miércoles, 23 de marzo de 2011

Fantasía...Realidad.

Fantasía… Realidad.
Ya había notado de qué manera la miraba.
Hasta el momento no le había hecho ningún comentario, no le había llamado la atención, era su hijo, era adolescente…. en el fondo lo entendía…él también lo fue mucho tiempo atrás y las hormonas parecían gobernar toda su voluntad.
Tampoco se lo comentó a ella…estaba atento, pero no quería generar incomodidad en la convivencia, todavía le parecía increíble tenerla en su vida, en su casa, en su mesa y sobre todo en su cama.
Exquisita, delicada, con piel de durazno…aterciopelada, suave, dorada, firme, comprensiva, compañera… dulce…nunca pensó que sus fantasías se harían realidad…durante años estuvo secretamente…¿enamorado?... no, no enamorado, pero siempre estuvo atento a sus pasos, a su vida, cada tanto se cruzaban, sabían uno del otro, pero jamás hubo algo más que un trato cordial…él viudo relativamente joven, con un hijo chico todavía… ella soltera, noviazgo largo, deterioro…hermanados casi en cuanto a proyectos y a la costumbre de estar juntos…. alejamiento y período sola, con amigas y familia, mucho trabajo.
Se habían conocido en los primeros años de la facu…intercambiaban algunos apuntes, coincidían en algunas clases, ella era amable, paciente, siempre sonriente y bien dispuesta para compartir datos o materiales, él más serio, con gesto adusto, hermético, pero con ella la sonrisa le llegaba a los ojos.
Mil veces fantaseó con un beso, una caricia, sentir los largos y delgados dedos de ella sobre su espalda, sobre su cabello, “tener derecho” a pasar noches enteras descubriéndola y disfrutándose…obviamente, se llamaba a la realidad y si bien hasta un ciego podía darse cuenta de que ella no le era indiferente, jamás dejó entrever algo que la obligara a poner un freno o distancia en la relación.
Era una fantasía con pocas probabilidades de que alguna vez se haga realidad.
Trabajaban para estudios diferentes, se encontraban de vez en cuando en los juzgados, en tribunales, hasta enfrentados en un par de casos años atrás.
Luego de su viudez la invitó a tomar un café… “como por casualidad”… como si se le acabara de ocurrir.
Aceptó , charlaron horas enteras, no resumieron nada…se rieron muchísimo, los dos eran buenos interlocutores…volvieron a verse una y otra vez, la invitó a cenar, a su casa, le presentó a su hijo…vieron pelis los tres mientras comían chocolates…..
En el silencio de la noche…el chico dormía, ellos tomaban un último café antes de que èl la llevara a su casa…ella no podía ignorar las miradas largas de èl, el deseo se traslucía hasta en el tono de voz.
La besó, mucho, muchísimo….como si los años en que imaginó poder hacerlo hubieran estado acumulados dentro de él y por fin pudieran escaparse… liberarlo.
Si bien se sorprendió… no se opuso, tampoco lo alejó…le gustó, lo dejó hacer…estaba curiosa de esta nueva faceta en una persona tan medida, cauta, respetuosa… distante.
Una vez que comenzó no pudo detenerse…si bien era muy tierno… la urgencia era indiscutible….ella no ofrecía resistencia…se amoldaba a él como si hubieran hecho el amor toda la vida juntos, era más suave de lo que imaginaba, su perfume lo volvía loco y su voz en susurros lo llevaban más allá de cualquier límite que pensara tener.
Quedaron sorprendidos, agitados, avergonzados….felices, ávidos de continuar.
_Vas a pensar que tuve toda la intención de que esto pasara cuando te invité a cenar_
_Con tu hijo en la habitación de al lado?... no, creo que ambos teníamos ganas o curiosidad…_ hablaban muy bajito, casi sobre los labios del otro…él no se apartaba de ella, le parecía mentira tenerla ahí… contra su cuerpo… absolutamente desnuda y entregada al placer de estar juntos.
_Te voy a decir algo… a esto lo soñé…años, siempre sentí algo especial, distinto por vos… me encantabas…y ahora es como que se me dio… no sé… el sueño del pibe…y no quiero despertarme… no quiero frenar… si pudiera te comería para llevarte conmigo…_ se rieron juntos, él no podía dejar de acariciarla, darle besos muy suaves, ella estaba cómoda como hacía tiempo no lo estaba, relajada, tranquila… contenta.
En los meses siguientes ella se fue a vivir con ellos, se amoldaban bien, el nene también…era su confidente, casi como una tía…una prima… no la veía como a una segunda madre… tampoco era “la esposa del padre”, se la veía muy joven y fresca como para un título de “madrastra”.
En cuanto a él…estaba simplemente enamorado de su mujer…la pasión que ella le provocaba con el simple hecho de “andar por la casa”, ducharse, su ritual para irse a acostar…no se aquietó con los años, al contrario…más la conocía más tiempo quería pasar en la intimidad…jugaban, se escapaban juntos los feriados, se encontraban en el silencio del hogar.
Por eso, cuando descubrió que al ir creciendo su hijo demoraba las miradas en ella, o sin saberse descubierto la espiaba,…él no se enojó… pero tampoco quería dejar pasar la situación…era un tema delicado, la adolescencia, la mujer del padre que nada tenía que ver con las madres de sus compañeros…tendría que ir con cuidado, para no herir, no confundir… no incomodar…iba a tener que hablar con ella…no para que cambiara su desenfado, espontaneidad, o manera de ser…pero tampoco podía dejar las cosas así…los sentimientos de culpa por desear la mujer de su padre, o por una situación tensa en el hogar nunca terminaban en nada bueno…era su hijo y lo amaba… seguramente no era una situación nueva, muchos padres rehicieron su vida teniendo hijos y con tiempo y paciencia las etapas terminaban  por superarse…para dar paso a otras… lo importante era mantenerse juntos, cerca, conversar y no encerrarse en la ignorancia o el falso pudor.

