cosas que se abrían en su mente, algunas para bien, otras no tanto, agradecía su burbuja cuando los escuchaba hablar de las carnicerías en tribunales, o veía la mirada triste de ella cuando él livianamente se mostraba interesado en alguien más….en la dueña de casa por ejemplo.
_Vos crees en la amistad entre el hombre y la mujer?_ le había preguntado él mirándola muy fijo, la noche anterior,  estaban sentados frente a frente en los laterales de la mesa y los otros, su marido y la novia de él en las puntas.
Ella que siempre bajo su aspecto muy naif, inocente, tenía una mente que era puro debate, se preparó para iniciar una buena contienda verbal, donde el machismo de su marido y las frases ambiguas del visitante podrían acelerar un poco su pulso largamente anestesiado.
Se había casado cinco años atrás, con su novio de la época de secundaria, amigo de la hermana de un amigo.
No había duda de que se querían y mucho, pero algo faltaba, algo que era difícil de discernir en su permanente nebulosa afectiva, se había hecho a la manera de él, no tenía otras experiencias para saber cómo sería ella en otra relación, los otros referentes eran ajenos.
Vivía en un círculo cerrado, casi pacato, donde no se hablaba de sexo con las amigas, menos con la familia, todo eso se “minimizaba” o se aligeraba por medio de chistes.
Ella sentía que se “estaba perdiendo algo”, su pulso no se aceleraba cuando hacía el amor con su marido, nunca había sentido impaciencia por estar sexualmente con él, tampoco tenía idea de si con otro sería igual o completamente diferente.
Apuntó al amor y eso tuvo, junto con seguridad protección y cuidado.
A su esposo parecía no importarle demasiado, las mujeres son así, repetía siempre que ella intentaba sacar el tema después de ver una película melosa donde los protagonistas echaban chispas, la vida real no es como en la tele.
Pensaba que estaba “estafada” pero en la diaria, en lo cotidiano, la vida continuaba, la casa marchaba, los fines de semana con la familia de ambos se compartía la parrilla, en las vacaciones conocían playas diferentes, sus amigas estaban cada una en su matrimonio, criando hijos, trabajando, progresando, aparentemente, tenían todos la vida que “correspondía”.
¿Y entonces por qué sentía que no veía bien? ¿Qué tenía ganas de llorar a pesar de NO TENER NINGÙN PROBLEMA?
Cuando su esposo invitó por primera vez a este conflictuado, divertido, inteligente y atractivo amigo….ella sintió que la estaban VIENDO, realmente, como a una adulta y no como a la novia adolescente que hay que mantener en la vitrina.
Él  respetaba muchísimo su opinión, se enredaban en debates con temas que nunca se tocaban en las reuniones usuales entre matrimonios a los que estaba acostumbrada, los invitó a ir a bailar a uno de esos pub donde la trampa, el pecado, la seducción estaban a la orden del día, de la noche en realidad.
Habían ido los cuatro, pero su nuevo ¿amigo? se dedicó casi exclusivamente a ella, incluso en una parodia de los ochenta bailaron un par de lentos que a ella le provocó un nudo en el estómago.
Se dio cuenta que incitaba a reunirse, siempre podía contar con que gran parte de la niebla que envolvía su mente y a la que su esposo restaba permanente importancia, se iba apartando, era como ir sacando telarañas de su interior.
La última cena, fue la de la noche anterior. Y esa pregunta tan simple y a la vez tan amplia estaba dirigida a todos, pero especialmente a ella.
¿Crees en la amistad entre el hombre y la mujer?.
Si, contestó ella sin dudarlo “claro que si, me parecería salvaje lo contrario”
_Salvaje? Que curioso que lo definas así_ le contestó sin sacarle los ojos de encima.
_No existe!!!! Es una estupidez eso…. Siempre termina pasando algo, el tipo siempre va a querer acostarse con la mina tarde o temprano_ el pensamiento tan aggiornado provenía de su propio esposo.
_Vos te querès acostar con nuestras amigas?_ le preguntó tranquilamente, con una sonrisa mitad burla y mitad cansada.
_Eso es distinto!!!! Somos TODOS amigos, nos reunimos TODOS juntos, conversamos entre TODOS….es grupal, no nos encontramos solos_ el amigo en común le dedicó una sonrisa que era una mueca, a menudo le gustaba jugar con la mente cerrada del esposo, porque era cuando ella más aguda se volvía, cuando le brotaba su esencia.
_Es decir que si alguna vez vas a conversar de algo y alguno de los esposos no está, el solo hecho de compartir un momento de a dos los puede llevar a sentir deseo el uno por el otro?_ su gesto era de calmo asombro mientras se levantaba a buscar el helado y lo servía en las compoteras de porcelana antigua.
_Y…no sé, eso es muy específico, pero la ocasión hace al ladrón…._lo miró al otro buscando apoyo, asentimiento, la novia se mordía los labios mientras con las manos jugueteaba con la cucharita, no se le escapaba el brillo en los ojos de su pareja cuando se reunían con esta mujer, que parecía envuelta aún en algodones, se daba cuenta de que algo le despertaba, ese resabio machista de provocar y lograr lo que nadie consiguió antes.
_Por favor!!!!! No podes ser tan cavernícola…. Ese refrán es mediocre!!!!!...va más allá de la pregunta que hizo él….._ no podía evitar reírsele en la cara, no dejaba de asombrarla su estrechez mental_ ¿quiere decir que si estamos mirando una película con un “amigo” en la cocina, está todo bien, se conversa y punto…. Ahora si estás sentado en una cama, por el motivo que sea, vas a tener sexo sí o sí con esa persona????
Más allá del mutismo de la novia que seguía jugueteando con la cucharita y el helado, de los aspavientos que hacía su esposo absolutamente escandalizado, lo que quedó grabado en su mente y en su retina era la respuesta de él, la que todavía le dibujaba una sonrisa cálida, inmensa y cosquillas en su vientre.
_Mira que yo tengo criterio amplio, y no creo que seamos como animales sin elección, de manejarnos por instinto y nada más….¿pero sabes el despelote que se arma si yo estoy con vos en una cama?_ cada uno lo tomó como pudo para restarle importancia, él enseguida hizo otro comentario más liviano, lo palmeó al marido para que lo acompañe a buscar más bebida, cuando se levantaba le guiño un ojo a ella y le dejó un “enseguida venimos”.
A partir de ese momento ya no pudo negarse que algo sentía, algo que se iba a complicar….más allá de cualquier resultado, la niebla se estaba apartando, el rayo de sol era más fuerte, cuando pasara el encandilamiento momentáneo, podría ver mejor y así llegar a entender y sobre todo a entenderse.


