martes, 31 de agosto de 2010

NO, NO FUE ESE EL MOTIVO II

Este cuento viene a ser la contracara del anterior donde conversaban suegra y nuera.
Surgió a raíz de que uno de uds, me observó que en ningún momento se tenía en cuenta los sentimientos del padre de los chicos.
Bueno, esto es lo que salió, obvio que no todos piensan igual ni sienten lo mismo, es sólo un cuento sobre un tema con muchas aristas y opiniones diferentes.
Besos y gracias a todos y cada uno de los que con todas sus actividades y preocupaciones personales me dedica un tiempito para ayudarme a crecer.



No, no fue ése el motivo II

Los vidrios un poco sucios y otro poco empañados, del pequeño café japonés, dejaba ver las últimas hojas secas.
En la mesa  junto a la ventana, dibujaban distraídos sobre la gastada y oscura madera, unos dedos cansinos.
El mozo se acercó y ambos compañeros pidieron café con un vasito de agua fría.
Ninguno deseaba comer nada.
_Es más o menos definitivo?, Tan mal están las cosas?_
_ No sé si es que están mal o que en realidad comienzan a acomodarse, lo cierto es que por respeto a lo que fue no podemos seguir llamando pareja a lo nuestro, la entiendo, comparto en parte su punto de vista, pero…_ se recostó en la silla y comenzó a juguetear con el sobrecito de azúcar_ Yo no necesito una separación, para nada, la quiero y quiero a mis hijos con todo lo que soy capaz, pero aparentemente no es suficiente.
_No es suficiente para quién?_luego de la pausa producida por la llegada de la infusión, el  amigo continuó_ Para vos?, para los chicos?, para ella?.
_En definitiva para ninguno, es una cadena,  llego de trabajar, con una imagen de mi familia en la mente donde los chicos charlan o pelean por la compu, mi mujer que con una sonrisa cómplice me dice “son todos tuyos”, y entre los cuatro llegamos a un acuerdo, preparamos la cena, nos ponemos al día….en fin vivimos en familia.. Pero abro la puerta y hay silencio, un saludo de compromiso, chicos chinchudos enojados por una mamá fastidiada…_ alzó las manos en un gesto de impotencia.
_ No trataron de llegar a un acuerdo? De tratar de cambiar lo que les molestaba del otro?_ soltero y sin otra preocupación que el fútbol de los jueves y las salidas de los viernes con la compañía de turno no sabía cómo ayudar fuera de “prestar la oreja”.
_ Pero por supuesto que sí, pero cuando cada uno actúa sin”guantes de seda” y se muestra tal cuál es comienzan las discusiones…en realidad creo que ella ya se fue de la relación, me quiere, sí, pero…_ suspiró y bebió de un solo trago su café_ Podría lidiar mejor con esto si no tuviera permanentemente en la cabeza la imagen de los chicos.
_Pero tal vez para ellos es mejor que vivir en un clima tenso o enrarecido_ el otro le ofreció una sonrisa triste, sabía que no podía comprenderlo del todo.
_Y yo cómo voy a hacer para dormir tranquilo si sé que no están en la habitación de al lado?, Qué ganas puedo llegar a tener de regresar del trabajo si ellos no se van a pelear por contarme  todo lo que hicieron? Y aunque tenga mis días de paseo…yo los necesito para comenzar y terminar el día no los martes y jueves…o…un fin de semana_ hizo una pausa, el nudo en la garganta apretaba fuerte_ yo los tapo de noche.
_ Y sí… yo siempre dije que lo mejor era seguir soltero_
_ Ya te va a tocar también a vos, aparte no me arrepiento de nada y menos de los chicos, supongo que a medida que pase el tiempo me iré habituando, cuando estén conmigo aprovecharé más el tiempo, pasearemos más, miraremos  la tele juntos…en fin, para serte sincero a veces llego tan cansado con los líos de la oficina que no abro la boca, o los fines de semana en lugar de salir le dejo el coche a ella y duermo la siesta que nunca puedo durante la semana.
_Y bueno viejo vos también…¿querés que  ella tenga fantasías con un marmota?
_Qué fantasías, qué decís?, qué tiene que ver un matrimonio,  proyectos, la casa que por fín logramos comprar, las noches en vela turnándonos para medir la fiebre de los pibes con esas estupideces_ por algún motivo se sintió enojado.
_Cómo que qué tiene que ver, “pater familiae,” mira que yo de minas entiendo y eso sí te digo: sean solteras, viudas, casadas o divorciadas todas quieren que las mires como para comértelas…_ hizo una cruz en el aire_ quieren que les jurés que están bárbaras, igual  que a los veinte…o mejor todavía._ con su cara de conocedor en el tema y ya más seguro  aprovechó para explayarse.
_Tu mujer, será tu mujer…pero es una mina, que leyó novelas románticas, o las lee, mira películas donde el tipo le hace el amor todo el fin de semana a la protagonista, donde a los cuarenta le juran que es una diosa… y bueno viejo…algo de eso debe esperar…y si tu fantasía pasa por dormir catorce horas en una casa vacía y levantarte para comer y mirar la tele sin abrir la boca…._ se quedaron en silencio un rato, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
_Las cosas cambian, no te niego que a veces puede ser aburrido tanto para uno como para el otro, pero no se puede seguir un libreto con el fin de que el matrimonio funcione, si estás cansado o con presiones, no tenés ganas de hacerte el  galán, las cosas se calman un poco con los años, buscás cargar las pilas y después enfrentar lo que viene.
_Mm, no sé, tal vez lo que para ella sea cargar las pilas no tenga mucho que ver con el significado que le das vos.
_ Seguramente_ buscó la gastada billetera de cuero, al abrirla sus hijos le sonrieron, bronceados y con algunos dientes menos, sacó el dinero y lo colocó sobre la mesa.
_ A lo mejor no está todo perdido…_murmuró apenas su compañero laboral.
_ No sé…Dios dirá_


                                             Patricia Figura, julio de 2008











no, no fue ese el motivo


Personajes:
 Suegra: de poco discernimiento, estructurada, responde a lo que otro espera de ella, costumbrista, con el tipo de histeria sin estridencias.
Nuera: verborrágica, sanguínea, leal, segura, de voluntad férrea, idealista.


