Pienso en un artìculo que escuchè por una FM, ignoro cuàl, acerca de la influencia directa del clima sobre algunos estados de ànimo.
Es algo que me toca directamente, puesto que lo he hecho vox populi tanto en mis comentarios como en mis cuentos, donde muchas veces el clima es desencadenante de situaciones que viven mis personajes.
NO me refiero a la influencia en la economìa, el agro o el turismo.
Me refiero pura y exclusivamente a la incidencia sobre las emociones.
Dieron el tìtulo de la nota, pero no lo recuerdo, algo derivado de la metereologia combinado con la bioclimatologìa, si alguien lo encuentra agradezco se me etiquete.
La vez que he buscado casa para alquilar primero y despuès para comprar ( la primera hace quince años atràs), mi condiciòn primordial era "ventanas grandes y habitaciones soleadas"....y nunca pude claudicar en eso, necesito que entre el sol, y desde mi ventana ver "si o si" cielo y follaje contrastando.
Frente a mi casa, vive un matrimonio, con dos hijios, cuya casa es una subdivisiòn de otra màs grande que fue "optimizada" convirtièndola en tres departamentos.
La casa NO tiene ventanas al exterior directo.
La Luz es absolutamente artificial.
Y aunque a mì me deprime imaginarlos, ellos pasan siempre sonrientes, de la mano, todos juntos a caminar....evidentemente, no sufren la necesidad de sol.
Pensando en todo esto, vino a mi recuerdo un momento del libro "Principe y Mendigo" que calculo todos hemos leìdo en la infancia al menos una vez, donde el mendigo, puesto en el lugar del prìncipe, discutìa con uno de sus Lores acerca de cobrar impuestos a las ventanas que tuvieran las viviendas (no sabìan de dònde seguir sacando plata) y èl se negò rotundamente, porque siendo realmente humilde en sus orìgenes, sabìa de la importancia de ese cuadradito de cielo y sol cuando era lo ùnico que conectaba con la vida en un hogar carenciado.
Bueno, me parece que se està por nublar, espero que no. si encuentran algo de este artìculo, se los agradezco.
Y a uds???? les influye el clima?????.
besos
Patri.
miércoles, 31 de julio de 2013
domingo, 21 de julio de 2013
DUELOS DIFERENTES...
Duelos Diferentes.
Mientras intentaba comenzar el día más o menos
despierta, una idea le rondaba en la mente, seguramente resabio de un sueño tardío,
o tal vez…algo que quedó en el inconsciente.
Mientras ponía a hervir la leche de los más chicos,
y la cafetera para su esposo, ella iba
por el segundo mate, una frase llegó a
su mente y se instaló “duelos diferentes”.
Los fue despertando a todos, con calma primero y
medio a los apurones a medida que el reloj avanzaba al triple de velocidad que
cuando estaba en su trabajo.
De alguna manera logró que llegaran a horario al
colegio y su marido la despidió con un beso hasta media tarde.
Ese día no tenía que ir a dar clases.
Su colegio estaba cerrado por desinfección.
Disfrutando
del silencio de su casa vacía, se sentó con un café cerca de
la ventana que daba a la calle, el vecindario comenzaba a despertarse , la
vecina de enfrente abría las rejas de su garaje para sacar el auto y llevar los
chicos al jardín de infantes, el kiosquito de la esquina desplegaba el toldo a
rayas haciendo saber con esto que ya estaba abierto, el dispensario bullía de
actividad, era día de vacunación, y el vendedor de huevos había comenzado su
ronda habitual pregonando su producto.
Volvió a su frase de vigilia… “Duelos Diferentes” tendría que hablarlo con su analista.
La imagen de su compañera de trabajo surgió entre la
nebulosa de su visión a través de las cortinas y la niebla de su mente.
Había enviudado hacía muy poco, unos meses nada más.
Y
cada día parecía ser peor que el anterior.
