jueves, 23 de septiembre de 2010

lujria y represiòn

Lujuria y Represión
_Entonces  quedamos así_ escuchó la respuesta, saludó de manera breve y cortó la comunicación.
Pensativa y ajena al sonido propio de una casa habitada, se dirigió al ventanal que daba al frente de la propiedad, a sorbos fue bebiendo el té de manzanilla y miel mientras a lo lejos divisaba la laguna que daba nombre a la pequeña ciudad.
Su expresión por lo general rígida y estructurada, sin que se diera cuenta se fue suavizando llevada por pensamientos que no eran propios en ella.
El primer paso estaba dado, pensó que no se atrevería a llamarlo, pero la necesidad de que todo tomara un giro distinto pudo más que sus reservas y su auto represión.
Se sentía diferente, con una energía que no nacía de la necesidad de ocupar sus pensamientos, tal como había sido en toda su vida,  un poco más de tres décadas.
El impulso surgía de más adentro, del centro de su cuerpo, era algo físico, le urgía escuchar esa demanda, no acallarla como lo había hecho durante años…hasta que casi había desaparecido toda sensación de adrenalina, de ¿excitación?.
Hija única, madre viuda joven, hermosa pero fría  como el hielo, prusiana en sus mandatos, exigente hasta el límite de lo inimaginable, hizo de ella su creación y fuente de todas sus frustraciones dormidas.
Nunca aprobó relación alguna para su hija, las amigas no servían, las compañeras de ballet sólo buscaban competir con ella y los chicos… bueno… qué se puede esperar de “pichones de hombres”?... dolor, abuso y abandono… nada más.
_Pero papá no te abandonó, falleció en un accidente yendo a un congreso_ era la defensa que argumentaba de adolescente cada vez que debía rechazar una invitación.
_ No seas tonta._ le decía invariablemente la hermosísima mujer con los dientes apretados y echando chispas por los ojos._ Si no se hubiese muerto hace años a estas alturas tendría que estar aceptando todo tipo de humillaciones para evitar un escándalo público._ maquinalmente y en un gesto nervioso se colocaba y sacaba el cintillo de brillantes, jamás volvió a pensar en casarse, mucho menos en tener un amante, su rol social estaba más que cubierto, la joven viuda y madre abnegada_ si me casé es porque en mi época una mujer sin un marido que la eligiese era una pobre cosa, alguien digno de lástima, una figura triste, patética, sin cabida en las reuniones  sociales , pero ahora no es así, la mujer puede tener una carrera brillante, salir en los medios y ser conocida por mérito propio, no necesitas un estandarte al lado.
Toda su libido la descargó en las clases de baile, supervisada por mamá, por supuesto, fue primera bailarina del teatro de su ciudad de origen, y primer promedio a nivel terciario, profesional e independiente nunca logró salir de las garras de la manipulación materna.
Hasta tres meses atrás, si bien su madre era joven aún, sufrió un ataque al corazón que terminó con ella y su dictadura mientras dormía.
Lloró, por supuesto, era como haber perdido la brújula, su guía y su norte.
Pero sólo por poco tiempo.
Vendió la antigua casona que la vio crecer, arregló con un martillero para que rematara todo lo que contenía, con eso y la abultada cuenta bancaria que recibió por herencia, eligió uno de los destinos en que fue aceptada cuando envió su currículo por internet.
El cambio no era fácil pero le sobraban fuerzas y ganas para sentirse viva… de a poco, paso a paso.
Compró una cabaña en la zona perimetral de la laguna, en la parte privada, lejos de miradas indiscretas pero a menos de quince minutos del centro del lugar.
La equipó con colores crudos y ocres, cálidos, cortinas claras y que se agitaban a la menor brisa del lugar, nada de tradicionales y pesados muebles traspasados de historias generacionales.
Siempre había música suave y libros por doquier.
Una noche aceptó la invitación de las compañeras del nuevo trabajo para ir al pub de adultos que había a pocos kilómetros en las afueras de la ciudad.
Le costó desprenderse de la imagen de estructurada profesional de mediana edad y adoptar un look más suave y ligero, se sentía como sapo de otro pozo en medio de toda esa orgía de luces bajas, parejas enredadas en los  livings más apartados, la música misma sonaba diferente, invitante, los tragos estaban preparados con dinamita y se obligó a no pensar en el regreso manejando por la solitaria ruta.
Una de las chicas notó que de soslayo miraba a un hombre bastante más joven que ellas, que poseía  cara pícara y ojos que prometían el cielo… al parecer, èl le devolvía cada una de las esquivas miradas.
_Es un amor que tiene precio_ le dijo divertida por la expresión de embobamiento de la “nueva”
_¿Cómo?, no te entiendo – extrañada la interrogó con los ojos como pidiendo explicación.