No, no fue ése el motivo

_No, no fue ése el motivo_ le respondió con absoluta tranquilidad, sin dejar de mirarla a los ojos.
_Entonces no te entiendo. ¿Qué más querés de mi hijo?_ fastidiada acomodó su pesada cartera negra sobre la falda mientras tomaba el mate que su nuera le ofrecía.
_ ¿El único motivo por el que una persona decida terminar una relación de pareja es la infidelidad?_repreguntó mientras se sentaba frente a ella en la mesa de caoba del comedor.
_ Realmente no me imagino ningún otro…no toma, no es vago, lo que gana lo trae a su casa_ hizo un gesto de “qué más querés”_ si te hubiera tocado pasar las que pasé yo, ¡ah! ¡ahí te quiero ver… en una pieza, en la casa de la abuela de mi marido, con los dos chicos durmiendo con nosotros hasta casi los diez años del mayor_ mientras le daba el mate la miraba como advirtiéndole que no había terminado._Y el fin de semana que no trabajaba en el terrenito nuestro, se iba a pescar con los compañeros de trabajo y yo en casa con mis hijos y la vieja que se metía en todo_
_Bueno, está bien si usted eligió eso dentro de sus posibilidades…yo no le firmé una hipoteca de por vida a su hijo, uno va creciendo y hay lugares, personas, vidas en las que ya no se encuentra y seguir en lo mismo me parece obsceno_ la luz que entraba por el pequeño jardín de lajas al costado de la casa las envolvía en una claridad verdosa, las motitas de polvo suspendidas en el aire daban un efecto de irrealidad al reflejo de ambas en las puertas-ventanas.
_Ah, claro…si ahora lo obsceno es cuidar lo que se tiene, respetar al marido y criar a los hijos los dos juntos_ aunque lo intentara con alma y vida no podía entender siquiera a qué se refería su nuera.
No es que su hijo no tuvieras defectos, era muy callado, poco amigo de las reuniones, los paseos, él quería llegar a descansar, tranquilidad y que no lo hablen que demasiado aturdido volvía del trabajo…pero era bueno, quería a su mujer y a sus hijos, les dio un hogar y todo lo que necesitaran.
_Creo que no hay mayor respeto que la lealtad, él fue el primero en saber que nuestro matrimonio no daba para más,  lo supo desde hace tiempo al igual que yo, con la diferencia de que él se conforma…o no le importa que no encontremos nada en común entre nuestras expectativas y proyectos y yo no quiero marchitarme más de lo que he llegado a estar_
_Pero nena…la vida de casada es así, primero sí tenés un tiempo para estar solos, levantarte tarde los domingos, acostarte cuándo querés…pero después todo gira alrededor de los horarios de los chicos, el marido, la comida, la ropa, el médico, los resfríos..en fin “Desde que el mundo es mundo la vida de la mujer casada es así”_ y se sintió una especie de filósofa contemporánea.
_ No pretendo que me comprenda, usted me hizo una pregunta y yo le respondí, no por que crea que deba hacerlo sino por el cariño que siempre me demostró en estos ocho años de conocernos y tratarnos_ con una sonrisa le tomó la mano que tenía apoyada sobre la falda_ Su hijo nunca va a ser cualquier persona para mí y ustedes tampoco y aunque no lo crea intenté  salir adelante con este matrimonio pero a veces con el cien por ciento de uno no alcanza…el otro debe poner al menos un cincuenta…tal vez él dio todo lo que tenía para dar pero no es lo que nos hace felices y cuando los chicos se duermen, los amigos se van o el día se termina no sabemos qué hacer uno con el otro_
_Bueno…quién sabe no está dicha la última palabra, a lo mejor después de un tiempo…_ abrió su cartera revisando innecesariamente el contenido que no había variado en los últimos veinte años_ Esto va a matar al pobre viejo_ suspiró mientras se levantaba para irse.
Su nuera sonrió y la acompañó hasta la puerta de calle, se dieron un beso como siempre.
La señora  bajó los escalones del zaguán abrochándose el tapado de paño negro, agitó la mano y caminó despacio por la vereda del sol hacia  la parada del colectivo.
Se había hecho un poco tarde, el viejo ya habría llegado del taller y estaría esperando los amargos, apretó un poco el paso “Y bueno…Diós dirá”.



                                          Patricia Figura, julio de 2008.

Ceremonia Secreta... de Marco Denevi.

Siendo muy chica, vi un especial en la tele, ( que no era para chicos), que me impactó, se llamaba "Ceremonia Secreta" y trabajaban Susana Campos, Marìa Valenzuela, y creo que era Arturo Puig.
Me impresionó mucho, era una historia cautivante, y tenia un final un tanto escalofriante, acompañado por el tema "GLORIA" que siempre me encantó.
Con los años, descubrí que ese unitario estaba basado en la obra de Marco Denevi, la cual leì un par de veces y me gustó más aún que la versión televisiva.
Novela gótica, donde el bien y el mal juegan al límite, los prejuicios, la soledad y el dolor van de la mano.
El encierro, la oscuridad, pasillos lúgubres, la demencia y el amor contrastan con habitaciones primorosas, y una zona que durante el dìa es un enjambre comercial.
Puede gustar o no, pero creo que nadie puede ser indiferente a Leònides Arrufat con toda su carga emocional ni a la dulce y desquiciada Cecilia.