Cada
mueble por revisar era una nueva despedida, un nuevo velorio….en este duelo que
nada tenía que ver con los tiempos de un calendario.
En vano buscaban variarle la conversación, todo
desembocaba en el mismo delta de emociones encontradas, donde la sorpresa,
estupor, tristeza, descreimiento, añoranza, fe y amor reconocido hasta el
cansancio, encauzaban en anécdotas repetidas una y otra vez.
También la imagen de su sobrina bailaba entre la
telaraña de sus pensamientos.
Habían estado cenando todos un par de días atrás,
hermosa adolescente, brillante, locuaz, divertida y recientemente distanciada de su primer amor.
O al menos el primero que contaba.
Ese
que nunca se olvida y que permanece “un poco para siempre” en el corazón de su
primera novia.
Si bien se tocó el tema porque todos esperaban verlo
como siempre sentado a su lado, abrazados, discutiendo, negociando y finalmente
sellando la paz con un beso, no se pudo ahondar en el tema por la susceptibilidad
de los “suegros”.
La verdad es que todos se habían encariñado muchísimo
con él, era uno más en el hogar de su hermana y una especie de prolongación de
su sobrina.
Demasiado chicos, muy hermosos, muy inseguros, lo
que comenzó con alegría, compañerismo, amor y mucha diversión, se fue
transformando en una mochila muy pesada de sostener.
La
continua perorata de “lo miraste” “te mirò” “se miraron” “te sigue” “te busca” “te
gusta” “te vi” “lo escuché” “lo leí en el face”
“te retuiteò”, etc convirtieron
el disfrutar los momentos compartidos en padecerlos.
Se querían mucho, muchísimo pero se borraban la alegría
y discutían con los demás, es decir con
sus respectivas familias.
Ahora
todos estaban de duelo.
Lo extrañaban, era inevitable hablar al respecto,
pero tampoco podían condicionarlos… ellos demostraron que necesitaban crecer…por
separado, para tal vez después intentarlo juntos.
O
tal vez no, pero si ellos habían sido tan valientes de separarse aún a pesar
del dolor, los mayores debían tragarse las penas y apoyar.
Al menos delante de ellos, en privado, hablando con
su hermana se dio cuenta de lo triste que es elaborar una ausencia.
Duelos Diferentes.
Realmente era así.
Y cuántos se atravesaban a lo largo de la vida de
cada uno, aunque se fuera joven.
El final de cada etapa escolar, el mejor amigo que
se va a vivir lejos, los abuelos que comienzan a partir, el mudarse de barrio,
el deporte que no se puede practicar más, el matrimonio que llega a su fin
porque se fraternizó, o la viudez, con
todo el desgarro que implica, el yerno que ya no lo es y que cuesta mantenerlo
en el círculo cuando la pareja se quebró, la secundaria que termina, el último día en el trabajo de toda una vida….Duelos
Diferentes…
Suspiró.
Se sintió melancólica.
El encontrar el “meollo” de su frase o creer haberlo
encontrado, no le aquietó el espíritu.
¿Cómo se atraviesan las despedidas sin acongojar a
los demás?.
¿Cómo poner voluntad cuando poner la mesa representa
un esfuerzo titánico?
¿Por qué se sentía así ella si ninguno de esos
duelos le correspondía?.
Por ahora… susurró la vocecita entrometida.
Nunca se sabe que cambios se avecinan, algunos se
pueden prever, otros no, algunos dan tiempo para ir haciéndose a la idea, otros
te toman de sorpresa, algunos son para bien, otros sin sentido.
Nadie está exento.
Salvo que vea pasar la vida a través de espejos
ajenos.
Se levantó de un salto.
El sol ya estaba alto, era una mañana diáfana y sin
nubes.
Iría caminando hasta el súper cercano para traer
pocas cosas, si iba en auto dejaba el sueldo entero.
Les había prometido milanesas con puré a los chicos.
