martes, 15 de julio de 2014

Entre Parèntesis.....

ENTRE PARÈNTESIS
Miró por tercera vez el mensaje en su celular.
El número era desconocido, no tenía idea de quién podía ser el emisario….incluso se convenció de que alguien se había equivocado al registrar el destinatario.
Sin embargo…
Continuó organizando las cosas para poder viajar a primera hora de la mañana con su familia, cuatro bolsos con las suficientes mudas y abrigos para cinco días no eran moco de pavo….e inventar las ganas para hacer el largo trayecto, menos.
Pero había que hacer acopio de voluntad e ir.
Era eso o destinar los últimos días de vacaciones a interminables reclamos conyugales, caras hoscas, silencios interminables y los chicos en medio de todo un clima enrarecido.
Por otro lado no tenía ganas de que salieran trapos sucios al sol.
Todavía no.
No se sentía lo suficientemente fuerte como para cambiar su historia, el camino recorrido era largo…. pero faltaba mucho más aún, recién oscilaba en la “mediana edad” y se sentía más joven que a los veinte, más firme en sus convicciones…. Por eso le costaba tanto no confrontar, no poner e imponer sus límites.
Cerró el bolso de la nena.
El suyo sería el último, todavía le faltaba el de su esposo, cuya impaciencia por partir, le impedía detenerse en esas nimiedades…. Si fuera por él saldrían con lo puesto y cuanto antes.
La señal de mensajes de su celular volvió a sonar.
“Estás ocupada? Qué haces?....tenès crédito, podès contestar”.
¿Cómo sabía que tenía crédito?. Efectivamente, le había cargado un par de días atrás, no lo hacía muy seguido ya que la mayoría de sus contactos tenían w.p.
¿O era otra coincidencia?.
Se asomó por la puerta del pasillo y vio a sus hijos jugando en el pequeño patio, todo estaba tranquilo, se escuchaba uno de sus clásicos preferidos por el equipo de música.
_¿A quién le estás hablando en realidad?. Me parece que te equivocaste de número .optó por responderle y terminar la cuestión ahí.
Buscó la ropa de su marido, seleccionó un par de equipos deportivos, jeans, remeras de mangas cortas y largas, mudas, el equipo de afeitar, after shave y estaba por cerrarlo cuando su celular le da la señal nuevamente.
_No, no me equivoqué,  te lo puedo asegurar. Contame qué haces_ hizo una mueca.
_Por qué te voy a contar si vos sabes con quién estas hablando y yo no tengo ni idea…. Si es una broma ya me aburrió y me haces gastar crédito_ escrito así, sin errores, detestaba recibir mensajes abreviados o con las consonantes cambiadas.
_Para hacer un paréntesis….salir de tu rutina, podemos crear una “cierta amistad” y si te digo quién soy pierde misterio_
_NO me gustan los misterios….podes ser un lunático o una de mis amigas con mucho tiempo como para estar haciendo bromas desde otro celu…o medio psicópata como para tener dos chips._
_ Quedate tranquila linda, que no soy ninguna de esas opciones…es más conversamos bastante animadamente cuando se da la oportunidad_ estaba sentada en el borde de la cama mientras leía…¿quién era?, ¿y si era su marido?....no, demasiado frìo y cerebral como para inventar una salida de esa manera.
Estaba demasiado cómodo en la rutina familiar como para arriesgar la pseudo paz que reinaba entre ellos.
_ No me gusta estar en desventaja_
_Bueno, por qué en lugar de hacerme un listado de todo lo que NO te gusta, no me contàs qué cosas sí….nunca tenemos demasiado tiempo de conversar personalmente, algo o alguien nos interrumpe_
Pero quién era?
Optó por llamar a una de sus amigas que era muy de este tipo de bromas, se iba a dar cuenta enseguida si le tomaba el pelo o no.