Patricia

lunes, 30 de agosto de 2010

CASAMIENTO POR CONVENIENCIA

Casamiento por conveniencia


_¿Entonces  estás de acuerdo?, me parece lo más práctico para ambos, vos ganás tu ciudadanía y yo cumplo con esa cláusula de contrato donde todos debemos tener “familia perfectamente conformada”- le preguntó él con tono alegre y despreocupado.
_ A mí me viene fantástico, necesito  un cambio urgente, pero no sé en que les puede influir  a tus poderosos patrones que tengas prole o no_ estaba echada boca abajo en su cama de soltera, mientras charlaba telefónicamente y enredaba el cable en su índice.
_ Ellos funcionan así, casado, se supone que tenés otros compromisos, gastos, hasta hipoteca, en fin no sos ya el espíritu libre que vuela rápidamente a una oferta mejor, si estás condicionado con gastos hay cosas que las pensás más de una vez antes de protestar_ mientras conversaba, preparaba una omelet de hongos frescos  que era su especialidad en comidas rápidas.
_Pero ése no va a ser tu caso, sólo seré tu esposa nominalmente, tendré mi propio empleo y ellos una vez pasado el tiempo no pueden despedirte por divorciarte_
_Veremos, veremos_ le contestó sonriendo y sin aclarar a qué se refería.
Se habían conocido de muy chicos, los abuelos de ambos eran vecinos y en las vacaciones escolares jugaban juntos alternando la pelota, con los muñecos, la pileta y los helados después de cenar.
En plena adolescencia la familia de él se mudó al extranjero, mantuvieron cierta correspondencia durante un tiempo y luego por años sólo tuvieron noticias esporádicas surgidas de comentarios de los abuelos, muchos más grandes pero casi tan vitales como siempre.
Pero un tiempo atrás él volvió por pocos días a recorrer su antiguo lugar, disfrutó de los viejitos, buscó algún compañero escolar, tomó mucho mate y a ella la encontró casi igual.
Salieron a bailar en grupo, a cenar, contaron uno a otro sus idas y venidas amorosas y planearon mantenerse en contacto por chat.
Cierta noche mientras estaban conectados, una propuesta él se atrevió a deslizar, le ofrecían un empleo más que tentador, abogado de una gran corporación, pero algunas “seguridades” él debía ofrecer, ella ya le había comentado de sus ganas de conseguir la ciudadanía y su rumbo aburrido cambiar de una vez.
Un poco en broma y mucho en serio la idea comenzó a tomar cuerpo, no era una nena precisamente, aunque su aspecto era más que bueno, nunca le interesó el estudio, cambió de trabajo no menos de un par e veces por año, sus amigas casadas y con hijos ya no podían seguir su ritmo un poco alocado.
En pocos meses todo quedó organizado, vivirían en el departamento de él, se casarían allá con la familia política y nada más.
Los últimos días fueron febriles, si bien mucho no iba a llevar todo se acumulaba y el equipaje pesaba una calamidad, la madre lloraba por los rincones y el padre un poco de alivio se atrevía a mostrar, por fin había “ubicado” a la nena, si no es que se la “devolvían” una vez más.
Las chicas del grupo no dejaron escapar la oportunidad, si bien ella repetía incansablemente que el matrimonio iba a ser una farsa, de la despedida de soltera no se podía escapar.
Disfraces, palabras emotivas, fotos para recordar, un stripper flaco y arruinado, más no habían podido pagar.
_Están todas locas_ se reía casi sin parar_ no es un casamiento de verdad, ayudo a un amigo y obtengo la doble nacionalidad!!_
Cuando el largo y tedioso viaje  llegó a su fin, se alegró infinitamente de ver su rostro alegre y bronceado que le sonreía, hacía señas con las manos indicándole que a su encuentro iba ya.
Se abrazaron con familiaridad y  él un “estás preciosa” dejó deslizar.
Ella no hizo comentario alguno, no quería entrar en un terreno demasiado familiar.
Con frases triviales terminaron los trámites y al departamento se encaminaron sin dejar de observar los puntos importantes de la gran ciudad, ella de pronto se sentía cohibida, desconocía todo, casi hasta el idioma, se podría agregar, ¿y si de verdad estaba loca?
¿y si tenían razón los demás?.
“A lo hecho pecho, mi querida, si estás en el baile vas a bailar”.
Amontonaron todo el equipaje, que finalmente se redujo a una valija gigante, un bolso de considerable tamaño y una mochila que llevaba ella en la mano con sus documentos y efectos personales.
Le mostró la estancia no muy amplia que hacía de living-comedor, con grandes ventanales blancos que daban a un colorido balcón con más plantas de las que parecía capaz de soportar, la cocina, bien provista de modernos artefactos algunos sin estrenar,
el baño antiguo y de techo altísimo, con encanto casi colonial y…el único dormitorio que por lo visto poseía el luminoso lugar.
Juntos lo observaron desde el marco de la puerta, somier gigante, cinco almohadas espumosas alcanzó a contar, placard del suelo al techo y moquete color lavanda al igual que las cortinas del gran ventanal.
_Espero que todo te resulte cómodo y alegre, estoy impaciente por llevarte a pasear_ la rodeó por los hombros y a la cocina se fueron a sentar.
Dispuso los individuales, la vajilla azul, copas para el agua fresca mientras conversaba y daba un golpe de horno al pastel de carne que para ella se había esmerado en preparar.
Ella respondió distraídamente a las entusiastas preguntas, todos le enviaban regalos y la abuela pretendía que viajara con la mouse de chocolate, que a él deseaba obsequiar.
Lavó los utensilios, mientras su amigo los acomodaba en sus respectivos lugares, cuando todo quedó limpio y ordenado, se sentaron a tomar un café,  recién en ese momento formuló la pregunta que le había estado  dando vueltas desde que llegó.
_¿Y  yo dónde voy a dormir????, no veo ningún sofá cama, ni espacio para colocar uno_ miraba a su alrededor tratando de descubrir algún moderno armatoste que se transformara en algo parecido a un lecho.
_Ah! Cierto, me olvidé de decirte que por un par de noches vas a dormir de mis padres, ellos te están esperando, luego de la boda por supuesto vendrás aquí conmigo_ buscó los abrigos y las llaves mientras le extendía su mochila de viaje_ no les pareció “decoroso” que pasaras tus últimas noches de soltera bajo mi techo, así que se sienten un poco responsables por vos ya que por razones lógicas tus padres no están.
“La boda”,  jamás había pensado en esos términos para lo que estaban por hacer, era un convenio, un acuerdo casi comercial, cada uno sacaba su tajada y a otra cosa, supuso que por una cuestión de costos vivirían en un mismo lugar hasta que ella pudiera mantenerse o se aburriera de la situación, pero nada la había hecho pensar en una cama que ocupaba casi toda la habitación, llena de almohadas y sin otro lugar al parecer donde dormir decentemente.
