En Honor a lo que fue…II (La decisión)
“_En honor a
lo que fue alguna vez…me parece que no es saludable seguir juntos
compartiendo solo gastos tipo empresa o frustraciones como personas
sin horizontes _le dijo él una noche, acercándose a la punta de la cama donde
ella recostada miraba la tele.
Las lágrimas asomaron a los
ojos de los dos.
_Así termina todo?...
treinta años de amor?...sos mi primer recuerdo…siempre conmigo_
_y hasta cuándo los
recuerdos van a sostener la tristeza de hoy… no quiero odiarte ni odiarme
cuando inevitablemente nos traicionemos…fuimos increíbles… pero también lo
peor que llegamos a vivir…la misma intensidad para la gloria como para la
frustración… y somos jóvenes…”
La batalla peleada
tanto tiempo por lograr tener un hijo de ambos los había agotado, física y
emocionalmente.
Se querían, mucho, muchísimo, pero evidentemente no lo suficiente como para
poder seguir juntos, tampoco podían soltarse…estaban acostumbrados a ser el
apoyo, la otra parte, desde el jardín de infantes hasta pasada la treintena.
Desde que la separación se planteo entre ellos, todo fue mitad alivio y
mitad desazón.
El día les pesaba, tanto juntos como separados, el sol los encandilaba, los
ceños se fruncían, los hijos de los amigos le recordaban su propia esterilidad…le
dieron una dimensión que los engulló a ambos.
Por algún motivo dejaron en stand bye la decisión de comenzar a dividir las
aguas, las salidas de los fines de semana con otras parejas, los almuerzos
familiares de los domingos y el barullo laboral ayudaban a anestesiar los
momentos compartidos sin que el alma explotara en público.
En privado era otra
cosa.
Se estaban
traicionando.
Eran cobardes.
Ninguno quería liberar
al otro, aunque necesitaran un cambio, un proyecto, una motivación para salir
de la tristeza.
El egoísmo que primaba
les impedía ser amigos.
Tampoco se tocaban, las manos se caían antes de alzarse, ¿eran ellos los
que alguna vez hicieron el amor durante horas? ¿Los que se escondían en los
vericuetos de la casa paterna para disfrutarse contra cualquier pared, baldosa
o hasta en el dormitorio de ella cuando sabían que las horas de silencio eran cómplices?
Seguían juntos por cobardía?
Para no dar lugar a
otro en el cuerpo de la persona que tanto tiempo fue un par?
Porque un gesto de
ternura de quien tanto te amo puede ser insoportable si otro es el
destinatario?
Pero ya no daba para más.
El fingir que se podía seguir con semejante mochila a cuesta los estaba
enfermando a los dos.
Como por las buenas no
lo lograron.
Lo hicieron de la única
manera que pudieron.
Enojados, furiosos,
perdiendo el límite verbal…solo así, la necesidad de lograr la paz
perdida, les ganó a la adicción de estar juntos, sostenidos solo por recuerdos.
Se entregó la propiedad a cambio de dos departamentos y dinero en efectivo…lo
que parecía un mundo se resolvió antes de lo pensado.
¿Después de tantos
años con una simple firma quedó zanjada la cuestión?.
Una cosa es dividir una casa, otra el millón de recuerdos, fotografías,
cartas, viejos papeles de chocolates compartidos, entradas al cine, al teatro,
regalos cuidadosamente elegidos para provocar la alegría en el otro….ella no quiso nada, estaba aterida de dolor
y angustia “tirà todo” fue lo único que dijo cuando ambos organizaron sus
mudanzas al nuevo hogar….al de cada uno, muy diferente a cuando llegaron con
sus cosas a esa casa preparada para una familia feliz.
El no tiró nada…en definitiva todo entraba en un par de cajas que irían a
parar a su baulera por un tiempo.
Se ofreció a ayudarla a cargar las cosas en el coche de ella, los muebles hacía
rato que estaban en sus departamentos, menos el juego de dormitorio, “hace lo
que quieras, quémalo” dijo ella, él no lo quemó por supuesto, pero tampoco lo llevó
a su nuevo refugio.
Lamentablemente habían coincidido cuando estaban dando los toques finales
al desgarro de cerrar esa etapa de sus vidas, llevar las últimas pequeñas
grandes cosas…debieron ponerse de acuerdo, pero en la etapa final, no lo
lograron ni siquiera para evitarse un último dolor.
_Bueno, creo que está todo, a mi llave la entrego ahora de pasada_ dijo él
con un nudo en la garganta.
Ella asintió sin
hablar, su rostro estaba rígido, sabía que era la única salida posible, que el
desgaste los había cercenado de mil maneras diferentes a cada uno, estaba
enojada con todo y con todos…era el final de todo lo que conocía, de la
seguridad que se había transformado en una trampa.
Ninguno de los dos se movió
De alguna manera, era siempre él el que se obligaba actuar, aún cuando le
costara un esfuerzo enorme.
