De
un lado a otro.
Parecía siempre un poco cansado.
Su
rostro, serio, enjuto, cambiaba radicalmente cuando sonreía.
Delgado a pesar de los años transcurridos desde la
lejana adolescencia, comentaba con orgullo que todavía le entraba el traje de
su graduación.
Esperaba con ansias las vacaciones veraniegas,
aunque invariablemente volvía más cansado que antes de subir las valijas al
coche.
No es que hubiera “horarios para divertirse”.
Pero los días
nunca alcanzaban, su familia nunca
optaba por ir a la playa más cercana a la casa que hubieran alquilado, llevando
solo la heladerita y algunos juegos de arena, sino que para no aburrirse había que
organizar una pequeña mudanza cada día, cargando y descargando el coche
antes de salir a “buscar el destino del momento”, bajar todo en el lugar elegido, cuya geografía era idéntica a las
anteriores, preparar el almuerzo con algo de arena, la merienda, entretener
a los chicos, explicarle cincuenta veces a su esposa que no le pasaba nada,
solo quería descansar un rato a la siesta ya que durante el año era imposible, “no vamos a venir hasta acá para dormir”….
así que con la comida en la garganta, se preparaba el tejo, el freezbe, la pelota, los baldecitos con sus
moldes para el más chico y el gran campamento gitano cobraba vida.
Al atardecer llegaban los mates, las facturas, la chocolatada, alguna “oportunidad” de esas
que los vendedores ambulantes anuncian como ganga y que solo se pueden usar una
vez al año y de turista.
Como corolario final, y luego de cargar nuevamente
en el auto, sombrilla, juegos, toallones mojados, toneladas de arena, y todos
los restos en la heladera, la familia salía a caminar un poco “para hacer
ejercicio…. Un poco de vida sana” como decía su mujer.
Al llegar al hogar provisorio, y luego de descargar
todo una vez más para intentar limpiar un poco todo lo trasladado, había que
organizar la cena, a dónde irían, si a un burguer o una pizzería, cumplir turnos para bañarse todos, secarse,
cambiarse, protestar porque las toallas no daban a basto, seguían medio húmedas
las del día anterior, lo arrugado seguiría así, “no vine hasta acá para
seguir planchando”.
Tres horas después, estaban todos sentados esperando
a que les trajeran la cena, él aún en la cabeza con algunos problemas que había
dejado en su ciudad, le costaba desenchufarse los primeros días, es como que su
cuerpo podía estar en el mar o la montaña,
pero su mente seguía en el trabajo, en los medicamentos de “la vieja”, en las
cuentas que cada vez parecían más abultadas.
¿Y ahora qué hacemos? Ante la pregunta coral, se encogía
de hombros, cerca de la medianoche y después de estar de un lado a otro todo el
día, lo único que quería era poder dormir cinco horas seguidas, como premio,
como descanso, como novedad.
Entonces surgían las propuestas, cine, la última función del teatro, el ciber, caminar
por la peatonal, la heladería, los profiteroles con capuccino, los artesanos,
artistas callejeros, uno de los shoppings….cada
día se elegía algo diferente, hasta que a las tres de la mañana y con los
chicos dormidos en la parte de atrás del auto, llegaban una vez más al hogar
temporal a DESCANSAR.
La vuelta a casa luego de interminables rutas,
implicaba, desmantelar el coche y horas de aspiradora, mientras su esposa
cargaba toneladas de ropa en el lavarropas, los chicos desaparecían en el
facebook para ponerse al día con los amigos, pasar a ver a los padres, los
hermanos, saber cómo había andado todo, buscar la mascota, regar un poco las
plantas.
_Vos sí que venís renovado!!!!! Que color!! Y sí,
diez días en el mar…._ era más o menos el comentario general al llegar al
trabajo.
Todavía
tenía el sonido del mar en sus oídos, el olor a arena, sal, algas… el viento…
demasiado real, le parecía encontrarse en las ondulantes avenidas que lo
llevaban a esa espuma blanca donde le encantaba barrenar.
_Cómo te fue???....me imagino que te habrás puesto
al día, ¿no? O tu señora es de las que tiene dolor de cabeza seguido?_ le preguntó
uno de sus compañeros sin hijos.
Le respondió con una media sonrisa y siguió controlando
su trabajo.
Evidentemente no sabía lo que era irse de vacaciones
familiares…recordó cuando se iban los dos, hacía tantos años atrás, las
caminatas a cualquier hora, los helados en la cama, solos, las horas haciendo
el amor, a menudo mientras ella dormía hasta tarde él bajaba y nadaba en playas
desiertas, después volvía con medialunas y el café listo para despertarla…salían
casi con lo puesto e iban viendo como los sorprendía el día.
Amaba a sus hijos, eran casi una obsesión para él,
una mochila que no podía dejar al costado….luchaba por su bienestar y futuro,
necesitaba saber que cubría todas sus necesidades, su esposa era de diez,
compañera, trabajadora, exigente con todos, el No puedo no existía….si algo quería,
eso se lograba.
Tenía
todo…después de quince años de matrimonio el saldo era positivo…por qué ese
agobio entonces?
Algo se había perdido en el camino, las miradas ya no
estaban fijas en la pareja, durante las vacaciones sólo habían hecho el amor un
par de veces, medio dormidos y a las apuradas para poder dormir un poco antes
de que comiencen las actividades del nuevo día.
Le
hubiera gustado compartir un momento con ella de manera distinta, una siesta
prolongada, un detalle especial, tener tiempo para el abrazo y algo de juego,
no tan mecánico y contra reloj.
Suspiró, no se puede todo, eso es un engaño, por
otro lado esa necesidad, sí o sí tiene que ser de a dos para poder vencer el
cansancio, los chicos y la rutina, y aparentemente su esposa estaba más que
satisfecha con su vida, su marido, sus hijos y las ansiadas vacaciones
veraniegas para “descansar en familia”.
Patricia Figura, febrero de 2014
Tal cual! vi eso en muchos ojos... es cuando uno se da cuenta que no se respeto lo suficiente, que dejo de lado su propio yo en virtud de 'los demás' y empieza a fundir biela... (asi se decia) pero, esta en cada uno mirarse a si mismo y empezar a atenderse como integrante de la familia... darse tiempo y 'mimarse' es escencial, muy bien expuesto, como siempre!
ResponderEliminargracias Moni, se ve que es algo bastante generalizado, al menos por los comentarios en los grupos que se repiten. besotes.
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