Sus “suegros” la recibieron con grandes muestras de entusiasmo, le preguntaron algo acerca del vestido de novia, o lo que pensara ponerse para la ceremonia, él no colaboraba demasiado para ayudarla a salir de esa incómoda charla, al parecer estaba tan intrigado como ellos en cuanto a lo que ella se iba a poner.
Por lo visto su “amigo” no había informado de la realidad a sus padres, éstos estaban convencidos de que se habían “enamorado” en la escapada de él a su tierra natal.
_¿ Cómo  les iba a romper el corazón diciéndoles que su único hijo se casaba para conseguir un empleo mejor?_ le contestó risueñamente cuando se quedaron solos para “despedirse”_ no sé que te imaginaste, linda, pero no es una firma de papeles mientras secretarias distraídas los sellan y listo, debemos hacer nuestros votos, y cumplir con la ceremonia habitual… ¿ de verdad no te trajiste un vestido?.
Lo hubiese ahorcado en ese instante, ¿qué lo divertía tanto?
_Jamás uso vestidos, me hacen parecer una nena de mamá, sólo uso jeans o algún traje si la ocasión lo requiere_ su tono era áspero, estaba cansada y  nada se parecía a la aventura que imaginara al planearlo todo
_Pues deberías usarlos, si mal no recuerdo, el verano pasado en la playa, tenías unas piernas fantásticas_ antes que ella pudiera contestarle se inclinó le dio un rápido beso y la dejó a merced de las atenciones de sus “ padres políticos”.
Los días siguientes pasaron como en una nube,  papeleo, amigos que querían saludarla, la visita al hotel donde harían una pequeña recepción para veinte personas, entre las cuales estarían los nuevos jefes con sus respectivas esposas, por supuesto.
Muchos brazos la estrecharon luego de la ceremonia, aún sentía el calor  en los labios del fugaz beso que su flamante “marido” le prodigara, hubo brindis y expresiones de buenos deseos, fotos tradicionales y comentarios con doble sentido.
Ella le dirigía miradas atónitas, él circulaba de grupo en grupo llevándola distraídamente del hombro, la sortija parecía tener el doble del peso normal, jamás había imaginado nada igual,¡ parecía que se casaba de verdad! , en un momento dado una carcajada nerviosa escapó de su garganta y ya no pudo parar…era todo tan ridículo, que las  lágrimas se le escapaban sin cesar, su risa resonaba  en el íntimo salón del hotel internacional.
Se aprovechó el momento de alegría, de esta novia tan particular, que no llevaba vestido de cola ni flores de azahar, y con un último brindis la pareja se retiró a su propio hogar.
_Decidí postergar el viaje de novios para cuando te aburras de este lugar, igual ya saben todos que por una semana no deben ni llamar_ bromeó él cuando en una parodia la levantó en brazos para cruzar el  umbral.
_Basta ya de juegos, no hay nadie adelante, no es necesario fingir más_ le contestó irritada, por primera vez en toda su vida, nada lograba controlar.
_ Yo no estoy fingiendo nada, mi querida, es el día de nuestra boda, nos acabamos de casar_ apoyado contra la mesa y con los brazos cruzados la observaba divertido ir de acá para allá, mientras ella protestaba que todo eso no tenía sentido, él no la podía dejar de mirar.
_ Bueno, vení, no seas tonta_ le dijo riendo mientras le extendía una mano que ella dudó en  tomar_ a ver decime, ¿porqué estás tan enojada, qué es lo que no encaja en tu realidad?
_Toda esta parodia del casamiento, pensé que era un trámite y nada más, un arreglo entre nosotros, mi manera de obtener la green card_  parecía una nena desolada a punto de llorar, por una vez sus arrebatos parecían no tener el final habitual_ en cambio me encuentro con un montón de gente involucrada, parientes y amigos que nos desean felicidad … y para colmo vos no sos el mismo amigo de siempre, el que me ofrecía un acuerdo legal y nada más._cuando se cansó de gesticular se recostó en el pecho que él divertido le ofrecía, le había llevado años sacarla de su despótica seguridad, ahora descolocada y sin llevar la “batuta”, parecía más vulnerable y su ternura le quería dar.
_ Yo, nunca hablé de un “acuerdo comercial”, esas fueron siempre palabras tuyas, tu manera de ver mi propuesta matrimonial, acepto que la presenté como una tentadora oferta, pero nunca pensé en vos como una esposa en los papeles y nada más_ sus brazos se hicieron más firmes cuando ella intentó poner distancia una vez más.
_ Me mentiste_ lo acusó indignada, su genio altanero estaba siempre acostumbrado a ganar, no tenía la seguridad de si estaba furiosa con la tranquilidad de él, o con ella misma, porque la idea de vivir como su esposa no la dejaba de tentar.
­ _Nunca te mentí, si te hubiese pedido casamiento de la manera habitual, todavía te estarías riendo, buscando excusas, como que los amigos no se casan jamás, o lo que es peor estarías con alergia  de tan sólo imaginarte que el matrimonio puede ser tu realidad._  la giró para poder mirarla a los ojos mientras hablaba con total solemnidad.                        _Repetiste mil veces que jamás te ibas a casar, que tus amigas no eran como antes, que ya casi no se veían más, que llevaban una vida monótona a la que no te podrías acostumbrar… _ después de un suspiro y con esas chispitas doradas en los ojos que ella siempre encontró dulces y de una confianza total, agregó firme y seguro de sí mismo_ te ofrecí una aventura, porque era la única forma de que aceptes mi propuesta matrimonial, pero no soy ni un loco, ni un sádico y por supuesto no te voy a violar, elegí correr un riesgo podía salir bien o mal, sos libre de hacer lo que quieras, una cama no te va a condicionar, no voy a ponerte una mano encima, aunque me muera de ganas  y esto es verdad,  hasta que encuentres un empleo te podés quedar en este lugar que para vivir con vos preparé con ansias de disfrutar…pero si decidís a este matrimonio dar una oportunidad espero que te entregues por entero, ni medias tintas, ni  un pasatiempo más, nada de idas y venidas ni histeriqueos, quiero a mi lado una mujer de verdad, la que estoy seguro de que sos capaz .
Ambos quedaron en silencio, no eran palabras las que se debían agregar, a ella la excitaba terriblemente, que toda esa argucia él haya podido desplegar.
Solita había caído en la trampa, que este atractivo “marido” supo tan bien planear, el evidente deseo en la mirada de él, a ella no tardó en contagiar, todavía podía salir a flote y su orgullo de alguna manera salvar, demostrarle que la caprichosa e inconstante amiga había dado paso a una mujer como él merecía, con deseos de que este “casamiento por conveniencia” no sólo se pudiera consumar, sino que para ambos se transforme en una promesa de amor y felicidad.




