lunes, 13 de diciembre de 2010

HAY QUE PASAR EL DOMINGO.

HAY QUE PASAR EL DOMINGO.
Dos horas antes la inmobiliaria bullía de actividad.
Las planillas de Excell  cambiaban sus saldos minuto a minuto, se ingresaban cobros, actualizaban impuestos, se daban de bajas clientes, se chequeaban moras… todo lo que durante años venían haciendo sus empleados.
Ella había entrado hacía casi treinta años, recién terminada su secundaria, con el título de perito mercantil y un casi inexistente curriculum, pero con las mejores notas de egresada.
El dueño era un  íntimo amigo de su abuelo y la tomó a prueba un par de meses, durante las vacaciones de verano, ella se preocupó por aprender todo, desde las fotocopias que exigía cada contrato hasta las cláusulas que convenía ir agregando conforme cambiaban las épocas.
Se hizo casi indispensable, a los cinco años manejaba la sede central y convocaba a su personal a cargo una vez a la semana siendo implacable con los descuidos.
A los diez, viajaba al interior del país y zonas costeras buscando buenas inversiones y su “olfato” rara vez fallaba, no sólo se sentía parte de la empresa sino que sentía que “Ella era la empresa”.
Cuando el fundador y amigo se retiró laboralmente, le hicieron un breve homenaje, con brindis y un buffet froi para compartir entre los empleados y sus hijos que eran los sucesores.
Tuvo palabras de aliento hacia todos y de extrema amabilidad hacia ella, incluso le confió que era su tranquilidad que siguiera  al lado de sus descendientes, así lo hizo con esmero durante los últimos diez años….y de su parte lo seguiría haciendo toda la vida.
Se sentía satisfecha, ganaba muy bien, tenía un departamento excelentemente ubicado, con seguridad permanente, cochera, auto nuevo, viajaba mucho por negocios y para ella eso era un placer, conocía el país de punta a punta y algo del exterior también.
Sólo había una “mosca en la sopa”… en “su” sopa….los DOMINGOS.
Cuando llegaban las últimas horas laborales del sábado… la pequeña espina que llevaba en su interior, comenzaba a molestarla.
Escuchaba las conversaciones impacientes de las empleadas que miraban sus relojes veinte veces en cinco minutos, que la esperaba el novio para un finde en la quinta, que los hijos las llamaban para que se apuren, que el asado ya estaba listo y la familia reunida, que la peluquería para estar presentable en tal o cual fiesta, que llegar al centro antes de que cierren las boutiques así elegían algo para la noche, que las amigas alquilaron una cabaña y la pasaban a buscar… en fin mil vidas, mil opciones, mil planes y ninguno suyo.
Cuando el sábado se cerraba el portón… no el antiguo y pesado que ella conociera veinte años atrás sino el computarizado con alarma y blindex…. Ella quedaba “afuera de su vida”… perdía identidad y motivación.
Nunca había sido demasiado sociable, su tendencia a dirigir y controlar siempre provocaba algún tipo de fastidio o malestar y terminaba diciéndose que era mejor estar sola que mal acompañada, tenía  seis días plenos durante la semana…no muchos podían darse ese lujo.
Había que pasar el domingo…. Que era largo, tedioso, que le gritaba a los cuatro vientos su soledad, su falta de familia y amigos, eran como navidades semanales… solo que peor.
Durante años se dijo que no importaba, que ella elegía ser una empresaria de carrera antes que una mucama familiar, cubriendo los caprichos y demandas de maridos e hijos.
Pero ahora que ya no estaba en la plenitud, y  su carácter se iba agriando por las manías de solterona….se encontraba reconociendo que la abrumaba la perspectiva dominguera, no hablar con nadie, su teléfono no sonaba porque la mayoría de sus contactos eran clientes o empleados.
Lavaba ropa, aprovechaba a planchar,  a cocinar para la semana y freezar, eso le daba durante los demás días la posibilidad de dormir una siesta que  cada vez sentía más necesaria y reparadora.
Dejó de ir a las reuniones anuales de ex compañeros… su vida era siempre igual y lo peor de todo era… QUE NO TENÌA PROBLEMAS… era insólito pero era así… le costaba entender las quejas de sus compañeras sobre noches de tos seca, pañales, nebulizaciones, termómetros, paños fríos, colas paspadas, eruptivas, maridos de pesca, las peñas, cambios de trabajos, traslados para progresar, fiestas de egresados y los nietos que comenzaban a anunciarse.
Toda una vida vivida.
Frutos que permanecerían cuando ellas ya no estuvieran.
Quién iba a recordarla con cariño? Qué huellas dejaría? El llevar un negocio adelante? Y si los nietos decidían cerrar? Este tipo de empresa  pocas veces lograba sobrevivir a las terceras generaciones.
Distraída no escuchó cuando la última empleada le preguntó si ella también salía.
La miró sin ver…y ante el gesto interrogante de la otra asintió… tomó su cartera, carísima y de impecable buen gusto, guardó las llaves de su escritorio y tomó las del auto ; ambas salieron al aire libre, era primavera, el perfume de algún jazmín cercano las envolvió.
_Qué hermoso día! Ni una nube_ comentó, el tráfico ya no era tan denso y los pajaritos se hacían oír desde los árboles cercanos.
_Bárbaro, ya busco el bolso que dejé preparado y nos vamos todos a la quinta de mis viejos, ellos están desde ayer, llega mi hermana de  Córdoba con el marido y los dos chicos así que vamos a ser un batallón jajjaja… y vos… que vas a hacer?_
Lo pensó un momento, buscó en su mente una respuesta rápida…inventarse una salida, una reunión…
_No sé…pasar el domingo…_ agitó la mano en señal de saludo e hizo sonar la alarma de su coche, se dirigió con paso ágil y dio marcha mientras algunas lágrimas muy raras en ella, le nublaban el sol de ese resplandeciente medio día.

Patricia Figura, diciembre de 2010

3 comentarios:

  1. No tuve tiempo de pasar antes.. Pero el cuento me pareció una acertadísima mirada sobre la vida laboral. Muy bien analizada. Y muy bien escrita.

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  2. gracias norma por tu comentario, siempre tenès el anàlisis justo, el que encierra el mensaje sin entrar en detalles de los contenidos. besos Patri

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  3. Muy lindo Patricia y también muy cierto , son muchos los que ocultan su soledad sumergiendose en un trabajo , dejan de vivir y luego temen hacerlo , o ya no hay tiempo ....(para pensar ) Muy bueno!

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