martes, 16 de septiembre de 2014

PARADOJA

PARADOJA.

Volaba sobre el asfalto, no literalmente, claro, pero iba solo…. confiaba en el cinturón de seguridad y los múltiples airbags, no era un coche último modelo, pero su alta gama no lo hacía necesario.
“Contigo o sin tì” de U2 invadía su bunker que paradójicamente era su mayor sensación de oxígeno, de libertad.
Aún después de tantos años, visitar un nuevo lugar, aunque fuese un pueblo en una provincia cercana a la suya, sabía que podía depararle sorpresas….algunas era mejor no tenerlas, no se llevaba bien regulando tentaciones.
Era un trayecto laboral.
Pero tuvo la suerte, la sabiduría o el don de transformar trabajo en placer.
Cada rostro asimétrico, abdomen surcado después de cobijar vida durante meses, gestos de fatiga en una cara que fuera fresca y tersa no mucho tiempo atrás, jóvenes luchando por verse reflejadas en el espejo, tal como se veían en sus sueños, mujeres adultas con sus deseos intactos aún cuando ya la gravedad no las acompañe de la mejor manera.
Claro que el campo había variado mucho en los últimos años, los hombres habían incorporado el “verse bien” más allá de un buen traje o un carísimo pret  à porter.
Vio los carteles que le indicaban que había llegado a destino,  cuatro horas de consulta en una solariega clínica, rodeada de verde en todos sus tonos y ese aire tan especial que tienen los pueblos de montaña.
La sonrisa “de propaganda” que lo precede hizo su aparición oportunamente ante la secretaria que inmediatamente se puso a su disposición en el amplio término de la palabra.
Acostumbrado pero no por eso menos divertido a la reacción femenina, después de un par de amabilidades, buscó quedar un rato a solas en el que sería su recinto en el resto de la jornada, sacó sus infaltables recursos “on line” que lo mantenía conectado tanto con sus herramientas laborales como con el resto del mundo…. Siempre que él quisiese que el mundo lo ubique.
Después de unos cuantas consultas por aumentos de senos, “desgrases varios” y algunas correctivas, hace su aparición un par de piernas largas con esa curva entre  el final de la espalda y el principio de la cadera que solo se puede tener siendo muy joven ( o muy escoliòsica)….pechos no muy grandes pero absolutamente armoniosos con el resto, gesto pícaro, desenfadado….y una nariz horrible.
A la sonrisa de propaganda le quedaron escasos los dientes para demostrar su alegría al ver matizada la tarde, así que por si no fuera poco para lograr el encantamiento femenino, echó mano de lo que jamás fallaba, la aparente e insalvable distancia entre médico y paciente, endulzada por un par de ojos claros que conservaban un resabio adolescente…. cuando no se transformaban en hielo, pero ese no era el caso.
Obviamente el enfoque fue esa fea narìz que arruinaba el resto de la escultura.
Se convino fecha y hora para la intervención.
A la semana se realizó felizmente….claro que para dar la revisión final, la joven poco más que veinteañera, debía mover su lindo cuerpito hacia el lugar de rutina de su Pigmalión, esperar pacientemente a que una serie de vendas cayeran antes de que le tocara el turno a la suya.
La acompañó su novio, así de paso paseaban por la provincia vecina y estrenaban el resultado con alguna selfie.
En la coqueta mesa de entrada, una mujer de mediana edad y que milagrosamente aparentaba mucho menos, los saludó muy amable pero sin demasiado entusiasmo.
Mientras iba hacia uno y otro lado dentro de un par de pantalones que no solo tenían el calce “perfecto” sino que eran llevados conscientemente pero como al descuido…. El novio de la Diosa hacía algunos planes mentales.
Al fin le tocó su turno, entró sola, por supuesto… después de demorar el cortez saludo una fracción más de lo habitual, esbozó una sonrisa expectante… el momento había llegado.
La conocida alarma había sonado ya en la mente del artesano, no dejaba de ser divertido, aunque él casi la doblara en edad.
El reflejo del espejo estratégicamente colocado en un rincón del consultorio los envolvió a ambos cuando el maravilloso resultado final estuvo a la vista.
Algo en la mirada de ella le dijo  más.
Mientras él intentaba romper el hechizo con indicaciones médicas.
Ella aún mucho más segura y confiada en su belleza y juventud giró quedando de frente y casi a la par.
El “gracias” que murmuró quedó desdibujado cuando se inclinó para depositar un beso suave sobre los labios de quién había logrado su última maravilla.
O al menos es lo que hubiera sido si un par de brazos rápidos pero educados no se hubiesen detenidos en los de ella frenando el gesto.
La ceja perfecta e interrogante de su paciente se levantó, un poco sorprendida pero mucho más decepcionada…. No estaba acostumbrada a los desplantes.
El comenzó a escribir la rutina que ella debía llevarse indicada hasta la consulta de la próxima semana.
La guió hacia la salida cuando ella al despedirse intentó correr un par de centímetros su beso  sin éxito otra vez.
¿Por qué? Fue la pregunta….soy mayor de edad.
“Yo también” le contestó con una sonrisa “ Sos muy bonita, pero no está bueno mezclar…me puedo tentar, pero también puedo usar la cabeza, hace unos años tal vez no, pero ahora esa época pasó”
“Si no es ahora… será en otro momento…. Cuando me des el alta” la seguridad le salía por los poros.
No le dio tiempo a responder, al salir lo vio a su novio, intentando dialogar con la rubiecita de la mesa de entradas que le contestaba entre distraída y poco interesada.
El joven le hizo un guiño al médico sin que la novia lo viera, haciendo un gesto hacia la secretaria como de “te quedó bárbara”…. Compartieron una risa casi cómplice y abandonaron la clínica.
_Fue la última…¿vamos a casa?_ le dice él estirándose un poco en la desierta sala de espera.
_Vamos, tengo que pasar antes por la tintorería a buscar las camisas, ¿cenàs en casa?_
_Si, pero tengo que preparar unas charlas, así que tengo para rato, vamos a comer algo de pasada así ya llego y me pongo a trabajar….
Fue a buscar sus cosas, ocultando la secreta diversión de la paradoja que su mujer ignoraba, la pareja de jóvenes, sin muchos prejuicios ni sentido de la lealtad, haciendo cada uno sus movimientos para disfrutar de un rato de la fantasía de un encuentro con quienes los doblaban en edad e ignorando que el delicado equilibrio de ser marido y mujer a través de tantos años no admite ponerse en riesgo…
“otra vez será” pensó divertido, apagó la luz de su consultorio cerrando la puerta hasta la próxima aventura…. Perdón,  consulta.