Patricia Figura, marzo de 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

CONOCÌA ESE ROSTRO...


Conocía ese rostro
Mirando las noticias quedé helada.
No es algo muy inusual que los noticieros completen su hora informática con asaltos, violaciones, crímenes varios, etc., así que la capacidad de asombro con el tiempo se va reduciendo, la empatía hacia lo “que pudo haber pasado a un ser querido” ya no es tan así y “los casos” como los llamábamos y recordábamos en nuestra infancia ya no son tales puesto que antes era algo para comentar durante años y ahora se suceden casi cotidianamente.
Pero esto era diferente.
Yo conocía el rostro que mostraban en la tele.
Había ido conmigo al cole, jugábamos juntas en los recreos, nos cambiábamos figuritas con brillitos y nos extrañábamos en las vacaciones.
Cuando era chica, siempre me imaginaba qué serían al crecer otros chicos de mi entorno, trataba de explicarle a mi mamá que era como si lo llevaran escrito en la frente.
“Y, si, puede ser” me contestaba distraídamente mientras preparaba el té familiar y le daba indicaciones a la señora de la limpieza sobre el día siguiente.
Por ejemplo “sabía” quién no iba a hacer absolutamente nada útil, si es que eso es enteramente posible, quién iba a tratar de tener una vida mejor a pesar de las limitaciones existentes, quién iba a mirar siempre lo del otro, fuera lo que fuese parecería mejor.
Estaban las lindas que toda solución vendría con un “buen marido”, estaban las futuras “profesionales” que trabajarían a la par de los hombres (el doble en realidad, aunque en ese momento no lo supiera, hay cosas de “adentro” que no se pueden delegar).
Y en cuanto a los varones el espectro era más amplio, los “herederos” de empresas familiares, los que triunfarían con la pelota, los que no les daba la cabeza para nada de nada, ni para el primario y los que parecían “malos”.
Aunque parezca raro, soberbio o increíble, casi no hubo errores o sorpresas.
Algunas, sí, muy gratas, verdaderas luchas con finales felices dentro de lo que la vida lo permite.
Pero creo que no estaba preparada para lo que ví.
Su rostro parecía casi igual al de los doce años, su cabello antes brillante y sedoso ahora era de un teñido estridente, opaco, seco.
Sus ojos que en algún punto parecieron tristes desde siempre, conservaban casi la misma expresión, como con la esperanza de que las cosas fueran a mejorar.
Era hermosa, realmente una de las nenas más lindas que conocí, era mi amiga.
No tuvo un buen hogar, nunca alentaron demasiado su educación, había que zafar y terminar, no aprender, capitalizar, tratar de avanzar.
En la adolescencia nos alejamos, si bien toda la vida la llevé en mi corazón, fue mi primera amiguita del cole, seguía todas mis travesuras, era tímida e insegura y yo pensé que su vida iba a ser la de una princesa.
Me equivoqué…diametralmente, realmente no ví lo que otros sí veían y aún respetando mis sentimientos, más de una vez intentaron deslizar mi venda.
No sirve, la venda se cae sola, a veces sucede más o menos a tiempo, otras….
Ahora me miraba desde un primer plano, una foto suya, claro.
Ella estaba muerta.
A mi edad, con mi infancia ligada a la suya, con esos sueños “para cuando sea grande” que evidentemente no se cumplieron.
Alcancé a escuchar que la encontraron en su departamento, sobredosis, suciedad, los chicos no estaban con ella…tenía hijos.
Iría a verlos? Les contaría de una mamá que no podrían relacionar con la que seguramente habían vivido?
De una nena que tuvo una muñeca articulada a la que le puso mi nombre y yo me sentí explotar de orgullo, que quería ser decoradora de interiores, que tendríamos un departamento “ re lindo” y novios que nos amarían eternamente.
Qué pasó?. Ya no voy a tener esa charla que quedó pendiente veinte años atrás, ni me voy a acercar a sus hijos, no me corresponde, seguramente dentro de lo que fuera que haya vivido había sido una buena mamá. Quiero creer eso.
No lo puedo asimilar, …ya no está, y era tan linda…y ni siquiera se daba cuenta, siempre se sintió “como de oferta”, pensé que con los años eso había cambiado, le perdí el rastro.
Apagué la tele, me puse las zapatillas y salí a la soleada siesta de otoño, a caminar por calles que ella ya no podría recorrer.