Tras un breve intercambio, charla sobre la previa del viaje y poco más, su amiga estaba por llevar a uno de sus hijos al médico y estaba apuradísima, no, no era.
_Sé que te gustan las barritas de cereal, que siempre te quedas sin pan para la cena, que los cambios climáticos te dan alergia y que adoràs los fines de semana para estar en zapatillas todo el día,  y entre paréntesis, es como más linda y juvenil quedas_
“Ah, bueno….¿su marido sabía esas cosas tan triviales y a la vez tan íntimas?.
Lo del pan y las alergias seguro que sí…era casi una “victima” de esas situaciones y cómo la ponían.
O sea que la veía tanto con su ropa laboral como con la de estar felizmente descansando…. ella también se prefería más informal, cuando se sacaba los uniformes laborales, sentía que tenía años menos.
_¿¿¿¿Quién sos??????
“mensaje no enviado”…._no te puedo creer!!!!! Encima me gasté todo el crédito.
Y si llamaba desde el fijo?
Para escucharle la voz…
No iba a hablar, solo escuchar.
Fue hasta el comedor a buscar el teléfono…colgó.
Salió al patio a ver qué hacían los chicos, seguían jugando, en su mundo.
Volvió hasta el teléfono.
Marcó el número que estaba ingresado en su celular, de donde provenían los mensajes.
Contuvo la respiración…. Una llamada, dos, tres, cuatro…
Al mismo tiempo que un “hola” de voz grave, algo ronca, muy masculina le respondía, la llave entró en la cerradura de la puerta de calle haciéndola girar.
Colgó.
Su esposo, con el típico carácter alegre de cuando están por retomar vuelo, entró llevando sendas bolsas del súper en cada mano, la saludó con un beso y comentándole que había comprado todo para ir comiendo en el viaje.
Puso la pava para el mate y sacó una bolsa con facturas, mientras ella escuchaba que su celular enviaba otra señal de mensajes en el dormitorio.
Murmuró algo de terminar de preparar el bolso mientras él llamaba a los chicos para merendar.
“ Te arrepentiste?…mira que no te estoy proponiendo nada raro, eh??...me gusta conversar con vos, y a vos conmigo, me doy cuenta…pero si lo preferís personalmente todo bien”
“Pero quién essssssssss???????” “no, yo no me quedo con la duda”, buscó cambio del cajón de su antigua cómoda de madera y mármol blanco, iría a cargar crédito y lo llamaría del celular, seguro le iba a reconocer la voz y terminar de una vez con toda esa payasada.
_Ya vengo, voy hasta la otra cuadra, no quiero que oscurezca_ le dijo a su esposo cuando ya casi estaba afuera.
Caminó las dos cuadras que la separaban del kiosco donde hacían carga virtual, a menudo aprovechaba a cargar ahí su crédito cuando compraba alguna que otra cosa y no tenía ganas de hacerlo por la compu.
El muchacho que estaba normalmente en el turno vespertino, la saludó muy jovialmente, como siempre, le comentó que el sistema estuvo caído hasta hacía muy poco tiempo, tipeò su número, le cobró y le sonrió, ella agregó una barrita de cereal para ir comiendo y salió rápido, no dejaba de tener en mente el sonido de ese “hola”, quería que se acredite su carga para llamar antes de llegar a su casa.
La señal de mensaje volvió a sonar cuando estaba a pocos metros del lugar y esperando que el tráfico se detuviera para cruzar.
Pensó que era la acreditación y abrió el buzón de entrada.
_Y? ya descubriste quién soy??? ¿ Viste que no muerdo?._
Esbozando una sonrisa mitad alivio, mitad sorpresa miró el celular y giró la vista hacia la fachada del negocio del que acababa de salir, lo vio atendiendo, él levantó la vista hacia ella y le guiñó un ojo sin dejar de trabajar.
El celu volvió a sonar: “tiene $30 vàlidos hasta….”


Patricia Figura, julio de 2014