lunes, 26 de noviembre de 2012

LA CASA DE LAS SIETE MUJERES...de Leticia Wierzchowski

LA CASA DE LAS SIETE MUJERES.

 Es un libro basado en la guerra Farroupilha, del sur de Brasil, donde se intentó derrocar el imperialismo existente, abolir la esclavitud y controlar el precio del "charquis" que estaba monopolizado por el gobierno.
Esta guerra durò diez largos años, la terminaron perdiendo quienes la iniciaron, en ella luchò Bento Gonçalvez Da silva y Giusseppe Garibaldi.... ambos guerreros inclaudicables a sus sueños.
 Fuera del campo de batalla, las mujeres libraban las suyas, las diarias, el dolor de no saber vivos o muertos a sus maridos, hijos, sobrinos y prometidos.
las cartas, difíciles de recibir eran angustiantes, desactualizadas, la creencia de que su deber era "esperar" muchas veces llevó a las más débiles a la desesperación y a la locura.
Los hijos iban creciendo y uniéndose en la larga y sangrienta lucha, las mozas perdían a sus amores, sobrevivièndolos durante años en amargas solterías.
En esa casa, que era la estancia de una de las hermanas de Bento, tías  madres, sobrinas e hijas, rezaban incansablemente, mantenían rígidas rutinas para intentar acortar el tiempo interminable, obligàndose a realizar pequeñas tareas para no deambular sin rumbo a la desesperación.
El amor llegó para quedarse con las pocas afortunadas, casamientos antes impensados, salteando la inquebrantable barrera de las clases sociales.
Una novela èpica, romántica en su crudeza, donde se puede sentir los aromas de la pampa gaucha de Rio Grande do Soul, las flores de  primavera, el viento recurrente del invierno, el minuano, el olor a tierra húmeda mezclados con el susurro de tantas mujeres en sus plegarias, las agujas incansables que bordaban interminables ilusiones de ver entrar por la puerta principal a todos sus hombres, re regreso, sanos y salvos.


Patricia Figura, noviembre de 2012.

jueves, 22 de noviembre de 2012

ES PORQUE ME QUIERE...


