sábado, 22 de diciembre de 2012

COMO EN LAS NOVELAS...


COMO EN LAS NOVELAS.
Pero sucedió, en realidad pasó y tal vez basado en una historia irreal…ocurrió porque ellos quisieron, lo buscaron, o la egolatría de ambos no les permitía vivir un amor convencional…enamorarse de un compañero que los complemente.
La sensual frialdad de él disfrazada en buena onda y entrega total por el tiempo en que su fastidio interno se lo permitiese…la comodidad de ella camuflada en desinterés, su seguridad cifrada en cientos de cabezas girando a su paso… no eran hermosos … pero aceleraban el pulso, tenían ese algo que para el sexo opuesto es sumamente atractivo.
Seguramente fue la combinación de esos factores, sumados a las circunstancias…¿al hecho de saber que no iban a amar a quien les hiciera sombra?.
Una cuenta pendiente de la adolescencia?
Si se hubieran permitido algo más en su momento…¿se hubiese dado ese matrimonio después?....
Eran amigos.
Incluso él fue el novio feliz de la amiga más íntima de ella….por dos semanas, donde se concretó ese beso que nunca se olvidó y que fue el corolario de interminables meses de idas y vueltas.
Horas de confesiones teenagers  donde el “no me llama”, “lo vi”, “no me mira” ,“al final para qué nos arreglamos”, “ahora no me gusta tanto”, “la nueva está buenísima” ,“la quiero, pero como amiga”, “vos también sos linda y eso que tiene que ver”, “ me sacó a bailar apenas largaron”, “lo vi tomando un helado con cara de mongo con la rulienta”, “ viste el auto que tiene el padre????”, “ no, que te haga pata otro, con esa no bailo” y un millón más iban y venían en el grupo que invariablemente se encontraban en los cumples de quince, los bailes en casa de los que tenían patio grande, club, playa y donde eligieran pasar las tardes  o noches un grupo heterogéneo y compañero.
Ellos siempre estaban juntos, se reían de las mismas cosas, tenían onda, él le tiraba abajo cualquier posible pretendiente, ella lo quería para su amiga
Después todo se fue disolviendo, cada uno fue buscando su lugar, su futuro, su estudio, trabajo, geográficamente,  salvo cuatro o cinco del clan, se dispersaron.
Hasta que varios años después, se cruzaron casi por casualidad en el boulevard de la ciudad testigo de la lejana etapa vivida en común.
Ellos dos.
A solas.
Con sus mismas sonrisas, con alegría, se tomaron de las manos, se besaron, abrazaron y no se separaron en toda la tarde.
La mesita del bar fue testigo de doce años de anécdotas, novedades, desencantos, matrimonios fallidos, solterías, enamoramientos y viajes que salían a borbotones por las bocas de ambos.
Con el intercambio de celulares, llegaron los mensajes, llamados, pero por algún motivo ninguno de los dos incluyó a los otros.
Ella se sentía en la “obligación” de avisar que había vuelto a verlo…daba vueltas, justificaba su silencio, minimizaba la cuestión y disfrutaba a su amigo todo lo que podía.
Él por su parte jamás se sintió en deuda con nada ni con nadie.
Caballero a morir, después de los primeros encuentros no le contó más nada de lo que parecía una activa vida sexual, ya su plan estaba en marcha.
Ella venía de un amor tan intenso como doloroso… no quería saber nada de nada con nadie.
_Sos loca nena, mira si te vas a retirar en la mejor edad por un estúpido, no era para vos, punto… hay miles de tipos más_ estaban en la playa tomando sol, ninguno tocaba el agua barrosa donde los pies no se veían… disfrutaban del viento suave y la música de los paradores.
_No era estúpido, no se enamoró de mí, la pasábamos bárbaro…era el tipo ideal… pero nunca dudó… yo le gustaba muchísimo pero no sentía nada más_ suspiró y una mueca de tristeza le cruzó el rostro, cinco meses después no podía sacarlo de su cabeza.
_No existe el tipo o la mina ideal… uno los idealiza, los inventa, fantasea…. Pero después a la larga o a la corta la realidad gana, te gusta, te llevas bien, buena cama y punto._ cual estatua asándose al sol, con su eterno cinismo a flor de piel y dejando en claro que nadie es imprescindible habló de los sentimientos de ella como si fueran masa para modelar a gusto.
_Por favor! ¿nunca te enamoraste?  Nunca sentiste latir “esa vena que pasa por el cuello”? ¿Que se te paralice el corazón? Que tengas que mirar el reloj veinte veces cuando faltan diez minutos para ver al otro?_ se incorporó sobre un codo y le corrió los lentes de sol para mirarlo a los ojos… igual él nunca los abrió.
_Uhh estás mirando muchas novelas…las cosas no son así… te gusta, estás cómodo y punto, yo viví diez años con una chica macanuda, divina, mil puntos, tuvimos como te conté un hijo que adoro y cuido, disfruto todo lo que quieras, pero jamás en esos años le fui fiel con el cuerpo…nunca, y no sentía que le estuviera haciendo algo “a ella” jamás la privé de nada, pero … bueno… llegó un punto en que las discusiones ganaron y yo en ese momento sabía que no iba a cambiar, así que antes de odiarnos… nos separamos_
_Entonces? No te entiendo cuál es el mensaje… qué me querès decir?.... o te conformas con lo que el otro tiene para darte o quedate solo?_ le tironeó despacio la nariz para que abra los ojos y la mire, ella le ocultaba el sol con su propio rostro.
Bajo las largas pestañas de él aparecieron los ojos siempre traviesos y divertidos, sobre todo cuando ella se sentía en desventaja.
_Exactamente querida….jamás le pidas peras a un olmo._