Patricia Figura, febrero de 2014

domingo, 16 de febrero de 2014

INACEPTABLE....

INACEPTABLE.
Entró envuelta en un toallòn grueso, gigante, traído de “souvenir” de un par de días de spa en la provincia vecina
“No solo no me sube agua al tanque sino que me salta la térmica” se dijo riéndose sola mientras volvía al baño a terminar su ducha con el calefoncito que  apenas alcanzaba para enjabonarse y enjuagarse a toda velocidad.
Los días fríos en que debía dejar la resistencia calentar un poco más de lo habitual, solía terminar su ducha en el patio donde se encontraba la llave general.
Con suerte lograba terminar el baño sin congelarse.
Delante del calefactor, se permitió un momento envuelta, acurrucada en la gran cama matrimonial, oficialmente toda para ella, usualmente compartida por cuanto veinteañero estuviera dispuesto a hacerla sentir una Diosa sin edad.
Estaba cómoda, calentita, se soltó el cabello cuidadosamente envuelto en la gorra de baño para que no se salpicara el impecable brushing realizado con toda pericia antes de irse a bañar.
Se puso un holgado pijama de “estar adentro” y se dispuso a empollar unas horas antes de que llegara el momento de prepararse para ir a desmenuzar la noche….y a elegir al acompañante de turno.
Buscó en la tele algo para ver…. Nada, los sábados por la noche nunca había nada.
Tomó el celu y después de contestar algunos msj de último momento, donde se ponía de acuerdo con el grupo de chicas para la salida, entró al face.
Vio que una de sus primas había compartido una foto de ellas sacada una víspera de navidad hacía muchos años atrás.
Una sonrisa se dibujó en su cara simpática, recordaba aquella fiesta, cuando muchos de sus afectos mayores estaban todavía vivos, los hijos eran chiquitos, usaban pañales, el que fuera su marido se veía en el fondo conversando con su suegro, el mantel típicamente navideño estaba cubierto de cáscaras de nueces y copas de sidras a medio llenar.
Centró la atención en su propia imagen, aún después de tantos cambios y tanto dinero invertido en su aspecto….se sentía tal cual estaba retratada….su lucha constante por combatir su tosca apariencia original aún no había logrado desdibujar la imagen de su mente…. Al cerrar los ojos e intentar verse, era la joven de la foto la que se presentaba en su mente.
Hizo una mueca.
Y un click sobre la foto, pero ya no en su celular, sino en la note, quería verse bien, pantalla completa.
Por suerte no la había etiquetado….nadie reconocería a esa veinteañera de pantalones anchos y remera suelta, de cabellos cortos y oscuros y uñas comidas casi hasta la cutícula.
Jamás la asociarían con ella….al menos nadie que valiera la pena….nadie que formara parte de su “grupo”, mucho menos esos amores de turno que milagrosamente duraban más de una decena de noches.
Le envió un mensaje privado a su prima, “me etiquetàs y te bloqueo”….pero claro, ya la conocía, no se le ocurriría hacerlo.
Conocía su sacrificio por mantenerse en cincuenta y dos kilos midiendo escaso metro sesenta, su rutina de abdominales, caminata, aparatos, baile y yoga…. Le llevaba todo el tiempo, todo el dinero, toda su atención… era una carrera contra el tiempo que estaba ampliamente recompensada cuando podía elegir con un solo dedo al semental que le hacía hervir la sangre.
Su larguísimo cabello, lacio, brillante, cobrizo era una obra de arte que no tocaba ningún champú de góndola, solo lo lavaba en el centro de belleza al que acudía desde hacía años.
El make up era todo un tema aparte y lograba resaltar los ojos que oscilaban entre los verdes y los grises de acuerdo a su estado anímico…pero lo mejor era la boca….cuidadosamente dibujada, carnosa, plena.
La mente se le fue para su infancia, cuando su madre le arreglaba vestidos heredados de parientes y amigos, cuando el Papá Noel nunca llegó a traer ni los patines, la bici o la muñeca que caminaba…cuando abría la puerta del dormitorio de sus padres y solo encontraba a su madre llorando, su padre volvía tarde, muy tarde….hasta que no volvió más.