                               Patricia, julio de 2007








ALGO PARA SOÑAR

Algo para soñar


Casa antigua, nada señorial, casi una caja de zapatos.
Ventanas al frente, con celosías, una a cada lado de la pesada puerta de madera.
Aspecto triste y oscuro, igual que su interior.
Casa de abuelos..., no los suyos por cierto, sólo cuidaba a la anciana del lugar.
Incluso debería agradecer esa humilde vivienda, que habitaría...por cuánto tiempo más?.
Qui lo sá.
Paredes con azulino empapelado de seda, algunos arabescos en desteñido dorado, jugaban con la poca claridad del lugar.
El juego de comedor con sillas altas tapizadas con raídos gobelinos y la mesa oval con el caminito tejido al crochet.
Eso era lo más parecido a un hogar, la bondadosa  y casi senil ancianita por sus ojos veía nada más.
Muy rara vez aparecían los hijos, de los nietos mejor no hablar, trabajos, estudios, distracciones, nada de eso podían allí hallar.
Casi no la molestaba, sólo para los remedios, alimentación e higiene personal, aunque claro, era imposible, en dejarla sola, pensar.
Pero ella tenía un lujo secreto, en su “reino real”, aquel en el que se retiraba, a la hora de descansar.
Fue su único gasto grande, jamás podría hacer otro igual, su ventana hacia el mundo, su único medio de olvidar...el chat.
Aferrada al blanco teclado, creía que alguna vez su vida iba a cambiar, entraba febrilmente en las salas, que le prometían un gran amor para encontrar.
Jamás mentía en sus datos, ansiaba que la quisieran tal cual.
Hubo quienes se entretuvieron un rato, sólo eso y nada más.
Se dormía exhausta, cuando los ojos enrojecidos no daban para más, al alba se levantaba para comenzar un tedioso día más.
Pañales sucios, olor a remedios, mezclado con el talco y el perfume floral, con el  que a la anciana  solía perfumar.
Ropa ajada y camisones de franela, todo debía lavar y planchar ya que eso le proveía una remuneración más.
Una noche llegó una sorpresa a su amado chat, algo para soñar.
Decía ser sencillo y trabajador, más o menos de su edad, tampoco estaba casado, ni tenía hijos que cuidar.
Nunca se burlaba de ella, de su vida aburrida y falta de experiencia en el amar, siempre amable en su juego de “citas para chatear”.
Le contó sus sueños, ninguno de los cuales había podido realizar, esposa mimada, hijos perfectos, señora de su hogar, fines de semana en familia y algún viajecito para planear.
Jamás ansió otra cosa, nunca se le dio la oportunidad, no era fea de rasgos, ni su silueta dejaba algo que desear, simplemente su apariencia no despertaba curiosidad.
Las pocas amigas  que tenía, llevaban años viviendo sus propias y ajetreadas vidas, la visitaban para su cumpleaños y navidad, en cuyas ocasiones jamás dejaban de preguntar con aire conspirador: “Y? alguna novedad ?..mientras el mate corría y cada cual comentaba las idas y venidas de su propio hogar.
 Ahora había algo para soñar...
Ella también iba a tener de qué hablar...¡ lo único que faltaba era que no la visitaran más!.
En un par de meses quedaron en conocerse personalmente,  lunes a la siesta tenía que ser, era el día en que la hermana de la anciana por un par de horas solía aparecer.
Muy nerviosa se encaminó a su cita.
Le sudaban las manos y los pies.
El vivía en un monoambiente, limpio y ordenado que olía a frutas y sol, muy ventilado y casi vacío, cubierto de libros del techo a los pies.
Con una sonrisa la recibió, si estaba decepcionado no lo demostró, con bromas le mostró su hogar y ella de a poquito su inseguridad dominó.
Charlaron de todo, escucharon música,  tenía un próximo lunes para esperar, hasta entonces se encontrarían en el chat
Mientras ella le entregaba su mundo, él evitaba un tema muy personal, “para eso está la vida” decía entre bromas,” vamos a distraernos para descansar”.
Un lunes fue muy distinto de los demás, como por supuesto, era de esperar.
Ella temblaba bajo sus brazos, él en susurros la acariciaba aún más, nada la obligaba a dar un paso que no estaba dispuesta a dar.
Ansiosa por entregarse, quería sentir lo que sentían las demás, nunca nadie la había provocado, con sólo mirarla y nada más, las manos de él eran lentas donde se debía demorar, nunca pensó que goce tan exquisito podía experimentar.
Con los músculos tensos y diciendo su nombre, llegó hasta el final, no quería apartarse de su lado, pero era hora de volver a la oscuridad.
Cada lunes acudía ansiosa, le daba pilas para soportar, toda una semana de aburrido encierro, y también algo para soñar.
Aprendió a tocarlo, como a él le gustaba más, jamás pedía nada, estaba siempre dispuesta a dar.
Hubo noches tristes, en que él no entraba en el chat, se aferraba con uñas y dientes a justificaciones que su imaginación solía dar.
Había otras en que la alegría de encontrarlo, borraba  lo demás y como si todo estuviera comenzando  demostraba que su paciencia lo iba a acompañar, simplemente ella estaría allí cuando él quisiera chatear.
Nunca le prometió nada, ni hicieron juntos ningún plan, fuera de verse los lunes para sus caricias poderse convidar.
Llegó un lunes aciago, ése que no olvidará jamás, con pasos apresurados llegó al querido lugar, no deseaba demorarse ni un minuto más.
Cargada de expectativas, y una torta de chocolate para después de amar, tocó el portero tan familiar, esperó un minuto entero, dos y tres más, insistió nuevamente, con la impaciencia hormigueándole las manos, sin otra respuesta que el silencio sepulcral.
La casa oscura y el olor a vejez y enfermedad la recibieron una vez más, la hermana de la anciana señora, se despidió con extraña velocidad.
¿Que cosa tan horrible le habrá pasado, para perder nuestros ansiados encuentros? ¿estará accidentado?. Su familia tan lejos..., tendrá algún compañero de trabajo que sepa algo?, dónde exactamente trabaja? ¡Diós por qué no pregunté más! Cómo voy a poder ayudarlo si no sé otra cosa más que lo amo y que mi vida le podría dar???.
Pasaron horas febriles, de trabajo cansador y rutina agobiada por su soledad, cuando finalmente con dedos temblorosos pudo ingresar al chat, la ventanita de él no se abrió jamás.
Le envió un mail, ofreciendo el teléfono de su triste hogar, le decía que estaba preocupada, él jamás un lunes dejó de estar.
El teléfono no sonaba con demasiada frecuencia en el lugar, pero aún así corría agitada a atenderlo, esperando su voz ronca poder escuchar.
El domingo a la noche, cuando creía desesperar, un ícono conocido en su pantalla vino a brillar.
Con una alegría desbordante la ventana abrió sin demorar, en silenciosa plegaria rogaba “ Dios mío que nada malo le vaya a pasar”.
“ Hola linda cómo andás?, lamento no haberte podido encontrar, fue una semana soñada pero ajetreada, no he podido parar,
Volaban sus pensamientos y sus largos dedos, quería averiguar, acaso él no sentía la misma impaciencia por cada lunes amarse en ese bendito lugar?
Si compartían los mismos momentos y se reían por igual, cómo es que un mismo hecho cosas distintas podía significar?
Para ella era todo el universo, cuando bajo su cuerpo podía estar, revivía mil veces, a solas en su cuarto, cada una de las caricias que él le había hecho gozar.
¿Que le decía? Adonde se mudaba? Ni siquiera había sentido nombrar ese pueblo o ciudad.
Por fin se había recibido, iba a ser profeta en su tierra natal.
Padres y hermanos lo esperaban con los amigos del lugar, estaba todo arreglado, el lunes no remolonearía entre sus brazos, estaría a kilómetros de allí, estaría donde siempre quiso estar.
 Vivir y trabajar entre su gente, los que lo vieron crecer y esperaban con ansiedad, a que con su flamante título en mano, a ellos regresara una vez más.
No podía respirar, ni siquiera mendigar, “ no te vayas de mi vida, no tengo nada más”, leía borrosamente los planes impacientes que él tenía para comenzar...”nunca fuiste cualquier persona para mí, gracias por ayudarme a soportar la lejanía de mi hogar, el último tirón es el más difícil, como falta poco cuesta más”
“nos hicimos compañía durante un tiempo, linda cuidate y no trasnoches de más, con ese teclado que te hace desvelar, después te llama tu viejita y no alcanzaste a descansar, te mando un besote gigante, casi no voy a tener tiempo para chatear, va a ser duro al principio hay mucho por lograr, pero lo tengo a mi viejo que una mano siempre me va a dar”.
El monitor se apagó, para no volver a encenderse más, para qué iba a salir el sol si a él no acudiría más? Cómo iba a poder respirar y moverse durante todo el día si nunca jamás lo iba a volver a tocar? A quién le iba a cambiar la vida el que ella no viviera más?
No tenía padres ni hijos, ni hermanos, ni nadie que la amara de una manera especial.
¿Por qué brillaba tanto el sol? La encandilaba, le hacía mal.
Ésa iba a ser toda su vida? Limpiar, cuidar, llorar y recordar que por un tiempo muy breve, ella también tuvo algo para soñar.

                       Patricia,  Abril de 2007.



