Ni Rogado Ni
Robado…
El silencio amistoso las envolvía a ambas, la semi sonrisa
dibujada en los labios, las ensoñaciones a flor de piel…. La brisa suave y
fresca jugueteaba con los cabellos mientras
el sol entibiaba el alma ayudado por el sabor dulce de los recuerdos.
La pregunta quedó flotando en el aire.
Cómo fue que se dio?
Cada una siguió el camino de sus propios
pensamientos.
Cómo
pueden caber treinta años en tres minutos?
Caben.
Mientras el ir y venir de los caminantes de la costa
era casi incesante como telón de fondo, la gigantesca laguna se encargaba de
dar paz y sosiego a la vista…. El cielo diáfano
permitía hacer dibujos mentales….convertirse en la pantalla infinita de un cine
interior.
Cómo
fue que se dio?
Le preguntaba su amiga, que conocía la historia, casi como ella misma….con su óptica
particular, claro, pero los hechos y los “no hechos” eran sabidos, hablados y “desglosados” como decía la de historia, hasta el
cansancio.
Treinta años atrás, comienzo de secundaria…compañeros
de siempre, compañeros nuevos, amigas de la infancia, nuevas, grupos de “diosas”
, de estudiosas, de “ni”…conviviendo cinco horas por día, creciendo, adoleciendo,
armando y desarmando conversaciones, gestos, miradas durante millones de horas.
Y
un Karma para una de ellas.
Lo vio y compró inmediatamente.
Compañero, divertido, carilindo….volátil,
enamoradizo, infantil y por sobre todo muy escurridizo.
Era
como intentar apretar un jabón resbaloso con ambas manos, por algún lado desaparecía,
y la sensación de frustración aumentaba en la linda compañera que no estaba
acostumbrada a los no.
Hobbies en común, grupos, club, cumpleaños de 15,
lentos (aunque los brazos parecieran estacas, lentos al fin), conversaciones
con las amigas, desvelos, planes, risas…. Muchas risas organizando millones de
estrategias para que la hermosa pareja se formara por fin…. Y NADA.
Cuando se llegó a quinto año, las esperanzas no
estaban totalmente perdidas, pero el tiempo se escurría entre las manos, ya era
una historia casi “ganancial” para todos….”algo tenía que pasar”….pero el
susodicho tenía novia (no siempre la misma) y por otro lado quería muchísimo a
su compañera, no daba, menos en esa época,
para disfrutar un rato y después “todo más que bien”.
En el ansiado Bariloche, se llegó a creer que un
beso furtivo tuvo lugar entre valijas, caramelos, coordinadores cancheros y
compañeros semidormidos…. O tal vez fue la fantasía general que después de
cinco años pendientes de esta historia, se negaba a que llegue a un final que no
fuera “feliz”.
Pero la secundaria terminó, también la universidad,
la vida adolescente, la etapa de estudiante, llegaron los trabajos, las reuniones muy esporádicas entre egresados donde alguna
vez coincidieron entre guiños de ojos del resto.
Y con la ùltima etapa, en la que cada uno se conoce
mucho mejor de lo que en realidad le gustaría, cuando los valores siguen
intactos, pero las cosas toman otra dimensión, donde el prejuicio ya no tiene
un lugar predominante y los planteos internos pujan y luchan para ser
escuchados…. La casualidad anque
causalidad, los volvió a cruzar.
Ella ya no era una tibia quinceañera insegura y un
poco enojada.
Tenía todas las letras de la palabra mujer, en mayúsculas…sus
premisas eran otras, sus condiciones también…. No solo había aprendido a oírse a sí misma, sino que el autoengaño ya
no era una opción.
Él más allá de las canas y algunas atractivas
arruguitas al costado de sus ojos tan particulares…. seguía con el travieso
aire adolescente que era una debilidad para ella.
Obviamente
hay tiempo para todo si la vida está bien vivida….hasta para las revanchas.
Cómo fue que se dio? Le preguntó su amiga cuando ella
le contó del encuentro treinta años postergados.
No solo habían conversado animadamente, poniéndose al
día uno del otro…tuvieron la yapa…el sabor dulce al despedirse con las manos
tomadas prometiendo tal vez volverse a cruzar pronto.
Un
instante demorado los labios de uno sobre los del otro.
_Ni rogado, ni robado_ fue la respuesta que le dio a
su amiga…._simplemente nos lo dimos_ suspiraron juntas….tantas veces hablado y
planeado todo en la adolescencia, y
cuando menos la vida daba indicio, cuando ya cada uno había hecho su camino….una
vuelta de tuerca hace su jugada y treinta años después, un instante los envolvió a ambos bajo un
mismo beso.
“Fue
como una cuenta pendiente…. Un premio a la trayectoria….me lo merecía” y como si los diecisiete años las volviera a
sorprender rieron divertidas hasta que las lágrimas corrieron por sus ojos….la
tarde llegaba a su fin, era hora de dejar el paisaje costero y volver a la
ciudad, para retomar las obligaciones diarias.
Patricia Figura, octubre de 2014
Ay, siempre me dejás con gusto a poco. Como siempre, también, tus relatos me envuelven.
ResponderEliminarjajajajajja Olguita!!!!!! y a mì me parecen largos!!!!! veremos si damos otra vuelta de tuerca!!!!
EliminarMe encantó...Me acordé de un amor lejano.
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