domingo, 22 de diciembre de 2013

AVESTRUZ

AVESTRUZ

_Me parece que la que no ve la realidad sos vos, no yo_ le dijo a su amiga mientras tomaban sol dentro de la pequeña pero fresca pileta compartida.
_No entiendo…o me vas a decir que ese matrimonio es real?_ no se miraban, ambas recostadas en las colchonetas, con lentes oscuros se dejaban mecer de cara al sol.
_No es real en el sentido en que podemos entenderlo vos o yo, pero para lo que ellos entienden y aceptan, es un matrimonio….tal vez no una pareja, pero lo que “emprendieron” hace treinta años sigue en pie, es una sociedad que fue modificando sus reglamentos…su estatuto_
_Justamente, lo que diferencia a cualquier empresa de una familia es la condición afectiva, el amor, la lealtad….lo que tienen ellos es durar, no elegirse mutuamente a través del tiempo_
_Si, se eligen, no por los motivos que fueron los originales, no por pasión, enamoramiento o lo que fueran, pero no están obligados a estar juntos si no quieren….lo hacen porque de alguna manera, la situación les cierra o les conviene._ giró sobre sí misma y se zambulló para refrescarse dejando las gafas sobre la cama plástica, echó su largo cabello hacia atrás y se ajustó el broche para retomar su asada tarea, el calor era sofocante.
La conversación tuvo su origen en los comentarios de la fiesta que habían compartido la víspera.
Una pareja común a ambas festejaron sus bodas de “Perla”, con el consiguiente regalo del esposo haciendo honor a los años cumplidos, foto familiar perfecta, o casi, uno de los hijos no juzgó necesario hacer  trece mil km para el festejo, su saludo fue muy “on line”.
Era vox populi que entre ellos hacía rato que la chispa se había apagado, eran una imagen de portarretrato, cuyo pie eran las alternativas amantes de él y la dedicación absoluta, total y casi obsesiva de ella por su trabajo dentro y fuera del hogar.
Pero  jamás se dio por aludida en las conversaciones con amigas acerca de las diferentes mujeres que ayudaban a sostener su matrimonio, nunca se mostró preocupada, decaída, furiosa o depresiva.
Ellas, en privado se preguntaron más de una vez si esta manera de vivir un tanto “avestruz” no tendría sus beneficios, sus tranquilidades, pero siendo como eran, tan absolutistas y determinantes, no hubieran podido esconder la cabeza ante lo evidente.
En la fiesta, ambos bailaron y brindaron, se rieron ante el video sorpresa que le prepararon los chicos con fotos del noviazgo, luna de miel, nacimientos, viajes y escenas cotidianas, no había sombras en los ojos de ninguno de los dos, es más, a la vista era pura satisfacción de ambas partes y esto era lo que extrañaba sobremanera a algunos en el grupo.
_Tal vez entre ellos está todo recontra archi hablado, evidentemente se hacen buena compañía, les gusta salir, nunca nos hicieron pasar un mal momento con indirectas o discusiones como otros, tienen mucha vida por separado también….y capaz que hasta de vez en cuando hacen el amor, qué sabès?????, me parece que vos te hacès un mundo por nada y ellos la pasan bárbaro_ se encogió de hombros y ambas quedaron en silencio un rato, una, la que justificaba la relación era soltera empedernida, la otra, divorciada y vuelta a casar, incapaz de sostener lo insostenible, siempre luchando por desprender vendas propias y ajenas….
_Bueno, en definitiva, a los que les tiene que cerrar la situación es a ellos y a su familia, los de afuera somos de palo…. Yo lo único que planteo es que para mí eso no es un matrimonio real, que festejes porque tenès ganas de hacer una joda y reunirte a tomar y comer, fantástico…. ¿pero los treinta años de casados?????....mmmm, no, me parece muy hipócrita.
_Es que HACE TREINTA AÑOS QUE ESTÀN CASADOSSSSSSSSS…. A ver si lo entendès y para ELLOS fue una elección válida más allá de la manera en que transcurrieron o no._ los lentes oscuros impidieron que la otra vea el revoleo de los ojos.
Después de comentar sobre el champagne y la ropa, la música y el lugar, optaron por sacar las colchonetas y nadar un rato, la música inundaba el patio dando un toque alegre al atardecer de un día más que caluroso.
El marido de la dueña de casa se levantó de una siesta refrescante, puso tres vasos helados con una cervecita y armó una picada en la galería, había comenzado a soplar un viento suave pero bienvenido, lo recibieron agradecidas y su mujer le dio un sonoro beso “sos lo más” le dijo a lo que él respondió “ya lo sé”.
Las sombras se fueron agigantando, la charla se hizo amena y relajada, cada uno en su equilibrio personal, único e irrepetible, con sus desniveles, planteos y replanteos, sus miserias algunas a raya otras no tanto, sus problemas, sus mochilas a cuesta pero regalándose un recreo compartido, con risas, anécdotas, un chapuzón, cambio de música y el proyecto de un asadito para el fin de semana siguiente y la promesa de un “amigo re copado” para presentarle a la eterna soltera que seguramente ya comenzaría a inventarle un millón de defectos para que nada ni nadie altere su paz personal.



PATRICIA FIGURA, diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

CADA UNO CON SU VELO.