ES PORQUE ME QUIERE…
_Yo así no salgo_ la miraba como quien mira a un subalterno_ o te cambias y te vestís decentemente o no voy_ dedo acusador que ella tanto conocía se agitaba de arriba abajo.
_Pero qué tengo? Qué querès que me ponga?_ la sonrisa que siempre era su mayor característica, se había borrado una vez más de su rostro adolescente.
_No se, una pollera más larga, más floja… un pantalón “NORMAL”….algo con lo que se pueda salir a la calle y no tenga que ser el imbécil que va abrazado a una trola_ estaba clavado en el piso, con las piernas abiertas y echando fuego por los ojos… los mismos ojos que la noche anterior al despedirse se habían transformado en miel, que se suavizaban cuando le juraba un amor sin medidas, una entrega absoluta, asegurándole una y otra vez “nadie te va a amar como yo “ “ te quiero bien, como mi mujer no soy como los otros que buscan a las minitas para usarlas” “vamos a casarnos y  a tener un montón de hijos y yo los voy a cuidar y te voy a proteger… te amo tanto”.
_Estoy cansado de discutir por lo mismo, vengo bien, contento, te traigo un chocolate, las entradas al cine, te llevo a todos lados, lo único que te pido es que no me hagas pasar vergüenza con la ropa y parece que lo haces a propósito!!!.... qué harto que me tenès, cómo me hacès poner! Me hacès poner loco!_ golpeó con furia  los chocolates contra la puerta de entrada, el ruido sordo provocó un nudo en la garganta de ella.
_Pero es que no te entiendo_ la voz se le estrangulaba y sabía que su llanto lo iba a enfurecer más aún_ me visto como todas las chicas de mi edad, nadie usa polleras largas y amplias…. Es una pollera de jean  normal, una camisita…_
_Si,  camisita, se te nota todo… no dejas nada para la imaginación… y la pollera ¿no te puede llegar a la rodilla? ¿un largo de gente decente y no como si fueras a pararte en cualquier esquina?_ comenzó a caminar como un león enjaulado, ella ya sabía que el día estaba malogrado… o casi, le iba a costar mucho que el volviera a ser ese novio tierno, encantador que la colmaba de besos y mimos… el único que se aparecía de sorpresa a la salida del colegio, a la salida de natación, que la llamaba al celular veinte veces al día…la extrañaba, la necesitaba… ella era “de él” “su mujer” “la mamá de sus hijos”…ahora todo era pelea y lo peor es que  se desataba en dos segundos, nunca podía preverlo, era como una ola que se formaba de repente y arrasaba con todo.
_ La primera vez que salimos, por si no te acordàs, yo estaba vestida así….hoy cumplimos un año…y…. bueno.._ intentó acercarse, abrazarlo, él estaba duro como una estatua… esperando que ella le pidiera perdón por el mal momento que le hacía pasar.
_No te conocía, recién empezábamos…no te quería como ahora….soy un hombre, no te voy a compartir con todo el mundo…_ se dio vuelta  y le dio una patada al chocolate que había caído luego de ser azotado_ Mira vos que aniversario me hacès pasar, media hora peleando porque te encaprichas en vestirte como todas tus amiguitas… que así les va también…_ se agarró la cabeza y se apoyó contra la pared del living_ yo me voy… ya está… estoy cansado de pelear siempre por lo mismo y lo único que sabes hacer es llorar… andà con tu amiguita, que te aconseja… “que te abre los ojos”… dale que yo soy el monstruo que lo único que quiere es casarse con vos, cuidarte, formar una familia… que  te respeten… pero…dejà… andà nomàs con uno que te haga vestir de prosti y te use para después mandarte al diablo._ cuando teatralmente y como de costumbre giró para irse, ella una vez más había hecho el errado proceso interno.
“Qué más quiero?, me cuida, me cela, me ama, y siempre lo arruino todo por la ropa, por lo que dicen mis amigas, porque quiero salir con ellas… lo voy a cansar, me voy a quedar sola…discutir por cinco cm de tela es ridículo…no puedo comparar una minifalda con la familia que `el quiere formar conmigo, una salida al boliche con amigas con la vida de amor incondicional que él me ofrece… él me ama de verdad, no quiere acostarse conmigo y nada más, su ternura no la tiene nadie….”
_Perdoname_ susurró ella despacio, tomándolo fuerte por detrás para impedirle salir, mojándole su camisa con las lágrimas _perdoname por favor. No peleemos más, está bien, no me di cuenta, tenès razón, estoy cansada de que todo se transforme en pelea_
_Es que sos vos, yo no tengo nada que ver, vine tranquilo y contento y mira como estoy, todo transpirado, nervioso…. Me vas a volver loco con tus caprichos, crece, crece de una vez, madura y transformate en una mujer de una vez por todas o dejame y dedicate a pavear con tus amiguitas.
Ella en silencio, volvió a la habitación de la que saliera tan feliz media hora antes, abrió su placard, miró con desgano, tristeza, buscó una remera amplia, impersonal, un pantalón de jean que no era elastizado, uno que casi no usaba y sintiéndose una bolsa de papas estudió su imagen en el espejo, “es porque me quiere” pensó una y otra vez, se lavó la cara en su bañito privado y salió.
_Aaaaaaaaaaah! Ahora sì, ahora sì….esa es mi amor, mi ternura, mi nena hermosa_ la abrazó fuerte y le dio un largo beso…le dio el chocolate_ todo chamuscado, pero…_ se sonrió como disculpándose_ cerrà los ojos y abrí las manos_ cuando ella lo hizo, depositó una cajita entre sus dedos, ella la abrió y estaba la cadenita con el colgante esmaltado que había admirado un par de días atrás en la joyería.
Ella se sonrió, “esta en todo” “ se dio cuenta de cuanto me gustaba” “ en qué momento lo habrá comprado?”.
La madre entró de la calle y los vio abrazados.
Saludó e hizo un comentario acerca de la hija que nuevamente se había cambiado, algo así como que no se decidía nunca.
_Es que hoy es un día especial…cumplimos un año juntos_ dijo él con una sonrisa, mientras le besaba la frente a su novia.
_ Si, ya se, es lo primero que me contó! Bueno, que se diviertan, me voy a hacer de cenar.
Salieron de la mano, sonrientes ambos, pero solo la sonrisa de èl llegaba a los ojos.