Hoy era el día en que no tenían tiempo para una
siesta…. el que más costaba de la semana que ya estaba llegando a su fin.
Habría que hacer algunos planes para el fin de
semana.
El cansancio hacía que tuvieran pocas ganas de
deambular.
Tal vez invitarían amigos a cenar.
O fueran todos al cine.
Mejor dejar que las horas los sorprendan.
Se levantó, fue a dejar la taza en la bacha, buscó
las llaves de la casa, los infaltables lentes de sol y con paso casi deportivo,
se dispuso a recorrer las pocas cuadras
que la separaban de su lugar de destino.
Patricia Figura, julio de 2013
sábado, 13 de julio de 2013
a los 43!
hola, a los cuarenta y tres seguidores, que justo coinciden con mi edad, los invito a presentarse, darme un perfil, algo para que pueda saber de uds que tuvieron la amabilidad de ingresar a mi blog e interesarse en èl.
besos
patri.
besos
patri.
martes, 9 de julio de 2013
PREMIO CONSUELO.
Premio Consuelo.
Abrió
su viejo ropero crujiente.
Era el que había tenido toda su vida.
Bah, el otro viejito y compartido no contaba.
Cuando se mudaran a la casa que fuera la definitiva,
veinte años atrás, ella y sus hermanas estrenaron juegos de dormitorios nuevos
e impecables, espaciosos, personales, uno para cada una de las tres.
Las habitaciones eran pequeñas pero contaban con
algo desconocido hasta el momento: intimidad.
Eran
absolutamente diferentes una de otra.
Oscilaban entre la franca belleza hasta el patito
feo, pasando por un atractivo normal.
Pero lo más contradictorio era la manera de ser de
ellas.
Una muy aferrada al padre, otra a la madre y la
mayor a nadie.
Alegre y divertida la más chica, estructurada y
engañosamente conservadora la mayor, un soldado prejuicioso la del medio.
Dicen
que el hijo del medio es el más conflictuado.
No
consta realmente que sea así….aunque en este caso, algo de eso había.
Escudriñó entre su ropa…. Quería algo que no fuera
tan formal, tan de oficinista.
Los básicos de siempre, pantalones negros, azules y
milagrosamente uno blanco.
Polleras rectas, bajo la rodilla, nada sexy marcando
sus curvas.
¿Qué curvas?....se dio vuelta y tuvo la esperanza de
que el reflejo del espejo, que ocupaba buena parte de la puerta, le devolviera
algo de voluptuosidad.
Era
la misma de siempre.
El
patito feo.
El
cerebro de la casa.
El
premio consuelo de la adolescencia, cuando la sacaban a bailar para hacer pata al que quería
bailar con su simpática y extrovertida amiga.
¿Por qué se había sentido siempre así? Ciertamente
no era bella como la mayor, aunque de poco le había servido su belleza a la
hora de la suerte, tampoco tenía ese atractivo para el sexo masculino como la
menor…sin embargo, no era fea, no se veía
fea…pero invariablemente “actuaba de fea”, a la defensiva, desconfiada, con
aire de superioridad.
No hizo locuras adolescentes, las vivía para adentro,
de noche, en su bunker, ese cuarto cerrado con llave, donde después de cenar,
se refugiaba y metamorfoseaba su imagen con pinturas desechadas de la mayor, probaba
gestos que podían ser seductores para los chicos, intentaba modificar su
peinado, tan correcto y pulcro a la luz del día…se mimetizaba con las otras,
con su amiga tan querida y tan encubiertamente envidiada.
En
su mundo privado todo era posible.
Brillaba, era ingeniosa y divertida en imaginarias
charlas que luego, en grupo se transformaban en un mutismo prejuicioso.
Si alguna de sus amigas le pedía que la acompañe a
encontrarse con algún pibe que le gustara, ella daba mil vueltas y si accedía,
dejaba bien en claro que no estaba interesada en el acompañante destinado a no
ser impar…. Aunque después secretamente se arrepintiera.
