BOCANADAS DE AIRE
Empezó a sentir que la sangre volvía a su cuerpo.
Casi sin darse cuenta la tensión que le hacía doler
la cabeza y la mandíbula iba cediendo.
El
alma iba volviendo lentamente a su cuerpo, cada vez más cansado….pero con el cansancio feliz, el del agotamiento físico, el que le daba
libertad y placer….no el de la opresión, la angustia, el encierro, las
mochilas sin resolver aún sobre sus
delgados hombros.
Comenzó
a defender con uñas y dientes esos espacios mínimos
Sus recreos mentales.
Su libertad física y espiritual.
Después de tantos años de vida familiar, tranquila
hasta donde puede serlo, de millones de pequeñas y grandes responsabilidades
que le llevaban todas las horas del día, de
SU día…un día que no volvía para ser vivido o revivido a su antojo….algo en su interior se había agotado, se había
cansado, necesitaba un espacio suyo, sin la invasión de los que amaba y la
amaban.
Dicen que el hombre es un animal de costumbres.
Y ella los había acostumbrado a resolverle las
cosas, a organizar, a manejarles los ingresos para cubrir cada cuenta, cada
bache, cada capricho….cada trayecto en auto para ir a natación, baile, patín,
idiomas, colegios, pediatras, oftalmólogos, dentistas, y así hasta el infinito.
Por
supuesto todo había funcionado sobre rieles.
Hasta ahora.
Cuando expresó su cansancio, la sensación de no ser
dueña de sus horas, de estar siempre en función de los demás, de sentirse una
heladera tapada de recordatorios con imanes, le dijeron que era stress, que
todos al final del año se sienten así, que es normal, que ya llegan las
vacaciones….la familia la entendía pero “había que seguir”…. Las ruedas no se
pueden frenar de golpe porque provocan vuelcos.
Se inventaría un sistema ABS propio…. pero no estaba dispuesta a seguir así.
Comenzó
a tomar clases de natación.
Era un tema pendiente, de chica no le gustaba el físico
típico de las nadadoras y siempre tuvo la fantasía de que si hacía ese deporte
iba a quedar igual, de grandes hombros y caderas estrechas, casi masculinas.
Lloviera o tronara, respetaba sus horarios de
clases, que los demás hicieran los
malabares que ella había hecho durante años, pero era la mejor alumna,
asistencia perfecta….. y salía con la satisfacción de hacer algo por ella, su
salud, su paz.
Se dio cuenta de que era una actividad solitaria,
algo quedaba inconcluso, la cabeza le seguía funcionando a mil entre brazadas y
brazadas…estaba incompleta, no era un recreo de punta a punta.
Previa charla familiar entre todos, ya que de alguna manera les incumbía, se anotó
en una clase de salsa.
Obviamente no gastronómica.
Ahí
no solo había movimiento, cansancio “del bueno”, sino que conocía nuevas
personas, se divertía, realmente se aislaba de todo y de todos,
Ni que mencionar que la rutina en la casa varió.
Los chicos protestaban, se olvidaban de cargar las
tarjetas de colectivo, la llamaban al celular y en esas horas podía pertenecer
realmente a un muerto, las cenas eran minutas la mayoría de las veces y más de
una vez dejaban de ir de sus amigos acostumbrados a tener la comodidad de la
remisera full time, ya que siempre hacía demasiado calor o frío para ir
caminando.
Ella volvía siempre con una sonrisa, cansadísima,
feliz….los primeros viernes de cada mes se hacía el gran “salsòdromo” como ella
decía y podía ir gente de todas las edades a aprender unos pasos y después quedarse
hasta la media noche a bailar.
Ese día estaba “insoportable” según los chicos.
El marido observaba los cambios entre divertido y
fastidiado…..y un poco celoso también.
No es lo mismo un andarivel a que una tabla de lavar
caribeña se le pegue a tu mujer como estampilla…pero tampoco era un cavernícola…era claro como el agua de que todos habían estado
demasiado cómodos durante muchísimo tiempo….él se hubiese muerto de
aburrimiento mucho antes.
Pero la rutina cuando juega a favor es tentadora.
Nunca había tenido que dejar de hacer algo para
cubrir las actividades de los chicos, salvo que le quedaran de paso, había vivido
tal y como se le había antojado, trabajado el tiempo que necesitaba y de la
manera en que le quedaba a gusto para sostener a su familia.
Como
ella no tenía horarios fijos…tenía libertad.
Libertad
de ocuparse de todo y de todos.
Ahora estaba más plena, satisfecha, hasta su piel parecía
más luminosa….se sentía atractiva y se notaba.
Estaba sumido en esos pensamientos cuando se dio
cuenta de que mientras preparaban el desayuno ella le hizo una pregunta
_Perdón…. Estaba distraído, ¿qué me dijiste?_
_Si esta noche querès venir conmigo a salsa…. Es la
clase abierta de los viernes. _ la miró sorprendido por la invitación, ella defendía
sus espacios como una leona, alzò una ceja interrogante.
_Por qué?....digo, es justamente tu lugar privado, tu mundo, tu gente, lo que tanto quisiste
que respetemos a rajatabla._ terminaron de poner la mesa con las tostadas y
la manteca mientras hablaban y el café ya estaba humeante
_y lo hicieron….a su manera, a veces un poco egoísta
y recriminativa por parte de los chicos, pero lo hicieron, después de todo fui
yo la que di de comer al chancho._ era sincera, se recostó en la mesada
mientras él servía sendas tazas, los chicos aún dormían.
_Entonces?_ los ojos siempre sonrientes de él le
dibujaron la sonrisa a ella.
_Que tengo ganas de compartirlo con vos, eso nada más,
no renuncio ni claudico…. Te invito este viernes a divertirte conmigo_
_Pero yo no sé bailar!!!!!!!!1 y no sé si tengo
ganas de ver al morochopuromùsculo como se te refriega mientras yo aplaudo_ lo
dijo de una manera tan graciosa que no pudo evitar reírse…tampoco lo desmintió,
no le dijo que su profe era un excelente bailarín de un metro cincuenta,
regordete y de mejillas coloradas siempre a punto de explotar.
_Bueno, como quieras_ le contestó divertida_ la invitación
sigue en pie y los chicos tienen permiso para pizzas y amigos hasta las dos de
la madrugada, en casa, claro.
_No terminaban a la media noche???_ le preguntó
sorprendido.
_ Di un margen por si después querías invitarme a
otro lado_ le contestó sugestivamente mientras se llevaba la taza de café a los
labios.
_ A las siete de la tarde estoy acá…. y andà diciéndole
al grandote ese…. Que se prepare si quiere ver un buen espectáculo…. No tendré
sus abdominales pero tengo la ventaja de saber qué es lo que le gusta a mi
mujer_ se rio por su expresión seria al hablar y por supuesto no le hizo ningún
chiste al respecto aunque se la dejó picando, se despidieron de buen humor,
cada uno tenía muchas cosas que hacer hasta la hora de la cita, en la lista
mental de él figuraba buscar en google “pasos de salsa”…. No era cuestión de
que le pasen el trapo delante de “su chica”.
Patricia Figura, enero de 2015
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