CADA UNO CON SU VELO

Muchas veces, no sabemos a quién le debemos nuestra ¿felicidad? cotidiana, o al menos el intento de vivir lo más alegres posible y transmitirle eso a la familia que se eligió formar.
Hay velos que nuestro inconsciente no deja caer, pero hay otros productos de decisiones ajenas que tal vez se nos oculten por nuestro propio bien….de hecho hay situaciones que jamás sabremos a quién agradecer realmente y en esa ignorancia tal vez podamos ser injustos con quienes fueron los que sacrificaron algo para que nosotros tengamos lo que nos dibuja una sonrisa de satisfacción.
Una pareja festejando sus bodas de plata, rodeado de todos sus hijos, con sus sonrisas gigantes, compartiendo con familia y amigos, bailando, brindando… la mirada limpia de ella cada vez que se posa en él, bendiciendo cada uno de los días compartidos, sabiéndose segura en el amor, en la salud y en el futuro que él supo crear para sus hijos en esta carnicería financiera actual.
¿Cómo saber que esa alegría está basada en un secreto celosamente guardado por su familia durante más de veinte años?.
¿Cómo sospechar que ese titán que constituye toda su fortaleza fue capaz de la más vil de las acciones y al verse descubierto pidió protección a cambio de hacer feliz a su familia el resto de su vida?.
¿Cómo en los momentos en que se sintió seguro y fuerte para enfrentarse a quienes lo cubrieron por amor a la hija, tener herramientas para hacerle frente cuando ellos mismos avalaron que ella lo adore?.
Velos…
Una madre y un padre, pálidos, con un nudo en el estómago ante ese escritorio donde el pediatra con toda la delicadeza de la que fue capaz les da un diagnóstico de pesadilla…. sí o sí un trasplante.
La incredulidad ante la cantidad de otros hijos en la misma situación, el ruego, pero ¿qué pedir? ¿Qué alguien pierda un hijo para que el propio viva?...no entra en la cabeza de nadie, pedir fuerzas a Dios, que ilumine a quienes portan la ciencia, a quienes pueden hacer entender a un padre del dolor que ante lo inevitable, permita que parte de sus hijos que ya no van a servir de nada, puede permitir que otra criatura crezca sana, fuerte, feliz y así de alguna manera mantener vivo al propio ser querido.
El milagro de una decisión a tiempo, de grandeza de alma y espíritu, gente de bien, desprovista de egoísmo y miseria humana, logra que niños que tenían los días contados, con los años logren cumplir todas las etapas que alguna vez parecían imposible….agradecer y bendecir el nombre de quién no conocen, pero a quienes le deben la vida.
Velos…
Un esposo estructurado, parco, bueno, trabajador, materialista, con la seguridad de que sus decisiones son ley…. que realmente cree a ciencia cierta que su absolutismo es el que hace que su familia “marche” como debe ser, bajo su ala y protección…¿sabrá alguna vez que la sigue teniendo gracias a los desahogos, recreos, refugios que su mujer logró hallar en las redes sociales? ¿en mensajes catárticos con conocidos del chat que jamás pasarían a ningún terreno de infidelidad pero que él sería incapaz de entender y mucho menos compartir?.
Velos….
Una nena, celosa en su pérdida, en el destrozo familiar, que refugia su dolor en sus abuelos, creyéndose la reina de su universo…ignorando que tiene otros hermanos, que también merecen el cariño familiar, un lugar en la mesa del domingo, pero que se los ocultan celosamente para no agregar otra mochila, para esperar que sea más grande, que vea las cosas desde otro punto de vista y no de la pérdida…¿podrà agradecer y entender los motivos alguna vez?.
Velos….
Podría seguir así hasta el infinito…. Cada uno tiene los propios o es dueño de los ajenos, solo resta confiar en intentar hacer lo mejor, y si nos equivocamos que sea a favor de la persona que decimos amar.


Patricia Figura, diciembre de 2013

lunes, 25 de noviembre de 2013

LO QUE DURA UN SUSPIRO...