Patricia Figura, noviembre de 2012.

sábado, 10 de noviembre de 2012

NOCHE DE TORMENTA...


NOCHE DE TORMENTA
Los vidrios temblaban.
El viento ululante parecía hablar…contestarle…le sugería frases.
Se acercó a la ventana que daba al jardincito.
Podía ver la calle siempre tan bulliciosa, ahora desierta y mojada…. Algún que otro auto pasaba de tanto en tanto, casi sin detenerse en la esquina.
Las luces perdían nitidez.
Parecían brumosas. “que no se corte la luz” pensó.
Quería hacer algo pero no sabía qué.
Tanto rogar mentalmente por un poco de tranquilidad, soledad, con tiempo ocioso y ahora no sabía como emplearlo.
Un relámpago de esos de película precedió al trueno que hizo temblar las paredes.
Estaba aburrida.
Los chicos habían ido a pasar la noche de vacaciones en lo de sus abuelos.
Todavía les costaba superar la ausencia del padre.
Casi un año atrás, a pocas cuadras del hogar, un coche manejado por un menor, puso punto final a su vida.
Y casi también a la de ellos.
A partir de ese  momento todo fue caos.
Medio zombi y absolutamente golpeada, se dio cuenta de que debía encargarse de todo.
¿ Qué era todo?.
Fue descubriendo que dentro de ella había mil mujeres desconocidas.
Tuvo que ser ejecutiva en sus decisiones, había millones que tomar.
Los abogados intentaban solucionarle la mayor parte de los problemas, pero había cosas que solamente ella podía definir, los chicos estaban desorientados, temblorosos, inseguros, la despertaban durante la noche, querían saber que todavía estaba ahí.
Le abrían la puerta de su habitación varias veces durante la noche.
Se fijaban si respiraba.
Más de una vez se hizo la dormida, les pedía que duerman ellos también, que descansen…cuando el sueño la vencía de verdad, eran horas de desmayo, soñaba mucho, amanecía con lágrimas secas sobre su rostro todavía joven .
Más de una madrugada se sobresaltaba al estirar su mano sobre la mitad donde durmiera su marido y encontrar un cuerpo tibio, al instante se daba cuenta que uno o dos de sus hijos, al despertarse en mitad de la noche se había introducido en su lecho.
El sonido del teléfono la trajo otra vez a la realidad.
_¿hola?...¿hola?_ la línea zumbaba, parecía que alguien hablaba del otro lado pero no entendía, le pareció escuchar que preguntaban por ella _Si, soy yo…¿Quién habla?_
Apenas pudo escuchar su voz… no le hizo falta que dijera su nombre, pero él se lo dijo.
¿Cuánto hacía que no hablaban?...solo lo vio en el funeral, un rato, cuando la abrazó muy fuerte y le dio su teléfono, “a cualquier hora” le había dicho al despedirse.
_Ahora?...si, si, por supuesto que podes pasar…. Te abro desde adentro así subís el coche al garaje.
Un nudo se instaló en su estómago.
No pensaba ni remotamente en que recibiría una llamada suya, menos para avisarle que estaba a un par de cuadras y que quería visitarla en semejante noche donde no se distinguía nada a menos de un metro.
Compañeros del instituto terciario de idiomas, su amigo, compañero de estudios y de confidencias.
Los cuatro años del profesorado los encontró unidos de manera cotidiana e incondicional, parciales, exámenes, trabajos prácticos, finales, todo lo preparaban juntos, después cada uno volvía a su vida, a sus parejas, sus salidas con los grupos de amigos que no tenían nada en común los de uno con los de otro.
