jueves, 21 de abril de 2011

SALIR DE MI VIDA

Salir de mi vida.
Conducía por  las calles de la ciudad como autómata…. Mecánicamente y por trayectos memorizados y repetidos hasta el cansancio mientras su mente se hallaba en un refugio, un lugar propio, seguro, impenetrable para los demás.
La lista de pendientes debía quedar cancelada antes del medio día, hora en que su marido llegaría de trabajar y ella  tendría que estar con los chicos sentados a la mesa y la comida lista…. Hoy el menor salía una hora antes… debía dejarse un margen para buscarlo…. Ni siquiera le preguntó si podía encargarse él…. Para qué?...para que le conteste con burla, como si ella fuera lenta o estúpida,  sus ocupaciones siempre eran más importantes, impostergables, redituables e imprescindibles que las de ella.
Se levantaron como siempre…. con un  saludo amable o poco más… la noche pasó rápida…él se durmió enseguida…. Ella se demoró doblando la ropa seca para poder colgar una nueva tanda, controló la tarea del mayor, le iba la nota del trimestre en ese trabajo, lavó los platos mientras su esposo , antes de retirarse a mirar tele en la cama, le anotaba los mandados “de trabajo” que necesitaría al día siguiente, los clientes que debería cancelar para las entrevistas pactadas, las compras de materiales para la cochera que estaban reformando y los cheques que debían cobrarse esa semana.
Mientras esperaba en los semáforos escrutaba los rostros de los transeúntes… la mayoría, serios, ensimismados, cargados de maletines, carpetas, hablando por sus teléfonos, algún que otro caminante despreocupado… sexagenario, con tiempo de más.
Fue tachando de la lista todo lo que había ido solucionando, los imposibles de siempre, agregó los mandados propios de ama de casa, la tintorería con los tres trajes de invierno que debían estar aprontados para el cambio de estación, pasar por la modista a buscar las camperas de los chicos que necesitaban cambio de cierres, la carnicería y la verdulería… el súper quedaría para la tarde… recién eran las diez de la mañana y el cansancio la embotaba… se sentía agobiada… necesitaba una burbuja, un cambio… un abrazo y aparecer en otro lugar.
Puso primera y continuó con su periplo, pasó por la oficina de él, le entregó el dinero de lo cobrado para poder distribuir entre los gastos laborales, sacó turno al odontólogo para el del medio, canceló al pediatra… la fiebre del mayor no había vuelto a subir… seguramente era cansancio de un finde sin respiro.
Otro semáforo… nuevos rostros… mujeres corriendo para llegar a sus hogares, a sus compromisos, dos chicas haciendo footing  con sus equipos juveniles y largas colas de caballos siguiendo el ritmo de su andar…. Luz verde….buscar al que salía antes…. Colas de autos en la entrada del cole…buscó con la mirada… no lo veía… el portero le hacía señas que se adelante, el nene salió y le hizo señas…en un minuto le contó todas sus novedades… lo dejó en la casa con las seiscientas recomendaciones, bajó las bolsas de las compras y continuó con el resto de las obligaciones.
Al medio día se reunieron a almorzar y su esposo después de quejarse de que siempre hacía la comida a las apuradas y “sin ganas… sin variedad”… se fue a acostar porque estaba “destruido”….y con un “ ya que a la tarde te quedas acá te traje las planillas con las liquidaciones del mes para que las completes….yo a la noche ceno con los del club… hacen un chivito y acordate  de que el fin de semana vamos a pescar con mi viejo y los del trabajo”.
Es decir que el esparcimiento de los chicos correría por su cuenta…el…. Si te he visto no me acuerdo.
Suspiró y se contuvo para no tirar la pila de platos que llevaba a la pileta… necesitaba salir de su vida urgente…. No de sus hijos…. Los amaba…necesitaba salir de esa rueda de obligaciones desiguales, agobiantes, sin crecimiento personal… de la desvalorización de la que era objeto desde hacía años.
De esas camas aburridas… mecánicas…esporádicas.
Mirando fijo…con las manos sobre la mesada…recordó a un muchacho al que le dio paso en una esquina…él le agradeció con un guiño mientras tomaba un helado..¡a media mañana!...era de su edad… o lo parecía…. Caminaba a paso rápido y se permitía disfrutar de un helado un miércoles en pleno horario laboral…le había sonreído en agradecimiento por poder cruzar…fantaseó con que lo volvía a encontrar…que le daba la mano, que se daba cuenta de su angustia… del círculo en que estaba y que se sentía incapaz de romper…que la abrazaba fuerte para que ella pudiera salir de esa vida de costumbres y horarios “encomendados”… donde no había espacio para los paseos con alegría… sólo las vueltas de rutina un sábado y donde no había demasiado de que hablar.
“Salir de mi vida… eso tengo que hacer….si de todas maneras esto así no le sirve a nadie… qué les estoy enseñando a mis hijos?... cuánto más me tengo que marchitar?...ya no es una familia… somos un grupo que vive en un mismo lugar, sin alegría y sostenidos por el sacrificio de dejar de ser yo”….tengo que cambiar antes de perderme para siempre.
Necesito que me abracen fuerte…muy fuerte….necesito animarme….todavía puedo hacer los trayectos con felicidad para mis hijos y para mí… disfrutar de ver el cambio de estación en los árboles mientras voy de un lado al otro… pero con una sonrisa, impaciente por volver a casa… a mis hijos y a un amor que me merezca.