Lo que dura un suspiro….
Evidentemente los medios de comunicación eran un gran adelanto técnico para el mundo.
Nadie duda de eso y todos los beneficios que se desprenden de semejante abanico de posibilidades de conectarse.
Pero, de alguna manera, esta vez para ella no fue un arma a favor.
Tal vez al principio, si….pero la ilusión hubiera podido durar un tiempo más, el aleteo en el vientre, el soñar, los planes y las fantasìas diurnas….la sonrisa  casi adolescente ante un mensaje inesperado o un recuerdo.
Diez días atrás, chateando por face con una amiga, le comentaba el final de una historia trunca a través del tiempo y surgió  el comentario de un conocido que  “quería conocer a alguien coherente, que pudiera conversar y hacer planes”.
Medio en broma y medio en serio, se intercambiaron los celulares y los perfiles de face.
Cerca del fin de semana quedaron en encontrarse a charlar y compartir unos mates en uno de los parques de la ciudad.
Se encontraron y la timidez quedó a un lado…mejor dicho nunca tuvo lugar, conversaron, rieron, opinaron de todo lo habido y por haber, pero sobre todo, algo que hacía tiempo no les pasaba a ninguno de los dos con el sexo opuesto : se divirtieron.
Una hora y media de recreo y entusiasmo.
Ambos se separaron con una sonrisa en los labios y la promesa de un nuevo encuentro.
Los mensajes no eran muchos, pero siempre con buena onda y los planes para un nuevo encuentro.
Hasta que… ( pareciera que siempre hay un “pero” o un “hasta que” en las historias de amor ¿sin amor?), una madrugada, una de las mejores amigas de ella, impaciente le manda un msj diciendo “te llamo, es urgente”.
Asustada, medio dormida  y sin saber qué hora era en realidad, atendió el teléfono y de ahí en más, dudó de estar realmente despierta o en una pesadilla…otra más en la cuesta arriba de su realidad amorosa.
_La persona de la que me hablaste, el chico este que estás conociendo,  es tal y tal?_ la voz de  su amiga sonaba atolondrada como siempre que algo la enojaba.
_Si, es él…. pero por qué? Qué pasa? Me asustas_
_Es que no podía esperar, estoy indignada,  vengo de una cena con mi marido y unos amigos y estaba él con “la mujer” bastante mayor, con hijos grandes de un primer matrimonio_
_No, no te puedo creer….no, esto no puede ser…con qué sentido? Para qué va a querer conocer a alguien, hablar de compartir cosas importantes si él ya tiene su familia????_  la cabeza le daba vueltas…¿es que había personas que se dedicaban a lastimar a domicilio?????
_ Cuando se fueron, les pregunté a los dueños de casa sobre ellos, no les extrañó porque como no los conocía era lógico que pregunte y me comentaron que hace más de un año que viven juntos, que volvieron hace dos meses porque estuvieron como cinco separados, que iban y volvían…él te comentó algo de una mujer más grande???_
_No, me dijo que ya estaba en una edad como para tener hijos, sino iba a terminar siendo un abuelo, que ahora estaba más organizado laboralmente, que  vivía  en la casa de los abuelos con la madre._
_Cuando dijeron el nombre y lo vi, casi no dudé, cuando fui al baño lo busqué en el face que vos me habías mostrado y si, no había dudas!!!! Tenía unas ganas de preguntarle por vos…. Pero si se armaba en casa ajena o la mina resultaba ser una loca… no se, mi  marido  me mataba y yo me moría de vergüenza._
_ Y él qué hacía? Estaba bien? Charlaba?... cómo es ella?_
_Nada que ver a la persona que vos me describiste…apenas si comentó un par de cosas con los hombres… pero … no sé cómo explicarte, es como que vivía para adentro, miraba sin ver, comía o jugueteaba siempre con una servilleta de papel…no lo vi reírse ni una vez, nada pero nada que ver a todo lo que vos me pintaste_
_Ay  por Dios!!!! Por qué siempre complicado, poco claro???? Con qué necesidad si tiene una mujer, mina, novia lo que fuere, dijo lo que dijo  “quiero conocer a alguien….”…¿y los planes?_
_No tengo idea…. Pero aclaralo y pronto, más vale caerse de un banquito que de una cornisa_
_Hasta ahora me tocaron precipicios_
_Bueno, no lo dejes llegar tan alto entonces, cuando sea una hora prudente, llamalo_ intercambiaron alguna que otra frase más y con toda la bronca en incredulidad volvió a acostarse.
A las ocho de la mañana, le envía un msj a su otra amiga, la que le hizo el contacto y que en realidad muy poco sabía de él más que por terceros.
Hablaron por teléfono absolutamente extrañadas las dos sobre todo por la “urgencia” de él por comenzar algo con una persona compañera, que quisiera formar algo, llegar a pensar en una familia.
Tres horas después le envía un mensaje preguntándole quién era  tal persona, poniendo el nombre de la supuesta mujer, el responde “por?”…y ahí supo una vez más que lo que casi no había comenzado tenía punto final.
Por supuesto que pidió verla, hablar, explicar, ella fue todo oídos… pero el desencanto le había ganado una vez más, de flotar a un metro del suelo pasó a tener los pies muy sobre la tierra, demasiado bien sabía lo que era llorar por amor, o mejor dicho por desamor.
Le contó la historia de idas y vueltas con esa mujer, que estaba porque no tenía hasta ahora otra opción que lo movilizara, era un intento de hogar que jamás cerró….ella ponía todo de su parte, hasta el asedio y el agobio, pero él hacía rato que no estaba ahí, su postura era la de dejarse querer…. Hasta ahora, que sintió que estaba vivo otra vez.
“El que se quema con leche, ve la vaca y llora” dice el refrán.
Quedaron en que intentaría acomodar las cosas, sin demasiado daño, sin herir y sin mentir….la iba a llamar cuando todo estuviera tranquilo, cuando pudiera compartir su libertad y comenzar a trabajar juntos en esos proyectos comunes y que tanta ilusión le habían despertado tan solo diez días atrás.
Suspiró….dejó la taza con el café sobre la bacha de la cocina, se fue a cambiar, en un par de horas tenía que estar en la otra punta de la ciudad, trabajando, concentrada y con buen ánimo….ya  vería….quedaba todo en manos de él y de Dios.

Patricia Figura, noviembre de 2013.



jueves, 31 de octubre de 2013

TODA UNA MAÑANA....

TODA UNA MAÑANA.