Patricia, febrero de 2009

domingo, 20 de marzo de 2011

SBOR AMARGO...


Sabor Amargo…
Sus ojos todo lo escudriñaban.
Si bien evitaba fijarlos en cualquier interlocutor que apelara a su franqueza interior… eran despiadados cuando se trataba de desnudar el alma ajena.
Emitía juicios…a quien quisiera escucharlos… se aferraba a sus ideas aunque estas la llevaron a la triste realidad que la escoltaba.
Con la puerta entornada… donde sólo una hendija oscura se podía ver…custodiaba los movimientos del barrio.
Pocos quedaban del lugar original.
Los más viejos se habían muerto con el tiempo… cayendo como hojas de otoño… sin hacer ruido pero dejando desnudo a quien fuera su hogar.
Pero todavía quedaba mucho por ver…era su entretenimiento… su droga… su especie de comunicación con el exterior.
Le decían “la solterona”…pasados los sesenta aunque su rostro sin arrugas y sin experiencias dignas de eternizar por la pluma de algún poeta… no registraba los años… pero el rictus amargo de sus gestos los hacía sospechar.
Le fastidiaban los gritos infantiles, vivos recordatorios de los hijos que nunca tendría, la música fuerte, los planes ajenos, las bodas de las hijas de sus amigas… de las pocas que soportaron su vetustez y acritud con que acompañaba cada comentario que hubiera podido ser feliz.
Sabía a qué hora exacta pasaba el camioncito de la verdura dos veces por semana, el sodero, los días en que la linda vecina nueva recibía a su “amigo”… si se quedaba a dormir o se iba temprano, si faltaba a la cita, si ella salía con amigas, si tenía los chicos ese día o los buscaba el marido, a quién veía el viudo de la casita de la esquina, si conversaba más con una que con otra, si el almacenero abría más tarde o más temprano, si la peluquera estaba al tanto de los chismes de las chicas del interior que alquilaban el mono ambiente que podía pasar por sauna y si no estaba actualizada ella se encargaba de hacerlo.
Pero aunque siempre había vivido ahí, en la misma casa desde que naciera, de ella nadie sabía nada.
Jamás respondía directamente una pregunta personal, ni hacía confidencias o comentarios propios…se sabía que nunca se había casado, que no había tenido hijos, que al menos en la casa, no había ni hombres ni mujeres que pudiera vinculárselos con un amor o una pasión.
Era la casa de sus abuelos, donde se crió su madre con sus hermanos… los hombres se fueron yendo donde el trabajo o el matrimonio los fue llevando, su mamá se casó de grande con un zapatero de por ahí nomás… que la “festejaba” desde siempre…cerca de los cuarenta la tuvieron a ella y pasaron a ser una familia junto con los viejitos.
Única hija, los primos venían mientras los abuelos vivieron… después se encontraban solo para cumpleaños o navidades…esa era una costumbre que seguía y que ella jamás se perdía…estaba al tanto de todo y de todos.
De joven había sido una linda chica, aunque no era del tipo de las que provocan grandes pasiones u obsesiones, tenía algo que alejaba a los “pretendientes”…en la tercera cita siempre algo de su extraña manera de ser salía a flote, era incapaz de disimular su enojo y la mayoría huía despavorido ante semejante malhumor… fuera lo que fuera que lo provocara…
Se dedicó a trabajar en una imprenta con una de sus amigas que era la hija del dueño, alquiló un par de habitaciones en la vieja casa cuando le quedó grande para mantener, con el tiempo consiguió un empleo mejor remunerado, pero su trato seco y distante provocaron que antes de cumplir el año decidieran prescindir de sus servicios, finalmente, por una cuestión de supervivencia, invirtió unos pesos en la casita, la dividió y vendió la parte del fondo, se hizo una reserva, cuidó el último trabajo que le ofrecieron… se clavó las uñas antes de dar rienda suelta a sus frustraciones y furias contenidas… peligraba su sustento y no tenía edad de conseguir otro trabajo fácilmente.
Todos sabían que existía pero nadie se ocupaba de ella.
Suponían cosas, esperaban algún cambio alguna vez… algo que indique que tenía vida propia, proyectos, intereses… fuera del inagotable amor por la vida ajena…pero ella jamás dejó entrever nada…sabía que le decían la solterona… no le importaba…sus secretos estaban bien guardados… escondidos, en una agenda de arabescos, vieja… muy muy vieja…que alguna vez fuera su diario… su única vía de escape… donde había escrito lo que nadie hubiera podido sospechar.
Ella tenía un pasado, un secreto y una historia…pero era de ella y de nadie más.