Premio
Consuelo… se decía siempre…tan cerebral y madura para tomar tantas decisiones laborales,
financieras, organizativas y tan infantil en lo emocional.
Pasados
los treinta, seguía soltera, con tantos rituales y manías como un viudo de
setenta años.
Pero
SE tenía cansada.
No se aguantaba el rictus de eterno juzgamiento a
las conductas ajenas.
Quería
ser más libre, menos estructurada, más divertida.
Cuando el compañero relativamente nuevo del piso de abajo
de su oficina, le sonrió con un “ buenos días” al coincidir en el ascensor,
algo le hizo devolverle el gesto, genuinamente, desde adentro.
También ocurrió cuando coincidieron en la pequeña
sucursal bancaria de la planta baja.
Al cabo de un mes se descubrió reconociendo a sí
misma que intentaba encontrárselo.
No tenía idea de si era casado, soltero, viudo o
divorciado y lo que la dejó PASMADA
era que tampoco le importaba… quería no sólo verlo sino QUE ÈL LA VIERA.
Se esmeró un poco más con el frizz de su cabello que
era como un halo no muy angelical, probó las cremas que salían por la tele
asegurando que con el uso desaparecería ese barullo de su cabeza, se ve que
cuando las testeaban no contaban con la eterna humedad de su ciudad natal.
Compró unas planchitas de “uso profesional”… se quemó
la oreja varias veces hasta que le agarró la mano, más animada, volvió a la perfumería
y se decidió por un protector capilar de uso frecuente y un baño de ¿ceramidas?.
Aparentemente
tanta inversión y aprendizaje dieron sus frutos.
¿O tal vez fuera esa sonrisa desacostumbrada y tan
sentadora?
¿O el nuevo brillo de entusiasmo en sus ojos de
largas pestañas oscuras?.
¿O el andar más elástico, seguro… casi contoneante?
Fuera lo que fuera, el nuevo compañero del piso
inferior, la encontró en la proveeduría y la invitó a compartir un café.
Por un momento tuvo miedo de ella misma, de arruinarlo
todo, de escudarse en una excusa como siempre hizo hasta que ya no llegaron
invitaciones….pero no, la sonrisa se dibujó en su rostro y sacudiendo su “nuevo
cabello” giró para buscar un lugar junto a los ventanales algo empañados a
compartir un rato con él.
El tiempo se le escurrió entre las manos, quedó con
ganas de repetir la “casualidad”…se hizo un pequeño ritual casi cotidiano.
La invitó a cenar un viernes a la noche, luego de
una reunión con los jefes de cada sección…estaba encantada, hablaba hasta por
los codos, reía, hacía comentarios divertidos, él no dejaba de sonreír a su
lado.
Poco tiempo después, llegó la invitación para ir al
cine y a tomar algo después…estaba impaciente de que llegara el fin de semana y
la velada prometida… ya sabía que no estaba casado, tampoco era viudo….era
divorciado…con chicos en la primaria y una ex no muy convencida de la decisión
tomada, pero no le importaba…estaba bien con él y no aceptó ningún tipo de
fantasmas que velaran su alegría.
Cerró de golpe su ropero, iría a comprar ropa nueva,
divertida, con colores alegres…tampoco dejaría de ser ella, ya que así la había
elegido, pero se daría una mano, se ayudaría a descontracturar su imagen...estaba
contenta, radiante, tomó su bolso, chequeó si tenía dinero, y camino bajo el
sol con toda la expectativa en su rostro joven todavía, no quería encerrarse en
un taxi, en ningún lado en realidad… necesitaba luz, gente, movimiento y volver
a tiempo para arreglarse y disfrutar de una noche donde ella era el Primer
Premio…la invitada especial, sin competencias ni odiosas comparaciones.
Cómo continuaría todo, ya sería parte de otra
historia.
Patricia Figura, julio de 2013
domingo, 7 de julio de 2013
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