DESIDIA


Desidia
La Frase todavía resonaba en su cabeza, no eran las diez de la mañana y ya quería hundirse en un sueño profundo, anestesiante ...¿cómo lograría llegar al final del día?.
“No podés culparme por no querer estar con vos”.
Un amanecer más, el reloj los sacó casi violentamente de sus propios mundos, ¿era desencanto o pesar lo que vio reflejado en los ojos de él cuándo automáticamente se volvió a mirarla?.
“No podés culparme por no querer estar con vos”        
Murmuraron algún saludo, se desperezaron, ella fue al baño, después él, puso el agua a hervir, todo el ritual, él ya estaba listo, ella saldría después, si es que lo hacía.
_Te dormiste temprano, pensé que estabas leyendo_ su tono era casi impaciente mientras batía el café para echarle luego la leche.
_hmm_ ni la miró, ni continuó el diálogo, sólo se concentró en las medialunas y el noticiero de la mañana.
_Te abracé pero no te diste cuenta_ insistió mientras le alcanzaba la tasa humeante en la fría y oscura mañana de invierno.
Suspiró, y al descuido le preguntó si no tendría que despertar a los chicos, el transporte estaría por pasar de un momento a otro.
_Hay plenaria, no van a clases hoy, van a dormir como troncos hasta después del mediodía_
Cuándo él llevaba su taza a la pileta, luego de cepillarse los dientes y buscar sus carpetas, ella lo tomó delicadamente de atrás y se demoró en un beso.
El le respondió un tanto inquieto y le recomendó que no se olvide de hacer autorizar las órdenes de RX del mayor, de comprar algo para la cena porque si bien siempre lo hacía él, hoy tenía dos reuniones largas y que si podía fuera a pagar los impuestos ella esta vez porque a la mañana no iba poder salir.
Obviamente ella explotó como hacía días que intentaba hacerlo, recriminándole, que no le prestaba atención, que sólo se reía cuándo estaba con amigos, que no conversaba sino que se escapaba frente a la tele o dentro de algún libro, que hacía meses que entre ellos no pasaba nada de nada y no porque ella estuviera cansada.
Solamente la miró e intentó encontrar algo de la persona que lo había enamorado lo suficiente como para decidir casarse cuando la mayoría ya lo había hecho hacía tiempo.
Ni siquiera había un dejo de ella en el fondo de sus pupilas.
El aburrimiento, dejadez y abandono no sólo se reflejaban en ese camisón informe que la acompañaría hasta bien entrada la mañana, sino en el rictus de su rostro, demacrado, desconforme, en las medias enrolladas a los tobillos y las pantuflas de hombre.
_No podés culparme por no querer estar con vos_ había tristeza en el atractivo rostro de él, la mirada divertida y brillante se volvía opaca y desilusionada cuando se posaba sobre ella.
_Ah, no? Y a quién querés que culpe si mi marido sos vos?. No sos normal, yo debería estar cansada, no vos, yo me ocupo de la casa y de los chicos y vos sos el que se duerme, si estuviéramos reunidos con tu amigo y la mujer te quedarías hasta la madrugada charlando y conmigo te desmayás!!!!.
Sabiendo que iba a ser imposible razonar con ella y no queriendo que sus amados hijos sufrieran una vez más esas encarnizadas batallas verbales tomó su campera y salió despacio.
Como siempre ella lloró, se conmiseró de sí misma, se repitió una y mil veces lo injusto que era él, ella no tenía ganas de vivir de punta en blanco como sus “compañeritas” de trabajo, tampoco le gustaba andar de acá para allá, buscando excusas para salir, aparte sus amigas estaban en otra, ella lo único que quería era que estuvieran los cuatro juntos y nada más, que él se portara como otros maridos que mientras charlaban abrazaban a sus mujeres, que la buscara más seguido, que se riera y conversara
La frase no la abandonaba, veía todo como en una nebulosa…qué largo iba a ser el día y ni pensar en tener fuerzas y voluntad para hacer lo que él le había encargado.
Si ya estaba cambiado y en la calle ¿por qué no lo hacía él? ¿Cómo esperaba que ella con semejante discusión tuviera voluntad de salir?.
La chica de  en frente  pasó caminando junto al gran ventanal que daba a la calle, aún en invierno su piel estaba dorada, el cabello largo y brillante la hacía parecer menor de lo que era y siempre tenía una sonrisa para ofrecer aunque su casa siempre estaba llena de chicos, gritos, música,  idas y venidas y era más que evidente que el marido, mucho menor que ella, parecía embobado.
Intentó calcular cuántas veces habían sostenido esa discusión y no pudo, esta vez él fue tajante, le reconoció que no quería estar con ella, la miró como si ella con su aspecto lo alejara…y con su aburrimiento…y con sus quejas… ¿en que momento cambió tanto?
Por qué dio por sentado que si él la quería su aspecto cómodo y casi dejado no tenía importancia?
Trató de ser justa e imaginarse si ella sentiría deseos por él si, cada vez que volviera a casa, lo encontrara en pijamas( ya que para la hora en que él regresaba ella ya estaba bañada y “cómoda” otra vez), con gesto acusador esperando que entrara para desatar toda la serie de “injusticias” que le habían hecho vivir los chicos, las renegadas con las tareas, y dejando en claro que le pasaba el mando para que se ocupe de la comida y de mandarlos a dormir porque “había descansado de ellos todo el día”
Podía entenderlo, pero no estaba dentro de ella ser distinta, ni siquiera se sentía motivada para mejorar su desaliñado aspecto personal, dejar los uniformes descoloridos y eternos de estar adentro, ¿por qué depilarse las piernas en invierno? ¿Quién la ve?.
Por supuesto que si no sentía necesidad de sacudirse hasta que los dientes le sonaran y reaccionar por ella misma, menos lo iba a hacer por él, simplemente y casi por decreto debía aceptarla y valorar lo buena persona que era y punto…así como comían y dormían de vez en cuando debían tener intimidad y listo, porque no estaban con otros debían estar entre ellos.
Las doce del medio día, el sol que entraba del patio le lastimaba los ojos.
El sábado tenían un cumpleaños, no iba a discutir más así por lo menos iban de buen humor, ella sí o sí se iba a tener que arreglar un poco…quién sabe a lo mejor él después la buscaba en la cama y ella se sentiría mejor y tal vez al otro día se vistiera en lugar de quedarse en camisón, irían a dar una vuelta con los chicos y él tomaría unos
mates…charlaría, la miraría.

Patricia, febrero de 2009

domingo, 29 de agosto de 2010

Soneto... de Francisco Luis Bernàrdez

Soneto
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

jueves, 26 de agosto de 2010

frases marcadas de "Historia de una Herencia" de R. Pilcher.

Tener casa propia siempre me ha parecido prioritario. Eso te da seguridad en todo el sentido de la palabra. Gracias a que la casa pertenecía a mi madre, nosotros nos sentimos siempre a salvo cuando niños. Nadie podía quitárnosla. Una de las mejores sensaciones del mundo era la de llegar a casa desde la calle, cerrar la puerta y saber que se estaba en el hogar.

Toda mujer debe tener algo propio. El dinero sólo es importante si no lo tienes. Y para comprar cosas bellas. Ni coches deportivos, ni abrigos de piel, ni cruceros a Hawuaii. Nada de tonterías , pero sí cosas bellas de verdad, como independencia, libertad y dignidad. Y estudios. Y tiempo.

Es hora de volver, recoger los fragmentos y seguir adelante con mi vida.


Los hijos siempre son hijos, aun cuando tengan treinta y ocho años y hayan hecho una excelente carrera. Una puede soportar cualquier cosa , pero ver el sufrimiento de los hijos es insoportable.


... la vida era intolerable si no se creía en algo...

Es bueno recordar los malos momentos juntos con los buenos. Después de todo, de eso se compone la vida.

La confianza en sì misma. Esa era la clave, lo único que podía sacarla a una de cualquier crisis que el destino le impusiera. Ser na misma independiente. Usar los sesos. Poder tomar decisiones propias y planear el curso de su vida.

...los recuerdos de  otra risa, el inesperado éxtasis y los goces físicos que sólo ocurren quizás una vez en la vida de una persona.

Y nada de lo bueno se pierde jamás. Permanece como parte de una persona, se torna parte del carácter de ella.

El mejor regalo que un padre puede hacer a sus hijos es el de su propia independencia.

...el tiempo, ese viejo curandero, por fin había hecho lo suyo; después de tantos años, el rostro del amor ya no agitaba tormentos de dolor y amargura, sino de simple gratitud. Pues ¿ qué horriblemente vacío había sido el pasado sin él como recuerdo!. "Es mejor haber amado y perdido", se dijo, "que no haber amado nunca". Y comprendió que era verdad.

Separarme de ti será lo más difícil que haya hecho en mi vida.
Ella pensó en su partida  y en el vacío siguiente. Trató de imaginar la vida sin él y fracasó de un modo horrible. Sólo una cosa era segura: Lo peor será la despedida.


Uno no puede borrar las cosas que le pasan en la cabeza. Están siempre allí.
Un gran peso, como una mochila cargada que no se puede dejar.