Patricia Figura, marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

LAS MUJERES SEGÙN....Mario Vargas Llosa. Premio Nobel de Literatura 2010 :



Mario Vargas Llosa. Premio Nobel de Literatura 2010 :


Todas  las  mujeres  bellas  son  las que yo he visto, las que andan por la calle  con  abrigos  largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen cuando  las  miran.  Sin  medidas  perfectas,  sin  tacones de vértigo. Las mujeres  más  bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran bolsos en tiendas  de saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.
Las  flores  del  desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que  te  acarician las manos cuando estás triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran sólo con
unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento.
Las  bellezas  reales  son las que toman cerveza y no miden cuántas patatas han  comido,  las  que se sientan en bancos del parque con bolsas de pipas, las  que  acarician  con ternura a los perros que se acercan a olerlas. Las
preciosas  damas de chándal de domingo. Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz.
Las  mujeres  hermosas  no  salen  en  revistas,  las ojean en el médico, y esperan  al novio, ilusionadas, con vestidos de fresas. Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso.
Las  mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan las sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la espalda. Salen en las fotos  rodeadas  de  gente sin retoques, riéndose a carcajadas, abrazando a
los   suyos   con   la   felicidad   embotellada  de  los  grandes  grupos.
Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni lápices. Las flores  del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y las que amamos. Sólo hay que saber mirar más allá del tipazo, de los ojazos, de las
piernas  torneadas,  de  los pechos de vértigo. Efímeros adornos, vestigios del  tiempo,  enemigos  de la forma y enemigos del alma. Vértigo de divas y llanto de princesas.
La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad...

jueves, 17 de marzo de 2011

DOS HORAS POR SEMANA.

Dos Horas por Semana.