Se casó como todas las de la época, tuvo hijos, dos, limpió, ordenó, cocinó y lloró también, mucho, muchísimo, hasta que no aguantó más…sacó el  poco dinero que quedaba en la casa, juntó lo justo y necesario de su ropa impersonal y deslucida, hizo dormir a los chicos temprano, su marido tenía el turno noche, volvería al despuntar la mañana, pero ella estaría lejos, lo suficiente como para que no supiera donde buscarla.
No tuvo ayuda, no compartió con nadie su plan, fue casi un arrebato, odiaba ser esposa y madre, no era para ella, le despertaba enojo, ira, odio…puso distancia, mucha…extrañó a sus hijos durante los primeros meses, pero el solo hecho de pensar en volver la entumecía, trabajó de moza, de cajera, alquiló piezas deprimentes en pensiones oscuras con baños compartidos, pero era joven y fuerte y por fin estaba sola.
El golpe de suerte llegó cuando tres años después consigue entrar a trabajar en un pub, estaba en su elemento, el dueño le permitía utilizar las dos últimas habitaciones, separadas del local por un patio grande y descuidado, las adecentó, le fue agregando detalles propios, una cocina diminuta y un baño de muñecas, pero no le importaba, no pagaba alquiler y comía todo lo que quedaba de la cocina del negocio.
Trece años después seguía en esa diminuta cueva, su escondite, su lugar seguro, todo lo que ganaba lo gastaba en su propia apariencia, la original era inaceptable….aunque una y otra vez se despertara sudada y creyéndose aún esa madre y esposa casi adolescente atrapada en una vida que detestaba.
Las redes sociales la acercaron solo a quienes tuvo interés de reencontrar.
Esta prima era una de esas escasas personas a las que intentó ubicar, por ella supo que después del revuelo y escándalo inicial, las cosas comenzaron a encaminarse, su marido ( jamàs se divorciò) se juntó con otra mujer, que crió los hijos de ella y tuvo un par más, eran buenos chicos, estudiosos, trabajadores, la llamaban mamá, tenían un hogar sólido, ya no vivían en la casita que ella conociera, habían progresado, estaban cómodos…tal vez hasta les había hecho un favor.
Buscó a sus compañeros de colegio.
Quería que la vieran tal como era ahora…una escultura….fría, incapaz de renunciar a su libertad, a su pseudo comodidad, a su sexualidad casi irrefrenable donde cada cuerpo joven era un nuevo desafío.
Nunca la dejaban, siempre era ella la que ponía el punto final.
Jamás aceptó acostarse por dinero, ni claudicar su libre albedrío por nadie, cuando no tenía una moneda, buscaba horas extras dando clases de maquillaje o hacía manicurìa…solo las navidades la ponían mal, hasta que después de la segunda botella de champange todo le daba lo mismo…se dormía con los primeros rayos solares, por lo general con los ojos hinchados y abrazada a su almohada.
No puso “me gusta” en la foto, no quería que la asocien a esa imagen, ella ya no era ella…se había inventado y había dedicado arduos años a verse distinta, cada vez costaba más, la balanza era su peor enemiga, el alcohol también hacía lo suyo.
Cerró la compu, le comenzaba a doler la cabeza, a la única persona del ayer que le hubiese gustado volver a ver y a abrazar muy fuerte era a su papá…pero …lo que se hereda… tampoco había rastros de él, no sabía si estaba vivo o muerto.
Se puso de costado, se hizo un ovillo chiquito… intentaría dormir un par de horas antes de salir….no pensaba ponerse a llorar…. Se le hincharían los párpados, le delatarían los años, no podría ponerse los lentes de contacto….se estiró hasta la mesita de luz, buscó una de esas pastillitas mágicas que la ayudaban a relajarse y descansar cuando su cabeza hacía de las suyas…cerró los ojos, intentó pensar en el verano, el sol, las playas, salidas con sus amigas hasta altas horas….en fin, en la vida que tanto había perseguido y que ahora podía  ¿disfrutar?.