El último paciente acababa de irse.
Eran las ocho de la noche y sabía que su secretaria estaría contando los segundos para irse a organizar la cena en su casa.
La cena.
Qué tema!
Todos los días, cansada como estaba, debía llegar a su casa donde cinco pares de ojos la miraban expectantes.
Cuando su día, que comenzaba a las cinco de la mañana, debía estar terminando, le quedaba todavía el tiempo equivalente a toda una mañana.
Suspiró…. Se echó hacia atrás en la silla, escuchó que su secretaria y persona de confianza le estaba sirviendo el cafecito que era su pausa antes de atravesar la puerta de al lado y sumergirse en la locura de horas de ajetreo antes de poder apoyar la cabeza en la almohada nuevamente.
Cerró los ojos un minuto.
A menudo recordaba la pregunta que con su habitual naturalidad, le hiciera hace algunos años atrás, esta chica que con tan pocos años, parecía entender tanto a la vida.
_Con tu primer hijo, no conocías bien a tu marido, con el segundo…tampoco….pero con todos los otros???? ¿por qué seguiste teniendo hijos?. Entendès de salud, física y mental….¿por qué elegiste esto?_
Su esposo, varios años menor, hijo de un prestigioso artista de la ciudad, en pocos meses se convirtió en su marido, amaba la risa de ella, su alegría, su tonada del interior, su humor, sobre todo eso, su humor.
Lamentablemente, los alertas comenzaron a sonar muy rápido.
Celos, vigilancia obsesiva,  encono hacia la profesión que ella amaba.
Durante el parto y los meses siguientes, todo fue como una amnistía, contrataron a una mujer de algún pueblo cercano, le acondicionaron un par de habitaciones que había en el fondo del viejo patio, con cocinita y baño.
El bebé pasaba las noches y las siestas con la niñera, ambos necesitaban estar bien despiertos y descansados para atender a su trabajo.
Casi en un suspiro llegaron el segundo y el tercero, junto con las exposiciones del suegro al que ella amaba y admiraba, viajes familiares y compra de propiedades que su marido administraba.
Antes de los diez años de matrimonio, todo se hizo insostenible.
Se fue perdiendo el respeto, la paz, la tranquilidad y lo financiero.
Era todo un gran efecto dominó.
Quedó  embarazada nuevamente.
Mellizas.
Amaba la maternidad, sus hijos, eran lo mejor de todo sin ninguna duda.
En los períodos de calma, su esposo era un amante tierno y paciente.
_¿pero por qué seguías teniendo relaciones con un demente????_ era la pregunta de siempre de su secretaria, cuando conversaban  café de por medio, o cuando la veía superada por los gastos y el cansancio.
_Qué se yo que contestarte…. Estás acostada, con tu marido  y bueno, de última lo haces, es más rápido que discutir o despertar la ira._
_No te cuidabas?_
_Si…. Pero, evidentemente ni el diu fue infalible._ se quedó mirando un punto fijo ante la incredulidad de su compañera de consultorio_ Creo que lo que más quise siempre fue la familia, los chicos….disfruto con ellos, soy feliz…. Vivo agotada pero estoy viva por ellos…. Más allá de un divorcio sangriento y con demasiadas concesiones….si no los hubiese tenido a los chicos sería una frustrada._ los pasos de ella la volvieron al presente,  tomó el café mientras ordenaban la agenda del día siguiente para saber a qué hora tenía el primer y último turno.
Siempre dejaba la franja horaria de las cinco a seis de la tarde para buscarlos del colegio, darles la merienda con abundantes y variadas facturas  y aprovechar para comprar lo que faltara para la cena de la noche.
Eran chicos tranquilos, estudiosos, responsables, las nenas eran las más revoltosas por ser tan chicas todavía….por Dios, cuánto faltaba todavía para criarlos, alimentarlos, ofrecerles buena educación….y sola.
El papá ayudaba desde lo económico, pero su personalidad poco estable hacía que todo pendiera de un hilo….jamás colaboraba en llevarlos o traerlos de algún lugar, cada dos o tres fines de semana los invitaba a dormir, pero ninguno quería.
Tenían todo su mundo en el hogar familiar, su música, sus libros, esos escritorios personales donde cada cual se entendía, la compu….igualmente lo veían todos los días, ya que trabajaba puerta de por medio.
Fueron cerrando todo, guardando las fichas, acomodando los escritorios, cerciorándose de que nada quede enchufado por si venía tormenta a la noche.
_ Estoy tan cansada….los llevaría a comer algo por ahí, cosa de volver y acostarnos….no tengo ganas de hacer de comer, lavar los platos, guardar todo, preparar para el desayuno….pero…. sentarnos los seis a comer se está volviendo prohibitivo._ iban saliendo por el largo corredor mientras apagaban las luces.
_Pediles una pizza…o dos…. Si merendaron hace no mucho…._ le sugirió su amiga.
_ Ya comieron ayer… no, pobres, deja, les voy a hacer la carne con arroz y azafrán que les gusta, los varones me ponen la mesa y las nenas se tienen que bañar todavía…. No, si es como yo digo, me queda Toda una mañana todavía….¿cuándo crecerán??? ¿Cuándo volveré a tener tiempo para salir un fin de semana?_  una vez cerrado todo, se pararon un rato en la puerta para disfrutar del perfume de la noche y sentir el sonido de la brisa entre los árboles tan añejos, típicos de los barrios.
Medio encorvada, mitad por su manera medio masculina de andar y otro poco por el peso de tantas responsabilidades, se dirigió a la puerta de al lado, su hogar, detrás de la cual sabía que se encontraban sus hijos haciendo la tarea, mirando la tele, dibujando o leyendo.
Buenos chicos, excelentes, poco comunes por lo tranquilos y responsables en la niñez.
Entró y sonrió al ver a las mellizas con sendos bebés en coches paseando a lo largo de la galería cubierta, los varones estaban con un par de amigos haciendo un trabajo escolar, ella fue derecho a la cocina, buscó lo necesario para preparar la cena mientras se fijaba en los titulares del diario vespertino…. Fue hasta el baño, preparó el agua calentita en la bañera para las nenas, con sus cinco años recién cumplidos, todavía  jugaban mientras se bañaban a la vez… echó un vistazo, eran muchos, pero había paz, tranquilidad, se escuchaban risas….estaba cansada, era cierto, pero de alguna manera, también era la mejor hora del día, todos juntos en la seguridad del hogar.




