LA CASA DE LAS SIETE MUJERES.
Es un libro basado en la guerra Farroupilha, del sur de Brasil, donde se intentó derrocar el imperialismo existente, abolir la esclavitud y controlar el precio del "charquis" que estaba monopolizado por el gobierno.
Esta guerra durò diez largos años, la terminaron perdiendo quienes la iniciaron, en ella luchò Bento Gonçalvez Da silva y Giusseppe Garibaldi.... ambos guerreros inclaudicables a sus sueños.
Fuera del campo de batalla, las mujeres libraban las suyas, las diarias, el dolor de no saber vivos o muertos a sus maridos, hijos, sobrinos y prometidos.
las cartas, difíciles de recibir eran angustiantes, desactualizadas, la creencia de que su deber era "esperar" muchas veces llevó a las más débiles a la desesperación y a la locura.
Los hijos iban creciendo y uniéndose en la larga y sangrienta lucha, las mozas perdían a sus amores, sobrevivièndolos durante años en amargas solterías.
En esa casa, que era la estancia de una de las hermanas de Bento, tías madres, sobrinas e hijas, rezaban incansablemente, mantenían rígidas rutinas para intentar acortar el tiempo interminable, obligàndose a realizar pequeñas tareas para no deambular sin rumbo a la desesperación.
El amor llegó para quedarse con las pocas afortunadas, casamientos antes impensados, salteando la inquebrantable barrera de las clases sociales.
Una novela èpica, romántica en su crudeza, donde se puede sentir los aromas de la pampa gaucha de Rio Grande do Soul, las flores de primavera, el viento recurrente del invierno, el minuano, el olor a tierra húmeda mezclados con el susurro de tantas mujeres en sus plegarias, las agujas incansables que bordaban interminables ilusiones de ver entrar por la puerta principal a todos sus hombres, re regreso, sanos y salvos.
Patricia Figura, noviembre de 2012.
lunes, 26 de noviembre de 2012
jueves, 22 de noviembre de 2012
ES PORQUE ME QUIERE...
ES PORQUE ME QUIERE…
_Yo así no salgo_ la miraba como quien mira a un
subalterno_ o te cambias y te vestís decentemente o no voy_ dedo acusador que
ella tanto conocía se agitaba de arriba abajo.
_Pero qué tengo? Qué querès que me ponga?_ la sonrisa
que siempre era su mayor característica, se había borrado una vez más de su
rostro adolescente.
_No se, una pollera más larga, más floja… un pantalón
“NORMAL”….algo con lo que se pueda salir a la calle y no tenga que ser el imbécil
que va abrazado a una trola_ estaba clavado en el piso, con las piernas
abiertas y echando fuego por los ojos… los mismos ojos que la noche anterior al
despedirse se habían transformado en miel, que se suavizaban cuando le juraba
un amor sin medidas, una entrega absoluta, asegurándole una y otra vez “nadie
te va a amar como yo “ “ te quiero bien, como mi mujer no soy como los otros
que buscan a las minitas para usarlas” “vamos a casarnos y a tener un montón de hijos y yo los voy a
cuidar y te voy a proteger… te amo tanto”.
_Estoy cansado de discutir por lo mismo, vengo bien,
contento, te traigo un chocolate, las entradas al cine, te llevo a todos lados,
lo único que te pido es que no me hagas pasar vergüenza con la ropa y parece
que lo haces a propósito!!!.... qué harto que me tenès, cómo me hacès poner! Me
hacès poner loco!_ golpeó con furia los
chocolates contra la puerta de entrada, el ruido sordo provocó un nudo en la
garganta de ella.
