jueves, 13 de octubre de 2011

Y AHORA?.

Y AHORA?
En un momento de la noche sintió que algo cambiaba en ella.
Un cierto fastidio se colaba sin poderlo manejar…cuando quería asir la sensación para estudiarla y vencerla… se evaporaba tan rápido como había llegado.
Se sentía tensa, no estaba acostumbrada a que las cosas se escapen de su control, hasta el clima le “obedecía”… necesitaba que esa noche fuera, fresca, perfumada, llena de estrellas… y por supuesto así era.
Iba de grupo en grupo saludando, recibiendo halagos  y amabilidades… elogios por la organización, por el servicio de catering , la música…. excelente y suave la iluminación en el parque de la sede a la cual pertenecía desde hacia años y en la que había hecho una carrera brillante.
Todos los que la conocían estaban allí.
Los de la cúpula a la cual pertenecía.
Su familia, a la que progresivamente había podido acomodar en lugares seguros, con ingresos regulares y tranquilidad financiera… origen humilde, muchos hermanos, poco dinero, orfandad por parte de padre en plena adolescencia, madre astuta pero con los brazos y los tiempos atados por hijos chicos todavía.
Ella se aseguró de no pasar por eso.
Bajo el ala de conocidos de su madre comenzó a trabajar a edad muy temprana, secundario completo y un terciario rápido, cursos “todos los que humanamente podía tomar”, horario full time.
Siempre estaba disponible, se fue comprometiendo y escalando, sus hermanos, menos ambiciosos, saltaban de una changa a la otra, trabajos sencillos, poco estudio,  todos casados, contentos cada uno dentro de sus realidades, pasando estrecheces, es cierto, pero lo vivían distinto.
Estaban sus amigos, no había nadie de la infancia, ni de su época de estudiante, eran relaciones de su vida matrimonial.
Porque eligió y fue tras él.
Soltero, joven, inteligente, poco empuje, rendía muy bien en el lugar que lo pusieran… pero no de motus propio, era una excelente sombra y un mejor títere.
Se complementaban fantástico.
“Nada de hijos” aclaró ella al principio de la relación.
A él no le importó.
“Nunca voy a cambiar de opinión” le advirtió ella, quería las cosas claras de antemano, no iba a vivir recibiendo facturas por lo que no fue o pudo ser…él lo aceptó, no estaba dispuesto a extrañar lo que no conocía, le gustaba la comodidad, un hogar ordenado, salir del trabajo a media tarde y ser dueño de su vida y sus horarios, corría tres veces por semana,  jugaba al rugby no profesionalmente y le encantaba.
 Los feriados viajaban si ella podía ausentarse y los fines de semana los tenía extensos frente a él para hacer lo que le vinieran en ganas….por lo general a la noche salían con amigos, sus compañeros de deporte y sus esposas… e hijos.
Mas de una vez se tiraba al piso a jugar con los chicos mientras las madres disfrutaban de conversaciones  comunes, interrumpidas, demandadas, se levantaban a acompañar al baño a los más chicos, no se enojaban por alguna gaseosa volcada o una nueva mancha en la blusa que estrenaban.
Pero después volvían a su bunker, donde nada había sido alterado, donde el sueño seguía hasta altas horas de una mañana de domingo sin otra obligación que levantarse cuando quisieran.
Ambos estaban satisfechos.
Cómodos.
Solos.
Se dio cuenta de que estaban solos.
Le pareció tener la punta de una idea, qué era lo que le molestaba.
Miró los grupos a su alrededor.
Estaban grandes todos, de hecho, estaban festejando su sexagésimo cumpleaños…sus hermanos con sus hijos  y algunos nietos corriendo cerca… compartiendo risas con sus yernos y nueras, bromas al igual que sus amigos con su progenie crecida a la que lucían orgullosos, eran buenos, educados, a ninguno les había resultado fácil, a todos les había faltado tiempo personal, muchos lujos y gustos que darse, pero viéndolos se notaba que había valido la pena, la vida fue buena con ellos y supieron salir adelante en sus elecciones, fueron bendecidos y con creces, cada uno tenía un grupo grande y querido alrededor.
Lo vio a su esposo en un grupo formado por las “nuevas” en el trabajo…jóvenes, lindas, recién comenzando sus vidas o lo que decidirían para ella, nunca había sido celosa, pero algo andaba mal, su alarma interior, o sexto sentido, intuición….o tal vez solo estaba cansada…llevaba semanas preparando todo para “su” fiesta.
El maitre  se acercaba a la mesa central con los mozos para encender las velas de la torta, un bouquet finísimo la decoraba… mientras todos aplaudían se unió a ellos para recibir su nuevo año de vida cumplido, faltaba un minuto.
Y por un minuto se imaginó lo que sería compartir ese instante con hijos a cada lado que cubrieran todo el lado de la mesa … nietos, algún yerno compinche y una nuera que la quisiera mucho….pero fue solo una ráfaga, dibujó una sonrisa en su rostro cuidadosamente maquillado para la ocasión, sintió un pequeño escalofrío cuando todos reunidos en abanico frente a ella comenzaron a cantar el feliz cumpleaños, lo buscò a èl con la mirada, para que llegara a su lado en el momento de soplar las velitas, estaba al final del grupo acompañando con las palmas mientras conversaba con una de las secretarias  “ella puede darle un hijo”… ese pensamiento la golpeó, la tomó desprevenida, se sintió mareada por un segundo.
“Basta, qué te pasa?...tan mal te cayó el cambio de década?”
Con ojos acuosos que todos atribuyeron a la emoción, soplo las velitas que formaban el número “60”… se fueron acercando a saludarla, a abrazarla, elogiaron una vez más su buen gusto y la fiesta con la que los obsequiaba, él con algunas canas en las sienes y su andar seguro, la tomó de  los hombros desnudos por el vestido de noche y la besó en el nacimiento del cabello.
“Porqué no en la boca como siempre?” la voz maligna otra vez… no iba a permitirse boicotear su propia noche, no tenía idea qué eran esos fantasmas que la visitaban, o el porqué, había conseguido todo lo que quería, desde joven tuvo sus objetivos claros… y estaba exactamente donde se imaginara siempre… ¿qué más podía pedir?.
“Hijos” le susurró la voz.

Patricia Figura, octubre de 2011

3 comentarios:

  1. Es duro ver los errores en los caminos que se eligen, a veces irremediables... lo que sobra y lo que falta, la vida en algún momento pasa su factura.

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    1. tal cual... comos siempre digo, no hay una vida para ensayar y otra para vivir.

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  2. tal cual, como siempre digo, no hay una vida para ensayar y otra para vivir.

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