Patricia Figura, febrero de 2014

miércoles, 12 de febrero de 2014

Acorralada....de Joy Fielding

Uno de mis mayores placeres en los atardeceres lluviosos es irme al "canje de libros" e investigar un poco què encuentro.
Algunas veces salgo gratamente sorprendida (las menos) y otras leo y releo tìtulos comerciales hasta el cansancio.
Hace años que dejè la etapa de los policiales asì que todo el sector de Cristie o James entre otros queda de lado en mi bùsqueda.
Ni pensar en los de autoayuda (los detesto) o los polìticos.
Una de estas tardes fui ehice varios hallazgos, uno de ellos fue esta novela, no recuerdo haber leìdo nada antes de ella, pero me encantò la claridad que tiene para transmitir sentimientos sobre todo femeninos, para plasmar situaciones que en la vida real pueden escapar a cualquier calificativo y sin embargo al leerlas, muchas fichas pueden ir cayendo casi sin querer.
 Como tengo la costumbre de "vivir" mis libros, suelo marcar alguno que otro pàrrafo o frase que me haya gustado o me parece bien exrpresada, las copio acà para uds.

besos

Patri.

"Lo cierto es que, como todo el mundo, no sè de dònde vienen las ideas. Supongo que es un fenòmeno relacionado con la visiòn del mundo del escritor. Si tù y yo oìmos la mima conversaciòn alrededor de una mesa, tù te preguntaras què puedes hacer para ayudar, mientras que yo concibo una escena para mi pròxima novela. Los escritores aprovechamos todas las situaciones. Las usamos, las modificamos, las tergiversamos. Cualquier cosa constituye un estìmulo. No hay nada sagarado."

"El tiempo siempre juega a favor de la persona que està dispuesta a esperar".

