domingo, 24 de octubre de 2010

VEINTE AÑOS DESPUÈS....

Veinte años después

El parque estaba adornado con luces escondidas entre los arbustos.
Bancos de hierro forjado y puf por doquier.
La noche era primaveral, brisa suave y perfume de azahares y jazmines.
El salón abierto de par en par mostraba una larga mesa de mantel blanco.
Arreglo floral en el centro, platitos con exquisiteces acá y allá.
Música de los ochenta y risas, voces exaltadas y algunos susurros.
La secundaria reunida, aunque no toda, veinte años después.
Había mucha expectativa, unos pocos nos habíamos visto…
una que otra vez.
Los mismos de siempre organizando todo…
Los mismos de siempre dejándose invitar…
Los mismos de siempre nos volvieron a fallar.
La cadena comenzó dos meses atrás.
Se repartieron los teléfonos de a quienes se debía ubicar.
Después de idas y venidas, lugar y fecha se confirmaron una vez más.
Cuando se disponía a llamarlo,
con una sonrisa evocó ese rostro pícaro y aniñado de años a.
La sorprendió mientras esperaba, una voz grave y cordial.
Gratamente charlaron y recordaron su paso escolar.
_Cómo te fue en la vida? quiso saber él.
_No me puedo quejar, aunque estoy sola, decisión mía,
y nada más.
_Increíble!! más unidos no podían estar… o eso pretendían mostrar.
_Lo que te seduce a los veinte a los treinta no te lo bancás.
_Que lástima que nos ganó de mano, algunos te hubiésemos sabido conservar.
_Siempre el mismo pavo, entre amigos no nos vamos a engañar-
_Nunca me tomaste en serio pero yo hablaba de verdad.
_Bariloche ya fue hace rato y de la secundaria en sus comienzos ni hablar.
El rubor cubría su rostro, como hace tantos años atrás,
Por suerte él no podía verla y ella sabía disimular.
Repasaron la lista y quedaron en volverse a llamar.
Dos o tres veces por semana lo hicieron, se divertían tanto charlando,
que ninguno quería cortar.
Sólo otra de las compañeras sabía de este tête a tête…
Escuchaba a ella y por otro lado también a él.
La única testigo de lo que en el viaje de egresados…
pudo llegar a suceder.
_Será que el clima de la secundaria nos estará envolviendo?
_¿ No por Diós no quiero nuevamente adolecer. contestó su amiga
_Permitite volver al ruedo, o te acobarda su viudez?
_Siempre fue un peligro, no le tengo confianza, qué gano con ceder? Si pude frenar hace años,¿ porqué ahora no lo he de hacer?
_Vamos nena, pasaron veinte años, algo de cancha debés tener, permitite un recreo y si no amigos otra vez.
Eran nuevamente colegialas susurrando, sufriendo y riendo a más no poder, esperaban la fiesta para al compañero volver a ver.
Todo transcurría con alegría, unos a otros se abrazaban felices,
de reunirse una nueva vez
Las fotos cambiaban de manos, se mezclaban las actuales con las del ayer.
Bebidas frescas, perfumes suaves y sorpresas, todo en ese dulce anochecer
Los grupos circulaban, hasta el de las que no podíamos ni ver.
Parejas sólidas y felices, parejas que seguían porque otra cosa no sabían hacer.
Solas “casadas” con sus trabajos y solteros que nunca lo dejarían de ser.
Tres viudos, un par de separados y los que no se sabe bien “qué”.
El la buscaba con la mirada,  ¿o esperaba a su compañera del ayer?
Vió a su compinche y la abrazó con alegría _¿y? ¿no va a aparecer?.
_ Si!!! Está de espaldas, tiene el mismo traste que a los dieciséis.
_ Ah, entonces seguro la voy a reconocer… quién te dice, a lo mejor esa velada en Bariloche revivamos otra vez..
_Hmm esperemos que no se te escape, veinte años más y no sé en que estado
 nos volvemos a ver._ se rieron como siempre, como en los recreos del ayer.
Como presintiendo su llegada, ella giró sonriente y a su encuentro fue.
Cruzó el sendero que los separaba, con firmeza y algo de altivez.
Nada quedaba del rostro infantil que su mente evocaba a gusto y placer.
Mientras se acercaba percibía la mirada aguda y apreciativa que él le enviaba sin poderse contener.
“Ya no es un crío, antes no usaba chivita ni su cabello era tan corto, no irradiaba sexo como lo hace esta vez”.
Sin duda sabía como borrar de un plumazo al nene caprichoso y mimado que fue ayer.
Estaba “churrísimo” tenía que ser justa con él, su amiga con una sonrisa parecía decirle: “no te va a ser tan fácil esta vez”.
Extendió ambos brazos riendo, él la estrechó demorándose.
_Estás jugando sucio, no era así como estabas la última vez. _su gesto desafiante le decía lo que él quería saber.
_Los años no te pasaron en vano, estás mucho más mujer. La mirada era inequívoca los dos sabían lo que podía suceder.
“y porqué no?” “ambos somos libres” pensaba una y otra vez y una voz maliciosa
murmuraba “ él realmente lo es?” continuaron charlando,  con otros grupos alternaron y como danza tribal, sin perderse de vista giraban , se buscaban una que otra vez..
La compinche de ambos se acercó riendo conspirativa…
