viernes, 23 de diciembre de 2011

ESCRITO POR RAÙL A. LELLI.... ME GUSTÒ Y LO COMPARTO.

UNA NAVIDAD MÁS - © Raúl Lelli

Recuerdo aquellos años cuando después de armar el arbolito se colocaban al pié docenas de regalos y cada presente tenía una dedicatoria. De fulano para mengano, de mengano para fulano y así había regalos de todos para todos.
Si bien es un modo repagano de disfrutar la alegoría del nacimiento de Jesús y la visita de los Reyes Magos, la algarabía de los niños superaba el hecho y se disfrutaba. Ellos eran los que recibían los mejores regalos y me viene a la memoria el karting Broadway que sobrevivió a mis tres hijos y después fue regalado en beneficencia, cuyo principal destinatario fue mi hijo primigenio o la bicicross que le hice armar a su gusto al del medio y así podría estar horas.
Hoy la mesa navideña ya no cuenta con tantos integrantes, unos partieron al más allá y otros también, pero porque tuvimos que buscar otros rumbos, pues hubo un corte de ruta en un lugar del camino y debimos tomar ese desvío que nos trajo a este presente.
Entre ese corte de ruta y el hoy hubo desencuentros irreparables debido al tiempo y los abismos, pues el hombre tiene por costumbre repetir los errores. También hubo afectos de amigos que se bajaron, se sumaron otros e hicimos cosas para crecer y otras de las que no obtuvimos los resultados deseados.
Para esta noche buena, si bien hay un arbolito hermoso, con un juego de luces que es una maravilla, he tenido la precaución de armarlo bastante alejado del pesebre, pues creo que una cosa nada tiene que ver con la otra y que fue armado a pedido del padre de Patricia que ya tiene 93 años y no es cuestión de andarle enseñando nada a esta altura del partido, pues demasiado enquistada está la cosa sobre el arbolito, santa claus, o noelito con sus renos voladores & cocacola.
En el arbolito no hay regalos, ni tampoco en el pesebre, pues los regalos para mis nietos los estoy fabricando, para mi príncipe Iván un avión y para su hermanita Sofía, un juego de dormitorio para su Barbie, todo hecho con madera recuperada de cajones de frutas y que cuando estén terminados, seguramente no serán juguetes de exposición, pero no les faltará mucho, pues tienen varias condiciones. Si bien la materia prima es muy accesible (sólo hay que recojerlo de la vía pública), tienen otros artículos que se compran en ferreterías, mucha imaginación, amor y dedicación.
Desde hace varios años que vengo haciendo esto, pues es mi modo de amarlos y de decirles que su abuelo aún a la distancia piensa y está con ellos. Con la Princesita mayor que ya está por cumplir los 17, la cosa cambia, así que salimos un día de shoping y lo solucionamos.
No le temo al ridículo, pues si en vez de avión me sale un bodriolóctero, es lo que mi habilidad logró y mi nieto con sólo decir que no le gusta, será suficiente, pues no compito con la tecnología, ni por el regalo más caro que puedan recibir ni voy a canjear afecto por regalos.
Hace algunos años, cuando la fortuna me acompañaba (y cuando digo fortuna hablo de manejar mucho dinero) estaba rodeado de afectos. Cuando la fortuna desapareció, desaparecieron los afectos.
Hoy, que sólo tengo donde caerme muerto porque pago una empresa, mi estado económico es NO APTO PARA CARDÍACOS, pero me brinda la oportunidad única de saber, que quien me abraza, me besa y me dice te amo, lo hace por lo que soy y no por lo que tengo.
¡Felices Fiestas!

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