Patricia Figura, octubre de 2013

viernes, 11 de octubre de 2013

TANTO TIEMPO....

TANTO TIEMPO….

Lo miraba de lejos.
No habían cruzado los ojos por el momento y ya hacía un buen rato que lo viera llegar.
Dudaba entre acercarse o no.
Estaba tan cambiado….
Pero indudablemente era él.
Cruzó la calle con andar elástico, casi felino, parecía como si todo en él fuera “como al descuido”…pero tan en armonía que podía sospecharse todo lo contrario.
O bien, se conocía a sí mismo.
Mucho.
Era seguridad.
Autoestima.
Hombros anchos, algo encorvados, con el cabello lacio y algo largo que lejos de quedar desprolijo, lo hacía más personal aún.
Atardecer de verano, parador tranquilo, con olor a madera lustrada, luces amarillas que daban sensación de calidez, de paz….lejos, casi en la arena los juegos infantiles mantenían a la gente menuda lo suficientemente apartada como para que los adultos se entreguen a charlas tranquilas.
Ella estaba con su familia, y otras parejas amigas, lugar casi obligado porque los hijos se entretenían sin molestar.
Su escrutinio no pasó desapercibido para nadie, menos para su esposo.
Puso cara de póker, como de “estar mirando sin ver”.
Y se engancho con la conversación de los que estaban más próximos a ella.
Los temas iban y venían, que el asado en la quinta el domingo, las vacaciones, las obligatorias dietas, los electrodos, las cremas milagrosas y toda la cornucopia de pociones mágicas para borrar las huellas de meses de gustosa alimentación.
En su línea visual, él reía con su grupo, carcajadas abiertas, francas…. Algún susurro en el oído de su acompañante ¿habrá llegado con él? No la vi. Estará casado? Tendrá face?.
Increíblemente nunca lo había buscado.
Ceguera voluntaria, escape mental, cobardía….imposible definir, pero nunca se había fijado si él estaba “on line”.
Muchos años atrás habían trabajado juntos durante un tiempo en el comercio mientras ambos terminaban de estudiar.
Se llevaban bien.
Conversaban todo lo que el trabajo les permitía….y más.
Compartían alguna merienda, o parte del trayecto caminando hasta tomar cada uno su rumbo.
Si bien era simpático y tenía buen trato con los clientes en general, era absolutamente reservado y ambiguo con su vida personal.
Ella extrovertida y con pocos límites verbales, mantenía el dialogo todo lo arriba que podía, algo la atraía….no sabía explicar qué,  en los ojos, en la mirada más precisamente, parecía limpia y sin embargo tenía la sensación de que ocultaba mil historias que ella ni siquiera se planteaba.
De novia, ,se sentía como que no veía más allá de su nariz y el ¿machismo? de su par no ayudaba para crecer, por momentos parecía más una dictadura que un noviazgo… en los ratos libres, buscaba consejo en su amigo, que con esa sonrisa que jamás perdía, casi burlonamente, le hacía buscar las respuestas que su comodidad le impedía ver.
Criada entre algodones, con aires de independencia y mucho de falso conservadorismo ella era la típica novia para presentar a padres y amigos….educada para ser socialmente correcta, le parecía que trabajar y estudiar era “lo” vanguardista.
Algo no le cerraba en su noviazgo.
Toda la alegría, sensualidad, desenfado y brillo que sentía frente a su compañero de trabajo, parecía marchitarse tímidamente frente a su pareja.
Él con paciencia la escuchaba mientras acomodaba mercadería, desarmaba una vidriera o trasladaba pedidos a otro local, ella siempre se ofrecía a acompañarlo, adoraba esos momentos donde se hablaba “como adultos”….tocando temas que con otros se hacían difíciles.
Una noche en que se habían quedado ordenando todo y preparando el cambio de temporada, él trajo un par de sándwiches del bar de enfrente con cervezas heladas, estaba agotada pero tranquila, cómoda…satisfecha.
_Es raro lo que me pasa con él…. lo quiero, nos vamos a casar cuando nos recibamos, la familia me adora, soy una hija más_ miraba un punto fijo y hablaba con entusiasmo, era como el perro que persigue su cola, daba vueltas al asunto sin ver el nudo.
O sin querer verlo.
Estaban apoyados contra una de las paredes, descansando, la parte interna del mostrador les ofrecía un refugio, si bien a esa hora ya nadie quedaba en la zona…y tampoco había la delincuencia de hoy en día