Patricia Figura, septiembre de 2014

PARADOJA.

PARADOJA.

Volaba sobre el asfalto, no literalmente, claro, pero iba solo…. confiaba en el cinturón de seguridad y los múltiples airbags, no era un coche último modelo, pero su alta gama no lo hacía necesario.
“Contigo o sin tì” de U2 invadía su bunker que paradójicamente era su mayor sensación de oxígeno, de libertad.
Aún después de tantos años, visitar un nuevo lugar, aunque fuese un pueblo en una provincia cercana a la suya, sabía que podía depararle sorpresas….algunas era mejor no tenerlas, no se llevaba bien regulando tentaciones.
Era un trayecto laboral.
Pero tuvo la suerte, la sabiduría o el don de transformar trabajo en placer.
Cada rostro asimétrico, abdomen surcado después de cobijar vida durante meses, gestos de fatiga en una cara que fuera fresca y tersa no mucho tiempo atrás, jóvenes luchando por verse reflejadas en el espejo, tal como se veían en sus sueños, mujeres adultas con sus deseos intactos aún cuando ya la gravedad no las acompañe de la mejor manera.
Claro que el campo había variado mucho en los últimos años, los hombres habían incorporado el “verse bien” más allá de un buen traje o un carísimo pret  à porter.
Vio los carteles que le indicaban que había llegado a destino,  cuatro horas de consulta en una solariega clínica, rodeada de verde en todos sus tonos y ese aire tan especial que tienen los pueblos de montaña.
La sonrisa “de propaganda” que lo precede hizo su aparición oportunamente ante la secretaria que inmediatamente se puso a su disposición en el amplio término de la palabra.
Acostumbrado pero no por eso menos divertido a la reacción femenina, después de un par de amabilidades, buscó quedar un rato a solas en el que sería su recinto en el resto de la jornada, sacó sus infaltables recursos “on line” que lo mantenía conectado tanto con sus herramientas laborales como con el resto del mundo…. Siempre que él quisiese que el mundo lo ubique.
Después de unos cuantas consultas por aumentos de senos, “desgrases varios” y algunas correctivas, hace su aparición un par de piernas largas con esa curva entre  el final de la espalda y el principio de la cadera que solo se puede tener siendo muy joven ( o muy escoliòsica)….pechos no muy grandes pero absolutamente armoniosos con el resto, gesto pícaro, desenfadado….y una nariz horrible.
A la sonrisa de propaganda le quedaron escasos los dientes para demostrar su alegría al ver matizada la tarde, así que por si no fuera poco para lograr el encantamiento femenino, echó mano de lo que jamás fallaba, la aparente e insalvable distancia entre médico y paciente, endulzada por un par de ojos claros que conservaban un resabio adolescente…. cuando no se transformaban en hielo, pero ese no era el caso.
Obviamente el enfoque fue esa fea narìz que arruinaba el resto de la escultura.
Se convino fecha y hora para la intervención.
A la semana se realizó felizmente….claro que para dar la revisión final, la joven poco más que veinteañera, debía mover su lindo cuerpito hacia el lugar de rutina de su Pigmalión, esperar pacientemente a que una serie de vendas cayeran antes de que le tocara el turno a la suya.
La acompañó su novio, así de paso paseaban por la provincia vecina y estrenaban el resultado con alguna selfie.