_ A eso lo decís vos… no sabes lo que él diría o haría… _
_Si, sé  porque lo conozco, te das cuenta al conversar como es… nosotros hablamos muchísimo_
_ Si, hablarán, pero en cada situación uno resuelve, elige, hace…de acuerdo a cada momento personal…. Y vos SUPONÈS lo que él haría pero no podes saberlo…no sabes…_ se quedaron calladas un momento cada una pensando, recibiendo las caricias de los últimos rayos solares… estaban en el patio de césped de la casa de una de ellas….si bien el otoño estaba por llegar, no querían volver a los grises enfermizos en que las sumía la época invernal.
_Cuando estoy viendo una peli, me imagino los comentarios que él haría…. En que partes se reiría,  hasta cuándo pondría el “stop” para dedicarse pura y exclusivamente a hacer el amor conmigo… te puedo asegurar “que lo vivo como que realmente estuviera pasando”_
_Bueno, que te estoy diciendo….ES LO QUE VOS CREES QUE HARÌA… no sabes, capaz que se queda dormido en los títulos y te ronca toda la película… o que te mastica caramelos  en la oreja todo el tiempo!_ ambas rieron  mientras   se daban vuelta para tomar de espaldas y poder mirarse mientras charlaban.
Eran amigas desde chicas, por épocas se veían más o menos frecuentemente…pero estaban siempre en contacto e intentaban una vez al mes reunirse y compartir alguna actividad charla mediante.
Una, muy cómoda, organizada, sola,  escribana con mucho trabajo y también con largos meses de vacaciones en el verano, los que aprovechaba para viajar al exterior y encontrarse con familiares lejanos, amigos del chat o simplemente descansar.
La otra…eterna romántica, con los pies a diez metros del suelo en lo referente al amor y todas sus expresiones, años de novia,  años de desencantos, alguna convivencia conflictuada, ilusiones…vuelta a convivir…. Sola otra vez y… ahora un “amor de tiempo compartido”.
Un poco por casualidad y mucho porque siempre estaba “atenta”…. en una reunión de amigos de amigos….conoció a un hombre… joven, simpatiquísimo, alegre, atento y con muy buen oído para escuchar y ritmo para bailar.
Inmediatamente se ilusionó con él, aceptó un café, mates en la costanera, cine, paseos nocturnos y alguna visita a la casa de ella que vivía sola.
Se convenció  de que estaba súper enamorada y feliz, que les gustaba las mismas cosas, charlaban horas y el tiempo no les alcanzaba para todo lo que querían comentar y aconsejarse entre sí…claro que él de entrada fue más que sincero… estaba de novio desde hacía años, daba vueltas porque no sabía cómo terminar la relación,  se sentía aburrido, su novia estaba muy aferrada tanto a él como a su familia.
Se veían cuando él podía…para ella no era suficiente… quería compartir mucho más, tenía el tiempo y la libertad… pero… era eso o nada… y no quería renunciar….estaba convencida de que el tiempo compartido iba a terminar por demostrarle lo bien que estaban juntos y optaría por hablar con su eterna novia….no tenía la culpa de enamorarse de otra… no?.
La mayor parte del tiempo estaba pendiente de las llamadas, mensajitos, mails… trataba de no presionarlo pero invariablemente su mente lo traía en cada cosa que ella hacía….lo extrañaba, si se reunía con parejas amigas, lo imaginaba conversando, con los hombres, comentando los temas de actualidad, jugando un partido en el club mientras las mujeres tomaban sol, si iba a una reunión familiar… casi podía sentir “que estaba a su lado y compartía las bromas”, anécdotas…. Y cuando caía en la cuenta de que no era así… el vacío la consumía.
Si bien lo hablaba con su amiga… no quería tocar el tema con él… lo había aceptado así y si bien miles de veces él planteó lo mal que se sentía en su noviazgo, jamás habló de dejarla por ella o para formalizar … blanquear…. Todo lo contrario, era como que con ella “cargaba las pilas” para poder continuar con lo que “su novia y familia esperaban de él”.
_Cuánto hace que se ven?-
_Cinco meses…ahora, la semana que viene…pero no creo que èl lleve la cuenta….es bastante distraído para esas cosas… para las fechas_
_Para TUS fechas….por favor…si te vas a enamorar “voluntariamente” elegí a alguien que por lo menos sea libre de ir y venir cuando  VOS  lo necesites… no cuando él esté agobiado con sus propias presiones y venga a “despejarse” acá…es re egoísta…así va a seguir con la novia mil años más… si vos le haces de sostén, de complemento….ya está… qué más quiere?....que se quede  SOLAMENTE con la novia … cuánto aguanta?....lo único que haces es ayudarlo para que siga con su noviazgo….tiene todo lo que necesita….el “recreo” piola sin que le demanden nada y siempre dispuesta y la novia que todos quieren y aceptan._ en este punto estaba más que indignada, con ella, con su amiga que permitía la situación… a él casi no lo conocía…obviamente no la acompañaba a ningún lado….tomaba lo que tenía a mano… después seguramente buscaría en otro lugar.
_Al principio sí salimos ….después es como que acá estamos más cómodos… tenemos todo, estamos tranquilos…. Y pasamos horas sin que nos demos cuenta…._
_Él está cómodo y tranquilo….vos sostenes cinco meses con lo que te divertiste la primer semana  en que daba vueltas carneras con tal de que le llevaras el apunte….encima es como que le inventas una manera de ser…porque estás “convencida” de que él actuaría de tal o cual manera, que sería simpático con tus amigos, que se incluiría en tu familia… y la realidad es todo lo contrario….va a llegar un momento en que no vas a saber que es real y qué es ficción…._
El sol estaba cayendo… la noche comenzaba a vislumbrarse entre las sombras del jardín trasero de la diminuta casita….el hielo estaba derretido en la jarra…los vasos  con restos de naranjada parecían olvidados en la mesita de piedra… cada una quedó sumida en sus propios pensamientos…los mosquitos comenzaron a molestar y ellas fueron juntando  de a poco sus cosas para llevarlas adentro.
_Pero yo no puedo dejarlo…me encanta estar con él…te puedo asegurar que lo quiero_
_Pero él no…al menos no te quiere lo suficiente como para cortar con lo viejo y darte un lugar que no sea a escondidas…se quiere mucho más a él mismo ya que toma lo mejor de cada una para vivir de acuerdo a sus propias necesidades… sin importar lo que ninguna de ustedes esperan de él_.
Con un suspiro entre resignado  y fastidiado…fue guardando todo y encendiendo las luces de su casa…sabía que la esperaba otra larga noche solitaria…con la esperanza de que su teléfono le mostrara el mensaje: “puedo ir un ratito?”…y su corazón feliz latiera muy rápido anticipando el encuentro.

Patricia Figura, marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

ACUERDO MATRIMONIAL...