_y? te decidiste?. Mirá que me estoy tentando y yo no tengo problemas en disfrutar mientras la cosa dé.
_Así? Y qué pensás decirle a tu marido cuando te escapes con él.
_ Tonta, no pensaba escaparme, estoy bromeando, aunque me encantaría estar con él.
La miró entre extrañada y divertida ¿le debería creer?
_ No dejes que se enfríe, hoy lo tenés pendiente  y entregado pero mañana si lo dejás ir… no sé, vuelta a su mundo y vos al tuyo difícil que por casualidad se vuelvan a ver, jugate el todo por el todo ya que a nadie nada le debés, viví tu fantasía tranquila si total igual él ya sabe que la tenés.
_Si acepto tomar esa copa fuera de acá ambos sabemos lo que va a suceder, ahí gano un amante temporario pero al amigo pierdo sin posibilidades de retener.
Fuimos compinches toda la secundaria, jamás en serio sus indirectas tomé, fue sólo esa vez en Bariloche que nos besamos hasta el amanecer_
_ ¿Y en los últimos veinte años de qué te sirvió su amiga ser? Jamás se vieron ni se hablaron ¿qué amigo vas a perder?.
Un mudo interrogante le envió él con sus ojos seductores y pícaros, la hizo reir aunque no sabía bién porqué, ella asintió con un gesto y a despedirse de los grupos comenzaron a la vez.
Se encontraron en la calle, en la penumbra él se acercó con mucha suavidad y la espalda desnuda le recorrió con apenas las yemas de los dedos, la acercó sin hablar y su cuello rozó apenas con los labios sorprendiéndola de placer.
_Exquisito perfume_ murmuró, con un gesto la condujo hacia el coche, le abrió la puerta y con gentileza la cerró.
Una vez adentro la miró de reojo y sonrió “se sonroja como una nena” “¿cómo voy a poder apartarme esta vez?”
Música suave, las luces del tablero hacían íntima la previa de lo que podía suceder.
_Nena, ¿adónde querés ir?_ preguntó mientras  la noche se cerraba a sus espaldas.
_Sinceramente no sé, no es igual a que si te acabara de conocer, por un lado me muero de ganas de tenerte y por otro siento que un incesto voy a cometer.
_ Jamás podría ser tu hermano, me gustás ahora mucho más que aquella vez, te propongo un champagne en la playa y besarnos  hasta más no poder.
_No te prometo nada, no estoy segura de hasta dónde llegaré esta vez, pero hay algo que sí quiero tener: volver a encontrar a mi compinche ése que fuiste alguna vez, los amigos no traicionan ni lastiman como los amantes suelen hacer.
_ Con que ésa tenemos!!,¿es una garantía lo que buscás para a tus deseos y los míos entregarte de una vez?_ estacionó despacio y hacia él la atrajo sin poderse contener.
La calle era silenciosa y oscura, la luna gigante y plateada.
La besó despacio, con más urgencia lo hizo después, sus manos nada tenían que ver con el adolescente que la acariciara la última vez.
Ella tampoco podía frenarse, a todos borró de su mente y su corazón como no fuera a él.
_Seguìs viéndome como a tu hermano? Le susurró con voz ronca _aunque me lo jures no te voy a creer._ sujetándola por las muñecas la miraba fijo, sus ojos brillaban y se oscurecían también.
Por toda respuesta ella gimiò y con urgencia se entregó a él..
Mañana será otro día, el de hoy seria recordado como en su momento lo fue el del ayer.
Se estaban devorando con tremenda avidez, él  le susurraba con voz apretada por la pasión y podía jurar que había algo de ternura también.
Jamás había amado en un coche, ni de novia, ni de esposa y mucho menos aùn después, esta experiencia la inquietaba y deleitaba a la vez.
Cuando la respiración se fue calmando, y recuperaron el ritmo también, su compañero de secundaria de besos tiernos la cubrió una y otra vez.
_ No sabés las veces que me imaginé hacer esto con vos_ le dijo luego de un momento de silencio y placidez, ella sonrió, no podía mirarlo, no estaba segura de con quién había estado haciendo el amor dentro de un auto, si con un hombre encantador que la seducía y provocaba o con su compañero de la niñez.
Las cartas estaban sobre la mesa, eran grandes, aunque apenas entraban en la madurez, no podían reclamar nada, ni decir que no sabían lo que podía suceder, habían disfrutado uno del otro, seguramente con semejante comienzo no sería la última vez.
Sea como fuere valió la pena intentarlo, aunque sea veinte años después.




Patricia, junio de 2007


3 comentarios:

  1. cuento escrito hace unos años atràs, cuando el oìdo me "pedìa" una escritura en rimas, que me salìa naturalmente y sin esfuerzo... lo que sì me costò fue abandonarlas.

    ResponderEliminar
  2. Pero aunque estè con rimas , me tuvo a la expectativa hasta el final , PRECIOSO!!!!y me alegra lo hayas compartido !
    Ani

    ResponderEliminar
  3. muy para esta època de encuentros entre ex compañeros!!!!!!! vale aclarar que es sòlo eso, un cuento... asì ninguna de mis compañeras se siente identificada.

    ResponderEliminar