La felicidad consiste en aprovechar a fondo lo que se tiene; la riqueza es aprovechar a fondo lo que se ha conseguido.

lunes, 23 de agosto de 2010

CUANDO UNO MENOS LO ESPERA...

       Cuando uno menos lo espera…

¿Cuándo volveré a hacer este recorrido?. Se preguntó mentalmente mientras el larga distancia pasaba uno a uno los familiares carteles y edificios que tan sólo un par de días atrás había visto en sentido inverso.
Los ojos grandes, claros y acuosos reflejaban la salida de la provincia…iba camino a                                                                                                                                                                                                                                                                 casa por fín.                                                                                           
A recibir el abrazo fuerte de sus amores, el consuelo del mate con amigas, la descarga verbal de contar una y otra vez lo sucedido hasta quedar sin voz y que todo se haga un poco confuso, los momentos buenos serían maravillosos y los amargos doblemente dolorosos.                                                                                                                                                                           
El agua que se escurre entre las manos sin poder retenerla.
Es una pesadilla…pero cierta, estaba despierta, el dolor se lo recordaba permanentemente.
¿Cómo soportar todo el viaje de regreso?.
No porque los demás importen, o lo que puedan pensar estos acompañantes fortuitos y circunstanciales de tan amargo trayecto, pero… ¿si se hace inevitable gritar de furia e impotencia? ¿Si la ventanilla no alcanza para inundarla de aire que llenen sus pulmones?¿Cómo hacer para no llevarse a donde uno vaya?.
Da lo mismo estar sentada que acostada, pero no debería viajar con tanta gente cerca.
¿Alguno se imaginaría que pocas horas antes era un par?.
¿Qué tenía una mitad grande, amorosa, protectora dispuesta a brindarle paz y sosiego?
¿Qué sabía mantener viejos fantasmas a raya y también provocarle placer?
¿Qué esa mitad ya no estaba y que sus brazos fuertes ya no la iban a mecer?.
Seguramente no, ni lo sabían, ni probablemente les importara.
Cada uno sumido en sus propias historias.¿A quién se le ocurre un viaje tan largo con criaturas lloronas?. Atravesar medio colectivo para ir al baño requiere un esfuerzo del que por el momento no es capaz.
“Seguramente va a pasar mucho tiempo hasta que pueda volver a recorrer todo esto”.
Pero no contaba con su férrea voluntad, con su fuerza, con sus años de hablarse y responderse sola porque en pocos podía confiar.
Un pie delante de otro, obligaciones ajenas la hicieron caminar, un día, una noche, de a poco una parte se fue anestesiando, los bastones ayudan si te dejás ayudar, no gana el olvido pero ayuda la necesidad.
Un poco queriendo y otro poco …¿por casualidad? Muchos meses después ese mismo trayecto hubo de realizar.
¿Quién puede contener las emociones?¿alguien puede entenderlas de verdad?
Jamás quienes pasaron por su vida fueron azar, nunca de lo vivido iba  a renegar, no se trata de parches, ni de afirmar olvidos que no vendrán, simplemente que para el que sigue vivo, obviamente todo es más difícil de llevar.
“Mientras hay vida hay esperanza” es más que un refrán, no tengo idea de cómo sigue esta historia, me gustaría pensar que de a dos, con risas, dificultades compartidas, emociones que vienen de la mano del amor y del compañerismo…y si esta vez no es así seguramente la próxima será.

A mi Adri, guerrera natural, que la marea de la vida siempre te arrime a un puerto en el que encuentres tu forma de felicidad.


                                Patricia, abril de 2008.

Carta a Violeta

Carta a Violeta
Querida Violeta: perdón, perdón y más perdón…ya sé que debés esperar casi a diario que el cartero te lleve noticias de mi llegada a esta ciudad tan rara, lejana y diferente a nuestro pueblo.
Te he escrito fácilmente mil cartas mentales, mientras viajaba y me alejaba de todo lo que nos es común y querido, cuándo llegué y pasé veinte veces delante del viejo callejón de piedras, donde está la pensión , ...¡estaba tan ansiosa que daba vueltas en círculos!,  o cuando lo ví  a él por primera vez…pero ésa es otra historia.
Mi habitación queda en  un extremo de  las  galerías que rodean al patio; que es de baldosas rojas con un antiguo juego de jardín  y macetas con plantas y flores como las de tu  nona, frente a mi pieza está la escalera que lleva a los corredores superiores, así que dos veces al día lo veo subir y bajar.
Imagino tu cara de curiosidad!!.  Son los sesenta Viole y esto no es nuestro pueblo, una puede demostrar un cierto interés por algún señor y no por eso ser mal juzgada.
Fue el primero en darme la bienvenida, camina que es un gato y ni te cuento los ojazos que tiene, los faroles no alumbran tanto!!...no exagero ni un poquito, ¡ y cómo habla!. Parece encontrar las palabras sin buscarlas, le salen solitas nomás, vamos a ir al cine, aunque te escandalices….acá no es como allá, una puede ir al cine con un muchacho simpático y eso no quiere decir nada así que no es necesario que se lo comentes a tu mamá ni a la mía.
Bueno, mañana o pasado te vuelvo a escribir, besos y contestame así no los siento tan lejos.
Besos
                           YO
PD: el trabajo bien, tengo que pasar todas las costuras a máquina después que las revisa la supervisora.



Querida Violeta: tu carta parece escrita por una monja resentida…o una novia abandonada, ¡ cuántas recriminaciones!.
El día se me pasa volando y no es como vos decís que no tengo tiempo porque me la paso espiando a “mi galán” tal es como lo mencionás en tu carta.
Me levanto muy temprano, la casera tiene café y té  con tostadas y dos clases de dulces, si querés otra cosa debés compararla vos misma, desayuno junto con una señora que sale a la misma hora y un viejito que casi no duerme.
Trabajo en la fábrica hasta las seis de la tarde y vuelvo caminando para hacer un poco de ejercicio y mirar vidrieras ¡hay tantas!, ni te imaginás, paso por una calle que tiene un barcito ¡con mesas y sillas en la plaza de enfrente!.
Ceno en mi piecita, hay una cocinita donde podemos turnarnos para preparar o calentar nuestra comida y los domingos a la mañana plancho la ropa que lavé el sábado.
Bueno … y ya que tanto te preocupa mi salida con él te digo que es muy caballero, amable y divertido, las horas se me pasaron volando, nunca en mi vida tuve un paseo así.
Besos
             YO


Querida y desconfiada Violeta: no sé porqué tanto alboroto con mi “galán”, es muy dulce, ha sufrido mucho en la vida, está sólo, no tiene familia, pocos amigos, ninguno que yo conozca, es normal que quiera pasar su tiempo libre conmigo.
Trabaja tantas horas!! Vuelve tarde y cansado, pobre hay veces en que las ventas no le van bien y se desanima un poco…como yo vuelvo más temprano y hace calorcito, preparo algo y cenamos juntos en el patio.
La de la pieza del fondo pasó y nos miró de reojo, dijo algo pero no le entendí muy bien, es antipática y criticona, nunca va a fijarse en ella alguien como él, con una sonrisa siempre lista y esas chispitas en los ojos que me provocan un nudo en el estómago.
El domingo cuando volvíamos del centro, antes de doblar en el callejón me apoyo contra la pared de un baldío y me besó, pero no como cuando probamos con esos pibes después del baile de la primavera, no, me besó como un hombre, suave, apenas, por el cuello, detrás de las orejas, te juro que ahí el gato parecía yo, tenía todos los pelos de punta… me acuerdo de ese momento y me cuesta respirar bien.
Bueno, espero que me cuentes como sigue todo por allá, estoy contenta porque como no necesito demasiadas cosas estoy ahorrando un poco de dinero en una latita en el fondo del ropero.
Besos
    YO