_Pero
es que no te entiendo_
la voz se le estrangulaba y sabía que su llanto lo iba a enfurecer más aún_ me visto como todas las chicas de mi edad,
nadie usa polleras largas y amplias…. Es una pollera de jean normal, una camisita…_
_Si,
camisita, se te nota todo… no dejas nada para la imaginación… y la
pollera ¿no te puede llegar a la rodilla? ¿un largo de gente decente y no como
si fueras a pararte en cualquier esquina?_ comenzó a caminar como un león enjaulado,
ella ya sabía que el día estaba malogrado… o casi, le iba a costar mucho que el
volviera a ser ese novio tierno, encantador que la colmaba de besos y mimos… el
único que se aparecía de sorpresa a la salida del colegio, a la salida de natación,
que la llamaba al celular veinte veces al día…la extrañaba, la necesitaba… ella
era “de él” “su mujer” “la mamá de sus hijos”…ahora todo era pelea y lo peor es que se desataba en dos segundos, nunca podía preverlo,
era como una ola que se formaba de repente y arrasaba con todo.
_
La primera vez
que salimos, por si no te acordàs, yo estaba vestida así….hoy cumplimos un año…y….
bueno.._ intentó acercarse, abrazarlo, él estaba duro como una estatua… esperando que ella le pidiera perdón por
el mal momento que le hacía pasar.
_No te conocía, recién empezábamos…no te quería como
ahora….soy un hombre, no te voy a compartir con todo el mundo…_ se dio
vuelta y le dio una patada al chocolate
que había caído luego de ser azotado_ Mira vos que aniversario me hacès pasar, media hora peleando porque
te encaprichas en vestirte como todas tus amiguitas… que así les va también…_
se agarró la cabeza y se apoyó contra la pared del living_ yo me voy… ya está…
estoy cansado de pelear siempre por lo mismo y lo único que sabes hacer es
llorar… andà con tu amiguita, que te aconseja… “que te abre los ojos”… dale que
yo soy el monstruo que lo único que quiere es casarse con vos, cuidarte, formar
una familia… que te respeten… pero…dejà…
andà nomàs con uno que te haga vestir de prosti y te use para después mandarte
al diablo._ cuando teatralmente y como de costumbre giró para irse, ella una vez más había hecho el errado
proceso interno.
“Qué más quiero?, me cuida, me cela, me ama, y
siempre lo arruino todo por la ropa, por lo que dicen mis amigas, porque quiero
salir con ellas… lo voy a cansar, me voy a quedar sola…discutir por cinco cm de
tela es ridículo…no puedo comparar una minifalda con la familia que `el quiere
formar conmigo, una salida al boliche con amigas con la vida de amor
incondicional que él me ofrece… él me ama de verdad, no quiere acostarse
conmigo y nada más, su ternura no la tiene nadie….”
_Perdoname_ susurró ella despacio, tomándolo fuerte
por detrás para impedirle salir, mojándole su camisa con las lágrimas _perdoname
por favor. No peleemos más, está bien, no me di cuenta, tenès razón, estoy
cansada de que todo se transforme en pelea_
_Es que sos vos, yo no tengo nada que ver, vine
tranquilo y contento y mira como estoy, todo transpirado, nervioso…. Me vas a
volver loco con tus caprichos, crece, crece de una vez, madura y transformate
en una mujer de una vez por todas o dejame y dedicate a pavear con tus
amiguitas.
Ella en silencio, volvió a la habitación de la que
saliera tan feliz media hora antes, abrió su placard, miró con desgano,
tristeza, buscó una remera amplia, impersonal, un pantalón de jean que no era
elastizado, uno que casi no usaba y sintiéndose una bolsa de papas estudió su imagen
en el espejo, “es porque me quiere” pensó
una y otra vez, se lavó la cara en su bañito privado y salió.
_Aaaaaaaaaaah! Ahora sì, ahora sì….esa es mi amor,
mi ternura, mi nena hermosa_ la abrazó fuerte y le dio un largo beso…le dio el
chocolate_ todo chamuscado, pero…_ se sonrió como disculpándose_ cerrà los ojos
y abrí las manos_ cuando ella lo hizo, depositó una cajita entre sus dedos,
ella la abrió y estaba la cadenita con el colgante esmaltado que había admirado
un par de días atrás en la joyería.