_Es como que él es muy apasionado, demasiado cariñoso...mmm no, no es eso, yo también soy cariñosa, le escribo cartas, le hago dibujos, le regalo chocolates…pero es como que…. No sé, no puede quedar todo en la ternura, siempre hay que seguir más…¿entendès?_ él la miró medio de reojo, y se llevó la bebida fresca a la boca sin decir una palabra._ Es prácticamente mi primer novio, pero  con todo lo que me quiere, todo lo que me demuestra, lo que hace para que podamos vernos…. pero…. hay algo que  siento que no está bien, tengo la sensación de que yo debería sentir algo que no sè que es y no siento._ quedaron en silencio con la música del local que jamás se apagaba por toda compañía.
Casi sin que ella se diera cuenta él le pasó su brazo por los hombros, lo miró de frente y no vio ni la mirada risueña, ni la risa burlona, ni la santa paciencia que lo caracterizaba…los ojos fijos le provocaron un nudo en el estómago que jamás había sentido y una vena que no tenía idea de tener le latía muy fuerte a la altura del cuello.
No hubo la mínima consulta en esos ojos desconocidos, se acercó y la besó sin suavidad ni delicadeza, en segundos estaban uno sobre el otro y las manos de él no iban a ser tan fáciles de detener como las de su novio.
Nunca jamás en todo su noviazgo había tenido la necesidad de apretarse tanto contra alguien, como si quisiera incrustarse en la otra persona, intentó acallar todas las voces que le decían que se fuera mientras todavía podía…. Pero era imposible.
Ya no era el compañero complaciente, que la trataba como a una hermana menor, que la aconsejaba y reía a carcajadas con sus ocurrencias…. Se sentía en manos de un gato, una pantera, oscuro, con los ojos brillando en el resplandor de la calle que hacía las veces de iluminación…. Jamás lo imaginó tan fuerte, tan seguro, tan varonil… tan ávido y nada paciente… “no tengo idea de las personas” “¿por qué me sentí siempre tan segura con él?” “Entonces es cierto que esto es así????” “No eran cosas de novelas baratas como me dice mi novio”
_Cortamos acá?_ apenas lo escuchó, la voz ronca, firme, cascosa, lo miró sin entender a qué se refería, cómo podía hablar de terminar lo que casi no había empezado?.
Quería decirle que NOOOOOOOO, pero estaba muda, no le sacaba los ojos de encima, pero no podía contestar…. Sus brazos rodeando la cintura de él  eran respuesta más que suficiente, sus piernas entrelazadas….pero no podía hablar.
_ Dentro de una hora vas a estar llorando culposa, sintiéndote casi una cualquiera y yo no te voy a soportar!!!!..._ le sonrió intentando alejarse, pero ella lo retuvo no quería dejar de sentir eso tan nuevo y diferente_ Vos tenías algunas dudas en tu relación con tu eterno novio, inseguridades, algo te sonaba raro o mejor dicho “no te sonaba en absoluto”…. Bueno, en parte la respuesta ya la tenès….la duda te la sacaste, hay otra cosa, existe la pasión, la piel, las ganas, el sexo urgente….y estás mitad aterrada y mitad esperando los fuegos artificiales…pero eso es otra cosa…. Seguir ya sería “abuso deshonesto de mi parte”_ se rió le dio un beso en la mejilla y se  obligó a apartarse de ella que todavía seguía muda y mareada como si estuviera en una calesita.
_Vamos, ya es tarde, te llevo en la moto hasta tu casa_ le extendió la mano para ayudarla a levantarse._ yo no me voy a casar con vos por tener sexo, no me voy a poner de novio y ni siquiera estoy seguro de que me interesen SOLAMENTE las mujeres…así que tomalo como una experiencia ¿esclarecedora?...te toca a vos seguir con tu correcto noviazgo o ir por lo que te mereces, con la persona que sea, cuando sea._
El sonido de la bandeja del mozo al retirar los platos la trajo a la realidad.
Vio que en la mesa de él alguien llevaba una torta gigante y cantaban el feliz cumpleaños, era un grupo variado y parecían divertirse mucho…. Quería que él la viera, los años habían sido más que benévolos con ella, le gustaba la imagen que le devolvía el espejo…hacía años que había abandonado la pacateria y se animaba a llevar ropa seductora  y a jugar con su aspecto.
Se levantó como para ir al toilette y dio la vuelta por el otro lado, para pasar delante de su mesa, quería saludarlo, un “tanto tiempo”… le debía mucho, no se daba idea de cuánto… tal vez de no ser por él y esa noche de a dos, se hubiera conformado con un matrimonio desapasionado, frustrante, aburrido, pero seguro y tranquilo.
Él sintió su mirada y el andar firme de ella y recostándose en la silla dibujó esa media sonrisa tan característica y fue como si los años no hubiesen pasado.