Acuerdo Matrimonial

No era la época medieval…y sin embargo….
Tampoco pertenecían a la nobleza y sus alianzas en aras del futuro.
Pero no tenían libertad de elección.
Si querían pertenecer a la “famiglia”…,y les convenía permanecer adentro del clan, debían obedecer.
Por fuera, para la sociedad, eran grupos de empresarios, comerciantes, banqueros, financistas, corredores de bolsa…”nouveau riche”.
Por dentro cada uno tenía un lugar en el escalafón mundial y todos respondían al jefe, con miles de ojos espías y conexiones inmediatas desde Australia a  Alaska.
Estaban reunidos en un gran salón con puertas ventanas que dejaban entrar los perfumes del bien cuidado jardín.
Los padres de ambas familias en las cabeceras, a sus derechas las cónyuges , opuestas, y a la izquierda de ambos los “beneficiarios”, los chicos, no tan chicos, encargados de producir la “progenie” que dirigirían en el futuro un imperio triplicado  o quintuplicado gracias a la afortunada alianza.
Obviamente el acuerdo fue revisado exhaustivamente por abogados, también pertenecientes a la “famiglia” y contaba con la aprobación del jefe que desde las antiguas colinas de La Toscana revisaba, asentía, y se encargaba de que los “arrepentidos” sintieran el peso de su poder.
Él la miraba sin ningún tipo de disimulo, si bien casi no le dirigió la palabra, se ocupó de que viera que en lo suyo era excelente, no sólo ingenioso, amable y divertido sino con varios “aciertos” en  sugerencias financieras.
“Es casi un pavo real” “podría ofrecerme algo diferente, estoy harta de genios”.
En ese momento estaba viviendo un romance con uno de los profesores de su mejor amiga, el
tipo estaba fantástico, a su disposición, sabía que la cosa era sólo diversión a escondidas y hasta ahora nada de escenitas de celos”
“La verdad es que no va a ser ningún sacrificio aumentar la dinastía familiar” pensó él con una sonrisa traviesa en los labios “casi diría que todo esto de sentirme una mercancía tiene sus compensaciones”.
Los padres comentaban amablemente los detalles del compromiso, dónde, cuándo, quienes asistirían, las invitaciones, etc, daban por sentado que los chicos hacían una pareja envidiable y con mucha suerte de estar tan bien protegidos en la vida.
¿El amor? ¿utopías? ¿compañerismo?¿los mismos gustos y sentimientos?. Una cursilería total, carne de divorcios y familias destrozadas intentando pagar la luz o los impuestos. Viajar después de mil años, antes ¡¡¡¡ni pensarlo!!!!! Hay que hacer el techito y pagar los estudios. ¿Porqué sus hijos iban a querer algo así?.
Por otro lado eran jóvenes y muy atractivos los dos…iban a tener que aprender a negociar y entenderse, al primero que traicione el clan….mejor ni pensarlo.
“Espero que no me venga con machismos ni restricciones, si no me equivoco es incluso menor que yo” “mejor casi me muero cuando pensé que las intenciones eran con el viudo amigo de papá”.
Luego de los postres él imprevistamente le dirigió la palabra y le pidió que lo acompañara al jardín..Sonrisas de satisfacción general.
Jardín es una manera de decir, dos hectáreas con solarium, piscina con cascada, árboles frutales y bancos de hierro y madera estratégicamente colocados lejos de los farolitos que iluminaban difusamente el paisaje.
El vestido de gasa amarilla y bordado en azabaches acentuaba el bronceado de seda, él dobló los puños de la inmaculada camisa y ella pudo sentir su perfume que le provocó un nudo en el estómago.
Era más alto, no mucho, cuerpo fuerte, nada de enfermiza  y pálida delgadez  de escritorio.