Despacio se acercó a ese cuerpo tan querido, no soportaba ver la desdicha
reflejada en esos ojos que había conocido brillantes, diáfanos, la abrazó despacio,
la rodeo con sus brazos y apoyó los labios en la seda tan conocida de sus
cabellos, siempre con el mismo perfume a limón y miel.
Ella hundió su rostro en el pecho de él, suspiró despacio…una parte de su
alma se moría y otra le decía “es necesario…es por el bien de los dos…hay que
salvar aunque más no sea el honor de lo que fue”.
_No todo fue malo_ dijo despacio.
_Por supuesto que no… nadie vive tantos años al lado de otra persona por elección
si fuera todo malo….pero parece que no alcanzó…fracasamos en un solo proyecto,
un hijo, evidentemente, no somos fuertes, otras parejas pasan por cosas
terribles y eso los une o por lo menos no los separa_
Renuentemente se soltaron, él le dio un beso en la frente, caminaron por última
vez hacia el living buscando la salida.
Afuera el sol brillaba cálido, la vecina de enfrente los saludó como cada
mañana, ella calzó sus gafas oscuras, respiró profundamente, el jazmín del jardín
le hizo llegar su aroma, él cerró la puerta, revisó que la ventana estuviera
trabada, el perro de los de al lado se acercó a orinar en el árbol como de
costumbre, pero ya no era tema de ellos, los nuevos propietarios serían los
encargados de protestar o poner una botella con agua.
_Vas a estar bien?_ le preguntó antes de encaminarse a su coche…¿por qué sentía
que tenía que protegerla?
_Si, seguro, no ahora, obviamente, pero si hicimos todo esto es para estar
mejor…dicen que la tranquilidad no tiene precio_
_Sabès que si necesitas algo me llamàs…eso no va a cambiar nunca_ ella asintió
con una media sonrisa, no le dijo:” nunca hasta cuando?”.
Habían estacionado uno detrás del otro, ninguno había subido el auto al garaje
que ya no les pertenecía, ella se colocó el cinturón de seguridad y sin mirar
por el retrovisor…puso primera y dejó su calle a la que no volvió a recorrer en
mucho tiempo.
El en su momento de soledad en el auto se permitió aflojar el nudo que le
cerraba la respiración, puso el stereo, bajo, dio marcha y partió también a
buscar su futuro, su paz y asegurarse a sí mismo que en “Honor a lo que fue”
era la mejor decisión que pudieron tomar.
Patricia Figura, marzo de 2013
Que fuerte!
ResponderEliminarsi, Flor....es asì.... a veces los finales duelen.
EliminarUna de tus mejores historias Patricia . Dolorosa , me dejo con cierta tristeza ....es así , a veces te conoces por años , compartís las cosas mas lindas , te sentís amada y amas y es inconcebible pensar en un final , . Hay parejas sin hijos que logran superar la tristeza de no concebir , y permanecen unidos , otras que no , y ya no solo es el no poder tener un hijo , la frustración , la desazón , hasta cierta culpabilidad se instala en la pareja . Algunas terminan mal , pero en este caso no cruzaron ese limite , decidieron separarse antes que el gran amor que se tuvieron los destrozara ...con gran dolor cada uno por su lado ....habrán encontrado la felicidad ? No se equivocaron ante tamaña decisión ? ( me gustaría una segunda parte ) precioso amiga mía !
ResponderEliminargracias Ani por tus comentarios siempre tan vividos!!!!1 parece que parieras mis historias jajajajajaj. Tendrìa que ser una tercera..... esta es la segunda. besotes
EliminarDuele mucho la realidad patri . Me estremeció. Saludos
ResponderEliminarGracias Mabel. ...Si a veces cuando la gangrena es emocional...Hay que amputar con decisiones difíciles. ..Y remontar vuelo
Eliminar( corrijo algunas palabras del texto 😔)
ResponderEliminarHoy te doy otra respuesta Patricia . Una pareja que prácticamente se conoció toda la vida , se amaron hasta que un solo problema que no era tan grave ,pues existían otras alternativas , hace que se divorcien . Hubo cobardia de parte de los dos. Aparentemente ( en la despedida ) aún se amaban , el besa su cabello con dulzura , ella se acurruca en el ... aún sigo pensando que falta una segunda parte y hago las mismas preguntas : habrán alcanzado la felicidad ? No lo creo ! Cada vez que lo leo tengo una opinión diferente , y reitero un matrimonio no termina por no tener un hijo , creo buscaron un motivo para separarse o bien el amor que dijeron tenerse no era tal
Me parece bien si hay dolor, tantas dudas, tanta tristeza que no pueden ya entenderse
ResponderEliminares mejor tomar una decisión antes de seguir haciéndose daño.. tal vez la distancia le da las respuesta.. yo soy de las que creo que el tiempo pone todo en su lugar.
Muy buena historia.Muy real.Un hijo complementa el amor pero si no llegan, cuando el amor es verdadero ,se puede seguir sin ellos.Tal vez fue la excusa que encontraron para animarse a poner fin a su historia...
ResponderEliminarNo sé...por suerte tuve la dicha de tener 4 hijos y me cuesta ponerme en el lugar de ellos..