Patricia Figura, octubre de 2013


lunes, 30 de septiembre de 2013

MIRADAS DIFERENTES....

Miradas Diferentes.
A veces le parecía que su vida en lugar de ser un sendero, era un abanico desplegado.
Si bien, cada vara salía del mismo soporte, la distancia entre una y otra se ampliaba cada vez más hacia el otro extremo.
Cada uno de esos espacios era un aspecto diferente de ella misma.
Y de las decisiones que tomó y seguiría tomando.
Su carrera, relegada, casi sin interés….solo en el aspecto financiero…. pero apenas.
Su aspecto personal, juvenil, descontracturado, libre, limpio, nada producido, sin artificios.
Sus metas, algunas cumplidas, otras anestesiadas  otras pendientes… replanteos permanentes, ruegos, pesares, consecuencias de actos ajenos que invaden vidas que rodean a tal decisión.
Esperas…. las más densas, pesadas, las que generan inquietud, incertidumbre…. Las que no se pueden acelerar por propia voluntad.
Angustias por el futuro, el propio, el de su familia, el de los viejitos que todavía la seguían peleando de este lado, el de los hijos tan chicos todavía.
Todo dependía del estado de ánimo preponderante en el momento en que se hacía cargo del balance.
Tal vez en un lapso de tiempo breve las miradas diferentes sobre un mismo aspecto la dejaban confusa, insegura, divertida, optimista….todo variaba de acuerdo a como se sentía.
Si se levantaba con su mejor costado, el alegre, esperanzador, renovado, confiado… todo tenía solución, incluso lo que no dependía enteramente de ella….parecía capaz de enfrentar cualquier contratiempo o problema bajo la protección de la Divina Providencia.
En cambio si su ánimo estaba oscuro, nublado, triste…. Todo se hacía cuesta arriba… insoslayable, impostergable….con abismos demasiado cercanos….y en esos días arrastraba a quién se le cruzara a su desazón, angustia, desasosiego….no había manera de tenderle una mano…..el velo negro era más grueso que cualquier haz de luz que quisiera atravesarlo.
No siempre era cíclico.
Pero los días nublados no eran buenos.
Las discusiones con sus hijos la agotaban.
Más allá de que no fueran frecuentes, la debilitaban, la angustiaban.
Cuando volvía la calma, se sentía capaz de todo… de atravesar cualquier problema saliendo airosa.
Con los años se iba sintiendo más cansada…le parecía que había mucho que modificar, pero por otro lado se sentía incapaz de ser diferente, su esencia primaba en cualquier campo, no podía ir contra ella, aunque la razón le indicara que estaba equivocada.
Y había cuestiones que ya no se podrían revertir…. lo que no se hace en un determinado momento…. con los años es más difícil… se puede intentar, pero el mundo siguió su curso también, con sus elecciones colectivas e individuales…. Nada quedó extático esperando su cambio, su giro, sus ciento ochenta grados de vuelta.
A veces miraba los abanicos ajenos y se preguntaba si en realidad lo eran….algunas vidas parecían solo un gran rectángulo interminable…. Otras un camino, sinuoso, pero de una sola mano, en un solo sentido, sin bifurcaciones ni paralelos.
¿Quién era dueño de la verdad de la milanesa?
¿Alguien lo era simplemente de “su” verdad o era empecinamiento y orgullo solamente?
¿Había personas tan valientes como para replantearse su transcurrir y hacer un jaque sólo por sentirse vivo?
O había que seguir tapando fisuras….caminando, sin volverse para no convertirse en estatua de sal?????
Realmente la respuesta estaría al final?
Existiría en el último minuto, la lucidez como para conocer con el corazón en la mano si se honró la vida o sólo se sobrevivió?
Por lo pronto…. cerraría su abanico por hoy.
Haría su parte con el corazón…. Dios se encargaría del resto.
Nunca tuvo la bendición del avestruz.
Ni del autoengaño.
Ni del enmudecimiento de  las vocecitas molestas que le soplaban al oído.
Se sacudió del ensimismamiento, cerró la ventana que daba al jardín interno, tomó la lista de la librería, realmente era un presupuesto con tres chicos en edad escolar.
Buscó las lleves del auto, ya que estaba iba a pasar por la verdulería y el súper… la vida la llamaba, al menos la real, la tangible…. Con la otra seguiría sus replanteos en otro momento….
 De todas maneras, jamás se encontraban muy lejos una de la otra.


Patricia Figura, septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿QUÈ QUERES QUE TE CONTESTE?????

¿Qué querès que te conteste?