Patricia Figura, abril de 2011

7 comentarios:

  1. ¡Muy bien lograda la atmósfera del relato! Lograste transmitir toda la angustia y la desesperanza de quien siente, en pleno siglo XXI, la opresión de género. Me pareció excelente. Besos, Norma

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  2. Patricia: cuántas mujeres se identificarán con tu texto. Ojalá llegue el día en que tu cuento parezca anacrónico o de ciencia ficción. Por ahora, es una verdad rotunda.

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    1. gracias a las dos por esos comentarios.
      siempre me llamò la atenciòn las "caras sombriàs " que me cruzo, caras con el ceño fruncido, angustia y si bien, por supuesto tal vez no sean los motivos los que yo imagino, la imaginaciòn vuela.

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  3. Patricia me parece muy bien escrito. Aunque suene increible, aun hay mujeres que se dejan atrapar por esa telaraña culposa de ser la unica mosca que puede hacer todo, de todo para todos... me molesta el estómago de leerlo. Si tan solo se dieran cuenta que si no paran el cuerpo las hará parar, ojala no demasiado tarde para reaccionar.
    Abrazos.

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    1. DEL CUERPO NO SE PUEDE ESCAPAR, SOLO CUANDO YA ES DEMASIADO TARDE.
      LAMENTABLEMENTE, EXISTE LA MUJER ORQUESTA, Y QUE REALMENTE SIENTE QUE TODO CUELGA DE SU ESPALDA.
      ES AGOBIANTE.
      NO EN VANO LOS PSICOFÀRMACOS SON LAS "VEDETTES" DE NUESTRO TIEMPO.

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  4. No me considero ni ahí la "mujer orquesta", pero sí me encargo de las comidas, trato de que sean variadas, jajajaja!, de la nena, de sus notas, sus trabajos, etc; también me encargo de las planillas, de los bancos, los cheques, los depósitos, los pagos de las cuentas en fecha, etc.... Y trato de hacerlo lo mejor que puedo, con la "diferencia" si lo podemos decir así, que no tengo una "lista de tareas diarias", las hago cuando puedo, y/o cuando tengo ganas, jajaja!!!, lo que se me cuestiona, a veces, por parte de todos, es mi cabello, pero como ya dije, él tiene vida propia, y a veces queda liso y a veces se me alborotan un poquito.... pero no creo que buscar los abrazos y el cariño "fuera de casa" sea la solución.... tengo una amiga que lo hizo y su matrimonio terminó y la "solución" también terminó al poco tiempo, ahora está sola, viviendo con una hija adolescente que le reprocha cada vez que puede, el fin del matrimonio con su padre, y lamentablemente, el hijo, también adolescente, está internado en una clínica de recuperación para adictos.... y te cuento que este fin de semana vi lo que hace la esposa de mi cuñado por nuestra suegra, cómo trabaja entre 8 y 10 horas por día, se encarga de su casa, del negocio, de su hija adolescente, de los estudios de ésta y de su hija un poco mayor que se vino a vivir a la capital, a estudiar y trabajar, como hacen la mayoría de las chicas que quieren un futuro fuera de ciudad del interior de mi país, y te puedo asegurar que las "mujeres orquestas" como yo y/o la de tu cuento, no hacemos nada..... somos unas quejosas.... Pero tu relato me gustó, como siempre. Besos.

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    1. Graciela querida, hay tantos ejemplos como personas en el mundo!!!!!!!.
      Por supuesto que es asì! No tengo ninguna duda!!!!!!!!.
      Creo ( porque mis cuentos no son ex profeso, pueden ser "a pedido" pero ni aùn asi sè como van a salir), que la angustia de la chica del cuento era referida a lo sola que se sentìa para hacer frente a lo suyo.
      Me dio la impresiòn que lo que a ella le pesaba era el no tener el compañerismo que aliviana las cargas.
      Y en mayor o menor grado, todas las mujeres que elegimos formar una familia tenemos que ser "orquesta" y las que no, tienen la responsabilidad no menos difícil de solucionarse todo solas.

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