EN LA MENTE…
Doble
vida.
Vida
paralela.
Engaño
colectivo.
Auto engaño.
No
podía detenerse, su mente se lo pedía a gritos, era más real que su cotidiana
existencia.
Caminos sinuosos, vericuetos mentales, casi una masturbación
permanente, de sus deseos más íntimos.
Se regodeaba una y otra vez.
Volvía a un punto indefinido de su fantasía, lo
retomaba hasta hacerlo insoportable para su propia sensualidad, se enojaba
cuando la realidad la invadía.
Tenía
que desconectarse.
Volver a la rutina de su trabajo, responder
preguntas, planificar algunos papeles que entregar, burocracia aburrida.
La mente se le iba a su encuentro imaginario con él.
Con quien estaba tan segura como se puede estar de
algo sin decir “jamás” que no iba a estar de una manera tan personal a como se
imaginaba.
Resabios
de tiempo lejano, donde las hormonas estaban a mil, las ilusiones parecían posibilidades
interminables, donde lo imposible parecía no serlo, bastaba con solo desearlo.
Los recreos compartidos, las charlas donde los
secretos y proyectos se intercambiaban, las miradas intencionadas y las frases
con doble sentido coloreaban los rostros y se atesoraban para comentar durante
horas con las amigas.
Las llamadas telefónicas cuando la casa estaba en
silencio, la magia y el dolor de estómago cuando sabía que iban a verse, a
bailar, un lento… las manos rodeando su cintura, el pecho apenas apoyado, los susurros
en el oído.
¿Qué
hubiera pasado si…?
Llamarse por el nombre era todo un toque en una época
donde predominaban los apellidos entre los compañeros.
Ellos pertenecían al mismo grupo.
Se gustaban.
Lo daban a entender.
Se disfrazaba de amistad.
“La edad de la inocencia”…¿o de la hipocresía?
La época del “qué dirán”…era tan fácil señalar con
el dedo y murmurar.
Ni que hablar si estudiaban juntos o se veían en un
lugar extra escolar….que lamentable y cuanto perdido.
Pero
lo cierto es que aún más de veinte años después en sus épocas de mayor stress,
cansancio, presión….allí aparecía él con su sonrisa, su chiste, sus bromas del
ayer, la gracia para hacer un comentario referido a alguna persona y
caricaturizarla.
Era
su evasión.
¿Cómo hubiera sido hacer el amor con él? aún desde
la inexperiencia de los dieciséis años.
Aún a escondidas y desde lo prohibido.
¿Hubiera habido piel, erotismo y esa pasión que
existe sólo cuando dos personas se tocan por primera vez?.
O hubiese sido lo mismo que tocar a un hermano?.
El
sería como ella se lo imaginaba, apasionado, entregado, sensual, exigente, insaciable,
dispuesto, caballero, creativo, tierno, protector?
O
lo estaba inventando?
Le estaba endilgando una manera de reaccionar ante
el deseo que podía provocarle.
En realidad no sabía.
Y lo más probable es que jamás lo supiera.
La realidad era que cada uno tenía su propia vida
armada.
Con familia, trabajos, amigos nuevos, amigos viejos,
hijos, obligaciones, placeres y demandas.
Tal
vez ella también fuera una fantasía fuerte para alguien, tal vez otra mente
aburrida y atribulada buscaba sosiego en imaginarse en sus brazos, en camas
revueltas, en horas interminables de amor, sexo, charla, risas….
A
lo mejor… esa mente era la de él.
Todo era silencio.
Su mente gritaba.
Su cuerpo necesitaba esa descarga física intensa….hasta
que la vida cotidiana la iba enfriando…los horarios, el cansancio, las obligaciones
propias y ajenas.
Las fotos del él que la miraban sonriente desde la
computadora…aparentemente muy satisfecho.
Cuanto
silencio para una mente aturdida de imágenes prohibidas.
Juntó las cosas de la mesa donde estaba trabajando,
la tijera con la que recortaba unas imágenes de la tarea que preparaba, había quedado
en el aire demasiado tiempo.
Sus ojos interrogantes que miraban sin ver hacia la
ventana que daba al jardín, pestañearon, suspiró…otra vez se había perdido en su laberinto privado.
Se puso en movimiento, guardó todo, abrió la
heladera y se fijó qué había para preparar la cena, había que hacer un par de
mandados, llamar para cambiar el turno de la peluquería, se olvidó cuando lo pidió
que tenía reunión a esa hora.
Cuando llegara la hora del silencio, de acostarse a
terminar con el día, buscaría refugio nuevamente en su fantasía, en su liberación…
y se dormiría con una sonrisa, tal vez con un poco de suerte hasta soñaría con él,
con su sonrisa pícara de adolescente, sus bromas y su manera sana, pero muy
clara de darle a entender que aún le gustaba muchísimo.
Patricia Figura, abril de 2013
Los cuentos de Patricia son un reflejo fiel de la realidad circundante, narrados desde una óptica testimonial, y desde esa aspereza de la realidad que a todos de algún modo nos alcanza, y que muchas veces nos es ajena. Sus temáticas siempre están abordadas desde una óptica interior de lo humano, y sobre todo su escritura es de estilo directo, existencial, ajustándose de modo fiel y sin alejarse del contexto social, como reflejo de una realidad en tiempos modernos, y sobre todo testimoniante.
ResponderEliminarSaludos
Claudio Lahaba.
me encanta el anàlisis que hacès de mi tipo de escritura... gracias claudio querido.
Eliminar