_¿ Y bien? Cómo ves nuestro futuro? Más allá de lo comercial, olvidate de eso_ le preguntó con amabilidad mientras la observaba.
_¿Cómo olvidarme si es el motivo principal? _ se encogió de hombros, le gustaba él, iba a salir lastimada si mantenía las costumbres de los “hombres” del clan.
_No pienso llevarme el trabajo a la cama…si es eso lo que te preocupa_ la miró de frente y los ojos le brillaban con burla_ te confieso que después de verte me encantó pertenecer a esta “civilizada” dinastía donde todo es asegurado de antemano.
_ Por lo visto no te importa enamorarte, soñar con alguien, contar los minutos para verlo.._
_ Y porqué no podés llegar a ser vos esa persona? Estás enamorada? _
Ella pensó en el profe, en las siestas que pasaban juntos, la satisfacción sexual y…nada más.
_ No, supongo que sabiendo cuál era mi lugar en esta cadena jamás me permití abrir la puerta a lo que terminaría en dolor_
_Eso es una estupidez, no hay filtro para los sentimientos, te podés permitir vivirlos o no, jugarte o morirte en vida, pero no impedirlos_ arrancó un jazmín de lluvia y después de olerlo se lo entregó_ “ Diós me ayude cada vez me gusta más, con quién estará? ¿ Pensará seguir con ella después de que nuestro “matrimonio” se consume?.”
_¿Te enamoraste alguna vez? _ sonó un poco titubeante, insegura y se odió.
_SIIII ¡!!!!! Mi Diós y de qué manera!!!_ pareció no darse cuenta del desencanto con que lo miró_ las horas no pasaban nunca, creía verla en todos lados, le hablaba con mil excusas, desde chocolates, flores a escribirle poemas…Todo, hice TODO!!!!!!!_ puso una sonrisa soñadora en su pícaro rostro y suspiró.
Ella intentó parecer indiferente cuando habló pero ni siquiera reconoció su hilo de voz.
_¿Se siguen viendo? ¿e e ella  t te corresponde? _ se apoyó contra un fresno gigante y él disimulando una sonrisa tomó un mechón del cabello  que hacía horas se moría por acariciar.
_Si, algunas veces_ ella contuvo un suspiro de desencanto_ Pero ya no acaricia mi cabello con un gesto cariñoso, le llevo dos cabezas ….era mi señorita de segundo grado_ lo odió, y quiso pegarle, borrarle la cara de satisfacción y al mismo tiempo rió, mucho  muchísimo de alivio.
_ Te voy a decir algo, quiero que esto funcione. Mis padres se han querido toda la vida y yo no espero menos para mí, no te voy a preguntar jamás por tu vida antes de hoy y no me interesa en absoluto…pero no admito errores, ni traiciones, a partir de hoy somos vos y yo. Punto. Y si no estás dispuesta acá termina todo…ofreceremos otra alianza satisfactoria al gran jefe_ si bien habló muy serio terminó con una sonrisa.
_Estoy totalmente de acuerdo, pero me conozco, para mí no está  nada aceptado de antemano, nada de deslices machistas, ni dejarme afuera de los negocios, ni “amigas” ni nada de nada, aunque me deporten, deshereden, o maten… _ y un poco más suave agregó_ el cien por ciento de tus energías quiero que las descargues en mí._
Por suerte estaba oscuro.
_ Trato hecho “principessa”, ahora… quiero un adelanto_ despacio pero sin titubeos la pegó contra su cuerpo, joven, firme, fuerte.
_¿Adelanto?
_ No me conformo con menos que mucha, pero mucha piel…y si no me equivoco no vamos a necesitar contratar los fuegos artificiales_ habló muy suave sobre los labios de ella.
El beso fue más que un adelanto, ninguno de los dos quiso ponerle fin, la luna dibujaba un encaje de hojas añejas alrededor de ellos y ninguno de los dos pensó que estaban sellando un “Acuerdo Matrimonial”
                                               Patricia, diciembre de 2008.