Poco antes de que ella se casara, y sintiendo él que estaba ante un callejón sin salida, le planteo sus sentimientos hacia ella.
La turbó muchísimo, nunca lo vio fraternalmente, pero sí como a un buen amigo, de esos con las que todas las chicas fantasean, pero no dudaba que su futuro estaba con su novio, varios años de novios, planeando la familia que tendrían.
Terminaron los estudios, pero si bien ella intentó que la amistad continuara, él le fue claro….”Ya no puedo ser tu amigo, no se si te quiero de otra forma, pero no me puedo mantener al margen…tengo ganas de besarte, de tirar los apuntes estos en los que estamos siempre metidos y agarrarte a vos, apretarte, morderte… hacer el amor…”
Ante tal vehemencia ella no fue indiferente, si bien aceptó la distancia, algo en su interior le hacía cosquillas, de solo imaginarlo la fantasía se disparaba sola.
No fue a la boda.
En los diez años que duró su matrimonio, lo cruzó en un par de colegios solo dos veces, nunca supo como se enteró de su viudez, cuando lo vio en el velorio se aferró muy fuerte buscando a su antiguo amigo,
Ahora, casi un año después, él estaba por llegar.
Un trueno ensordecedor ahogó la bocina , pero ella vio las luces de los faros.
Le abrió por el portero, él colocó su coche en la subida al garaje y entró rápido y medio mojado.
Se abrazaron fuerte, le susurró al oído “te extrañé”.
No estaba de casualidad en el barrio, había ido varias veces antes y la vio siempre prendida a sus hijos y con mirada triste, caminando hacia la plaza, compartiendo un helado con ellos, subiéndolos rápido al auto cargados de bolsos, pelotas y muñecas.
Pero ese día la urgencia, la incertidumbre, la espera se había hecho insoportable, no dudó y la llamó… y ahí estaba, para lo que ella necesitara o sintiera.
_Necesito tiempo, así como vos te tomaste el tuyo  para acercarte, yo … bueno, no puedo decirte nada ahora… me encanta que hayas venido en esta noche infernal, te juro que me encanta… me parece mentira, un sueño… ¿ qué siento?...un nudo en el estómago, sensación que creía perdida para siempre._ estaban sentados en el cómodo sillón donde los chicos jugaban normalmente, tomados de la mano, ella se acercó y él la besó…era la primera vez que lo hacían…le pareció que volcaba todo un año de tristeza, inseguridades, angustia, deseo frustrado, soledad… junto con años de secreta fantasía.
Estuvieron toda la madrugada uno en brazos del otro, se besaron durante horas, se acariciaron, escucharon música, recordaron anécdotas, las luces bajas de las tímidas lámparas que los custodiaban desde sendas mesitas vestidas, los invitaba a las confidencias, a bailar esos lentos a los que nadie puede ser indiferentes, tomaron algo fuerte, también café con tostadas y dulces cerca del amanecer.
El cielo se fue abriendo con un sol que prometía sofocar toda la ciudad después de semejante tormenta veraniega.
Ninguno de los dos tenía sueño.
Ninguno de los dos quería separarse.
El barrio se iba despertando, se rieron juntos de los comentarios que despertaría un auto en el garaje de ella.
La invitó a ir al cine cuando ella pudiera organizarse con los chicos.
Entre los dos sumaban seis…él se había divorciado hacía unos cuantos meses.
Todo estaba en “veremos” pero había sido una buena noche.
Y no pintaba así cuando se desató la tormenta.

Patricia Figura, noviembre de 2012.