Ella se sonrió, “esta en todo” “ se dio cuenta de
cuanto me gustaba” “ en qué momento lo habrá comprado?”.
La madre entró de la calle y los vio abrazados.
Saludó e hizo un comentario acerca de la hija que nuevamente
se había cambiado, algo así como que no se decidía nunca.
_Es que hoy es un día especial…cumplimos un año
juntos_ dijo él con una sonrisa, mientras le besaba la frente a su novia.
_ Si, ya se, es lo primero que me contó! Bueno, que
se diviertan, me voy a hacer de cenar.
Salieron de la mano, sonrientes ambos, pero solo la
sonrisa de èl llegaba a los ojos.
Patricia Figura, noviembre de 2012.
sábado, 10 de noviembre de 2012
NOCHE DE TORMENTA...
NOCHE DE
TORMENTA
Los vidrios temblaban.
El viento ululante parecía hablar…contestarle…le sugería
frases.
Se acercó a la ventana que daba al jardincito.
Podía ver la calle siempre tan bulliciosa, ahora
desierta y mojada…. Algún que otro auto pasaba de tanto en tanto, casi sin
detenerse en la esquina.
Las luces perdían nitidez.
Parecían brumosas. “que no se corte la luz” pensó.
Quería hacer algo pero no sabía qué.
Tanto rogar mentalmente por un poco de tranquilidad,
soledad, con tiempo ocioso y ahora no sabía como emplearlo.
Un
relámpago de esos de película precedió al trueno que hizo temblar las paredes.
Estaba
aburrida.
Los chicos habían ido a pasar la noche de vacaciones
en lo de sus abuelos.
Todavía les costaba superar la ausencia del padre.
Casi un año atrás, a pocas cuadras del hogar, un
coche manejado por un menor, puso punto final a su vida.
Y casi también a la de ellos.
A partir de ese momento todo fue caos.
Medio zombi y absolutamente golpeada, se dio cuenta
de que debía encargarse de todo.
¿ Qué era todo?.
Fue
descubriendo que dentro de ella había mil mujeres desconocidas.
Tuvo que ser ejecutiva en sus decisiones, había millones
que tomar.
Los abogados intentaban solucionarle la mayor parte
de los problemas, pero había cosas que solamente ella podía definir, los chicos
estaban desorientados, temblorosos, inseguros, la despertaban durante la noche,
querían saber que todavía estaba ahí.
Le
abrían la puerta de su habitación varias veces durante la noche.
Se
fijaban si respiraba.
Más de una vez se hizo la dormida, les pedía que
duerman ellos también, que descansen…cuando el sueño la vencía de verdad, eran
horas de desmayo, soñaba mucho, amanecía con lágrimas secas sobre su rostro todavía
joven .
Más de una madrugada se sobresaltaba al estirar su
mano sobre la mitad donde durmiera su marido y encontrar un cuerpo tibio, al
instante se daba cuenta que uno o dos de sus hijos, al despertarse en mitad de
la noche se había introducido en su lecho.
El
sonido del teléfono la trajo otra vez a la realidad.
_¿hola?...¿hola?_ la línea zumbaba, parecía que
alguien hablaba del otro lado pero no entendía, le pareció escuchar que
preguntaban por ella _Si, soy yo…¿Quién habla?_
Apenas pudo escuchar su voz… no le hizo falta que
dijera su nombre, pero él se lo dijo.
¿Cuánto hacía que no hablaban?...solo lo vio en el
funeral, un rato, cuando la abrazó muy fuerte y le dio su teléfono, “a cualquier hora” le había dicho al
despedirse.
_Ahora?...si, si, por supuesto que podes pasar…. Te abro
desde adentro así subís el coche al garaje.
Un
nudo se instaló en su estómago.
No pensaba ni remotamente en que recibiría una
llamada suya, menos para avisarle que estaba a un par de cuadras y que quería
visitarla en semejante noche donde no se distinguía nada a menos de un metro.
Compañeros del instituto terciario de idiomas, su
amigo, compañero de estudios y de confidencias.