Al mejor estilo autómata puso la cafetera para cuatro cafés.
Sacó la lecherita de la heladera y la puso en la mesa.
Anotó mentalmente que era la última manteca que quedaba y la mermelada de frutillas estaba casi en el final.
La pava silbó.
Puso el saquito de té en su taza personal y vertió el contenido cuidando de que al salir el agua hervida no saltara  hacia su otra mano.
 Mientras tomaba color y fuerza, lo dejó en la mesa y fue a despertar a los chicos que jamás hacían caso al despertador que les ponía cuidadosamente todas las noches.
Escuchó a su marido en la ducha, tan estructurado, tan práctico, tan meticuloso….su hijo mayor se le parecía más de lo que ellos mismos creían.
Paso por la habitación de los varones, los llamó desde la puerta, siempre a las corridas, apurándolos, con el reloj en contra.
Pasó por la de la nena, todo un mundo rosa, de peluches y muñecas con disfraces colgando desafiando la gravedad…¿alguna vez estaría ordenada esa habitación?.
Le dio un beso, era su bebota, la fue  despertando…. Su hija estiró los brazos y con los ojos cerrados la abrazó fuerte…. se permitió unos segundos de demora, oliendo su cabellito limpio, su piel fresquita….”¿qué querès que te conteste?” es lo que había escrito en el chat la noche anterior, en su refugio, su mundo privado, su catarsis, su esparcimiento y evasión.
La conversación volvía una y otra vez a su mente.
No podía evitar la sonrisa en su rostro, pero tampoco la preocupación en sus ojos.
“¿Por qué debería preocuparme?, a esto lo manejo yo, es un juego, una pavada…. No es nada…. Es para matizar la rutina, los interminables días laborales bajo presión”
Cuando todos se fueron por fin al colegio y a cumplir con sus obligaciones, se dispuso a ir ordenando todo despacio, ella ese día tenía horario cambiado, iba de tarde, anotó mentalmente algo más, llamar a la niñera para que de camino pase a buscar los jeans del mayor que dejó de la modista frente a su casa.
Se sentó disfrutando del silencio de casa vacía, miró los lugares que ocupaban cada uno, tan típicos, tan conocidos...la taza de su hijo, el del medio, siempre con restos “no tomo la borrita mami”, la de la nena, limpia hasta el final acompañada de tostadas rebosantes de dulce, el mayor….la dosis idéntica a la de su papá, sus mismos gestos….con sus rituales a cuesta.
Su mente una vez más viajó a esa ventanita de chat que le aceleraba el pulso aunque lo negara mil veces.
Todo comenzó unos meses atrás, cuando por face la invitaron a formar parte de un grupo de colegas.
Por lo general no aceptaba a nadie fuera de su entorno inmediato, pero el grupo estaba formado y ella accedía sólo si quería, le pareció bueno estar más en contacto con gente de su profesión así que aceptó  y después de leer los primeros post se dio cuenta que de lo último que se conversaba era de lo laboral.
Era como el refugio ajeno a todo lo problemático, lo pesado, las mochilas quedaban a un lado, se compartían debates de lo más absurdos, intercambiaban opiniones sobre temas de actualidad, dándoles cada uno una visión ridiculizada, no eran más de veinte personas, pero podían parecer mil por la velocidad en que interactuaban, por lo general ponía en “silencio” la compu porque el sonido de entrada de mensajes era permanente y ya a nadie en su casa escapaba a reconocer cuando ella se “sumergía” en el chat privado.
Al poco tiempo de unirse ella, un nuevo nombre se agregó a dicho grupo.
Y sus entrañas saltaron….literalmente.
Toda una cornucopia de recuerdos, dulces y amargos invadieron su mente en cuestión de segundos.
Ese nombre había significado su mundo durante varios años de su época de estudiante.
Desde el primer momento en que lo vio entrar a la misma comisión que ella codeó a su amiga y revoleó los ojos….”ya tenes un incentivo para venir a dormir a esta cátedra” le contestó su compañera.
Lamentablemente cursaban solo tres materias juntos… bah, junto a otras cincuenta personas, pero la alegría que le provocaba verlo entrar, siempre un poco tarde…la dejaba asombrada a ella misma.
Divirtiéndose con su compañera con mil estrategias distintas, logró hacerse “casi” amiga, sentarse relativamente “a mano” para intercambiar apuntes, datos, etc.
Simpatiquísimo, amable, sonriente pero muy chinchudo también, pronto aprendió a reconocer los días en que era mejor tenerlo a mil km de distancia.
Pero tenía un defecto… que podía llegar a ser muy grave: novia.
Jamás se iba a olvidar del día en que salían conversando de la última materia de la semana y vio la sonrisa gigante que se dibujaba en el rostro de él mientras agitaba su mano en dirección a alguien.
Casi la deja hablando sola y fue caminando rápido a su encuentro, la abrazó y le dio un beso que pareció durar no menos de cuarenta minutos.
_¿Será la hermana?_ le preguntó a su amiga, casi en estado de petrificación.
_¿Vos sos estúpida?. A la hermana le va a dar tremendo pico?_
_Hay personas que son así, incluso madres e hijos._
_Bueno, nena abrí los ojos porque esta no es la madre ni la hermana._
Después supo que era su novia desde hacía ya más de dos años, que vivía en un pueblo y venía los viernes a la capital a quedarse con él hasta el domingo a la noche.
Eso echaba por tierra toda la fantasía que había construido con él, irse juntos de alguna fiesta de la facu, encontrarlo en algún boliche, besarlo durante quince horas seguidas, casarse, tener media docena de hijos con él… en fin… toda la vida perfecta que se había armado y que sentía al alcance de su mano.
Por algún motivo no lo pudo arrancar totalmente de su mente a través de toda la carrera, tenían amigos en común y se mantenían en contacto permanente, prepararon un par de materias juntos, pero la ilusión de que la distancia semanal con “esa” hiciera un socavón en la relación, quedó sólo en eso… antes de obtener el título se casaron y ella ante lo evidente tomó nuevos rumbos.
Durante años no supo más nada de él.
Era como si se lo hubiera tragado la tierra.
Ella se casó, formó la familia tipo Ingalls, mantuvo su rutina durante años, el mundo perfecto con el marido atento y trabajador, los hijos buenos y su trabajo que si bien no le encantaba, era lo que había elegido.
Hasta que su nombre “ese nombre” pasó a engrosar su lista de “amigos conectados” y a partir de ahí, fue como si todo volviera atrás, evidentemente el sabor dulce del primer amor no correspondido pero que despertaba sus ansias de verlo, conversar, compartir, estaba vivo en algún lugar de su corazón.
Hasta la última conversación, cuando él la invitó a encontrarse, a tomar un café y charlar tranquilos sin tanta mezcla de frases combinadas con otros veinte, tenía muy grato recuerdo de ella y su época de estudiante.
Quedó tildada…no es que no fuera usual compartir un café entre colegas, pero él no era de los de su ciudad, no era un habitué….venía una vez al mes y para eso faltaban diez días.
La tomó de sorpresa…¿qué querès que te conteste?.... fue todo lo ingenioso que se le ocurrió poner en el chat (no en el grupal, como msj privado).
“_Si podès o no_” fue la sencilla respuesta de él.
“Debe pensar que soy una caída del catre”….finalmente y dejando una puerta abierta le puso: “ok, te confirmo el día anterior, acá con los chicos y mi marido nunca se sabe si no surge algo…bs.”.
_Dale, recordemos viejos tiempos._ y se desconectó.
Suspirando con la inevitable sonrisa dibujada en su rostro fue levantando los restos del desayuno, miró la hora,  prendió la compu…. Quería releer la conversación, marcó el número de teléfono de su amiga y compañera desde aquellos días juveniles donde era tan romántico sufrir por amor.
_Hola…. Gorda??? ¿A que no sabes quién me invitó a tomar un café para recordar “viejos” tiempos????_ y los últimos años adolescentes volvieron a cobrar vida una vez más.


Patricia Figura, septiembre de 2013