Viole: ¡ dejá de sufrir y preocuparte que yo soy felíz! .
Antes que nada lamento que nuestro viejo “remolacha” haya muerto, estaba tan mal el pobre con todos sus años encima que ya ni veía, parecía tonto chocándose cosas que siempre estuvieron en el mismo lugar.
Me alegra que tu hermana se vaya a casar, parece un poco repentino, ¿no?, no quiero decir nada pero hace cinco meses cuando me vine ni se mencionaba esa posibilidad.
A qué te referís con eso de si ya “pasé a mayores” con él? Me parece que aunque somos amigas de toda la vida hay cosas que son muy íntimas de uno.
Él es como un chico grande, le encanta que vuelva del trabajo con una botellita de buen vino para los dos, o un pollito a la parrilla,  o se le ilumina la cara cuándo le hago un regalo bien envueltito y traído del centro.
No le está yendo muy bien en lo suyo, quiere invertir para poner un kiosquito en la estación de trenes, dice que eso es una mina de oro, que las ganancias enseguida triplican lo que tenés que gastar en equiparlo…él de negocios entiende, no es como yo, dejame a mí con mi maquinita dale que va mientras la supervisora no nos saca los ojos de encima.
Besos…tu amiga de la gran ciudad.
                      YO

Mi muy requete muy querida Violeta: deciles a las chismosas del barrio que comentan que me olvidé de dónde queda el pueblo, que eso es imposible porque ahí en su cementerio están  mis abuelitos y mi papá, y a mi mamá en cualquier momento le mando para el pasaje y que me venga a visitar un fin de semana, por supuesto que también estas vos pero vos entendés.
Ellas porque se la pasan barriendo o mirando por las ventanas para enterarse de todo, yo trabajo como una burra en la fábrica, y después tengo que cocinar, comprar las cosas que no aparecen solas, aparte, me ofrecí a ayudarlo con el lavado de su ropa y el planchado, así tiene más tiempo para sus asuntos de negocios total  yo igual tengo que hacer lo mío.
No sabés cómo me necesita, quiere que lo abrace muy fuerte, el paredón ese en cualquier momento se viene abajo de tanto que me apreta y me besa y no me deja respirar…esos ojos se le ponen oscuros y brillantes, respira agitado y busca dentro de mi pollera…no sé, no vayas a creer que él no sabe que yo soy una chica decente, que hace eso como si yo fuera una cualquiera, no, nada que ver, pero como él dice, somos grandes para andar sólo de la mano, él necesita más, quiere enseñarme cómo se porta una mujer, me habla despacito al oído mientras me acaricia de una manera que no es fácil aguantar
Rompé esta carta, si no, no te escribo más.

             YO


Viole: debés estar furiosa por mi falta de noticias, el domingo llamé a mamá al almacén de la esquina, la única casa de la cuadra que tiene teléfono y me contó que habías ido de visita y a preguntar qué era de mí.
En estos últimos dos meses pasaron muchas cosas y no me daba el tiempo ni la ansiedad para sentarme a escribir; sí a tu pregunta de si “aflojé” como vos decís, y te aseguro que allá en el pueblo no puede haber ni uno que sepa hacer las cosas como él.
Ya sé que no tengo mucha experiencia, nada a decir verdad, pero estoy convencida de que a él le sobra todo lo que a mí me falta.
Una madrugada dejé la puerta sin llave de mi habitación y él entró como quedamos esa tarde, me trajo un chocolate…para después y se acostó al lado mío, sin nada de nada, yo tenía un miedo que ni te digo al principio, pero él fue tan dulce y cariñoso y tan pero tan apasionado que yo nunca creí que la cosa fuera así, nada que ver a como nos imaginábamos de chica… te escribo y me pongo colorada como un tomate.
Después de eso vino todas las noches, me dijo que era una “alumna ejemplar” y que sabía muy bien cómo darle placer, hubo madrugadas en que no pegamos un ojo, casi me he dormido arriba de la máquina de coser, si no fuera porque ahora tengo que trabajar más que nunca….
Finalmente él dejó ese trabajo que lo tenía mal y le llevaba tantas horas, ahora se puede dedicar más tiempo a todo el papeleo y las habilitaciones para el kiosquito, a mí un plato de comida más no me hace nada y después cuando él se vaya para arriba..¡Ja! quién nos para!!! Capaz que llegue al pueblo, de visita, con un coche y un marido que va a dejar bizca a más de una lengualarga.
Besos y más besos

YO.

Querida Violeta: no sé si te voy a enviar esta carta, o voy a esperar unos días o la escribo para mí.
¿Te acordás todo el tema del kiosco, los papeles, en fin, permisos y que se yo?.
Bueno, parece que todo iba finalmente sobre ruedas, hasta la garita donde iba a funcionar en la estación de trenes estaba en orden, sólo faltaba el capital para comprar todo lo necesario para equiparlo bien y como corresponde.
Naturalmente a esta altura y con todo lo que hay entre nosotros de fuerte, era un tema más de los dos para salir adelante, y poder alquilar un departamentito chiquito pero nuestro, nada de bajar las escaleras en pleno invierno a escondidas y volver a subir al amanecer, además la casera ya había hablado conmigo y la cosa así no podía seguir.
Obviamente le ofrecí lo que tenía en la latita, no era una gran cantidad pero mi buen sacrificio me había costado, como cinco sueldos juntos, y con mi recibo sacamos un préstamo en una mutual para comprar los estantes y la caja para el dinero.
En un aviso del diario, me contó, ofrecían todo y un poco más a muy buen precio, en un lugar del interior, alguien que cerraba, así que él muy rápido para todas estas cosas, preparó su valija con mucha ropa, porque siempre va impecable, perfumado que parece un doctor, y con el dinero bien escondido, hace una semana que viajó.
Y todavía no he tenido noticias de él, estoy un poco asustada, no he escuchado nada de ningún descarrilamiento, no sé de nadie a quién preguntar por él, si le pasó algo me muero Viole, la casera dice que si a fin de mes no vuelve ella pone un cartel para alquilar la pieza, y yo estoy desesperada, me parece escucharlo a la madrugada, que se va a acostar a mi lado y me va a abrazar fuerte, que me va a hablar al oído despacito y me va a decir que me extrañó, que necesita estar dentro mío, que lo acaricie, que ya no se va a ir más.
Para colmo con todos estos nervios y preocupaciones hasta el período se me atrasó,
No pensés mal porque él fue muy cuidadoso y de estas cosas sabe mucho, no como los del pueblo que no saben cuidar ni a sus mascotas.
Ay Viole! Me parece que no te voy a mandar esta carta porque te vas a preocupar y total seguro que cuándo la leas él ya va a estar acá conmigo festejando y con esa sonrisa que le llega hasta los ojos.

                        YO.


PATRICIA, FEBRERO DE 2009.