"Aceptar un acuerdo de divorcio y rechazarlo en el ùltimo momento, encontrar algo inadmisible en un escrito aprobado previamente, repetir viejas exigencias y hacer otras nuevas, todo por enèsima vez, formaba parte de un juego. Las parejas en tràmites de divorcio lo hacìan constantemente. Era una forma de mantener el control, de tener la voz cantante, de tirar de los hilos."

"Cuando uno declinaba demasiadas invitaciones, la agente acababa por cansarse. Sin embargo, tenìa que admitir que le dolìa. A lo largo de los años se habìa separado de todos sus amigos."

"¿Desde cuàndo la seguridad era un sustituto del amor?"


Por boca de personajes de Joy Fielding.

Patricia Figura, febrero de 2014

lunes, 10 de febrero de 2014

CUENTAS PENDIENTES.

Cuentas Pendientes.
Por lo general no le gustaba pensar en lo que no había hecho, en lo que fueron metas deslucidas en el tiempo, en lo que probablemente no haría, pero un recuerdo fugaz de la adolescencia capturó esa parte cuidadosamente oculta, disimulada tras un listado diario de ¿obligaciones? como madre, esposa y también profesional.
Siempre faltaba algo que se completaba maravillosamente en su mente.
En la etapa de los diez años era una excelente patinadora, recostada en el sillón gigantesco del living poco transitado de su hogar, ponía sus discos preferidos una y otra vez durante horas, los repetía hasta el cansancio, mientras ella con su imaginación creaba coreografías casi impracticables en esa disciplina.
Pero jamás fue a patín.
Su madre sencillamente tenía miedo de que se lastimara, “entretenete con otra cosa menos peligrosa”…. demasiados horarios tengo todo el día para agregar uno más.
En la primaria, soñaba con ser “la nena linda del grado”, cada año al volver de las vacaciones tenía la esperanza de que notaran sus ojos expresivos, el brillo de su cabello, su sonrisa permanente, que se lo comentaran, ser a la que los chicos le pedían “arreglo”.
Pero siempre le tocó ser la inteligente, la que leía y hablaba bien, esa alumna que las maestras siempre tenían a mano para colaborar en el aula, mientras otras compañeras pasaban papelitos con declaraciones amorosas de los varones, o salían a pavonearse en el recreo para mirar a los chicos del aula de al lado.
Entrando en la adolescencia, una cierta seguridad le ganó un puesto casi de honor entre sus compañeros, sabía que se había desarrollado muy bien, delgada, menuda, ayudaba a los demás en los trabajos prácticos, sobre todo en las materias odiadas por la generalidad, le encantaban las reuniones en grupo, ir al cine los sábados a la tarde con su grupo, hacer los pic nics de la primavera junto con todo el curso no tenía precio…claro, que la parte secreta, la que se desarrollaba febrilmente durante la vigilia jamás la abandonó…ahí y hasta entrada la madrugada, ella pasaba a ser la reina de una elección de belleza, la modelo que descubrían accidentalmente en la playa, la seleccionada en un casting para una película con algún grupo musical de moda.
Daba por sentado que toda esa cornucopia de experiencias pertenecían solo a sus fantasías, jamás se le ocurrió que podía luchar por conseguir algunas de esas ensoñaciones…. pertenecían a la almohada, a determinada canción, al silencio…a ella.
A medida que pasaba el tiempo, e iba cumpliendo etapas, las fantasías tenían épocas…cuanto más presión vivía en la realidad, mayor era su escapismo, soportaba los embates solo por evasión…muchas veces su familia la encontraba con la mirada vidriosa perdida en un punto, quieta, extática.
¿Cómo explicarles que estaba frente a un público que ovacionaba su actuación en un teatro con localidades completas? ¿O que estaba desfilando con gazas que flotaban alrededor de sus piernas en una pasarela interminable frente a la mirada incrédula de sus ex compañeras de primaria? Que esa declaración amorosa tan ansiada a los dieciséis del chico lindo de la clase, por fin llegaba a sus oídos provocándole un nudo en el estómago?
No, imposible, eso era parte de su intimidad, la parte inviolable de su ser, su esencia, su fuerza, sus pilas….era en lo único que se sentía mezquina, cuando su mundo perfecto la envolvía y dejaba afuera a su familia.
Buscaba la descarga física.
Iba a aprender salsa, a caminar, a pintar sobre telas con un grupo muy variado de mujeres, trabajaba, se ocupaba del hogar, de su orden y dirección.
Vivía etapas de mucho sexo con su marido, alternadas con otras  de un distanciamiento casi glacial.
Estaba acostumbrada a esta doble vida.
Era casi imposible extirpar alguna de las dos.
Se nutrían mutuamente.
Se sostenían.
Se quedó analizando a su pesar, si en realidad eran cuentas pendientes, si hubiera cambiado su vida por otra, por alguna de esas mujeres en las que se convertía recurrentemente.
Sabía la respuesta de antemano.
No quería esfuerzo extra, sacrificios, frustraciones, caídas, renuncias, dolores ….en su mente era la mejor en cualquier disciplina, la sonrisa que se dibujaba en su rostro cuando se entregaba a “soñar” era la mejor batería que podía pedir su organismo…. Volar la ayudaba paradójicamente a mantener los pies sobre la tierra, a nutrir su alma para cumplir con la parte difícil cuando la vida la ponía a prueba.
Se estiró como un gato, satisfecha, su marido acababa de cerrar la ducha, había estado mirando insistentemente su short veraniego y haciéndole comentarios halagadores durante toda la cena…él no disimulaba lo que ella le provocaba, los ojos se le volvían pícaros cuando al pasar mientras ella iba de un lado al otro haciendo las cosas, aprovechaba para acariciarle alguna zona reservada a la intimidad de ambos.
La puerta se cerró con llave y por un rato la mente de ella también…. Más tarde, cuando la respiración regular de todos indicara la hora del sueño, ella se entregaría por un rato a recibir los aplausos y honores de su público, la medalla de oro en alguna pista de patinaje…. O una tardía declaración amorosa que la hiciera sentir en las nubes antes de volver a aterrizar en su hogar.


