domingo, 7 de diciembre de 2014

Extraña Reuniòn....

Extraña Reunión.
El aburrimiento las tenía medio malhumoradas.
Ya no estaba soplando el viento de los locos, el calor sofocante y húmedo no les cortaba la respiración
Con la lluvia sosegadora de ánimos también llegó un poco y por distintos motivos el aislamiento.
Había momentos para estar quietos, pensar, reflexionar, planear…..y no todas estaban dispuestas a entrar en el juego.
Habiendo disfrutado de una seguidilla de días de sol, pileta, reposeras, mates, refrescos, charlas con la música de fondo, el estar cada una en su casa, su propio y ¿elegido? mundo por momentos les pesaba.
Los chicos encerrados también, entraban y salían ensuciando los pisos limpios.
Los uniformes no sacados y colgados a tiempo chorreaban agua por el repentino diluvio.
Las heladeras se abrían y cerraban doscientas veces por hora encontrando siempre algo mágicamente descubierto para seguir comiendo…..ni hablar de salir a caminar románticamente bajo la lluvia….. ésta no caía, simplemente azotaba.
Fin de semana, con los maridos deambulando, notando detalles hogareños que en el ajetreo diario pasan desapercibido, no ayudaba a que las sonrisas se dibujaran en los rostros de estas amigas recluidas en sus niditos de amor.
Las que tenían adolescentes bajo sus techos, la población llegaba hasta a triplicarse…todos los televisores, DVD, compus y demás artefactos electrónicos quedaban fuera de alcance, ni que hablar de las habitaciones de uso compartido, los dormitorios…. Era zona de guerra, los limites perfectamente marcados y reglas para no invadir el espacio ajeno.
Cuando mediaba la tarde y con algunos pelos parados, desde la relativa privacidad de sus dormitorios comenzó el intercambio de mensajes por wsapp, corrientes privadas, grupales, individuales…. Todo era válido, catártico, cada una exponía su letanía de quejas del día provocando la risa de las demás.
Cada vez que sonaba el clinc de los mensajes la que no lo tenía en silencioso, tenía que observar la cara de su cónyuge esperando algún comentario…. Claro que alguno descansaba placenteramente después de una prolongada siesta sexualmente activa…la lluvia daba para todo, y más recluidos en sus cómodas camas.
Los comentarios iban y venían, subían fotos “testimoniales” de lo que comían, leían, algunas viejas de momentos compartidos, amenizando un día gris con las calles convertidas en un gran lago.
De a poco el humor fue cambiando, de una manera u otra estaban reunidas, charlaban, se reían y cada pesar parecía mucho más liviano al compartirlo con las demás.
Cuando llegó el anochecer y luego de duchas reparadoras, arreglos de uñas, depilaciones, baños de crema y postres preparados toooooodo mediante wsap compartidos, el día tuvo otro color.
El cielo se fue abriendo con esa tonalidad naranja que hacía ver el verde de las plantas con una iridiscencia especial, el arco iris se formó en el cielo….el día siguiente estaría mejor.
Una salió a dar una vuelta con el esposo y los chicos, otra calzó sus infaltables zapatillas y salió a caminar, una tercera se preparó para la misa dominical, las restantes siguieron con la tarde en curso, de a poco todo volvió a la normalidad, había sonrisas, comentarios, los adolescentes fueron mermando su densidad, los más chiquitos comenzaron a quedarse dormidos, las cenas y sobremesas le ganaron a la luna que todavía se veía borrosa, alguna estrella lograba divisarse en el firmamento.
No hay tormenta que no pase y se atempere cuando uno tiene gente querida cerca…lo importante es no aislarse interiormente, recluirse en el ostracismo, a veces las redes tendidas para darnos una mano son invisibles a simple vista, pero podemos sentirlas, asirlas y convertir un día gris en otro verde esperanza.


Patricia Figura, diciembre de 2014

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