viernes, 23 de septiembre de 2011

A LA FAMILIA DE ENFRENTE.

A la familia de enfrente.
Soy vecina de uds desde hace once años, tal vez unos meses menos, sin embargo no se sus nombres ni el apellido que los une.
Si los encontrara en otro contexto que no fuera la cuadra de casa, seguramente no los reconocería, al menos no de manera individual…pero si los he ubicado  como familia, ya que desde siempre he perseguido tal fin, la familia sólida, padres unidos e hijos creciendo en un hogar seguro.
Gracias a Dios, hace unos años puedo contar con eso, más allá de todo lo que conlleva criar hijos, sostener un hogar, luchar con las injusticias, rogando por poder salir adelante después de cada prueba, que puedo asegurarles que han sido muchas.
He rezado muchísimo por ustedes, desde que supe lo que le pasaba a la mamá del hogar, nunca más pude apartarlos de mis pensamientos, le pedí a Dios y a San Expedito ( que me concedió aún lo que ya creía perdido para siempre), que los abrazara muy fuerte, que el dolor que los aturde y hace ver todo como en un sueño… no los anestesie como familia, que puedan encontrar consuelo en ese álbum gigante de recuerdos que seguramente deben tener, fueron muchos años de tenerse unos a otros, aunque en este momento la sensación sea de que faltaba tanto por compartir.
No se si voy a darles esta carta, no tengo un significado en la vida de ustedes, pero mil veces estuve a punto de cruzarme, de hacerles saber que mi querida familia se hacía cargo del dolor que estaban y están sintiendo… pero no supe hacerlo, no se dar un pésame, porque no hay nada que se pueda decir a quien está viviendo el primer día de su vida sin la mamá dando vueltas por la cocina, o la compañera de tantos proyectos que seguramente habrán ido cumpliendo con amor, paciencia, tolerancia y respeto.
A lo mejor sólo quiero expresarles mi tristeza por lo que les toca pasar, o tratar de que sientan que hay más brazos tratando de ofrecer consuelo, soy una convencida de que quienes amamos y nos han amado no se van, aunque extrañemos su conversación o su perfume, de alguna manera los seguimos encontrando  porque una parte de ellos siempre va a vivir en nosotros.
Un abrazo gigante, de la vecina del pasillito de enfrente, que también es mamá y esposa de personas muy buenas y queridas.

Patricia Figura.

Setiembre de 2011.

3 comentarios:

  1. Ola Patrica, es la primera vez que te visito y que te leo, me agradad que conserves esas vivencias que todos los tenemos o por lo menos la mayoría pero que del mismo modo muy pocos hemos conversado, siempre cuento estas vivencias a los míos pero nunca lo e escrito como lo hace tú, quizás porque no los he dado mucho importancia , pero al leert los dos trabajos tuyo, creo si lo podemos compartir. Soy Fausto, y estoy en Ecuador (vigabriela@hotmail.com) gracais por recordarme indirectamente que también tengo mucho que contar.

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  2. Esa son las cosas que la tecnología no ha quitado y noostros de a ´poco nos hemos ido allenando a ese sistema, fabricando un banco de desamor en todos los hogares , ya nadie de un abrazo, ya nadie mira a los ojod para hblar y charlar, no te estrecha la mano con fuerza y con sinceridad, en fin tu lo estas diciendo. saludos.-

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  3. gracias Luis Antonio Balladres ! estamos rodeados de fantasmas amigos, no?. gente de otra època, con otros tiempos y valores, este comentario va en el otro cuento al que te referìs "no fue hace tanto...". còmo encontraste mi blog?

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