En la coqueta mesa de entrada, una mujer de mediana edad y que milagrosamente aparentaba mucho menos, los saludó muy amable pero sin demasiado entusiasmo.
Mientras iba hacia uno y otro lado dentro de un par de pantalones que no solo tenían el calce “perfecto” sino que eran llevados conscientemente pero como al descuido…. El novio de la Diosa hacía algunos planes mentales.
Al fin le tocó su turno, entró sola, por supuesto… después de demorar el cortez saludo una fracción más de lo habitual, esbozó una sonrisa expectante… el momento había llegado.
La conocida alarma había sonado ya en la mente del artesano, no dejaba de ser divertido, aunque él casi la doblara en edad.
El reflejo del espejo estratégicamente colocado en un rincón del consultorio los envolvió a ambos cuando el maravilloso resultado final estuvo a la vista.
Algo en la mirada de ella le dijo  más.
Mientras él intentaba romper el hechizo con indicaciones médicas.
Ella aún mucho más segura y confiada en su belleza y juventud giró quedando de frente y casi a la par.
El “gracias” que murmuró quedó desdibujado cuando se inclinó para depositar un beso suave sobre los labios de quién había logrado su última maravilla.
O al menos es lo que hubiera sido si un par de brazos rápidos pero educados no se hubiesen detenidos en los de ella frenando el gesto.
La ceja perfecta e interrogante de su paciente se levantó, un poco sorprendida pero mucho más decepcionada…. No estaba acostumbrada a los desplantes.
El comenzó a escribir la rutina que ella debía llevarse indicada hasta la consulta de la próxima semana.
La guió hacia la salida cuando ella al despedirse intentó correr un par de centímetros su beso  sin éxito otra vez.
¿Por qué? Fue la pregunta….soy mayor de edad.
“Yo también” le contestó con una sonrisa “ Sos muy bonita, pero no está bueno mezclar…me puedo tentar, pero también puedo usar la cabeza, hace unos años tal vez no, pero ahora esa época pasó”
“Si no es ahora… será en otro momento…. Cuando me des el alta” la seguridad le salía por los poros.
No le dio tiempo a responder, al salir lo vio a su novio, intentando dialogar con la rubiecita de la mesa de entradas que le contestaba entre distraída y poco interesada.
El joven le hizo un guiño al médico sin que la novia lo viera, haciendo un gesto hacia la secretaria como de “te quedó bárbara”…. Compartieron una risa casi cómplice y abandonaron la clínica.
_Fue la última…¿vamos a casa?_ le dice él estirándose un poco en la desierta sala de espera.
_Vamos, tengo que pasar antes por la tintorería a buscar las camisas, ¿cenàs en casa?_
_Si, pero tengo que preparar unas charlas, así que tengo para rato, vamos a comer algo de pasada así ya llego y me pongo a trabajar….
Fue a buscar sus cosas, ocultando la secreta diversión de la paradoja que su mujer ignoraba, la pareja de jóvenes, sin muchos prejuicios ni sentido de la lealtad, haciendo cada uno sus movimientos para disfrutar de un rato de la fantasía de un encuentro con quienes los doblaban en edad e ignorando que el delicado equilibrio de ser marido y mujer a través de tantos años no admite ponerse en riesgo…
“otra vez será” pensó divertido, apagó la luz de su consultorio cerrando la puerta hasta la próxima aventura…. Perdón,  consulta.


Patricia Figura, septiembre de 2014

viernes, 12 de septiembre de 2014

Paralelas....