_ Un gigoló, un tipo pago, un rubro… pertenece a una agencia de acompañantes que a la vista de todos es una casa de indumentaria masculina, pero algunos de sus “vendedores” hacen horas extras… ya sabes, mujeres aburridas, solas, que no quieren involucrarse en otra cosa, despedidas de solteras, bienvenidas de divorcios…_ guiñó  los ojos a un elemento masculino de lo más parecido a un “buscado” y con una seña imperceptible indicó la salida hacia los sanitarios.
Todo era nuevo, espontáneo y descontracturado.
Le gustaba,  era cuestión de atreverse…ella nunca había estado con nadie, nunca un hombre la había tocado de manera íntima, sólo los bailarines de dudosa sexualidad y bajo los ojos de lince de su madre.
Al irse sintió un roce áspero en su mano… la abrió y encontró un minúsculo papel y un número de teléfono.
Luego de casi una semana de atribulados pensamientos y sueños agitados…realizó la llamada.
Ahora, nerviosa y casi arrepentida lo esperaba.
Estuvo horas en la bañera con sales perfumadas, a medida que las horas transcurrían la expectativa de lo que  iba a suceder en esa cama gigante, cómoda y solitaria la excitaba cada vez más.
Por momentos le asaltaban las dudas, por otros le ganaba la ansiedad… la ropa interior de encaje, el vestido que delineaba un cuerpo jamás deformado por la maternidad, le daban seguridad.
Sonó el timbre.
Se obligó a abrir la puerta con una sonrisa.
Recostado sobre el vano, le guiñó un ojo y extendió sus brazos largos y bien formados para entregarle una botella de champagne.
En el momento desaparecieron todas sus dudas, se hizo a un lado para que él entrase y dio un respingo cuando  la tomó por la cintura y apenas rozó sus labios a manera de saludo.
Con paso seguro entró, dirigió una mirada evaluativa al cómodo lugar y sonriente le preguntó:
_Obra tuya?, me gusta muchísimo, adoro los espacios amplios y con iluminación difusa.
_Experto en decoración o es producto de tantas visitas domiciliarias?_ al momento se dio cuenta de que parecía una solterona celosa… aunque, qué importaba lo que él pensase?... no le pagaba para pensar, aunque no quería tener ideas tan mezquinas, sino su primera vez iba a ser un fracaso.
_Ni una cosa ni la otra, durante un par de años estudié arquitectura y visité varias ferias de ambientaciones en diferentes estilos.._
_ y cómo terminaste en esto?_ otra vez la remilgada…. Juzgando a alguien que se atrevía a vivir de lo que ella jamás se había permitido.
_ viene de psicoanálisis?._ pero se reía, no estaba molesto, se acercó a ella y de manera suave la besó,  respondió tratando de abandonarse, todo era tan nuevo…él recorrió con manos increíblemente expertas todo su cuerpo que no podía evitar el temblor involuntario de sensaciones jamás vividas.
Sin saber en qué momento quedó acostada de espaldas en el piso, sobre la gran alfombra de piel y completamente desnuda… no sintió pudor sino urgencia, tironeó de él cuando se alejó un momento para desnudarse mientras la miraba de una manera  tan intensa como si jamás hubiera deseado a nadie de esa forma.
“realmente conoce su trabajo” se obligó a  alejar tal  pensamiento y no pudo ahogar los gemidos de placer que hábilmente le provocaba, rozando lugares y haciendo cosas ella misma que jamás imaginó atreverse.
Al parecer el precio incluía noche intensa porque más tarde y luego de reconocer que era su primera vez y brindar con buen humor por eso, continuaron en la cama que por fin tuvo su merecido estreno.
Al amanecer el encantador profesional del placer , había dejado su huella grabada a fuego y a su entregada partenaire agotada y dolorida durante varios días.
Luego de eso todo fue más fácil, se dio cuenta de que era más sencillo entregar su cuerpo que su alma, así que cuando el desasosiego amenazaba con oscurecer su mente o su humor, secretamente marcaba el número ya familiar y se entregaba a noches de lujuria, placer, desenfreno, pidiendo, exigiendo, explorando, aprendiendo incansablemente todo sobre el arte de amar sin amor….y llegó a convertirse en su mejor clienta.

Patricia Figura, julio de 2010


4 comentarios:

  1. una historia q tiende a hacerse comun, por falta de amor y sentido comun en algunas madres... bueno.

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  2. me resisto a creer que en nuestra època y con el intento de destierro a los prejuicios...con la libertad de autonomìa.... siga habiendo personas con su sexo destruìdo aunque lo tengan intacto.

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  3. La libertad empieza en el alma de cada uno y un ser reprimido es un ser destruido. Así como el alma se alimenta de la belleza de la naturaleza, el cuerpo renace con las caricias. Creo en la libertad en todas sus formas, dejaría de ser si le ponemos límites...Para los nuevos tiempos graficas bien una oportunidad...

    Jorge Calderón Ramírez
    Poeta

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    1. ya lo creo estimado Jorge.... las demostraciones fìsicas son tan importante como las del alma.

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