_No le pido peras al olmo, simplemente no me gusta que se las vaya a buscar a otro lado_ le volvió a calzar los lentes no muy suavemente y se recostó a su lado.
Quedaron en silencio un rato, ella medio enojada, él con su inalterable cara de póker.
La gente comenzaba a levantar sus cosas, el sol se estaba ocultando en el otro lado del río detrás de los edificios tradicionales de la avenida costanera.
Riéndose como siempre la abrazó y le dio un sonoro beso en la mejilla, con un codazo lo apartó y si bien no estaba muy segura del motivo de su enojo, la decepcionaba la manera de pensar de él.
La idea de no poder confiar en nadie, de no poder formar una familia, un hogar, saber que la traición está a la vuelta de la esquina le provocaba un nudo en el estómago…quería tener hijos,  una casa, un marido, siempre se había visto como esposa “de”, finalmente en eso también le había ido mal…años de noviazgo para descubrir que su novio en realidad le daba seguridad pero nada de emoción.
y cuando por fin se sentía bien con alguien, él no se moría por ella.
_La verdad es que estoy cansada_
_De mí? _ se estaba sacudiendo la arena del short para ponerse boca abajo y poder mirarla mejor.
_Pero no!!, de la situación en general, me embola tener la edad que tengo y estar a las vueltas, me gustaría que por arte de magia mañana amaneciera con un lugar propio, un marido que trabaje bien, me proteja, terminar el día charlando, comiendo algo, esperarlo y que me espere, saber que si tengo fiebre me va a ofrecer un té, salidas en parejas los fines de semana, sol y asado los domingos…no se, lo que siempre perseguí y nunca se me dio con la persona justa._  no lo estaba mirando a los ojos, por lo tanto no vio su sonrisa comprensiva, su gesto.
 _ Te querès casar conmigo?_ si bien lo dijo en tono divertido y ligero, algo le decía que no era una broma.
Le hizo un gesto de “dejate de jorobar” y como había comenzado con su idea la siguió desarrollando hasta el punto de lo absurdo.
-Sabes qué más me gustaría? Haber nacido doscientos años atrás_
_Estarías re vieja_ la interrumpió él – y no te quedaría la bikini  como te queda ahora, ni esos jeans que tenías anoche,  ni el escote para sumergirse qu…ay, me hiciste mal_ se pasó la mano por el costado en que ella riendo lo había pellizcado.
_ Me refiero a esa época en que los padres te elegían el mejor partido posible y listo, chau, te dedicabas  a vivir y punto_
_Ah, bueno, la ley del menor esfuerzo, aparte te contradecís continuamente, en ese entonces la promiscuidad era la bandera y la mujer no decía ni pio, menos separarse o trabajar fuera del hogar….mmmm no, no te veo, quedate en tu época nomás que hacer un bolso no cuesta nada._ ella se encogió de hombros y se sentó como chinito.
_No me contestaste, te pregunté si te querías casar conmigo…te cumplo tu deseo de abrir los ojos y tener un lugar, un marido, un hogar… lo de los hijos lo podemos hablar más adelante.
_ Porqué te querrías casar conmigo? – lo dijo en un tono como si fuera portadora de alguna peste o algo así.
_Porque yo también quiero esas cosas y vos sos mi amiga, sos divina, nos divertimos…si nos va mal no nos vamos a sacar los ojos, es cierto que los años pasan y ya no me interesa tanto la calle, la joda, amanecer con piernas diferentes en mi cama todos los fines de semana…no necesitas padres que te hagan un buen arreglo… te vengo como anillo al dedo._ era increíble que estuviese hablando en serio.
_Es 28 de diciembre?_
_No, estamos en noviembre_
_Me suena de lo más incestuoso…. Por lo menos uno “debería creerse enamorado”…algo… no se, cómo me voy a casar con un amigo?...¿Porqué casarse?..._
_Ves que te contradecís continuamente… aparte, ¿qué incesto?.
 Poneme entre cuatro paredes con vos y te demuestro que no hay ningún parentesco_ más allá del rubor disimulado por las horas de sol, los dos se rieron.
_Te lo propongo en serio, de verdad, no te digo que estoy loco por vos, pero queremos lo mismo, me gustaste siempre y ahora más y nosotros nos tenemos confianza, creo más en una buena amistad con mucha atracción sexual que en un gran amor_
Ella siguió muda.
A la noche cuando salieron a tomar algo, ella seguía sin hablar, no podía dejar de pensar, él estaba más que divertido y exigía un “adelanto” a su contrato matrimonial.
Era de novela, de película, por otro lado la practicidad del asunto le daba miedo.
Una vez que se acostaran las cosas iban a cambiar por fuerza, nadie amanece en el mismo colchón que su amigo sin que las cosas sean diferentes.
Estaba dispuesta a intentarlo…tal vez sea cierto eso de que el amor llega con el tiempo, con los momentos compartidos, con los proyectos y los hijos… de cualquier manera no se iba a quedar con la intriga, le gustaba la idea de un marido tan atractivo, sexy y divertido como él…ni que hablar cuando se enteraran los del grupo!!!!!!.
Pero eso ya era parte de otra historia.
Y a su manera muy particular, se querìan, no se amaban, es cierto, pero tenìan màs que muchos para comenzar.
_Si, me quiero casar con vos_ le dijo mientras cenaban, él no pestañeo, tampoco se rió como hacía siempre, simplemente levantó su copa y brindando dijo… “por nosotros”.

Patricia Figura, diciembre de 2012

2 comentarios:

  1. Será de novela, será arriesgada, pero me gustó. Ha! y da para más!!!! contame cómo les fue!

    ResponderEliminar
  2. jajajaj susi con vos mis cuentos terminan teniendo "capìtulos" jajajajajajaja

    ResponderEliminar