CON
SABOR A NOSTALGIA.
Mientras
el melódico y potente tema musical “story of my life” (historia de mi vida)
sonaba en el ambiente acompañado por la fuerte lluvia que amenazaba con nunca
dejar de caer…algo atrajo su atención.
No
sabía precisar qué.
Una
punzada entre dulce y dolorosa le apretó el pecho.
¿Una
sensación?
¿Un
sueño reciente?
¿Un
recuerdo?
No
podía definir si era placentero o no.
Se
acercó a la ventana, cerrada para que la lluvia que golpeaba de frente no
entrara a su hogar…o al menos no a raudales.
Intentó
asir fuerte lo que sentía, como si quisiera prenderlo entre sus manos para que
no escape, cerró puños y ojos….pegó su frente al vidrio y sólo escuchó.
La
música terminó y la estancia donde se encontraba, sola en su hogar, quedó
sumida en el silencio, salvo por los sonidos que el agua provocaba en el
exterior al golpea con fuerza sobre diferentes superficies.
Se concentró en eso…. La sensación
reapareció…no le tuvo miedo, tenía sabor dulce, sea lo que sea que habitara en
ella, era bueno.
Sintió
el fuerte repiqueteo sobre las baldosas del patio, sobre el techo de chapa del
vecino, sobre los cristales en los cuales estaba apoyada intentando atrapar
aquello que la inquietaba, acicateaba, ese sentir que le bailaba en la mente, se escabullía para volver con más fuerza.
Pero
había algo más que no lograba descubrir…
Se
separó de la abertura, abrió sus ojos siempre dispuestos a mirar el alma de las
cosas, la gente, las situaciones…esperó, recorrió despacio los rincones de su
patio familiar.
Los
cuencos de colores donde comían los gatos, las macetas coloridas con pequeñas
plantas obsequiadas y alguna que otra comprada en el vivero cercano….la
escalera de madera que llevaba a la otra planta y a la terraza…
La
intensa lluvia comenzó a amainar, de a poco la cortina se fue haciendo más
liviana hasta convertirse en solo un manto leve de gotas danzantes.
Y otro sonido trajo la punzada
nuevamente.
Y una sonrisa inmensa se dibujó en su
rostro.
Fue
caminando hacia el diminuto patio trasero, que lindaba con un gran terreno con
plantas altas, frondosas… escuchó, abrió la puerta y quedó de frente al muro
que sólo dejaba ver las hojas más altas del jardín vecino.
Y la sensación se convirtió en un
recuerdo de infancia, dulce, cálido, seguro, querido.
Una
tarde de lluvia, donde el temporal arreciaba en el exterior y ella acurrucada
en la gran cama junto a su abuela se sentía calentita y feliz.
Charlaban
en la oscuridad de la habitación que daba al diminuto patio de juegos donde su
querida abuela había logrado una “imágen verde” al abrir las persianas, contra
todo pronóstico y con poco espacio y luz, sus plantas habían crecido hasta
cubrir toda la pared que se encontraba frente a la ventana del dormitorio.
La
lluvia se hizo más leve y los secretos compartidos fueron acompañados por el
repiqueteo de las gotas sobre las grandes y
carnosas “paletas de pintor” que se alzaban orgullosas.
Ése era el recuerdo que la acicateaba.
Ése era el sonido que le trajo la
memoria afectiva.
Ése era el olor a tierra mojada y el
lujurioso verde que lo acompañaba.
La
tormenta y la siesta habían pasado bajo la forma de un refugio compartido, era
hora de levantarse, la abuela iba a preparar churros para acompañar el mate, en
un rato llegaría el abuelo del “escritorio” como le decían al negocio familiar, ella se puso las
botas de lluvia y pidió que le abrieran la cancel para salir a jugar en los
charcos de agua.
Había calma, expectativa de buenos
momentos por venir…. Infancia con abuelos.
Con
una gran sensación de paz, volvió a su presente, agradeciendo al cielo, a los
elementos que hayan despertado esas vivencias tal vez dormidas.
Se
dispuso a preparar el mate, a despertar a su hija más chica que volvió a
dormitar con los apuntes de estudio en los brazos, a organizar el resto del
acuoso día.
Las
sorpresas, lo inesperado, el sabor almibarado que uno espera como “magia” para
sacudir el día, invariablemente se
encuentra dentro de uno mismo, forma parte de nuestro tejido, de nuestro
ser…sólo necesita una pequeña invitación, un resquicio para volver a la luz.
Patricia
Figura, Noviembre de 2018,
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