Los cuatro años del profesorado los encontró unidos
de manera cotidiana e incondicional, parciales, exámenes, trabajos prácticos,
finales, todo lo preparaban juntos, después cada uno volvía a su vida, a sus
parejas, sus salidas con los grupos de amigos que no tenían nada en común los
de uno con los de otro.
Poco antes de que ella se casara, y sintiendo él que
estaba ante un callejón sin salida, le planteo sus sentimientos hacia ella.
La
turbó muchísimo, nunca lo vio fraternalmente, pero sí como a un buen amigo, de
esos con las que todas las chicas fantasean, pero no dudaba que su futuro
estaba con su novio, varios años de novios, planeando la familia que tendrían.
Terminaron los estudios, pero si bien ella intentó
que la amistad continuara, él le fue claro….”Ya no puedo ser tu amigo, no se si
te quiero de otra forma, pero no me puedo mantener al margen…tengo ganas de
besarte, de tirar los apuntes estos en los que estamos siempre metidos y
agarrarte a vos, apretarte, morderte… hacer el amor…”
Ante tal vehemencia ella no fue indiferente, si bien
aceptó la distancia, algo en su interior le hacía cosquillas, de solo
imaginarlo la fantasía se disparaba sola.
No fue a la boda.
En los diez años que duró su matrimonio, lo cruzó en
un par de colegios solo dos veces, nunca supo como se enteró de su viudez,
cuando lo vio en el velorio se aferró muy fuerte buscando a su antiguo amigo,
Ahora,
casi un año después, él estaba por llegar.
Un trueno ensordecedor ahogó la bocina , pero ella
vio las luces de los faros.
Le abrió por el portero, él colocó su coche en la
subida al garaje y entró rápido y medio mojado.
Se
abrazaron fuerte, le susurró al oído “te extrañé”.
No estaba de casualidad en el barrio, había ido
varias veces antes y la vio siempre prendida a sus hijos y con mirada triste,
caminando hacia la plaza, compartiendo un helado con ellos, subiéndolos rápido al
auto cargados de bolsos, pelotas y muñecas.
Pero ese día la urgencia, la incertidumbre, la
espera se había hecho insoportable, no dudó y la llamó… y ahí estaba, para lo
que ella necesitara o sintiera.
_Necesito tiempo, así como vos te tomaste el tuyo para acercarte, yo … bueno, no puedo decirte
nada ahora… me encanta que hayas venido en esta noche infernal, te juro que me
encanta… me parece mentira, un sueño… ¿ qué siento?...un nudo en el estómago, sensación
que creía perdida para siempre._ estaban sentados en el cómodo sillón donde los
chicos jugaban normalmente, tomados de la mano, ella se acercó y él la besó…era
la primera vez que lo hacían…le pareció que volcaba todo un año de tristeza,
inseguridades, angustia, deseo frustrado, soledad… junto con años de secreta fantasía.
Estuvieron toda la madrugada uno en brazos del otro,
se besaron durante horas, se acariciaron, escucharon música, recordaron anécdotas,
las luces bajas de las tímidas lámparas que los custodiaban desde sendas
mesitas vestidas, los invitaba a las confidencias, a bailar esos lentos a los
que nadie puede ser indiferentes, tomaron algo fuerte, también café con
tostadas y dulces cerca del amanecer.
El cielo se fue abriendo con un sol que prometía
sofocar toda la ciudad después de semejante tormenta veraniega.
Ninguno de los dos tenía sueño.
Ninguno de los dos quería separarse.
El barrio se iba despertando, se rieron juntos de
los comentarios que despertaría un auto en el garaje de ella.
La invitó a ir al cine cuando ella pudiera
organizarse con los chicos.
Entre los dos sumaban seis…él se había divorciado hacía
unos cuantos meses.
Todo estaba en “veremos” pero había sido una buena
noche.
Y no pintaba así cuando se desató la tormenta.
Patricia Figura, noviembre de 2012.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)