NI A LOS
TALONES
_Pero
no!, ese chico no es para vos, por favor…_ una y otra vez la famosa frase fue
escuchada a través de los años y las décadas.
Desde la adolescencia, cuando el entusiasmo le brillaba en las pupilas, corría cuadras
enteras para tocar el timbre en la casa de su amiga y contarle una novedad mínima,
zonza, pero que a ella le dibujaba una sonrisa….casi invariablemente se
encontraba con un gesto burlón y un balde de agua fría.
Ese
escepticismo, mezcla de incredulidad y desconfianza era volcado hacia cualquier
muestra de interés por el sexo opuesto.
En las reuniones de adolescentes, cuando las cuatro
o cinco del grupo se juntaban a tomar mate y a cambiar opiniones sobre los
chicos del barrio, del cole, del club…. todo era risa, diversión, imitaciones,
rubores y emoción… hasta que con su fría lógica echaba todo por tierra…. Parecía
que nadie les “haría justicia” nunca….la famosa frase “no te llega ni a los talones” era su muletilla habitual.
_Pero por favor! No puede no gustarte, “está buenísimo”….
¿viste los ojos que tiene?_ una y otra de la troupe trataba de derrumbar el
muro que había construido a su alrededor… cada vez que uno de los chicos se
mostraba interesado en ella, se permitía un cierto brillo es sus ojos claros
que podían ser muy cálidos y muy fríos otras veces.
Podía
llegar a aceptar que le gustaba.
El chico en cuestión tenía tales o cuales atributos…pero…
¿y si lo único que quería era acostarse con ella? ¿ Y si era solo una apuesta
con los amigos? ¿ y si ella se “metía” y él después la dejaba por otra?... todos los prejuicios de los ochenta y más.
Le daba tantas vueltas al asunto que quedaba
satisfecha solo con el aprouche…cero intento de conocerlo al muchacho de turno
en cuestión.
Mientras tanto las amigas acostumbradas a sus sabotajes
hacían oídos sordos.
Durante los primeros años, más de una dejó sus
parejas o intentos de serlo, por los razonamientos fríos y exactos de la amiga,
pero después el sentido común, la curiosidad y las ganas de compartir las
etapas con alguien especial, aunque para la otra “no le llegara a los talones”
pudo más y de a poco se fueron poniendo de novias… se “arreglaron” como se decía
entonces.
Mientras las otras organizaban las bodas, los hijos,
pañales, separaciones, divorcios, viudez, peloteros, escuelas, actividades
especiales, nuevas nupcias, etc. ella cambió su risa por un gesto más seco, más
adusto…la eterna diatriba entre el entregarse a una relación o ponerse a
resguardo de lo que pudiera lastimarla, la dejaba agotada, marchita, ajada.
Hasta que un día…como pasa siempre, cuando la
guardia estaba baja, porque ante semejante espécimen no era necesario tener
guardia, se encontró con unos ojos oscuros, picaros, sobradores, que la miraban
desde un adulto a otro, sin disfrazar lo que realmente quería hacer con ella.
La curiosidad mató al gato y pudo con ella.
Sin necesidad de protegerse emocionalmente porque
era “seguro” que no se iba a enamorar de él, aceptó algunos encuentros a cenar
o a tomar algo y conversar.
Se
sentía halagada y divertida pero la relación
estaba fuera de discusión.
Mucho mayor que ella.
Profesión conocida por su promiscuidad.
Divorciado dos veces.
Sin hijos propios.
No usaba eufemismos para hacerle saber lo que le
despertaba, daba lujos de detalles que provocaban un enrojecimiento furioso en
el rostro de ella e inevitablemente terminaba riendo, divertida y con su
autoestima por las nubes.
Pasaron un fin de semana juntos en un pequeño
velero, inmaculado y con todas las comodidades, capricho de él, comprado luego
de su último divorcio.
A una reina no la hubiese atendido con mayores
honores.
Se brindó por entero a ella, a su placer, a su
tiempo, a sus gustos…no faltaron los mimos, la declaración de amor, los
chocolates suizos y el champagne auténticamente francés.
Muy a su pesar sintió que la coraza cuidadosamente
elaborada a lo largo de tantos años tenía fisuras… estaba asustada, solo Dios sabía
lo que podía pasar con sus cuidadas emociones una vez que las compuertas se
abrieran.
Se encontró pensando en él cuando se despertaba,
cuando iba a correr, cuando trabajaba, revisaba su correo doscientas veces al día, el contestador automático, el celular…si no tenía
noticias en varias horas después del plan de asedio al que él la había sometido, su mente atribulada y boicoteada tantas
veces por ella misma comenzaba con los interminables soliloquios del “como yo decía”…
hasta que un sobrecito amarillo le indicaba que tenía un mensaje y el corazón comenzaba
a latirle ferozmente.