Paralelas…
Entró casi corriendo de la calle, el tiempo se escurría entre sus manos, no alcanzaba para todo, ni siquiera para lo que estaba primero en su lista “perderlo placenteramente”…. era algo a lo que no podía renunciar.
Su día había comenzado a las seis y treinta de la mañana, llevado a sus hijos al colegio con la ayuda de su esposo para organizar el desayuno rápido y frugal, trabajó durante toda la mañana, salió disparada a buscar a sus hijos a la salida escolar, organizó un almuerzo rápido un poco con lo que había de la noche anterior y otro poco inventado, le dolían las piernas, tenía que salir a caminar sí o sí.
Mientras sacaba cosas de la heladera buscó en el inalámbrico el nombre de su amiga y puso el discado rápido, altavoz y en tanto esperaba que se hiciera la comunicación comenzó a aderezar las dos ensaladas, cuando ponía el pollo frío en el microondas escuchó la voz de su amiga, alegre y cansada como debía sonar la suya.
_Por fìn!!!! Se hizo la luz! Jajajajaaj hace dos días que intento llamarte y se me van las horas_ era el saludo casi invariable.
_Ni hablar…. Recién entro y podès creer que acá todavía están las tazas del desayuno?????_ podía oír el ruido de la loza entrechocarse y del agua correr generosamente.
_Obvio que te creo, acá las lavó la más grande antes de irse a la facu, sino estamos en la misma_ le contestó mientras iba al lavadero y seleccionaba las prendas claras para la primer tanda del día.
_ Qué novedades tenès?_  limpias las sobras del desayuno, arremetió con las hojas de lechuga, haría ensalada con milanesas para todos y listo.
_ Pocas, otra discusión con la adolescencia que prima en casa, poco resultado satisfactorio para ninguna, los albañiles no aparecieron, mi mamá me dijo que le dolía la cintura y no quiere tomar analgésicos_ separó la ropa que estaba seca en el tendedero y la comenzó a doblar mientras tomaba el primer mate tardío, era su pila cuando llegaba a su casa a intentar ponerla en orden para comenzar la tarde con sus obligaciones.
_ llevamos vidas paralelas_ le dijo riéndose_ anoche tuve una discusión con el del medio que si no me ataja mi marido creo que lo mato…por Dios!!!!! Ese chico vive enojado! No habla, no habla…. Muerde_ lista la lechuga, prende el horno y acomoda el teléfono que continúa su equilibrio entre la oreja y la pera.
_Es lo que yo les digo a las mías…. No tienen capacidad de diálogo…. O están eufóricas y tenès que aguantarles las “bromas”…. O tienen una cara que parece que si no te corrès te pasan por encima….nosotras NO ÈRAMOS ASÌ_ la frase que suelen repetir por lo menos una vez en cada que conversación hizo su aparición junto con la amnesia selectiva que primaba en la charla.
_Olvidate!!!!! Creen que una tiene que obedecerlos o caminar en punta de pie porque “están estudiando”…. Y tienen el celular al lado que suena con silbidos, música, carcajadas y mil ruidos más depende si es un mensaje de w.p., face, llamada , etc._ listo! Milanesas en el horno, camino a la planta alta a tender la cama y ver si los otros hicieron las suyas.
_ah! podès creer que otra vez lavé los pantalones de mi marido con plata adentro!!!!.... _ le dice, mientras revisa el bollo en el bolsillo trasero al sacarlo del tender_ si alguna vez venìs y no me encontràs estoy en cana por “lavado de dinero”…. Cada dos por tres tengo billetes colgados en la soga en lugar de ropa_ se ríen, siguen comentando cotidianeidades, temas personales, dudas, alegrías, libros compartidos, anécdotas…..todo lo que siempre hicieron mate en mano durante más de veinte años.
Los “mamá tengo hambre”,  “falta mucho para la comida???”, “necesito plata, tengo como veinte fotocopias que sacar”, “hoy a la salida de baile viene mi amiga a dormir, acordate” interrumpen ocasionalmente la actividad paralela en uno y otro hogar donde transcurre esta charla robada al tiempo.
_No hace tanto calor ¿viste?, querès que después de terminar con el almuerzo vayamos a caminar?_
_Dale, pero aunque sea media hora me tengo que acostar, se me cierran los ojos….jamás me voy a acostumbrar a madrugar_ mientras sus hijas ponían la mesa ella ya servía la comida…. Por supuesto siempre se olvidaban del agua y las servilletas, así que se fijó antes de sentarse, una vez que lo hiciera no se levantaba más hasta el final de la comida.
_Uh! Vos con tu siesta!... bueno, si yo también me acuesto aunque sea a mirar tele porque los pies me están matando, te juro que ya no sè que calzado usar_ le indicó con los ojos a sus hijos que pongan la mesa asì se sentaban a almorzar.
_ jajajjaj el muerto que se asusta del degollado! ¿Estaremos viejas?_
_naaaaaaaaaaaa ni ahì! Estamos fantásticas! Mirà alrededor, sacando a las que viven de estética en dieta, de dieta en gym, de gym en kilos de cremas milagrosas, etc…..olvidate…. estamos bárbaras._
_Bueno, me voy a colgar un cartel que diga todo eso cuando salga a la calle_ màs risas compartidas.
 Organizaron la hora en la que se encontrarían  para hacer un rato de caminatas y volver con la garganta seca de tanta charla a las múltiples actividades ajenas que les insumían todo el tiempo propio…. Pero era así, un poco porque lo habían elegido y otro poco porque era la manera en que habían acostumbrado a la familia.
Cada una en sus hogares paralelos, se sentò a la mesa, dio gracias a Dios junto con su familia por los alimentos recibidos y con un suspiro mitad cansancio, mitad ritual….s e dispusieron a almorzar.


Patricia Figura, setiembre de 2014