Patricia Figura, febrero de 2014

lunes, 3 de febrero de 2014

LOS PUENTES DE MADISON COUNTY...Robert J. Waller.

"...De no haber sido por su padre y ustedes, me habrìa ido con èl, al instante. Me pidiò, me rogò que lo acompañara. Pero yo no quise, y èl era una persona demasiado sensible y afectuosa como para interferir nunca en nuestras vidas.
La paradoja es la siguiente: Si no hubiera sido por Robert Kincaid, no estoy segura de haber podido quedarme en la granja todos estos años. En cuatro dìas me dio toda una vida, un universo y uniò en una sola las partes separadas de mì. Nunca he dejado de pensar en èl, ni por un momento. Aùn cuando no se hallaba en mi mente consciente, lo sentìa en alguna parte, estaba siempre allì...."

Si bien he visto la pelìcula varias veces a lo largo de los años, el libro es otra cosa, para mì, siempre es mejor.
Es vàlido renunciar no sòlo a la pasiòn fìsica, el derecho a sentirse MUJER con todas las letras y en mayùsculas por responsabilidad????
El autor plantea el amor entre dos personas de mundos geogràficos diferentes pero con total armonìa mental y espirtual, como ùnico y para toda la vida, cuatro dìas completos en que les permitiò sacar lo mejor de cada uno y con eso hacer frente a lo peor.... A los amores asì, màs cuando no son unilaterales, sino que ambos lo sienten con fuerza e intensidad, ¿pueden darse el lujo de sostenerse solo en el recuerdo, viviendo y reviviendo una y otra vez un conjunto de horas mientras la familia sigue su curso?.
No es acaso como vivir con un fantasma? tanto para los enamorados como para los que los rodean.
Alguien tiene derecho a esperar que una persona viva dentro de su mente una vida paralela para poder soportar el tedio de un lugar que se creyò propio y ya no lo es????.
Los interrogantes son muchos y las respuestas tantas como personas habemos en el mundo.
Me gustò mucho leer la historia, uno nunca queda con el alma vacìa despuès que un libro asì pasa por su vida.


Patricia Figura, febrero de 2014.