domingo, 13 de marzo de 2011

LA PENSIÒN

LA PENSIÒN.
El patio antiguo, desnivelado, con baldosas puestas en damero, era testigo mudo de las historias compartidas entrelazadas sólo por un lugar común.
La casa de pensión, era muy colonial, española… tejas en los techos, paredes anchas que encerraban  ambientes frescos, ventanas con marcos de troncos gruesos al igual que las vigas, galerías interiores que enfrentaban  a las sucesivas habitaciones… todas daban al patio interior…donde se descansaba al  final del día, se compartían las novedades, se lavaba la ropa, y también se regaban las plantas dispuestas en grandes macetones de yeso.
La casera y dueña del lugar lo regenteaba como si fuera casi un cuartel…no era una madraza, ni la abuela confidente de las jóvenes recién llegadas del interior, viuda y con tres hijas por educar y cuidar de los “buitres”… no tenía ni tiempo ni paciencia para amabilidades.
Quince años atrás, cuando su marido y sostén del hogar falleció de un repentino ataque al corazón, parecía fuerte, sano,  invencible…. Sin embargo… las dejó solas, ella con un castellano atravesado y la nostalgia por su tierra natal, tuvo que tomar algunas determinaciones.
En los años cuarenta, la vida no era fácil, si se era mujer, madre  e inmigrante… y sola.
Cuando compraron la casa, con la venta de los terrenos de su lejano hogar, la idea era mantenerla con el trabajo de él, y ella aportaría lo suyo lavando y planchando para las familias más acomodadas… si bien era muy poco, alcanzaba para algunos lujos como carne para el estofado del domingo, frutas de postre y algún paseo en familia.
Pensaban  que con el tiempo, los hermanos se embarcarían y vivirían con ellos, ayudarían a costearla y estarían una vez más todos juntos…pero urgía una solución, había que pensar en algo que produjera un ingreso sin dejar a sus hijas solas, ni mandarlas de criadas…la solución más rápida era la de convertirla en una casa de pensión… lo cual tenía sus riesgos…quién sabe quien podría alquilar y con qué intenciones.
Había que lidiar con los cobros, la higiene, los turnos para el único baño, la cocina… en fin… las nenas irían creciendo y no se podía convivir con cualquiera.
Sometía  a los “aspirantes de inquilinos” a exámenes severos y exhaustivos, cobraba el mes por adelantado y no entendía de dilaciones o problemas en las changas o trabajos, el día cinco de cada mes las habitaciones debían estar con sus pagos , sino ella misma se encargaba de no dejarlos entrar o vaciarlas de sus variadas pertenencias.
No aceptaba hombres jóvenes, atractivos…. No por ella, por las chicas… que iban haciéndose señoritas y debía velar por su “virtud”… tampoco mujeres “de la vida”, así que prontamente sus cuartos quedaron sin vacantes y una sucesión de muchachas que venían a probar suerte a la capital, señores maduros y solterones, y algún matrimonio en sus inicios conformaban los habitantes de la casa… y del patio.
Las noches de luna, calor sofocante y mosquitos… uno a uno sin poder conciliar el sueño, iban apareciendo con ojos cansados y ahogando bostezos, se acomodaban en sus sillas, frente a sus respectivas puertas y se abanicaban con las palmetas, con las ramas frondosas del paraíso que gobernaba el centro del añejo lugar o con alguna revista leída y releída hasta el cansancio.
Algunos estaban durante años, otros sólo algunos meses, los menos se volvían a sus tierras, sus pagos… y aunque ella no lo mencionara…a los más viejos, les iba tomando cariño… fuera de sus hijas eran toda la familia que tenía… los de su sangre nunca vinieron… tampoco llegaban demasiadas noticias…más de una Nochebuena la mesa grande del comedor se engalanaba con un surtido de personalidades, razas, y apellidos dispares… sin otra coincidencia que ser habitantes de la casita colonial.
Ahora, en el descanso de la tarde, mientras cosía y remendaba sus gastadas prendas…estaba atenta aún inconscientemente, a los familiares sonidos del querido lugar… el afilador que pasaba siempre a la misma hora y silbaba entonadamente la misma melodía, la máquina de coser de la habitación chiquita, la que estaba frente a la suya, la ducha en el baño , la recién casada que se perfumaba por todos los inquilinos juntos, mientras esperaba a su esposo que llegaba de trabajar en el puerto, el ventanal de la habitación del frente que se abría para dejar paso al fresco y a la mirada de los transeúntes, la pileta de lavar que recibía las repiqueteantes salpicaduras de los enjuagues que hacía la joven señora de la piecita del fondo…aprovechaba mientras su bebé hacía una siestita… y sus hijas, que llegaban de a una del liceo de señoritas… donde ya casi estaban a punto de recibirse de maestras…buen futuro… las tres podrían tener una familia y también colaborar…o al menos contar con un trabajo decente si el destino se encaprichaba con ellas como con su madre.
Suspiró satisfecha y se permitió una sonrisa mientras se recostaba en el sillón hamaca… su mueble preferido, donde las había amamantado a las tres, mecido en las noches de fiebre, donde descansaba la espalda después de un día largo de trabajo y limpieza.
Si… no había sido fácil, tuvo miedo y dudas más de una vez… pero su decisión de convertir la casa familiar en una pensión de barrio había sido buena…ahora, más tranquila, iba a disfrutar de los logros de sus hijas… eran chicas de suerte…al menos ella se encargaría de que fuera así.


Patricia Figura, marzo de 2011


miércoles, 2 de marzo de 2011

LA MEJOR MANERA DE RECORDARTE....



La mejor manera de recordarte

es pensando en el ayer.
En esas mesas adornadas
aunque sólo fueran para tres.
En el cobijo de tu lugar
donde invariablemente te íbamos a hallar.
En los adornos que te gustaba llevar
aunque te enojaste tanto con los del final.
En los domingos de sol, o fiestas de guardar
donde el solo o perdido un lugar en tu mesa
podía hallar.
En esos cambios de humor que nos hacían pasar...
del festejo con souvenires,
a no querer un arbolito de Navidad.
Personaje sin igual, señora elegante,
hasta para sentarte en la puerta y nada más.
Te agradezco con alma y vida....
Que en tu corazón haya tenido un lugar.
Que tus pastas tan ricas me invitaras a almorzar.
Que mi hija en tu vida ocupara un lugar especial
Que al quedar sin familia, hace mucho tiempo atrás...
Me hayas acogido en la tuya, como si fuera una más.

A Hilda, con toda la alegría de que por fín esté en paz.

                   Patricia, junio de 2006.