Otro fin de semana fueron a pasarlo a un importante
centro turístico, estaba deslumbrada, mimada, feliz…y a la vez se sentía desamparada, asustada, padecía la relación casi
con la misma intensidad con que la disfrutaba.
_No te voy a pedir que nos casemos… al menos no por
ahora, yo ya lo intenté dos veces y si bien eran dos minas excelentes…les ganó la
rutina, lo cotidiano, el famoso “asentamiento”… yo soy medio nómade, nunca
quise la familia tradicional, hijos, llegar a casa del trabajo y ponerme las
pantuflas_ estaban en un cálido salón de té, de madera y piedras, ventanales fijos donde el
paisaje nevado contrastaba con la intimidad de las luces bajas y el perfume del
chocolate caliente._ Sé que no te llego ni a los talones…
Ella dio un respingo de sorpresa al escuchar su
frase, pero no quería perderse ni una sola de sus palabras, así que saboreando
el humeante líquido, no apartó los ojos de él.
_Me gustaría iniciar algo…que se yo como plantearlo…
se que no me tenès confianza, que no me tomàs en serio, pero yo cuando estoy
con alguien que de verdad me interesa… ESTOY y no me muevo de ahí, sino hubiera
seguido casado y alternado con cuanta
mujer me llevara el apunte… pero no me interesa, puedo ser muy compañero y todo
lo que me gusta como viajar, esquiar, navegar
lo disfruto si lo comparto con quien me mueve el piso…sino pierdo interés.
_¿Qué me estás diciendo en realidad?_ le preguntó
ella sin poder evitar el dejo de inseguridad.
_No me la hagas más difícil! Si vos me entendès…te
propongo eso, estar juntos, confiando uno en el otro….sin firmar un pagaré o
una hipoteca…cuando las cosas cambien para uno de los dos “ SI CAMBIAN” no
tiene porqué pasar… somos adultos y no necesitamos ni el engaño ni la mentira o
subestimar la inteligencia del otro… lo hablaremos, llorará el que tenga que
llorar o quien te dice, nos entierran juntos de viejitos_
No
pudo evitar reírse ante semejante discurso.
_ Puede ser….puede ser…no estoy acostumbrada a tener
una relación de pareja… a los horarios de otro, las costumbres…. menos que
menos compartir mi departamento, mi cama o mi baño permanentemente_
_ bueno, me llevo mi cama y mi inodoro_
_jajaj que tonto… no, no es eso…en parte aunque no
lo creas, me agarras de sorpresa, pero me gustaría intentarlo…de a poco, ni yo
irme a tu casa ni vos a la mía… algunos días
juntos y otros cada uno en su refugio… es lo más sincero que te puedo ofrecer._
_y… si no me queda otra….ahora ¿cómo se que me tengo
que ir? ¿o que ya estuviste mucho en “mí lugar” y necesitas de tu soledad? ¿cómo
sé cuántos días estás dispuesta a ceder? No me gustaría arreglar días fijos….capaz
que justo me toca estar con vos cuando quiero estar sollll_ ella lo interrumpió
con un beso, la hacía reír, la ridiculizaba con todas sus reglas y prejuicios…
le demostraba de una manera cómica y descontracturada que veía fantasmas donde
no los había.
_Piano piano_ le dijo ella.
Siguieron de la mano, conversando y riendo hasta que
afuera fue oscureciendo y las luces de las pistas de ski se fueron encendiendo,
el futuro se presentaba tentador, ya no eran adolescentes, ella salía de los
treinta, él era un hombre maduro, encantador, vital y confiaba en que iba a
terminar ganándose su confianza y llegarle a algo más que a los talones.
Patricia Figura, octubre de 2012
Mi amiga, encantador relato. Jajaja, puedo otra vez creer que por un momento escribís sobre mi poca experiencia de vida amorosa y los miedos ante las tentaciones, las dudas. Pero puedo decir que cuanto el amor llega, se abre todo conocimiento, los miedos no se pierden pero es inevitable decir si, ante un futuro prometedor casi mágico. Besos
ResponderEliminarmanzy querida, me encanta que siempre algo te identifique en mis cuentos... creo que es algo propio de toda naturaleza romàntica.
Eliminarque enternecedor... quiero verlos envejecer juntos! jaaja muy bueno amiguita
ResponderEliminargracias Mônica! hermoso comentario.
ResponderEliminarLa verdad que me gusto muchísimo ,
ResponderEliminarUna mujer que no deseaba ser lastimada y siempre ocultaba ese temor con un " no me llega a los talones " o no te llega ...
Solo palabras ..porque no habia aparecido la persona que la movilizara ..y ahora !.....llego el momento de jugarse o mejor dicho de VIVIR , y disfrutar lo que e s una la relación en pareja , con sus pro y sus contra , pero aceptando
Ella decidió vivir el día a día , y estoy de acuerdo ..fantástico cuento!
Gracias Patricia